¡Larga vida al Grupo de Puebla! – Por Aloizio Mercadante, especial para NODAL

1.914

Por Aloizio Mercadante*

, especial para NODAL

Luego de la derrota electoral de algunos gobiernos populares y progresistas en América Latina en los últimos años, muchos de nosotros, exministros, parlamentarios, expresidentes de la República, nos cuestionamos sobre la posibilidad de crear un espacio político de resistencia y articulación en el cual pudiéramos retomar los lazos de confianza construidos durante el período en el que estuvimos al frente de los gobiernos en nuestros países.

Gobiernos en los que fuimos capaces de construir, en mayor o menor grado según cada país, políticas públicas de combate a la pobreza, de reducción de las desigualdades, de salud y educación y tantas otras, además de políticas y mecanismos de integración regional como UNASUR, CELAC etc.

En una visita a Santiago de Chile, huésped de los compañeros Alvaro Díaz, ex embajador de Chile en Brasil y Laís Abramo, exdirectora de la CEPAL, aún recuerdo de haber hablado con el exsenador Carlos Ominani y Marco Enríquez-Ominami, excandidato a la presidencia de Chile, sobre esa necesidad. ¡Como nosotros, muchos otros compañeros y compañeras de Latino América estaban en lo mismo! Luchando contra el lawfare, defendiendo el estado democrático de derecho, los derechos humanos, la independencia de nuestros países y la integración regional, pero andábamos dispersos y necesitando volver a estar juntos para ser más fuertes en la defensa de nuestros pueblos.

Tiempos después, en la ciudad mexicana de Puebla, en julio de 2019, creamos al que denominamos Grupo de Puebla, un espacio plural integrado por importantes personalidades del espectro progresista y de izquierda de América Latina, con el propósito de debatir y buscar alternativas conjuntas a las políticas neoliberales que se venían implementando en nuestros países a expensas de nuestros pueblos.

A partir de entonces el Grupo de Puebla ha ido articulando varias iniciativas que involucraron el progresismo latinoamericano y caribeño en temas como la integración regional; la moratoria de la deuda; garantías de supervivencia a los pueblos frente a la crisis económica y sanitaria del Covid-19; insumos al G20 y Naciones Unidas; el combate a la práctica del lawfare en Bolivia, Ecuador, Brasil, Chile, Colombia etc.; misiones de observación en procesos electorales latinoamericanos entre otros.

Vale resaltar la importancia que tuvo el Grupo de Puebla en las articulaciones que resultaron en la salida en seguridad del presidente Evo Morales hacia Argentina tras el golpe de Estado en Bolivia. Al igual que en el fortalecimiento de la resistencia popular y democrática en Bolivia, Ecuador, Brasil, Chile, Paraguay, Colombia, Argentina, Uruguay, por mencionar algunos países, donde pudimos estar presentes y unidos en las luchas populares.

Además, creamos el Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (CLAJUD), el Grupo Parlamentario Progresista Iberoamericano, y lanzamos, en el 2020, el Manifiesto Progresista del Grupo de Puebla, que presenta una propuesta de superación del ajuste neoliberal y la ortodoxia fiscal y la construcción de un modelo solidario de desarrollo para la región.

No cabe duda de que son muchos los desafíos y tareas que aún debe enfrentar el Grupo de Puebla, entre ellos, son fundamentales la construcción de alternativas económicas, políticas, socioambientales y culturales en la pospandemia, el apoyo a los gobiernos progresistas de la región y a la posibilidad real de victoria electoral de candidaturas comprometidas con la reducción de las desigualdades, la democracia con participación popular, la soberanía y la integración regional en América Latina y el Caribe.

¡Larga vida al Grupo de Puebla!

*Aloizio Mercadante es doctor en Economía, profesor universitario y presidente de la Fundação Perseu Abramo. Fue diputado, senador, ministro de Ciencia y Tecnología, de Educación y de la Casa Civil en los gobiernos de la expresidenta Dilma Rousseff.


VOLVER

Más notas sobre el tema