La luz que no llega: las brechas en energía que impactan al pueblo awajún de Amazonas

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La luz que no llega: las brechas en energía que impactan al pueblo awajún de Amazonas

Por Milagros Berríos*

Amazonas es la segunda región del Perú con el mayor porcentaje de población (80%) sin energía eléctrica o con acceso inadecuado. El limitado acceso a energía impacta en los servicios de salud y educación: la mayoría de postas médicas no tiene red pública; mientras que las condiciones de las residencias escolares ponen en riesgo la integridad de los estudiantes. Uno de los escenarios más preocupantes es el del distrito El Cenepa, en Condorcanqui, donde solo el 1,4% tiene electricidad. OjoPúblico viajó a la zona, recogió los testimonios e investigó el tema.

Tratan de conseguir paneles pequeños y son poquitos [habitantes] los que pueden. Algunos trabajan y consiguen un foco. Otros con vela, linterna o mechero tradicional. Otros, oscuro. Duermen a las seis en punto, nomás”, cuenta Edison Espejo Nujigkus, alcalde del distrito de El Cenepa, provincia de Condorcanqui, región Amazonas, en el límite con Ecuador.

El Cenepa es el segundo distrito de la Amazonía peruana y el tercero en el país con menor acceso a energía eléctrica. Según el censo nacional de 2017 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), solo el 1,4% de viviendas en esa localidad cuenta con alumbrado eléctrico por red pública; mientras que otro 98,6% lo carece. En otras palabras, solo 30 viviendas censadas tienen el servicio y 2.040 no lo posee.

El limitado acceso a electricidad en El Cenepa también se registra, en diferente proporción, en la provincia de Condorcanqui —uno de los principales núcleos del pueblo indígena awajún— e, incluso, en el mismo Amazonas.

En Amazonas el 80% de los ciudadanos residen en viviendas que no tienen energía eléctrica mediante red pública o el acceso es inadecuado, según los datos del INEI del 2023.

Este análisis, basado en la Encuesta Nacional de Programas Presupuestales 2014-2022, hace referencia a que la población cuenta con alumbrado a través de petróleo, gas, vela, generador u otro distinto a la electricidad. Y si, en caso tuviese esta última, pues presenta interrupciones o cortes de luz por razones distintas a la falta de pago.

Amazonas es la segunda región con la mayor brecha, solo después de Madre de Dios (82,8%). El porcentaje nacional, en tanto, es de 50,5%.

El Cenepa es el segundo distrito de la Amazonía peruana y el tercero en Perú con menor acceso a energía eléctrica».

Las bajas coberturas en la Amazonía están asociadas a diversos factores como la complejidad y costo de implementar grandes líneas de transmisión para enlazar esta parte del país con el Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN), la dispersión y el tamaño de las comunidades, así como la falta de políticas públicas y planes energéticos a largo plazo, señala Augusto Durán Durán, coordinador del área de transición energética del Movimiento Ciudadano Frente al Cambio Climático (Mocicc).

“Por las experiencias que se tienen, cualquier línea de transmisión [de energía eléctrica] que pasa por la Amazonía genera deforestación, ingresos de economía ilegales. Con eso no quiero decir que debe quedar así, porque es un desafío que debe tomar el Estado”, dice el activista ambiental. Una solución —añade— son las energías renovables.

En la provincia de Condorcanqui, el 81,6% de viviendas no tiene alumbrado eléctrico por red pública y otro 18,4% sí cuenta, según el Censo de 2017 del INEI.

Este último porcentaje, principalmente, se encuentra a lo largo de la carretera que atraviesa Imaza (Bagua) y Nieva, o vive en Santa María de Nieva, capital de Condorcanqui. No obstante, incluso en esas zonas se han denunciado cortes intempestivos de luz.

“[La mayoría] de la población awajún no tiene acceso a energía eléctrica (…). [Para refrigerar sus alimentos] usan generadores, paneles solares. Viven prácticamente como en los viejos tiempos”, señala el pamuk o presidente del Gobierno Territorial Autónomo Awajún, Gil Inoach Shawit.

Esta brecha enmarca un panorama más preocupante en esta provincia, la primera en la Amazonía y la séptima más pobre del país, según el último Mapa de Pobreza Monetaria Provincial y Distrital de 2018.

