México: atacan a activistas y estudiantes de la Facultad de Estudios Acatlán

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La madrugada del 5 de abril, entre siete y 10 individuos armados con pistolas, tubos y bates golpearon, agredieron sexualmente y lesionaron de gravedad a estudiantes que mantenían tomados dos cubículos. Además rociaron con gasolina e incendiaron el inmueble. Las autoridades de la UNAM sólo aludieron al incendio.Por Lydiette Carrión

El colectivo estudiantil feminista Argüenderas y revoltosas de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (FES Acatlán) denunció que en la madrugada del 5 de abril, ingresaron al plantel entre siete y 10 hombres armados, que agredieron sexualmente a mujeres y golpearon gravemente a estudiantes varones hasta ocasionar fracturas. Los amenazaron de muerte y quemaron un cubículo estudiantil, causando quemaduras a otros estudiantes.

Las estudiantes difundieron la noticia por la mañana en un comunicado. “Se escucharon ruidos afuera del espacio anarquista, alrededor de las 3 o 4 de la madrugada.”

“Salimos a ver qué sucedía mientras observamos que venía un grupo de entre siete y 10 hombres, al poco tiempo comenzaron a golpear los vidrios del espacio. Les gritamos preguntando quiénes eran, [pero] no respondieron y rompieron los vidrios”.

Lo demás, agrega el comunicado, “pasó demasiado rápido”. El colectivo se comprometió a hacer una relatoría extensa que publicaron por la noche del mismo domingo.

Abuso sexual, balazos a los pies, quemaduras

La relatoría extensa la publicaron antes de las nueve de la noche en sus redes sociales. Ahí, los activistas dividieron los hechos en dos ataques: uno contra el salón A-906 y otro contra el cubículo del edificio A-6.

En el primero, fueron agredidos un hombre y una mujer.

El ataque al A-906

Entre las 3 y las 4 de la madrugada, dos jóvenes resguardaban el salón. Uno de ellos, un hombre, salió al baño, pero a los pocos minutos llegó corriendo. Detrás de él entraron unas seis personas, quienes los golpearon con tubos, ensañándose, sobre todo con él. Mientras, la mujer trató de llamar a los estudiantes del otro cubículo, pero los agresores le exigieron su celular, y le advirtieron que si no se lo daban la “dormirían”. Además, cada vez que su compañero trataba de defenderla, lo golpeaban aún más.

Cada vez que trataban de levantarse, los aventaban y golpeaban aún más. En uno de estos tirones, uno de los agresores desnudó a la joven completamente. Luego la subieron a una mesa y la golpearon.

“A lo lejos se escucha una voz que dice: ‘Wey, ya no le hagas nada’”. Entonces la bajaron y ataron de pies y manos. La tiraron de nuevo al piso y le advirtieron que se tapara la cara, si no, la matarían.

Mientras todo esto ocurrió, a su compañero lo golpearon entre cuatro o cinco personas. “Venían con tubos, armas de fuego y chalecos antibalas”.

Los agresores los interrogaron sobre las personas en el otro cubículo. “Amenazan insistentemente con matarlos, así que terminan por decírselos”.

Finalmente se fueron. Uno de ellos regresó y cubrió a la joven con una toalla, y le dice “que se tranquilice”. Pero su compañero estaba completamente ensangrentado y “a punto de perder la conciencia”. Trató de levantarse y cerrar la puerta del salón, pero no lo logró. Su compañera logró quitarse las ataduras de pies y manos y lo auxilió.

Poco después salieron a encontrarse con sus compañeros en el cubículo A-9. Los encontraron golpeados y quemados. Esto fue lo que los últimos relataron:

La quema contra el A-6

La relatoría narra que entre siete y 10 agresores, vestidos con chalecos antibalas, armados, llegaron haciendo ruido y gritando: “¡Esto es por los dulceros!”, y “¡Van a valer verga, los vamos a matar!”, “¡Es mensaje de los dulceros y Erasmo!”.

