La alianza internacional conservadora en América Latina

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La alianza internacional de conservadores

En la mañana del 3 de junio de 2018, el joven politólogo peruano Christian Rosas, uno de los fundadores del movimiento Con mis hijos no te metas, se presentó en la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington como representante de la sociedad civil y vocero de colectivos latinoamericanos que se oponen al aborto y al reconocimiento de derechos de la población LGTB en la región. El orador, hijo del congresista y expastor evangélico Julio Rosas, ya había participado en veinte encuentros de líderes religiosos y políticos en América Latina y Europa en los últimos dos años, pero su discurso dejó de pasar desapercibido cuando logró un espacio en este organismo de alcance continental.

“El aborto legal no ha solucionado la mortalidad materna, por el contrario, en algunos casos la ha incrementado. El aborto es contrario a la salud humana”, dijo Rosas mientras era rodeado de personas de distintas delegaciones que portaban carteles de apoyo y otras que criticaban su participación. Otros tres voceros intervinieron con argumentos muy similares aquel día: los pastores Hugo Márquez, de Argentina, Gilberto Rocha, de México, y Glaucio Coraiola, de Brasil.

Un día antes de su intervención, Christian Rosas y otros treinta políticos y líderes religiosos asistentes a esta asamblea participaron en una capacitación en el lujoso hotel The Ritz-Carlton de Pentagon City. Dos de los participantes, Rosas y Gabriel Ballerini, publicaron en sus redes que allí fueron capacitados por la Alliance Defending Freedom, una organización conservadora estadounidense que ha demandado al Departamento de Justicia de los Estados Unidos para oponerse a los avances en salud reproductiva de la mujer y derechos de la población LGTB.

Christian Rosas estuvo acompañado de su padre Julio Rosas, quien encabezó una de las mesas de panelistas a cargo del entrenamiento junto al diputado uruguayo católico y precandidato presidencial Carlos Iafigliola. Lo escucharon con atención un grupo de políticos conservadores y líderes religiosos, entre ellos la integrante de la Asamblea Departamental de Santander, Ángela Hernández, la embajadora argentina ante la OEA y fundadora del partido evangélico Valores para mi país, Cynthia Hotton, y sus paisanos, el teólogo Gabriel Ballerini y el pastor Márquez.

Hasta ese momento, el alcance de las intervenciones de los grupos evangélicos de 17 países, que hace dos años están unidos bajo el paraguas del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, no había generado una coalición internacional para exponer su plataforma. Su participación en la OEA pretendió unificar criterios y estrategias para imponer su agenda y organizar protestas en Latinoamérica contra todas las acciones contrarias a sus principios religiosos. La que podemos llamar ahora una nueva cruzada conservadora internacional se ha construido para oponerse al aborto, impedir el matrimonio entre parejas del mismo sexo, rechazar la educación sexual integral en los colegios y el reconocimiento del cambio de identidad de las personas transexuales, además de cualquier decisión vinculante de la OEA y del Sistema Interamericano de Derechos Humanos sobre estos temas.

En esta investigación identificamos a las dos organizaciones más fuertes de esta alianza conservadora en el continente y sus principales operadores políticos, movilizadores sociales y estrategas como parte del Proyecto Transnacionales de la Fe, liderado por Columbia Journalism Investigations de la Universidad Columbia en el que participaron medios de 15 países de la región.

Con mis hijos no te metas

El movimiento Con mis hijos no te metas (CMHNTM) nació con la firma de la Declaración de Lima, que forjó una alianza entre pastores de diferentes iglesias evangélicas peruanas en noviembre de 2016, para oponerse a la inclusión del enfoque de igualdad de género en la currícula escolar. Su origen tuvo como inspiración la Declaración de Manhattan, suscrita por líderes católicos, protestantes y ortodoxos en el 2009, que rechazaron la inclusión del aborto en la reforma de salud del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

Cuando inició sus actividades en Lima, dos colombianos tuvieron una importante misión para entrenar a los pastores peruanos que organizarían las marchas en el Perú: Marco Fidel Ramírez y Ángela Hernández. El primero es concejal de Bogotá y uno de los líderes del grupo opositor a lo que ellos denominan “ideología de género” en su país. En en el 2015, Ramírez puso una demanda para impedir la instalación de dispensadores de preservativos promovidos por el entonces alcalde Gustavo Petro para prevenir las enfermedades de transmisión sexual.

