La CIDH pide al gobierno investigar represión contra migrantes y reparación a las víctimas

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Llama CIDH a investigar agresiones contra migrantes en Chiapas

Por Alonso Urrutia

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos condenó “condenó el uso excesivo de la fuerza en contra de personas que integraban caravanas de migrantes que tuvieron durante agosto y septiembre, en el estado de Chiapas, México”. En un pronunciamiento urgió al gobierno mexicano a “investigar de oficio y con la debida diligencia los hechos de violencia contra esta población, sancionar a los agentes estatales que resulten responsables, y reparar integralmente a las víctimas de estas violaciones a derechos humanos.

En su pronunciamiento, el organismo interamericano recordó la movilización masiva de migrantes en territorio mexicano entre el 28 de agosto y 5 de septiembre en caravanas migrantes que incluían a grupos vulnerables como niños y adolescentes. La CIDH refiere que con la información que se cuenta, dicho movimiento migratorio obedeció a la lentitud en los trámites de procedimientos de refugios y la falta de acceso a servicios estatales

LA CIDH enfatizó en su censura al despliegue de fuerza de instancias de seguridad mexicanas pues de acuerdo a los videos difundidos “e advierte que las autoridades estatales y las fuerzas de seguridad del Estado utilizaron escudos y toletes de seguridad para golpear en la cabeza y otras partes del cuerpo a las personas que se desplazaban, sin que estas tuvieran la posibilidad de defenders”.

Mas adelante la CIDH observa con “preocupación que dichas agresiones se habrían cometido en contra de familias y de personas adultas acompañadas de niñas, niños y adolescentes” Y aunque reconoce que se dio a conocer que al menos dos agentes fueron sancionados, urgió al estado mexicano a emprender investigaciones para imponer sanciones.

En su condena subraya que “la detención migratoria es una medida excepcional, y que esta podría aplicarse conforme a lo autorizado por la ley, solo cuando se determine ser necesaria, razonable en todas las circunstancias y proporcional a un propósito legítimo. Además, el Estado debe adoptar medidas para garantizar la prohibición de la detención de niñas, niños y adolescentes en contextos migratorios”.

El organismo fue más allá al descalificar la participación de las fuerzas armadas y otros cuerpos de seguridad del Estado en operativos de control migratorio, en sus Observaciones Preliminares de la visita virtual a México la Comisión señaló que la seguridad ciudadana y las funciones de control migratorio deben corresponder a fuerzas policiales.

La Jornada


En Chiapas, cierran albergue a migrantes hondureños; amenazan con lincharlos

Por Manuel López

La amenaza de linchamiento es directa. Los habitantes de Pakalna, en el municipio de Palenque, Chiapas, usaron como armas la discriminación y la intimidación para cerrar a migrantes la casa del caminante Jtactic, Samuel Ruíz García. Para el pueblo maya, habitado por más de 7 mil personas, los indocumentados hondureños son responsables de violaciones, asaltos y tráfico de droga.

“Vecinos unidos contra la delincuencia. Si te sorprendemos robando ¡serás linchado!, ¡si eres hondureño, en esta colonia ya no eres bienvenido…sigue tu camino! Te estamos observando”, se lee en mantas que cuelgan de postes de luz, calles y parques recreativos.

Para el presidente de barrios y colonias, Leopoldo Contreras, la inconformidad no tiene intereses políticos, sino el hartazgo de la sociedad “invadida por violencia”. Aseguró que las autoridades federales saben del disgusto social, pero tampoco han hecho nada por cerrar y reubicar el albergue en disputa.

“El sacerdote (Alberto Gómez) como tiene peso y es amigo del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues se le hace fácil perjudicar a Pakalna (…) no los despreciamos, al contrario, los hemos apoyado (a migrantes) con trabajo y comida. Queremos que lo cierren, los quiten, los reubiquen y punto”, dijo el líder de colonos.

«Uno viene con una ilusión de venir a descansar»

Es la segunda ocasión que los habitantes se enfurecen y atacan a los migrantes centroamericanos, pues en marzo de 2020, sacaron a golpes a 130 migrantes que habían sido reubicados de Tabasco al auditorio del parque central de Pakalna.