Y es que Condorcanqui también es escenario del creciente avance de la minería ilegal en la Amazonía y de la vulneración de derechos de niños, niñas y mujeres: solo en 2023 se registraron, al menos, 204 casos nuevos de VIH, 174 embarazos adolescentes y 40 procesos administrativos por violencia sexual contra escolares.

Colegio
ABANDONO. Las niñas del colegio Ricardo Palma Soriano, de la comunidad de Kigkis, usan focos que no iluminan el exterior de su residencia por las noches. Foto: Colegio Ricardo Palma Soriano

 

Precisamente, el limitado acceso a energía eléctrica impacta de forma directa en los servicios de salud y educación. Autoridades locales y vecinos de El Cenepa y Nieva contaron a OjoPúblico que la mayoría de puestos y centros de salud carecen de este servicio y, aquellos que lo tienen acceden a través de paneles solares o generadores. La prioridad, en tanto, se centra en las cadenas de frío para las vacunas.

Los niños estudian con mecheros o, si viven en residencias escolares, utilizan, en muchos casos, pequeños paneles solares que, apenas, alumbran el interior de estos locales. En ellos también se han denunciado casos de abuso sexual.

El estudio Diagnóstico de las brechas sociales y de infraestructura de la provincia de Condorcanqui, Amazonas, publicado en 2020, confirma que una de las principales brechas que evidencia la desigualdad en Condorcanqui se centra en los servicios básicos, como la energía eléctrica.

La menor cobertura se registra en el distrito de El Cenepa, seguido por Río Santiago y Nieva, que además alberga el área urbana de Santa María de Nieva y Juan Velasco Alvarado. Entre las fuentes del servicio figuran la red pública, paneles solares y el generador de luz.

En el distrito de El Cenepa, con 9.891 habitantes censados, la electricidad por red pública solo está al alcance de quienes viven en la capital Huampani, en la zona donde se ubica la sede municipal. El servicio solo se provee —a través de tres motores alimentados por petróleo— entre las 6:30 a.m. y 1 p.m. y de 6:30 p.m. a 11:00 p.m. Cada hogar paga de acuerdo a su consumo.

“Deben ser 700, 800 usuarios. En comunidades [alejadas], los jóvenes estudian con mechero, no tienen energía eléctrica”, añade el alcalde Edison Espejo Nijigkus.

Impacto en las postas y en las escuelas

La provincia de Condorcanqui —con más de 50.000 habitantes en su mayoría awajún, seguidos por los wampis— tiene 77 centros y puestos de salud, así como un hospital y un servicio de traslado de pacientes. De estos, 12 tienen electricidad y se ubican en la zona urbana o cerca de la carretera en Nieva, informó la Red de Salud.

Los más antiguos, en tanto, tienen solo paneles solares y baterías, que muchas veces son abastecidos por el mismo personal y que funcionan por horas. “La mayoría funcionan con paneles, pero sobre todo [están destinados] para la cadena de frío, para las vacunas, pero no […] para usar en otras cosas”, dice Roberto Rivera Sánchez, director de la Red de Salud de Condorcanqui.

Hay establecimientos con cadena de frío, compuesta por una refrigeradora, paneles y baterías. A esto se puede sumar una congeladora, de donde se extraen paquetes de hielo para equipar las cajas de transporte RCW (similar a un cooler) de vacunas. Solo duran 72 horas.

En cambio, los que carecen o sufren averías en estos equipos deben manejar el almacenamiento de vacunas solo con las cajas RCW o abastecerse de los centros de salud más cercanos. Eso solo les permite trabajar el mismo día.

Solo en 2023 se registraron, al menos, 204 casos nuevos de VIH y 174 embarazos adolescentes en Condorcanqui».

“También tenemos problemas de infraestructura y equipamiento. Más del 60% de los puestos de salud están deteriorados. Necesitan mantenimiento y eso no viene en presupuesto para la red. Hay planes de mantenimiento que se hacen, pero no llega el presupuesto (…). Nos falta bastante recurso humano”, dice Roberto Rivera.

