Nicaragua: Murió Ernesto Cardenal, el poeta revolucionario

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Murió Ernesto Cardenal

El poeta y sacerdote nicaragüense Ernesto Cardenal falleció el domingo en Managua debido a complicaciones de salud, informaron allegados. Tenía 95 años.

Por Pablo Retamal

Cardenal murió a las 15:10 locales (21:10 GMT), señaló Luz Marina Acosta, su asistente personal.

“Nuestro amado poeta ha emprendido su proceso de integración al Universo, con la mayor intimidad con Dios”, afirmó.

Bosco Centeno, amigo cercano de Cardenal y miembro de la comunidad de la isla de Solentiname, en el sur del país, declaró a The Associated Press que el sacerdote fue internado hace un par de días en un hospital capitalino por un problema cardíaco.

Por su parte, el escritor nicargüense Sergio Ramírez señaló en su cuenta de Twitter: “Al morir Ernesto Cardenal (1925-2020) pierdo a un hermano mayor, amigo entrañable y vecino de muchos años, un guía moral, un modelo literario, y con él se va parte esencial de mi propia historia”.

Poco después de anunciarse la noticia de su fallecimiento, el Presidente Daniel Ortega decretó tres días de duelo nacional y anunció se sumará “a las ceremonias de gratitud y despedida de este hermano nicaragüense”.

“Fue un hombre “bendecido con dones y merecimientos que han puesto en alto el nombre de Nicaragua, y su propio nombre, desde sus aportes a la cultura universal y a la liberación de Nicaragua”, afirmaron Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en una declaración pública. Sin embargo, le vate ya había tomado distancia del sandinismo desde 1994 cuando lo calificó como “dictadura”.

Incluso, desde la asunción de Ortega al poder en 2007, Cardenal acusó una persecución hacia su persona. “Ellos [Ortega y su esposa Rosario Murillo] son dueños de todos los poderes de Nicaragua. Tienen un poder absoluto, infinito, que no tiene límites, y ese poder está ahora en mi contra”, señaló.

El autor de “Epigramas” y “Cántico Cósmico”, entre una vasta obra poética, celebró sus 95 años el 25 de enero anunciando que preparaba un nuevo libro. Dos días después fue internado de urgencia en un hospital, donde permaneció unas dos semanas.

Cardenal, quien sufría problemas cardíacos y renales, está considerado como uno de los últimos autores más prestigiosos de América Latina. Sus obras han sido traducidas a más de 20 idiomas y han recibido reconocimientos internacionales como la orden Legión de Honor en Grado de Oficial del Gobierno de Francia. Con su muerte, Nicaragua pierde a su mayor referente literario después de Rubén Darío.

Vinculado a las luchas progresistas de América Latina y al movimiento sandinista de Nicaragua, Cardenal y otros curas adscritos a la Teología de la Liberación fueron suspendidos del ejercicio del sacerdocio en 1984 por el entonces papa Juan Pablo II. Aunque fue rehabilitado del sacerdocio en 2019 por el Papa Francisco

En Chile, el diputado Gabriel Boric reaccionó ante la noticia: “Murió Ernesto Cardenal. Tuve la oportunidad de leer poesía con el hace años y me atrevería a decir que era un optimista del amor y la justicia, y un irreverente contra todo autoritarismo. Este, uno de mis poemas preferidos. Gracias por tanto”, señaló via Twitter.

Entre otros galardones recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2009), el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2012), y en 2005 fue nominado al Nobel de Literatura, que no recibió.

Culto


Poemas de Ernesto Cardenal

La mañanita 

Hermano, amaneció. Mirá.
Ahora podemos ver ya el volcán Masaya
y su humo
saliendo del cráter, y la laguna, verde, de Masaya,
más allá la laguna de Apoyo, muy azul,
las Sierras, y serranías de color cielo
hasta la lejanía, la verdad es
que nuestra tierra es de color de cielo,
más lejos, ¿lo ves? el Pacífico,
casi puro cielo bajo el cielo, la verdad es
que estamos en el cielo y no lo sabemos,
mirá, del otro lado el lago de Managua y el Momotombo
junto al agua como
un triángulo de lago levantado o
una pirámide de cielo.
Todo esto desde antes estaba allí
pero una oscura noche lo cubría,
y no se veía. La noche de las tentaciones.
Cada uno tenía su tentación.
La tentación del falso amanecer que aún no podía ser.
El yacer en una cama en plena noche soñando que es el amanecer.
Ahora sí fue el amanecer, Pancho Nicaragua,
todo está iluminado
alrededor de este rancho.
La tierra y el agua. Lo podés ver.
Y en aquella casita oigo cantar:
«Qué alegre y fresca
la mañanita».

Como latas de cerveza vacías

Como latas de cerveza vacías y colillas
de cigarrillos apagados, han sido mis días.
Como figuras que pasan por una pantalla de televión
y desaparecen, así ha pasado mi vida.
Como automóviles que pasaban rápidos por las carreteras
con risas de muchachas y músicas de radios…
Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los autos
y las canciones de los radios que pasaron de moda.
Y no ha quedado nada de aquellos días, nada,
más que latas vacías y colillas apagadas,
risas en fotos marchitas, boletos rotos,
y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares.


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