Aquí los indocumentados llegan exhaustos, hambrientos, sin zapatos, buscan descansar, pero el refugio no está disponible; de modo que duermen en la calle entre la lluvia y muchos delinquen por falta de hambre y trabajo.

“Uno viene con una ilusión de venir a descansar por lo menos un día o unos dos días y venimos a ver la casa de migrantes cerrada, así como anoche fue una situación crítica para nosotros porque llovió”, contó Javier, un hondureño quien caminó cuatro días entre la selva.

Luis, otro hondureño que pasó la noche del viernes tumbado en la banqueta, lamentó que la casa de migrantes haya dejado de socorrerlos, se quedó sin zapatos y su ropa está mojada por la lluvia.

“En la viña del Señor hay de todo, hay buenos y malos, y lastimosamente los que vienen con esas intenciones de hacer daño nos arruinan la trayectoria a quienes venimos en paz y con la ilusión de encontrar derroteros mejores para nuestras vidas personales y familiares”, dijo.

La crisis migratoria en la frontera norte y la pandemia complicaron el panorama para este refugio con nueve años de asistencia humanitaria, que primero restringió su capacidad por covid-19 y ahora cerró para los hondureños. Para el director del refugio, el cura Alberto Gómez, el mensaje de amenaza viene de “algunos líderes políticos”.

“Hubo un grupo muy beligerante el cual mandaba cadenas pidiendo que la gente acudiera con palos, con machetes al albergue, como si nosotros fuéramos unos maleantes. Solo quiero decirle que sí está documentado ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y también en una averiguación previa (las amenazas), manifestó.

Campañas de odio e intolerancia xenofóbica

Líderes religiosos en Chiapas externaron preocupación de más ataques y amenazas, por lo que exigieron a las autoridades federales garantías de seguridad para reabrir sus puertas. Ante a los agravios, los ministros católicos urgieron a las autoridades competentes la aplicación de medidas cautelares para salvaguardar la integridad física de quienes sirven en ese albergue y en el resto de Chiapas.

“Estamos convencidos que urge unir esfuerzos para atender lo mejor posible a los migrantes con políticas y acciones claras y concretas que respeten su dignidad”, dice el exhorto de los Obispos de Chiapas que enviaron a las autoridades federales y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Los religiosos consignaron que han documentado ante las instancias federales y organismos de derechos humanos, evidencias de “las campañas de odio y de intolerancia xenofóbica”, para obligar al cierre del albergue, el cual se ve como si fuera la causa de la inseguridad y “problemática social” que se vive en las colonias próximas a Pakalna.

“Se necesita implementar un segundo albergue porque ya es incapaz de recibir tanta gente. El flujo migratorio seguirá creciendo, y no es verdad que quitando la casa del migrante se va a acabar el flujo. Entonces, queremos garantizar la integridad tanto de nuestros colaboradores, como de las personas que acudan eventualmente a nuestro albergue”, manifestó el sacerdote Alberto Gómez.

El conflicto permanece estancado en medio de la transición del nuevo gobierno municipal y un primer diálogo con autoridades federales que fracasó por falta de acuerdos. A decir del secretario del Ayuntamiento en Palenque, Felipe Peñate, el término “conflicto”, no existe porque “son las manifestaciones sentidas de los habitantes de las colonias”, justificó.

Milenio


Activistas: «Estadía de migrantes haitianos en la CDMX no será temporal»

Por Blanche Petrich

La semana pasada, a partir del martes 21, una doble oleada de migrantes haitianos, la mayoría con la intención de documentarse y permanecer en el país, empezó a moverse desde el norte y desde el sur hacia la Ciudad de México. En poco menos de cuatro días los albergues que gestionan organizaciones religiosas y defensores de migrantes llegaron a su límite de cupo y ahora se ven rebasados.

Magdalena Silva, religiosa josefina que gestiona el albergue para familias migrantes Cafemin, asegura que estos nuevos flujos no van solamente en tránsito ni se van a ir en dos o tres meses.

Para esta defensora esta es una nueva crisis migratoria, lo quieran admitir las autoridades o no.

Asegura: Lo que el gobierno se niega a ver es que aquí no hay soluciones fáciles; debe haber una revisión a fondo de la política migratoria para resolver la emergencia. Lo cierto es que esta población en movimiento no tiene asidero en su vida. No pueden estar en su país de origen, ni en el de tránsito ni en el de destino. ¿Qué hacemos con ellos? ¿Los mandamos a la Luna?

