Centroamérica cuenta con el proceso de integración más exitoso del mundo en desarrollo – Por Vinicio Cerezo, especial para NODAL
Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Por Vinicio Cerezo, Secretario General del SICA, expresidente de Guatemala
El Sistema de Integración Centroamericana -SICA- es un organismo internacional formado por ocho países de la región. El Salvador, Guatemala, Belice, Nicaragua, Costa Rica, Honduras, Panamá y República Dominicana son los países miembros que lo conforman.
Somos, con orgullo, la cuarta economía de América Latina y El Caribe. Por supuesto, no dejamos de lado los profundos desafíos por resolver, sobre todo ahora que atravesamos la pandemia. Pero es que, precisamente, el proceso de integración nos permite una mayor resiliencia ante las crisis.
En 2021conmemoramos tres hitos importantes. Se cumplen el Bicentenario de la Independencia de la mayoría de países de Centroamérica, los 35 años de los Acuerdos de Paz de Esquipulas y los 30 años del establecimiento del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), todo ello representa un punto de inflexión importante para proyectarnos al futuro.
La región en perspectiva
En Centroamérica creemos en la integración como un instrumento para el desarrollo de una región de oportunidades y no como un fin en sí mismo.
Nuestra riqueza cultural y étnica y ubicación geográfica estratégica, la flora y fauna que nos caracteriza nos colocan en un lugar de privilegio. Contamos con el segundo arrecife más grande del mundo en nuestros mares. Hemos logrado que la energía renovable de la región sea de un 89% y mantenemos una interconexión eléctrica que permite que 8 de cada 10 centroamericanos tenga acceso al servicio.
En conjunto, los ocho países del SICA, somos 61 millones de habitantes, el 51% son mujeres, constituimos la cuarta economía de América Latina y el Caribe. Para nosotros, el mercado intrarregional representa entre el primer y segundo socio comercial, por ello vemos en la integración un importante espacio para reactivar la región. El 33% de las exportaciones queda en la región,lo cual representa la significativa suma de 10 billones de dólares. Además activamos la primera unión aduanera del continente. Por otro lado, con 47 puertos y 29 aeropuertos a nivel regional, tenemos el potencial de ser el próximo polo estratégico de desarrollo en América Latina.
Somos, además, el puente geográfico entre América del Norte y del Sur, la interconexión entre el Océano Pacífico y el Atlántico y esa ubicación geográfica es estratégica y la sabemos capitalizar. En el 1% del territorio del planeta poseemos el 12% de la biodiversidad mundial, si aprovechamos de manera sostenible esta riqueza en clima, recursos hídricos y en patrimonio histórico-cultural seremos un referente global de resiliencia y sostenibilidad.
Todo esto constituye una ventaja que no podemos desaprovechar si queremos posicionarnos a nivel mundial tanto en el campo económico como en el político. El SICA cuenta con países observadores de los cinco continentes. En América Latina son Argentina, Chile, Brasil, Perú, Ecuador, Uruguay, Colombia y Bolivia. Así, compartimos sueños con hermanos que tienen la visión de una patria grande.
Los Desafíos
Para la región centroamericana, el 2020 ha sido el año de la pandemia, pero además enfrentamos más de 30 tormentas tropicales y dos huracanes, ETA e IOTA, que dejaron devastación, profundizando los desafíos estructurales, que se ven impactan en la vida de las personas. Hoy hay más de ocho millones de centroamericanos en crisis de inseguridad alimentaria y la migración es una consecuencia visible de la necesidad de mayores niveles de desarrollo.
Nuestra alta vulnerabilidad climática nos ubica como una de las regiones más sensibles del planeta lo cual también afecta a nuestra gente. Por ello realizamosun encuentro entre el SICA, los Presidentes, y el Secretario General de las Naciones Unidas para lograr una gestión más estratégica y una mayor responsabilidad global. Somos una de las regiones que menos contamina y una de las más afectadas frente a los efectos del cambio climático.
Un día después que la OMS declarara, en marzo de 2020, al coronavirus como pandemia, los Presidentes de los países miembros del SICA se reunieron de forma virtual y establecimos junto con ellos la Declaración “Centroamérica unida contra el coronavirus” y a partir de ella el “Plan de Contingencia Regional del SICA frente al coronavirus”. Fuimos el único bloque de integración en el continente que logró una respuesta regional. Esa experiencia la compartimos ya con OEA, CARICOM y la Asociación de Estados del Caribe (AEC). Gracias a las coordinaciones de los países miembros más de 100 mil centroamericanos volvieron a casa.
El Plan del SICA, con el respaldo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y los socios de cooperación, canalizó más de US$2,300 millones para enfrentar la crisis, utilizando el mecanismo conjunto de compra de medicamentos e insumos médicos del SICA que nos permite ahorros entre el 45 y el 50% (entre salud y gestión de riesgo, protocolos de bioseguridad para el transporte y garantizar el abastecimiento de alimentos y medicinas, especialmente en los meses más duros de cierre de fronteras).
En febrero de 2021, el SICA a través de los Ministros de Relaciones Exteriores, alzó la voz para pedir mayor solidaridad en el acceso a medicamentos para todos los países y no solo para aquellos con mayor poder adquisitivo, conscientes que nadie estará a salvo hasta que todos lo estemos.
¿Mañana? Mañana ya es tarde.
Este escenario es un punto inflexión para la humanidad, no podemos retroceder. La respuesta a la pandemia debe crear más y mejor integración y multilateralismo. Transformar el modelo de desarrollo y aprovechar las ventajas competitivas de la región es fundamental. La integración para nosotros no es un lujo sino una realidad inminente. Parece mucho, sí, pero en la gran mayoría de casos, cuando se enfrentan situaciones adversas aparecen potencialidades ocultas tanto en las personas como en las sociedades.
Confío en la visión compartida, en el diálogo político y en la inteligencia colectiva para que la integración centroamericana se consolide como lo que es, un instrumento para el desarrollo, por una región de oportunidades en la que, como dicen los Mayas en el Popol Vuh “…Nadie se quede atrás”.
El momento para actuar es hoy. ¿Mañana? Mañana ya es tarde.
