Argentina | Luci Cavallero, referenta de Ni Una Menos: “Este 25 de noviembre nos queremos vivas, libres, desendeudadas y sin hambre”

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Entrevista a Luci Cavallero, referenta de Ni Una Menos

Lucia Cavallero es referenta de Ni Una Menos Argentina, es militante feminista, licenciada en sociología y docente universitaria.

En el Día Internacional Contra la Violencia Hacia Las Mujeres, Luci dialogó con NODAL y analizó las violencias que sufren las mujeres y diversidades en Argentina, las tareas del movimiento feminista en este país y los desafíos del movimiento en América Latina.

¿Contra qué violencias luchan hoy las mujeres en Argentina?

El movimiento feminista argentino ha tenido una característica fundamental que incluso se ha expandido a otros lugares del mundo. Si bien el proceso de masificación de los feminismos comienza en el 2015 con el “Ni Una Menos”, la conceptualización de las violencias y de las razones de las violencias por razones de género se fue complejizando. El sindicalismo se empezó a entramar con el feminismo y el feminismo con el sindicalismo, se fueron planteando medidas de fuerza como paros internacionales, actores y actrices sociales como las trabajadoras de la economía popular, las trabajadoras sexuales y el movimiento estudiantil tomaron protagonismo en el feminismo popular. Esto fue haciendo que el diagnóstico de las violencias se vaya complejizando, poniendo en primer lugar las violencias económicas y cómo éstas se relacionan con las violencias por razones de género.

Un punto importante del acumulado de nuestro movimiento es el que nos ha permitido también decir “desendeudadas nos queremos” para denunciar el endeudamiento como una violencia económica sistemática sobre la población y particularmente sobre mujeres lesbianas, travestis y trans. A partir del 2018 esta consigna ha sido tomada por muchos sectores de las organizaciones libres de nuestro pueblo al movilizarse en jornadas de distintas instancias de jornadas feministas. Y eso se va a repetir este 25 de noviembre donde la principal consigna va a ser que nos queremos vivas, libres, desendeudadas y sin hambre. Este es un gran mensaje que da nuestro movimiento frente a un capitalismo cada vez más financiarizado y ahora además cada vez más hegemonizado por las economías de plataformas. Hay que generar antagonismos concretos con las corporaciones y con estos nuevos ricos como por ejemplo, el caso de Galperín y Mercado Pago. A través del endeudamiento masivo de la población que usa las plataformas de finanzas como recurso ante la emergencia, la caída de los ingresos y la desregulación de los precios, estas plataformas se transforman en una forma de extractivismo sobre los ingresos, que además tiene como principales destinatarias a las mujeres, quienes son grandes sostenedoras de la economía doméstica y sobre todo las mujeres de los sectores populares.

Ahí nosotras decimos que hay una violencia económica, hay una violencia económica a partir de la naturalización del mandato de endeudarse para vivir. Ésto no es algo que genera autonomía económica, sino todo lo contrario, porque genera problemas de salud mental y es una grave afectación de la vida cotidiana de muchas mujeres que hoy tienen que endeudarse para vivir.

Por lo tanto, decir desendeudadas es decirle a Caputo que no vuelva a tomar deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que la deuda que tomó con el FMI en 2018 se tiene que investigar, pero que también queremos vivir libres sin deudas.

¿Qué tareas tiene pendiente el movimiento feminista argentino?

El movimiento feminista argentino ha tenido un reciente proceso de movilizaciones masivas. El movimiento feminista argentino tiene muchas décadas, pero hay un punto de inflexión en la masificación del movimiento en el 2015, y luego varios puntos altos como los acumulados en los paros internacionales donde las protagonistas fueron las de sectores como el feminismo sindical, pero también hay muchas mujeres que no están organizadas y que se sintieron convocadas por las demandas de nuestro movimiento.

Creo que eso, por supuesto, ha alcanzado distintos límites, como todo proceso de movilización que tiene momentos de alza y de baja, y como ha pasado en general con la movilización de nuestro pueblo, que viene siendo muy difícil. Creo que tenemos como desafío pendiente comenzar un proceso de relanzamiento de alianzas por abajo, que puedan retramar a nuestro movimiento con lo que ya está organizado, pero también convocando sectores que no están organizados a partir de hablar de las necesidades concretas de la vida cotidiana que tienen las mujeres lesbianas, travestis y trans de nuestro país.

Hay una tarea pendiente de construcción de una agenda, después de la aprobación de la ley del aborto, que pueda aglutinar transversalmente y generar unidad. Para nosotras eso por supuesto es enfrentar la deuda, pero también deberíamos tener una agenda propositiva que puede ser por ejemplo exigir salario para el trabajo comunitario para acompañantes en violencia de género. Tenemos que darnos una tarea hacia la juventud, en términos de cómo esas compañeras que se sintieron interpeladas en los procesos de movilización feminista en los últimos años, ahora quizás están protagonizando el alza de la movilización del movimiento estudiantil y cómo también volvemos a entablar un trasvasamiento generacional con esa juventud que tiene que liderar también la renovación del feminismo. Tenemos una gran agenda y cómo gran papel de nuestro pueblo es generar desobediencias. Ahí donde el ajuste se transforma en disciplinamiento, como feministas tenemos que proponer desobediencias y no naturalizar formas de explotación, formas de extracción de nuestros ingresos, formas de estigmatización, formas de moralización como las que permanentemente hace este neoliberalismo autoritario. Que es profundamente moral porque necesita señalar como gastos y como degenerados fiscales a quienes exigimos mayores niveles de justicia social, pero que al mismo tiempo garantiza una fiesta financiera que no es ni más ni menos que un saqueo permanente de la nación.

¿Qué banderas debe levantar el feminismo popular latinoamericano?

El feminismo popular latinoamericano hoy tiene una tarea central: exigir la paz en un contexto geopolítico muy complicado, donde la decadencia del imperio más sangriento y asesino de la historia, Estados Unidos, está generando una situación de tensión global, donde hay un genocidio en curso en Gaza, donde hay muchas áreas del mundo que se encuentran con guerras híbridas.

En Latinoamérica de hecho no hay guerra declarada, pero sí hay una guerra contra las drogas que está militarizando los territorios y que está generando muchos muerto, criminalizaciones y, sobre todo, muchas políticas de contrainsurgencia en nuestra región. Entonces tenemos la primera tarea de decir que queremos la paz, que enfrentamos las guerras en todas sus maneras, las guerras imperialistas, las guerras de las potencias, pero también las guerras híbridas que genera el imperio en nuestro continente.

Tenemos que ser el continente que irradie a otros lugares del mundo formas de organización política para enfrentar este capitalismo neoliberal que está en una fase decadente y autoritaria.

Tenemos que como tarea construir un feminismo latinoamericanista que por supuesto ya tiene muchos antecedentes en nuestra región pero tratar de avanzar en una política regional que una a nuestros movimientos por abajo y por supuesto incorporando las experiencias más interesantes de institucionalización que hay en nuestro continente. Tenemos la tarea desde el continente latinoamericano de mostrar que el capitalismo, no solo el neoliberalismo, sino el capitalismo está entrando en una fase decadente que tenemos que enfrentar de raíz y de manera radical, cambiando nuestras formas de consumo, cuestionando el extractivismo, discutiendo la propiedad de la tierra, discutiendo cómo consume y cómo se sostiene el consumo del norte global, cuál es el rol de los organismos internacionales de crédito. Éstas son cosas que ya son un acumulado de nuestro movimiento latinoamericano y que estaríamos en condiciones de tomar un protagonismo en esta etapa.


 

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