El celular de la hermana Magda no deja de sonar. Esta vez le llaman de otro albergue, Casa Tochan. ¿Te caben todavía seis personitas? Son dos parejas, cada una con un niño. Yo ya no puedo acomodar a nadie más. Tengo gente hasta en la azotea, le preguntan. Responde como siempre: Mándamelos.

La Casa de Acogida y Formación para Mujeres y Familias Migrantes también está muy arriba del cupo para recibir migrantes, esta vez haitianos procedentes en su mayoría de Chile o Brasil. Como todos los refugios en la Ciudad de México, este recinto, uno de los más grandes, está rebasado desde el pasado jueves, cuando empezaron a confluir en la capital las dos grandes oleadas de solicitantes de refugio desde la frontera norte y la frontera sur.

A cada rato tocan la puerta. Entre ellos se ha corrido la voz. Saben que pueden acudir a nosotros y no vamos a rechazar a nadie. Tenemos cupo para 100. Nos han llegado 160. Sé que cuando llegue a 200 voy a tener que cerrar.

En el centro cultural La Resistencia están pensando hacer acopio de tiendas de campaña para instalar a los grupos en las calles. En Casa Tochan, con cupo para 40, ya tienen 80. En Casa Fuentes tienen 20 camas; más de 70 albergados. En la Arquidiócesis hay también más de 70 y capacidad para alojar a 30. El Programa Casa Refugiados empezó ubicando a los solicitantes de asilo en hoteles. Pero del martes a la fecha el número de duplicó, se triplicó. Para alimentarlos se hacen malabares.

Esto apenas empieza

La red de albergues, algunos religiosos, otros de la sociedad civil, teme llegar en cualquier momento a un punto crítico. “Y esto apenas está empezando.

No era necesario llegar a este punto de crisis. La ciudad sí tiene capacidad de responder a estas oleadas como lo hizo en 2018, cuando una serie de caravanas centroamericanas cruzaron todo el territorio nacional, pasando un periodo de descanso y reorganización en el macroalbergue que se abrió en el estadio Jesús Martínez Palillo, en la ciudad deportiva Magdalena Mixhuca.

Cafemin integra, junto con otros 27 albergues para migrantes en el sur, centro y norte de México la Red de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (Redodem) que documenta día a día lo que pasa con el flujo migratorio que transita por el territorio nacional.

Tenemos reportes de que esta llegada a la Ciudad de México es apenas el principio. Por ejemplo, en Palenque hay muchos grupos de haitianos y otras nacionalidades buscando moverse hacia el norte. Y en la frontera norte, después de la disolución del campamento bajo el puente fronterizo de Ciudad Acuña-Del Río (llegó a contar con 15 mil personas) y ante la amenaza de ser deportados por el INM, muchos vienen de regreso hacia el centro.

De acuerdo con esos reportes, la hermana Magda señala diferencias en las experiencias de los flujos que transitaban en 2017 o 2018. Eran caravanas más grandes. Llegaban cansados físicamente. Ahora es distinto: vienen correteados, golpeados. En el camino viven humillaciones, les quitan sus pertenencias, les rompen documentos y pasaportes. Tenemos muchos testimonios que así lo reportan.

Otro cambio dramático es que, a partir de la reforma de la ley para la protección de niños y adolescentes, mucho más menores son detenidos. “Aquí lo vemos seguido. Nos llegan camiones repletos. He visto cómo los bajan, como si vinieran presos, agarrados del cuello. Llegan espantadísimos. Los agentes nos dicen que los tratan así ‘para protegerlos’”.

En días pasados, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, declaró que no veía necesario abrir albergues para los grupos de haitianos. No va a ser muy larga su permanencia en la ciudad, dijo.

La hermana Magda no lo ve así. No van a ser dos o tres meses de estadía, sino mucho más. De los que están llegando aquí, más de 90 por ciento reporta su voluntad de quedarse. Muchos vienen de iniciar sus trámites de refugio ante la Comar (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados) en Tapachula. Por ley, esta gestión no debería tardar más de 45 días. Pero la Comar está rebasada y tarda cuatro, seis y a veces más meses en dar una respuesta.

La Jornada


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