Juego sucio en las presidenciales: Zuluaga, Ramírez y Peñalosa – Por Colombia Informa

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A pocos días de los comicios, en los medios se vociferan múltiples escándalos sobre el ramillete de aspirantes al cargo de elección popular más importante del país. Esta campaña ha estado marcada por la rivalidad, la manipulación, las interceptaciones pero, ¿dónde están las propuestas? Han sido las grandes ausentes porque, al parecer, se trata de la política del escándalo en la que las encuestas se presentan como destino manifiesto. A continuación presentamos la primera entrega de un panorama general de los Planes de Gobierno y quiénes los encarnan.

Martha Lucía Ramírez: conservatismo clásico, pasado por el uribismo

Tiene un amplio recorrido en cargos públicos desde el gobierno de Pastrana. Ha sido Ministra y Viceministra de Comercio Exterior, además Senadora por el Partido de la U, del cual se retiró en 2010, cuando decidió aspirar a la presidencia, ya en su histórico Partido Conservador. Sin embargo, no logra sobreponerse en la consulta interna en la que competía con Noemí Sanin y el polémico ex ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias.

Es claro también que comulga con el uribismo. Fue parte de la elaboración de la seguridad democrática como Ministra de Defensa, en el 2002, política que propone retomar en su ejercicio como primera mandataria.  Por ende, su planteamiento es mantener el tamaño de las fuerzas militares y del gasto en este ámbito, incluso menciona la creación de la Gendarmería, una especie de Policía Militar para las zonas urbanas.

Su programa enfatiza en la anti-corrupción como eje fundamental, planteando que la solución a la problemática es la vigilancia permanente, habla incluso de circuitos de televisión cerrados, para controlar a los funcionarios públicos. Además del fortalecimiento de la familia como necesidad manifiesta para acabar con la corrupción. Sobre la educación, asegura que
Sin duda, este hecho se refleja en su propuesta de Plan de Gobierno, en la que la palabra control se ve muy bien interpretada.

Oscar Iván Zuluaga: uribismo recio, política en cuerpo ajeno

El candidato del Centro Democrático, es el que más dudas sobre gestión, honestidad y hasta carisma ha dejado en la campaña. Es un caldense que se formó en el sector privado, de familia oligarca (dueños de una de las más importantes empresas de transformación de materias primar del país). Inició en la política como concejal en el  municipio de Pensilvania   y siempre ha estado alineado con el polémico Luis Alfonso Hoyos, ex director del Servicio Nacional de Aprendizaje -Sena- quien fuera criticado por los trabajadores desde el momento en que el mismo presidente Juan Manuel Santos lo nombrara en el cargo (marzo de 2012) por su cuestionable comportamiento como parlamentario, involucrado en escándalos por Yidispolítica y corrupción.

Claro está, en el momento que Hoyos dirigía la carrera hacia la presidencia de Zuluaga, fue visto con el hacker Andrés Fernando Sepúlveda, acusado de interceptar a negociadores de paz y de espionaje, dicen,  para desprestigiar las aspiraciones re eleccionistas de Juan Manuel Santos. Hace unos días, la Revista Semana publicó una serie de videos en los que aparece el candidato con el acusado Sepúlveda, hecho que luego de ser negado en público y más de una vez por Zuluaga,  finalmente fue reconocido en una sufrida rueda de prensa. Más allá del escándalo de las interceptaciones ilegales, tan usual en nuestro país (Andrómeda, DAS), se trata de la forma de hacer campaña, por ende política, con el control.

Sus propuestas de campaña consisten en un rencauche de los planes del ex presidente Uribe Vélez, quien pretende volver a la Casa de Nariño a través de Zuluaga. Plantea la necesidad de reducir cada vez más el tamaño del Estado, lo que en su Programa de Gobierno se nombra como “Estado austero y eficiente”, argumentando que la re distribución del gasto del Estado en publicidad, garantizará mayores rubros para el desarrollo social.

Menciona, además, la fusión de las comisiones tercera y cuarta de Senado y Cámara de representantes, en las que discuten los asuntos económicos de la nación. Además, la presencia que llama decidida en escenarios como el Banco Interamericano de Desarrollo y la Alianza del Pacífico.

Enrique Peñalosa: de “independencia” a la Unidad Nacional y de allí a la “independencia”

Bogotano. De familia conocedora de la política, su padre fue diplomático del gobierno de Lleras y de Barco. Fue Alcalde de Bogotá y es responsable de la implementación del sistema Transmilenio para la ciudad. Militó en el Partido Liberal, pero llegó al cargo  por una coalición llamada Por la Bogotá que Soñamos. Luego de su mandato, entró a las filas de los Verdes.

Propone fortalecer la institucionalidad para hacerle frente a lo que considera la problemática de seguridad más grave en el país: el homicidio. “Un elemento crítico –probado en un par de estudios que Eafit acaba de hacer para Medellín y Antioquia– es la confianza institucional, especialmente en las autoridades locales y de policía” asegura en su página web, lo cual en ciudades como Medellín, donde son evidentes los pactos con la ilegalidad, resulta ser un análisis que carece del elemento realidad.  Su plan de gobierno se presenta como una especie de tercería que escapa de la ‘polarización’ política del país.

Sin embargo, en su afán por llegar de nuevo a la Alcaldía de Bogotá recibió el respaldo de Uribe Vélez, además de haber manifestado públicamente su apoyo a las Convivir, germen del paramilitarismo en las ciudades colombianas. En esa ocasión, su candidatura fue respaldada por la Mesa de Unidad Nacional, alineada con los intereses del actual presidente y aspirante a la reelección, Juan Manuel Santos. Hoy vuelve a las elecciones, mostrándose como una propuesta alterativa y de nuevo ‘independiente’, avalada por el Partido Verde.

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