Su compatriota Ángela Hernández, vinculada al Movimiento Misionero Mundial de Colombia y ahora candidata a la Gobernación de Santander, había organizado una masiva marcha en contra de la modificación de las cartillas de convivencia en los colegios para prevenir el bullying homofóbico cuatro meses antes de su visita a Lima. Por eso, compartió sus principales experiencias con sus aliados peruanos para ganar el apoyo de la opinión pública, entre las que estuvieron el reemplazo de los ataques a la población LGTB por testimonios de ‘exhomosexuales’ y ‘extransexuales’ convertidos por el poder de Dios; el control de la enseñanza de la educación sexual en los colegios y el uso permanente del eslogan Con mis hijos no te metas como una forma de unir la agenda de evangélicos y católicos.

Más de dos años después de su visita a Lima, sus lecciones coinciden con las acciones tomadas por el movimiento liderado ahora por el congresista Julio Rosas Huaranga, su hijo Christian Rosas, y pastores de las más poderosas iglesias evangélicas conservadoras: el Movimiento Misionero Mundial, la Alianza Cristiana y Misionera, Agua Viva, La Casa del Padre, las Asambleas de Dios y Aposento Alto.

Las marchas se han uniformizado con un solo eslogan, se incorporaron los colores celeste y rosa en los carteles y se impulsó una campaña mediática y una batalla legal contra el enfoque de igualdad de género en la currícula escolar al mismo tiempo que pastores presentaban en público los testimonios de personas víctimas de la “ideología de género”.

En el evento fundacional de Con mis hijos no te metas, Christian Rosas definió la “ideología de género” –término utilizado por jerarcas católicos en Perú desde 1998– como un pensamiento único que pretende influir en los menores de edad para que crean que pueden elegir su sexualidad, cuando esta ya está definida por la biología. Otros pastores de similares convicciones a las de Rosas han señalado que este es un paso más del marxismo cultural. De acuerdo con un artículo elaborado por las especialistas en Estudios de género Fanni Muñoz y Vanessa Laura, el enfoque de igualdad de género en el Currículo Nacional de Educación Básica –que motivó las marchas de CMHNTM– corresponde a una política para atender a niñas, niños y adolescentes en un contexto de alta violencia de género.

Las iglesias peruanas siempre tuvieron relaciones internacionales con fines misioneros, pero la promoción de una agenda política común y estrategias de influencia en la opinión pública son parte de un cambio de actitud de los últimos años, explica el historiador especializado en temas evangélicos Juan Fonseca. Según el congresista de Fuerza Popular y pastor de Agua Viva, Juan Carlos Gonzáles, los grupos evangélicos, tradicionalmente fragmentados, decidieron unir esfuerzos cuando se presentaron los proyectos de ley en el Congreso a favor de la unión civil entre parejas del mismo sexo. “Somos ahora un grupo muy organizado. Lo que no sucedió en tres décadas, pasó en los últimos tres años”, dijo en una entrevista para esta investigación.

El movimiento Con mis hijos no te metas se ha extendido en Latinoamérica y ya ha cruzado el continente hasta llegar a España. Este eslogan ha sido utilizado en masivas marchas en Argentina, Uruguay, Colombia, Paraguay, Ecuador, Panamá y España, justamente, todos los países que ha visitado Christian Rosas en los últimos dos años, según su reporte migratorio.

La cumbre y sus movilizadores

El espacio más importante para las conexiones internacionales de los grupos conservadores latinoamericanos se denomina Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia (CIPVF), una organización creada por el pastor y periodista mexicano Aarón Lara en el 2017. Esta plataforma reúne ahora a políticos y activistas cristianos que construyen un discurso común y replican estrategias que impidan el aborto, la eutanasia y el reconocimiento de los derechos de la población LGTB en América Latina.

Aarón Lara preside también el Patronato del Premio Juárez que cada 21 de marzo entrega reconocimientos a las personas y organizaciones más destacados por su civismo y valores en la Cámara de Diputados de México. Desde su ONG Concertación dirige además programas de formación de una nueva generación de políticos para que asuman cargos de gobierno y que tengan una agenda conservadora.

Se convirtió en pastor en la década del setenta y ejerció esta actividad por más de treinta años hasta el 2007, cuando se aprobó en el parlamento mexicano la iniciativa para despenalizar el aborto durante las doce primeras semanas de gestación. Lara, que había preparado un campamento de protesta, pensó que nunca más iba a estar desligado de las decisiones políticas de su país, pues las iglesias tenían que dar batalla no solo en el frente pastoral.

En 2016, Lara encabezó la Iniciativa Ciudadana por la Vida y la Familia que recolectó 320 mil firmas de apoyo en siete semanas para bloquear la propuesta que permitía el matrimonio igualitario en todo México. Un año después, en febrero de 2017, este periodista mexicano coordinó la creación del Congreso Iberoamericano por la Vida en la Familia con la Declaración de Santa Fe en México suscrita por representantes de 17 países.

El Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia ha realizado tres asambleas generales desde su creación y también reuniones en Uruguay, Argentina y República Dominicana. En las dos primeras asambleas en la ciudad de México estuvieron presentes por el Perú la excongresista Mirta Lazo y su esposo Pedro Hornung, pastores de la iglesia Agua Viva, investigada por presunto lavado de activos por la compra del excoliseo Amauta por US$ 6 millones. Este congreso ya tiene programadas sus actividades hasta el 2022. Sus reuniones se realizan en lujosos hoteles bajo estrictas medidas de seguridad para evitar a la prensa y la entrada no es gratuita ni siquiera para sus seguidores.

La última asamblea general se hizo en el hotel Wyndham de Panamá en febrero pasado y el boleto de participación tuvo un precio de US$150. Su próxima asamblea general será en Perú en el 2020.

Entre los movilizadores más activos de este grupo conservador de alcance regional aparece también el politólogo Christian Rosas, quien suele tener una postura confrontacional con los políticos que intentan incluir en la agenda del Parlamento peruano proyectos que sancionen la incitación al odio a los homosexuales. “Las legislaciones que dicen que no se discrimina por orientación sexual e identidad de género finalmente apuntan a que un pastor esté prohibido de leer lo que escrito está”, declaró en una actividad pública en el 2018.

Sus exitosas convocatorias a las marchas del colectivo Con mis hijos no te metas en el Perú le han dado liderazgo a él y a los esposos Aguayo, pastores de La Casa del Padre. Ese reconocimiento vino con mayores responsabilidades: Milagros Aguayo ahora es vicepresidenta de la organización y Christian Rosas integra el comité consultivo y el Centro de Formación del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia.

Mientras que, en Argentina, el pastor de la iglesia Jesús es el Rey y presidente de la Confederación Evangélica Bautista, Hugo Márquez, lidera las marchas del movimiento Con mis hijos no te metas. La primera se realizó en Neuquén, una provincia del sur de Argentina, en respuesta a la implementación de la ley de Educación Sexual Integral en los colegios.

Hugo Márquez es director del colegio evangélico Amen y se opuso a la iniciativa de la igualdad de trato y respeto a las personas con una determinada orientación sexual e identidad de género. Su hermano, Jorge Márquez, lidera en Uruguay la iglesia Misión Vida, que encabeza la oposición al aborto y la marihuana. En el 2017, respaldado por el grupo “A mis hijos no los tocan” –una versión uruguaya del movimiento Con mis hijos no te metas–, organizó una marcha en contra de la guía de educación sexual en la educación inicial y primaria.

Los hermanos Márquez fueron los organizadores de dos congresos regionales en sus respectivas ciudades donde se coordinaron estrategias de movilizaciones junto al peruano Christian Rosas, el mexicano Aarón Lara y el costarricense Fabricio Alvarado, entre otros líderes religiosos.

El brazo político de la fe

En noviembre de 2018, el legislador peruano Luis Galarreta tuvo una intervención pública en Uruguay en la que se jactó de haber impreso un sesgo religioso a sus decisiones durante su presidencia del Congreso de la República. “Hubo un montón de proyectos de ley [con ideología de género] que frenamos. Fui presidente en ese momento porque el Señor quería una persona con formación cristiana”, dijo en la mesa de discusión sobre la participación de cristianos en la política durante el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia.

Galarreta, fujimorista y católico, ha sido un entusiasta participante de las movilizaciones del movimiento Con mis hijos no te metas en el Perú. Mientras fue presidente del Congreso de la República condecoró al entonces arzobispo de Lima y miembro del conservador Opus Dei, Juan Luis Cipriani; recibió a una delegación de pastores evangélicos durante la interpelación a la ministra de Educación, Marilú Martens; y atendió en su despacho a los delegados del Congreso Hemisférico de Parlamentarios.

El congresista Galarreta, junto a otros ocho legisladores que participaron en el encuentro en Uruguay, suscribió la declaración de la Fraternidad de Parlamentarios Evangélicos en la que se comprometió a promover un frente con una agenda común en temas de familia y vida. La firmaron también su colega Julio Rosas, de Perú; Gonzalo Ramírez, de Costa Rica; Liziane Bayer, de Brasil: David Scalereth, de Argentina; Raúl Latore, de Paraguay; Benjamín Irazábal, Gerardo Amarilla y Álvaro Dastugue, de Uruguay. Este documento fue el antecedente que dio origen a la Unión Iberoamericana de Parlamentarios Cristianos, el brazo que agrupa a todos los legisladores y exlegisladores de esta organización continental y que promueve proyectos de ley similares en cada país.

