La crisis climática dejó 312 mil muertes entre 1998 y 2020 en América Latina y el Caribe, según informe

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Un nuevo informe muestra los efectos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos en América Latina y el Caribe.

En América Latina y el Caribe, el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos comprometen la salud y la seguridad de las personas, amenazan la seguridad alimentaria, hídrica y energética, y ponen en peligro el medioambiente. Sus efectos se dejan sentir en el conjunto de la región, también en las cumbres andinas, las imponentes cuencas fluviales y las islas de baja altitud, según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En ese documento se destaca la preocupación que generan los incendios y la pérdida de masa forestal, que constituye un sumidero vital de carbono.

En El estado del clima en América Latina y el Caribe en 2020 se presentan de forma sucinta los efectos del aumento de las temperaturas, el cambio en la distribución de las precipitaciones, las tormentas y el retroceso de los glaciares. Incluye, asimismo, análisis transfronterizos, como el de la sequía del Pantanal sudamericano y la intensa temporada de huracanes en América Central y el Caribe. También se proporciona información detallada desglosada a nivel regional que permite constatar la degradación de los indicadores del cambio climático mundial.

El informe y los gráficos que lo acompañan muestran cómo la vida marina, los ecosistemas costeros y las comunidades humanas que dependen de ellos, en particular en los pequeños Estados insulares en desarrollo, se enfrentan a las crecientes amenazas de la acidificación de los océanos, el calentamiento de sus aguas y el aumento del nivel del mar.

El informe se dio a conocer el 17 de agosto en una conferencia de alto nivel titulada Trabajando juntos por la resiliencia hidrometeorológica y climática en América Latina y el Caribe, organizada bajo los auspicios de la OMM, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR).

Su presentación se produce después de que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicara su informe titulado Climate Change 2021: the Physical Science Basis (Cambio climático 2021: Bases físicas), en el que se afirma que las temperaturas en la región han aumentado más que la media mundial y es probable que sigan haciéndolo. Según ese trabajo, también se prevén cambios en la distribución de las precipitaciones, así como una intensificación de la subida del nivel del mar, las inundaciones costeras y las olas de calor marinas.

«La región de América Latina y el Caribe es una de las más afectadas por los fenómenos hidrometeorológicos extremos. El año 2020 fue testigo de ello, con la muerte y la devastación causadas por los huracanes Eta e Iota en Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, y la intensa sequía y la inusual temporada de incendios que castigaron la región del Pantanal del Brasil, Bolivia, el Paraguay y la Argentina. Entre las repercusiones más importantes cabe destacar la escasez de agua y el desabastecimiento energético, las pérdidas agrícolas, los desplazamientos de población y el deterioro de la salud y la seguridad, cuestiones que no hicieron más que agudizar problemas derivados de la pandemia de COVID‑19», dijo el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas.

«Casi la mitad de la superficie de América Latina y el Caribe está cubierta de bosques. En esa región se concentra alrededor del 57 % de los bosques primarios que quedan en el mundo, que almacenan unas 104 gigatoneladas de carbono. Los incendios y la deforestación amenazan uno de los mayores sumideros de carbono del planeta, y sus repercusiones son de gran alcance y duraderas», afirmó el profesor Taalas.

Entre 1998 y 2020, los fenómenos climáticos y geofísicos se cobraron 312 000 vidas y afectaron directamente a más de 277 millones de personas.

«Tal y como deja claro el informe, el cambio climático está afectando a los medios de subsistencia en la región de América Latina y el Caribe, además de incrementar el riesgo de desastres. La UNDRR promueve la aplicación de un enfoque integral para la gestión del clima y los riesgos asociados que ayuda a gobiernos y comunidades a reducir, evitar y minimizar los riesgos climáticos actuales y futuros. Para poder adoptar decisiones que tengan en cuenta los riesgos es crucial contar con información exacta de fácil acceso, y la publicación El estado del clima en América Latina y el Caribe es un instrumento vital en nuestra batalla por un mundo más seguro y resiliente», dijo la señora Mami Mizutori, Representante Especial del Secretario General para la Reducción del Riesgo de Desastres y Jefa de la UNDRR.

El informe interinstitucional se basa en una metodología normalizada de evaluación de los aspectos físicos del sistema climático. Incorpora aportaciones de Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN), Centros Regionales sobre el Clima (CRC) de la OMM, instituciones de investigación y organizaciones internacionales y regionales. En él se proporciona información científica que ayuda a países y comunidades a aplicar sus iniciativas de adaptación a un clima cambiante y de fomento de la resiliencia ante los fenómenos meteorológicos extremos. Además, se determinan ámbitos susceptibles de mejora en cuanto a gestión de los riesgos hidrometeorológicos.

En el informe se destaca que las medidas de adaptación, en particular los sistemas de alerta temprana multirriesgos, están poco desarrolladas en la región. Asimismo, se hace hincapié en la necesidad de redoblar la voluntad política y el apoyo financiero para reforzar los sistemas de alerta temprana y los servicios meteorológicos, climáticos e hidrológicos operativos en apoyo de la gestión de riesgos y la adaptación.

OMM


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