Artistas chilenas presentan trabajo en Barcelona sobre la migración

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¿Qué discurso subyace en el cuerpo que migra?, ¿qué historias están siendo corporizadas?, ¿cómo el acervo cultural entrama un cuerpo híbrido?, esas son algunas de las preguntas fundamentales que operaron como disparadores de ideas y movimientos para el proceso creativo de cuatro profesionales de la danza de distintos territorios, conectados únicamente por internet, en tiempos de pandemia global.

La historia es así: luego de varios años de encuentros casuales, conversaciones entre viajes, exploraciones conjuntas online, y apuestas concretas por conseguir financiamiento para reunirse en una residencia artística, las intérpretes en danza, Verónica Toro, Merce Matus y Cristóbal Santa María, lograron impulsar aquella creación colectiva que durante mucho tiempo imaginaron en medio de sus trayectorias migrantes. “Trinario: Cuerpos Resonantes” es el nombre de esta pieza de artes vivas, que aborda el tema de la migración, desde la experiencia corporal. Se trata de un montaje que nace superando los límites territoriales, pues se gesta en plena pandemia, innovando en el método de trabajo a distancia y traspasando las pantallas, pues actualmente se encuentran recorriendo España en una residencia artística por Donosti y Alcalá de Henares y este 23 de julio estrenarán el resultado, presencialmente, en el Centro Cívico de Baró de Viver en Barcelona.

La dirección artística de la obra está a cargo de Miquel Barcelona, artista catalán, integrante el proyecto ¡ALIANSAT del SAT! Sant Andreu Teatre, miembro del equipo artístico de nilak y cofundador de nunArt Creacions Contemporáneas, con más de 15 años de experiencia profesional en el mundo de la danza y las artes escénicas. Miquel, fue invitado desde Chile a dirigir la pieza y aceptó el desafío de guiar a las bailarinas a través de la pantalla, apostando por explorar en un método híbrido y flexible, apto para la virtualidad, en espera del encuentro presencial, de manera de favorecer la creación colectiva en tiempos de incertidumbre.

“Lo digital nos hace perder detalles, proximidad y contacto, por eso hoy el principal desafío es que las artes vivas sigan teniendo el detalle, la arruga, el sudor”, dice Miquel Barcelona. El director, además explica que en esta ocasión los públicos, “podrán ver un primer resultado del encuentro que se generó, primero en digital, y luego en lo presencial. El contacto con el público es un reencuentro con toda esta ilusión que tenemos por volver a actuar. Es algo que no está acabado, que está en proceso y que pide ponerlo delante de gente para que sea observado”.

Sobre el proceso creativo y el trabajo colectivo

“Entre nosotras siempre hubo detonantes en común: compartimos frecuencias artísticas, el deseo de relacionarnos con nuevas formas de creación y de compartir metodologías con gente migrante”, dice Cristóbal Santa María, quien hace un mes aterrizó en España. “El deseo de desplazarse, de migrar, de convertirse en ciudadanas del mundo nos mantuvo comunicándonos hasta lograr esta conexión sensible”, agrega.

“Trinario: Cuerpos Resonantes” nace a partir de una investigación que indaga, desde la mirada de la danza contemporánea, en los conceptos de identidad, desplazamiento, migración y sus afectaciones físicas. Una aproximación entre personas y sociedades distintas, que empatizan, desde la esencialidad del estado de vibración de los cuerpos.

“Con estas resonancias nos referimos al sonido que viaja en el tiempo, a las ondas y las vibraciones que nos hacen conectarnos, pero también a esa pulsión interna que nos hace querer estar juntos, en este caso, estar juntas para bailar”, explica Verónica Toro, bailarina chilena radicada hace dos años en Madrid.

El equipo de trabajo también lo conforman, el actor Luis Moreno; quien ha colaborado bajo la figura de “ojo externo” en las residencias artísticas; el músico Carlos Martorel, quien es el responsable de la sonoridad de la puesta en escena; la productora y distribuidora, Francesca Ceccotti y la periodista y comunicadora Lorena Alvarez-Chávez.

Para las artistas, “Trinario: Cuerpos Resonantes”, en tiempos de crisis sociosanitaria, no solo ha sido un desafío metodológico y artístico, también se ha convertido en un laboratorio para la exploración del movimiento, y en una familia para quienes han decidido migrar.

“Todo este tiempo ha estado cruzado por el tema afectivo, supeditado a un protocolo externo. Se transformó lo colectivo de la comunidad dancística y lo de ser chilena migrante. El poder generar un tipo de familia, estar en comunidad, es algo que valoro mucho de esta residencia, encontrarse con las amigas, generar este lugar de batallas, desde la amistad”, relata Merce Matus, quien inició su periplo migrante saliendo de Chile en 2017, primero, viviendo en Buenos Aires y luego en Madrid.

“Queremos reivindicar lo afectivo. Podemos construir algo mejor, hay en la forma de dialogar un deseo de querer encontrar un canal, de entendernos y eso es algo humano que hoy está en peligro. Por eso, hay que reivindicarlo en nuestros proyectos y desde la danza. La intelectualidad obstruye al humano sensible. Hay que armar un tipo de sujeto nuevo después de toda esta calamidad”, concluye Merce.

“Trinario: Cuerpos Resonantes”, se presentará el 23 de julio en la Plaza del Centro Centre Cívic Baró de Viver (C/Quito 8-10).

La entrada es gratuita y el aforo limitado. “Trinario: Cuerpos Resonantes”, cuenta con el apoyo y el financiamiento de Iberescena.

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