Chilenos adoptados irregularmente en la dictadura se reencontraron con sus familias biológicas luego de más de 30 años

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Chilenos adoptados irregularmente en dictadura se reencontraron con sus familias biológicas

Un emotivo momento se vivió el domingo en el Aeropuerto de Santiago, cuando siete pasajeros estadounidenses -que fueron adoptados de manera irregular durante la dictadura de Augusto Pinochet- se reencontraron con sus familias biológicas, más de 30 años después de su separación.

La encargada de dirigir este encuentro fue la Fundación Connecting Roots, organización que se dedica a realizar trabajos de reconexión familiar, apoyo psicológico y reparación de las víctimas secuestradas y vendidas ilegalmente en Estados Unidos.

El presidente de la mencionada organización, Juan Luis Insunza, explicó que explicó que en estos casos que involucran a chilenos, «lo que funcionaba en EE.UU. eran agencias de adopción completamente legal. Los papás que querían acceder a esas adopciones lo que hacían era completar todos los pasos de una adopción normal: eran evaluados por asistentes sociales y por un informe de la iglesia para ver si podían o no adoptar».

«Finalmente todos podían (adoptar) porque lo que estaban haciendo era a través de los costos operacionales del proceso. Lo que hacían (los responsables del delito) era cobrar y vender esos niños, (ya que) estas familias no sabían que estaban causando este dolor de que estaban comprando un niño, sino que ellos creían que estaban pagando por costos operacionales del proceso de adopción», agregó.

TYLER GRAF, UNO DE LOS FUNDADORES DE CONNECTING ROOTS

La llegada del vuelo a Chile -proveniente de Nueva York- fue programada para las 07:00 de la mañana del domingo.

Uno de los participantes de la experiencia fue Tyler Graf, un bombero de Houston que fundó Connecting Roots luego de descubrir a su familia biológica en nuestro país.

«Fue un largo viaje, hay mucha emoción en el avión, los adoptados estaban muy nerviosos y emocionados. Puedo decir que miré a todos muchas veces, y no dormían mucho, no tenían hambre, solo un montón de nervios», expresó Tyler.

«Una vez que aterrizamos, preparamos a los adoptados para que salieran por esta puerta para encontrarse con sus familias por primera vez y tuvimos que hacer un reinicio mental. Se puede ver el dolor en los ojos de los adoptados y de las madres, pero cuando salen por esa puerta y se dan abrazos, no es más que alegría. Todos merecen conocer su pasado, todos merecen conocer a sus padres«, relató.

LA HISTORIA DE BEN FRUCHTER, NACIDO EN CHILLÁN

Ben Fruchter, nacido en Chillán en 1988, fue hospitalizado desde muy joven en el Hospital Infantil Conin antes de ser secuestrado por mafias de traficantes de niños. Cuando su padre adoptivo se enteró de la situación que ocurría en Chile, animó a su hijo a buscar la verdad a través de Conecting Roots.

Ben es el menor de ocho hermanos y fue recibido por uno de ellos, Jonathan Figueroa, quien expresó que «como familia estamos muy emocionados recibiéndolo a él, tratando de comunicarse un poco debido a que él no conoce muchas palabras en español y nosotros estamos en viceversa, de inglés no tenemos mucho conocimiento».

«Desde que tenemos uso de razón siempre supimos de la existencia de nuestro hermano. Aparecen todos sus datos en la libreta de matrimonio de nuestros padres. No sabíamos más de él, solo de una dirección en Santiago, la cual fuimos a ver varias veces y después nos dieron a conocer que era la dirección de una fundación que hacía adopciones ilegales», explicó Figueroa.

En los últimos 18 meses, Connecting Roots ha tenido 16 consultas que dieron como resultados coincidencias de ADN. En esa línea, a través de una investigación en curso en Chile identificaron a alrededor de 20 mil personas en situación de adopción irregular.

COOPERATIVA CL

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