Poco después rociaron con gasolina la puerta del cubículo estudiantil, y prendieron fuego. Además rompieron los vidrios. Patearon la puerta hasta abrirla.

“El espacio comenzó a incendiarse y enseguida pudieron darse cuenta de que un compañero tenía fuego en la cabeza, cuando decide salir atraviesa forzosamente por el fuego que se irradió en la entrada”. Cuando el joven se tiró al piso para apagar las llamas, los agresores aprovecharon para patearlo.

Otra estudiante salió a auxiliarlo; a ella también la agredieron e intentaron desnudarla. “Ella les gritó: ‘¿Qué más quieren? Ya nos salimos, ya déjennos en paz’”. Pero los agresores respondieron:

–Se la estaban pasando muy a gusto, ¿no? por eso las violan y las matan. Por vergueras.

Continuaron las amenazas e intimidaciones, hasta que los agresores se alejaron en dirección al estacionamiento del plantel. Fue entonces que los jóvenes pidieron ayuda y se acercaron miembros de seguridad universitaria.

En su cuenta de Twitter, el colectivo publicó su relatoría:

La versión de la autoridad

Por su parte, la dirección de la FES Acatlán envió su comunicado, y luego la UNAM como institución central emitió otro. En ambos se refrendaba la misma versión: alrededor de las 4 de la mañana un grupo de desconocidos ingresó al plantel e incendió la Unidad de Jurídico del plantel.

“El incendio fue iniciado poco después de las 4:00 horas de hoy por un grupo de personas, algunas de ellas embozadas, que ingresó ilegalmente al plantel”. Así lo narró el comunicado, y se detalló que el incendio provocó visibles daños al inmueble, al mobiliario, a los equipos de cómputo y a documentación que se encontraba en el lugar, particularmente en la Oficina Jurídica y en las Salas Académicas de esa Facultad. “El fuego fue sofocado por el cuerpo de bomberos del municipio de Naucalpan”.

“Del incidente resultaron lesionadas dos personas del sexo masculino y en el sitio fueron hallados algunos artefactos explosivos, como bombas molotov, petardos y botes con gasolina.”

Entre paros feministas y emergencia sanitaria

Hasta la fecha hay nueve planteles universitarios en los que hay un paro u otra forma de protesta contra la violencia de género. La demanda de las colectivas es detener las agresiones y hostigamiento contra las mujeres en la Universidad.

Además, México se encuentra en fase 2 de emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus, y la UNAM está cerrada desde el pasado 20 de marzo.

Esta no es la primera vez que, en plena contingencia sanitaria, los paros feministas son agredidos. Por ejemplo, estuvo el caso de Prepa 6, que, bajo pretexto de la contingencia, se convocó a una asamblea que desembocó en golpes contra estudiantes menores de edad. Finalmente las estudiante de bachillerato dejaron las instalaciones el 21 de marzo.

Este mismo 5 de abril, la UNAM lanzó otro comunicado. La Coordinación para igualdad de Género entregó cartas a las paristas de los nueve planteles tomados:

“En la misiva, la titular de la Coordinación, Tamara Martínez Ruiz, señala que el bienestar de la comunidad universitaria debe ser el centro de la toma de decisiones en la UNAM y que el cuidado es un principio fundamental para alcanzar cualquier tipo de objetivo universitario.”

Por ello, se les entregarían insumos para prevenir el contagio por coronavirus: jabón, gel antibacterial, cubrebocas, termómetros.

La vulnerabilidad de la periferia

Sin embargo, los planteles llamados periféricos de la UNAM, como es la FES Acatlán o la de Aragón u Cuautitlán, siempre han tenido mayor vulnerabilidad frente a los grupos de poder locales, el porrismo y la violencia. De ahí que los estudiantes que optan por el activismo o la organización política al interior de sus planteles lo pasen más difícil. Tal es el caso de las colectivas feministas, que a lo largo de estos meses han denunciado abuso y hostigamiento. Es en este contexto que se enmarca la última agresión.

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