Similar es el caso en la Microred de Salud de Nieva. De 17 establecimientos de salud, menos de la mitad cuenta con energía eléctrica por red pública, según el jefe de dicha entidad, César Velásquez Castillo. En su opinión, uno de los principales impactos de la falta de este servicio es la atención y el interés de las gestantes por los partos institucionales.

“Hay establecimientos que no tienen luz, pero sí un refrigerador operativo. En eso sí hay inversión (…). [La cadena de frío] es un sistema cerrado que no te permite siquiera sacar un punto de luz”, dice Velásquez Castillo.

Baterías
EQUIPOS. La mayoría de postas no tiene energía por red pública y solo tienen, en algunos casos, baterías y paneles solares para almacenar, sobre todo, las vacunas. Foto: OjoPúblico / Aldair Mejía

 

Javier Herrera Zúñiga, director de investigación en el Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD) y miembro de la Comisión Consultiva de Pobreza del INEI, refiere que aunque, entre 2014 y 2022, se observen mejoras en el acceso a energía en regiones amazónicas, este avance aún es relativo.

En Loreto, por ejemplo, aún dos tercios de la población no cuenta con acceso o es inadecuado. “[¿A qué obedece?] A la poca presencia del Estado. Ha mantenido en el olvido la provisión de servicios básicos en muchas regiones, no solo en la selva, sino en Puno y otros”, señala el investigador.

Condorcanqui es la provincia con más casos en Amazonas por violencia sexual de docentes contra escolares en los últimos cinco años. Entre 2019 y agosto de 2024, se han abierto 193 Procesos Administrativos Disciplinarios (PAD) por hostigamiento sexual a estudiantes solo en la Unidad de Gestión Educativa (Ugel) de Condorcanqui.

Esto último representa el 67% de los casos en toda la región. Incluso, supera lo registrado, en el mismo periodo, en otras Ugel de las regiones amazónicas de San Martín, Ucayali y Madre de Dios.

Uno de los escenarios donde se ha reportado la vulneración de la integridad de las escolares son las residencias estudiantiles: Condorcanqui concentra 18 de los 26 locales de la región, según los registros oficiales de 2023.

La residencia estudiantil Ricardo Palma Soriano, en la comunidad de Kigkis, distrito de Nieva, a dos horas por río de la capital Santa María de Nieva, está compuesta por dos dormitorios. Uno alberga a 50 alumnas y otro a 75 adolescentes. Cada habitación recibe energía a través de un pequeño panel y baterías que se recargan con energía solar.

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LLAMADO. El personal del colegio Ricardo Palma Soriano denuncia que solo un panel solar debe abastecer con luz a más de 50 niñas que viven en la residencia. Foto: Colegio Ricardo Palma Soriano

 

Eso solo alcanza para encender por la noche focos dentro del local, mas no en el exterior, donde se ubican los servicios higiénicos. Cada vez que los menores se trasladan deben usar linternas. “Una cosa es que lo cuente, otra cosa vivirlo. Para salir es oscuro. A mí me da miedo. ¿Te imaginas a las chicas? Es bastante peligroso. Son vulnerables”, dice la gestora sociofamiliar de la residencia, Daniela Wajai Pérez.

El director de la escuela, Oscar Chigkun Mayán, comenta que esos paneles y las baterías las consiguieron los padres y alumnos que organizaron polladas deportivas. “Es un esfuerzo momentáneo para atender urgencias (…). Estamos sobreviviendo porque no hay de otra. El Estado no va por ese lado”, señaló. También alertó sobre el hacinamiento de los más de 70 alumnos dada las dimensiones de la habitación.

Entre 2019 y 2024, se han abierto 193 procesos administrativos por hostigamiento sexual a estudiantes solo en Condorcanqui».

El estudio Diagnóstico de las brechas sociales y de infraestructura de la provincia de Condorcanqui, Amazonas concluye que solo el 4% de los locales escolares públicos de educación básica regular, alternativa y especial de la provincia se encuentran conectados a red eléctrica. A eso se suma que el 98% carece de servicios básicos.

A partir de información del Ministerio de Educación proporcionada en marzo de 2024 a OjoPúblico por Ley de Transparencia, también se ha podido conocer que de 2.225 locales educativos de gestión pública y privada en Amazonas, cerca del 60% cuenta con red pública.