El expastor y congresista Julio Rosas Huaranga ha participado activamente en las reuniones de esta plataforma. Es uno de los promotores de la apertura de espacios para que ‘extransexuales’ como Fernando Ñaupari ofrezcan su testimonio para garantizar de que es posible la conversión. En los últimos meses, el parlamentario Rosas ha iniciado la recolección de un millón de firmas para la inscripción de su nuevo partido llamado Acción Cristiana junto a un grupo de abogados, entre los que se encuentra Sergio Tapia.

En el círculo cercano a estos parlamentarios está Pedro Olaechea, nuevo presidente del Congreso de la República desde el 27 de julio pasado hasta el 2020. Este economista y empresario pertenece a la bancada Acción Republicana y ha respaldado todas las actividades del movimiento Con mis hijos no te metas, cuyos integrantes celebraron su triunfo con un almuerzo en su honor.

Pedro Olaechea, de 65 años, ha participado en las marchas contra la ideología de género. “Si el presidente quiere escuchar a la calle, entonces que le responda al movimiento Con mis hijos no te metas y que atienda sus reclamos”, declaró a la prensa cuando le preguntaron sobre la propuesta del presidente Martín Vizcarra de adelantar las elecciones para el 2020.

Su colega Juan Carlos Gonzáles, legislador de Fuerza Popular y pastor de la iglesia Agua Viva, es también un político activo que promueve la creación del Ministerio de la Familia en reemplazo del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Es el mismo congresista que ha enviado varios oficios al Ministerio de Educación para que se suspenda la inclusión del enfoque de igualdad de género en el currículo escolar.

Gonzáles fue elegido recientemente miembro titular del comité político de la Unión Iberoamericana de Parlamentarios Cristianos. Durante una entrevista para el proyecto Transnacionales de la Fe, el congresista aseguró que integra también un grupo de Whatsapp de los líderes del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia en el que están el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (pese a que no hay registro de él en los eventos), y su ministra de la Mujer, Dámares Alves, además del político costarricense Fabricio Alvarado, y el senador colombiano John Milton Rodríguez.

Entre los operadores políticos más activos para los fines del frente regional conservador está también el exsenador mexicano Hugo Eric Flores Cervantes, del partido Encuentro Social. En el 2017, su grupo político se alió con Morena, la agrupación política izquierdista del presidente Andrés Manuel López Obrador. Para justificar esta unión, el entonces candidato López Obrador declaró en una actividad de su campaña electoral que no solo buscaba la presidencia “por el bienestar material, sino también para el bienestar del alma; porque no solo de pan vive el hombre”.

Flores es un hombre pragmático y de cálculo político eficaz. “Ir solos en las elecciones generales hubiera significado alcanzar entre diez y doce diputados con lo que podríamos haber hecho muy poco”, declaró durante su participación en el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia. Encuentro Social tiene ahora 58 diputados, pero no superó la valla del 3% de votación y perdió su inscripción. Sin embargo, el actual partido de gobierno no ha dejado de lado a su aliado: Encuentro Social preside la Comisión de Salud y una de sus diputadas, Norma Edith Martínez, promovió una ley para que los médicos mexicanos puedan abstenerse de realizar un aborto o una eutanasia por objeción de conciencia. Además, López Obrador le ha abierto las puertas de su gobierno a una confederación de iglesias cristianas, quienes exigen que se elimine la prohibición de tener medios de comunicación propios.

Mientras el partido evangélico mexicano se tuvo que aliar con la izquierda para ganar curules en el Congreso, los políticos cristianos uruguayos lo hicieron con el Partido Nacional, de una clara línea de derecha. Así llegaron al poder Gerardo Amarilla, expresidente de la cámara de diputados, Álvaro Dastugue, primer pastor evangélico elegido representante, y Benjamín Irazábal. Este trío ha participado en las asambleas del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia y se opone a varias normas aprobadas en su país, como el matrimonio igualitario, la regulación de la marihuana, la ley de salud sexual y reproductiva y el aborto.

Gerardo Amarilla tiene una relación estrecha con la Asociación Cristiana Uruguaya de Profesionales de la Salud, del médico Jorge Patpatián, quien apela a un discurso biológico desde la perspectiva evangélica para oponerse a los avances progresistas en salud y derechos sexuales. Patpatián es el encargado de temas de medicina y bioética en el Centro de Formación del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia. Mientras que el diputado Álvaro Dastugue fue el impulsor de la recolección de firmas para derogar la ley para personas trans, que establece facilidades para el cambio de nombre en el registro civil y que las entidades públicas tengan un cupo del 1% de sus puestos de trabajo para esta población como una forma de reducir la discriminación.

El excandidato presidencial Fabricio Alvarado y el expresidente de la Asamblea Legislativa Gonzalo Ramírez son los principales operadores políticos de la agenda conservadora en Costa Rica. Ambos son pastores evangélicos y se oponen al aborto. Durante su última campaña electoral, Alvarado atacó en forma constante a la población LGTB. “Son personas con una confusión sexual que pueden ser restaurados”, dijo. La Defensoría de Costa Rica emitió una alerta después de la votación de primera vuelta del 2018 con la advertencia de que se había incrementado la violencia hacia esta población debido a la prédica de Alvarado. En febrero de ese mismo año, se registraron 27 hechos violentos contra homosexuales, lesbianas y transexuales.

El generador de estrategias

Durante los últimos tres años, varias personas expertas en planificación y estrategias se pararon frente a auditorios llenos de cristianos para dar sus recomendaciones de cómo mejorar la participación e impacto en la política de las iglesias evangélicas. El único que logró acogida es el médico español Xesús Manuel Suárez García, de 64 años, miembro de la iglesia de Asambleas de Hermanos Oruenses y vicepresidente de la Alianza Evangélica Española.

Decepcionado de ver lo que considera la debacle de los valores cristianos en Europa, Xesús Suárez aceptó encargarse del Centro de Formación del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, convertido en un espacio productor de contenidos que pastores evangélicos y líderes políticos de la región utilizan para formarse y debatir su agenda con argumentos más sólidos. Suárez ha reclutado en el centro a su colega uruguayo Jorge Patpatián, responsable de Medicina, Psicología y Bioética, y su compatriota Gerardo Amarilla, encargado del área de formación política. Mientras que el pastor argentino Pablo Marzilli es responsable de los tópicos de Sociología y Economía, y el peruano Christian Rosas fue incluido en el programa de estrategias de acción.

En sus discursos grabados en videos ante el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, Xesús Suárez ha planteado acciones que podrían trazar el camino de la agenda cristiana en los próximos años. En por lo menos cuatro grabaciones subidas a youtube, Súarez expone que uno de sus objetivos es influir en los organismos internacionales para que generen decisiones vinculantes en varios países, como lo hacen los grupos evangélicos europeos ante los organismos que se encuentran en Bruselas, Bélgica. Además, se ha propuesto diseñar un enfrentamiento táctico en los debates vigentes. Por ejemplo, en lugar de que los políticos cristianos solo se opongan a la distribución libre de la píldora del día siguiente, deben llevar el debate a la aprobación de una ley para que pase por una prescripción médica obligatoria. En lugar de que presenten propuestas moralistas, Suárez dice que deben generar proyectos que se justifiquen como formas de proteger las libertades democráticas.

Aunque no tiene la misma influencia que Suárez en el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, el peruano Carlos Polo, director de la ONG Population Research Institute, también ha participado en las mesas de debate de este congreso y aportado estrategias de acción. Su organización tiene una división denominada Release, encargada de formar líderes católicos y evangélicos en análisis político. “A los políticos no hay que convencerlos, sino presionarlos”, dice Polo.

En el plano estratégico, el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia ya acordó tres rumbos claros, según un video de este encuentro que revisamos para esta investigación. El primero fue la continuación de sus intervenciones en las asambleas de la OEA, y planean participar también ante la ONU, para hacer contrapeso a los grupos feministas y LGTB en la suscripción de declaraciones en esta instancia. El segundo es el fortalecimiento de su propio sitio web, Evangélico Digital, para construir un discurso noticioso a su medida. El tercero es la consolidación de propuestas legislativas que impulsen en cada país en el que tienen parlamentarios adeptos.

Hay más pastores que se han unido a esta plataforma conservadora regional: Roy Santos, de la iglesia Manantial de la Mies de Honduras; Edwin Álvarez, de la Comunidad Apostólica Hosanna de Panamá; Miguel Ortigoza, del Centro Familiar de Adoración de Paraguay: Gilberto Rocha, del Centro Cristiano Calacoaya de México; Francisco Rivera Mardones, de Encuentro con Dios de Chile; Pablo Marzilli, de la Iglesia Bautista de Argentina; y José Antonio Flaquer, del Grupo Acción Cristiana de República Dominicana.

El crecimiento de su participación política depende ahora de su capacidad movilizadora de una agenda y de experiencias acumuladas en los últimos años. “Dios proveerá todos los instrumentos y todas las estrategias”, prometió Christian Rosas durante su intervención ante sus hermanos de fe.

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