Sin embargo, si se analiza por provincias, se puede identificar que Condorcanqui varía la proporción. De 505 locales, 322 —es decir, más de la mitad— han reportado que “no tienen” energía eléctrica. Otros 104 accede por panel solar y, luego, en menor cantidad figuran los que tienen red pública (65). Le siguen otras modalidades, entre ellas generador o motor de municipio o del local educativo o energía eólica.

Posibles salidas y transición energética

Esta es la situación en un contexto en que normas como la Política energética nacional del Perú 2010-2040 tiene entre sus objetivos el acceso universal al suministro energético. En tanto, el Plan Nacional de Electrificación Rural estima una cobertura del 96% hacia 2026 en el país. En 2022, el acceso en las viviendas rurales alcanzó el 83%.

El especialista en energía eléctrica, Rafael Laca Sánchez, ratifica que la geografía y el costo de implementar una línea de transmisión afectan el acceso a la energía eléctrica en la Amazonía. “El primer análisis que se tiene que hacer es uno económico: qué cuesta más llevar una línea de transmisión [ubicada en la costa] a un pueblo aislado o invierto en un sistema aislado y, de acuerdo a la zona, coloco energía solar o eólica”, reflexiona Laca Sánchez.

Frente a las brechas en las comunidades amazónicas, Augusto Durán Durán, coordinador del área de transición energética de Mocicc, plantea alternativas como los paneles solares, el aprovechamiento de caídas de agua y minihidroeléctricas; es decir, sistemas autónomos con energías renovables de acuerdo a los territorios. Estos deben considerar la participación de las comunidades y brindar un enfoque de derechos humanos.

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BRECHA. El Cenepa es el tercer distrito con menor acceso a energía eléctrica por red pública. Según el último censo, el 1,4% de viviendas tenía el servicio. Foto: OjoPúblico / Aldair Mejía

 

No obstante —precisa Durán Durán— aquellos casos donde se abastece a escuelas o postas con paneles que no suministran lo suficiente no se trata de transición energética. Solo se abre acceso a fuentes renovables, pero sin brindar un desarrollo de la calidad de vida de las comunidades.

“Falta todavía hacer que estos sistemas, de verdad, respondan a las necesidades de las personas (…). Estamos bajo un Estado cuyas políticas son muy facilistas e inmediatistas. Cree que poner un pequeño panel solar en el techo de una casa en una comunidad y que prenda un foquito ya soluciona el tema energético. Y no es así”.

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INSUFICIENTE. Para Augusto Durán, de Mocicc, el uso de paneles y baterías que no suministran suficiente electricidad no representa una real transición energética. Foto: Colegio Ricardo Palma Soriano

 

Para Jorge Dávila Santoyo, gerente municipal del distrito de El Cenepa, se requiere que el Ministerio de Energía y Minas (Minem) realice un estudio para identificar la potencial población beneficiaría, su ubicación, y cómo se puede brindar el servicio. Y es que, en su opinión, se trata de una labor compleja dada la dispersión de las comunidades.

“Puedes encontrar en una comunidad cinco o seis familias y, a media hora, otra familia. Pero todas necesitan el servicio (…). De repente especialistas dirán: [Hay] que dar energía donde haya escuela y posta médica. ¿Y el resto de comunidades cercanas? Pasaría el cableado, ¿pero no darías por ser una población pequeña?”, se pregunta Dávila Santoyo.

A la fecha, existe un proyecto de inversión de sistema de electrificación rural de las cuencas de los ríos Cenepa, Comaina, Numpatkay y Santiago, distritos fronterizos de El Cenepa, Imaza y Río Santiago, en la región Amazonas. El primer registro de este proyecto data de 2017. Finalmente, en agosto de 2024 se otorgó la buena pro para el saldo de obra por un monto adjudicado de S/122 millones.

A este se suma otro proyecto para la creación del servicio eléctrico rural en las comunidades nativas de Kusu Kubaim y Huampani, distrito de El Cenepa, con un costo de inversión superior a S/18 millones.

*Periodista de investigación especializada en la cobertura de tema sociales y desarrollo. Coordinadora de la Red Investigativa Regional de OjoPúblico. Su trabajo se ha focalizado en profundizar e investigar temas relacionados al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, como educación, ambiente, igualdad, salud y pobreza.

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