Honduras: Manuel Zelaya participa de un acto conmemorativo a 10 años del golpe de Estado que lo derrocó

Foto: Carlos Dada @CarlosDada
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Manuel Zelaya presente en la actividad realizada por LIBRE a 10 años del golpe de Estado que lo derrocó

 


Impiden a Mel Zelaya realizar actos conmemorativo en bulevar

Fuerzas de seguridad de Honduras impidieron este viernes un acto conmemorativo del décimo aniversario del derrocamiento el 28 de junio de 2009 contra el entonces presidente del país, Manuel Zelaya, cuando promovía reformas constitucionales que la ley no le permitía.

El Partido Libertad y Refundación (Libre), surgido tres años después del golpe de Estado y cuyo coordinador general es el propio Zelaya, tenía previsto un acto conmemorativo en un bulevar frente al extremo sur del Aeropuerto Internacional Toncontín, cuyos accesos amanecieron cerrados y bajo rigurosas medidas de seguridad, para evitar eventuales manifestaciones violentas, según las autoridades.

Sobre el impedimento para conmemorar los 10 años del golpe de Estado, Zelaya indicó en Twitter que han sido los militares, al no permitirles instalar una carpa.

«Los militares de JOH (el presidente Juan Orlando Hernández) desmontaron la carpa para conmemorar el asesinado del primer mártir de la resistencia Isis Obed Murillo. Ahora a (las) 4 PM, la ofrenda por los mártires y la libertad de los presos políticos, se colocará en la estatua de (Francisco) Morazán», subraya el mensaje del exgobernante.

Por su parte, la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, quien fue la candidata presidencial de Libre en las elecciones generales de 2013, señaló también en Twitter que «10 años después Honduras amanece militarizada. ¡Le tienen miedo a la verdad! Hoy destruyen la conmemoración a los mártires del golpe, acciones grotescas de la dictadura».

El Partido Libre tenía previsto recordar a los «mártires» del crisis política en el sitio donde murió de un balazo en la cabeza el joven Isi Obed Murillo, el 5 de julio de 2009, cuando Zelaya intentó aterrizar en Tegucigalpa, después de su derrocamiento, lo que le fue impedido por los militares, que atravesaron camiones del Ejército en la pista del Toncontín.

Murillo murió frente al extremo sur de la pista del aeropuerto capitalino, en un bulevar en el que miles de hondureños se habían congregado para darle le bienvenida a Zelaya, que venía acompañado del entonces secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, entre otras personas.

Libre inició el jueves la conmemoración del décimo aniversario del derrocamiento de Zelaya, quien había asumido el poder el 27 de enero de 2006 para un período de cuatro años, con un foro en el que participaron hondureños y extranjeros, a lo que siguió la presentación de un libro por parte del exgobernante.

El libro, «El Golpe 28J», es una cronología desde que Zelaya fue expulsado del poder y del país, hasta su regreso a Tegucigalpa en mayo de 2011 y el retorno de Honduras a la OEA, que le había suspendido del ente hemisférico.

El segundo acto previsto para este viernes por el partido Libre en Tegucigalpa es un concierto con varios grupos musicales en la Plaza Central, frente a la estatua del prócer Francisco Morazán, en el casco histórico de la capital, a pocos metros de la sede del Parlamento, cuyos alrededores también amanecieron bajo estrictas medidas de seguridad.

Proceso


Honduras se paraliza sin convocatoria a paro

Diversas actividades comerciales y hasta vuelos internacionales han sido suspendidos en Honduras este viernes 28 de junio, cuando se conmemora el décimo aniversario del golpe de Estado de 2009, que derrocó del poder al entonces presidente, Manuel Zelaya Rosales.

La paralización de actividades ha sido sugerida por el gobierno, quien desde ayer comenzó a emitir comunicados previendo el desarrollo de acciones violentas por parte de los seguidores de Zelaya Rosales y militantes del Partido Libertado y Refundación (Libre).

La tarde del jueves, las secretarías de Defensa y Seguridad emitieron comunicados anunciando el despliegue masivo de militares y policías para resguardar el orden público y la protección de la propiedad privada y pública.

Asimismo, se anunció el cierre de todos los accesos al aeropuerto internacional de Toncontín de 8:00 de la mañana a 12:00 meridiano.

Las medidas extremas de seguridad fueron adoptadas pese a que el partido opositor no había convocado a protestas y algunas calles lucen como si el país estuviera en un Estado de sitio.

Durante una conferencia de prensa, Zelaya Rosales, dijo que las únicas actividades programadas para este 28 de junio, es un acto conmemorativo en las afueras del aeropuerto internacional de Toncontín, donde fue asesinado el joven Isy Obed Murillo, el 5 de julio de 2009, en el marco de las protestas contra el golpe de Estado, reprimidas por los militares.

El expresidente, informó además del desarrollo de una movilización, en horas de la tarde, desde el barrio La Guadalupe, hasta el parque Central de Tegucigalpa donde en horas de la noche se celebrará un concierto con música contestataria.

“Mañana eso es lo que nosotros tenemos programado”, dijo Zelaya Rosales, al tiempo que señaló que la población hondureña se mantiene movilizada pero no porque su partido los convoque, sino que la gente lo hace por tanta corrupción, desigualdad e implicación de funcionarios y de la familia presidencial en el narcotráfico.

Por su parte el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) emitió un comunicado mediante el cual pidió a los cuerpos de seguridad del Estado que garanticen “el orden y la paz en las manifestaciones convocadas” por el partido Libre.

La incertidumbre también se ha generado por la cancelación de vuelos comerciales por parte de dos líneas áreas, que también argumentaron su medida en el supuesto riesgo violento de protestas ciudadanas.

Asimismo, en varios sectores de la capital hondureña y en la ciudad de San Pedro Sula se observan, desde el jueves, varios negocios amurallados con láminas de zinc y madera. Algunos optaron por el cierre durante 24 horas.

Al respecto Zelaya Rosales dijo que la cancelación de los vuelos comerciales es porque el gobierno se lo pidió a los dueños de las líneas áreas. Lamentó además que los supermercados estén protegidos con láminas, preparándose ante un supuesto ataque de los militantes de Libre. Pero, “no les importa que asesinen a un joven que tiene 17 años, no les importa que saqueen el Seguro Social, no les importa que destruyan la democracia, no les importa que hayan escuadrones de la muerte, pero si los vidrios de un ventanal”, enfatizó el exgobernante.

En horas de la mañana, las autoridades y militantes del partido Libre denunciaron el impedimento de un acto conmemorativo en las afueras del aeropuerto Toncontín. El miembro del equipo de formación política de esta institución partidaria, Gilberto Ríos, denunció que pese a que tenían un permiso de la alcaldía capitalina, los miliares impidieron la colocación de un escenario en el sector donde se le rindió un tributo al joven Isy Obed Murillo, asesinado por militares el 5 de julio de 2009.

Hasta el momento de la entrega de este artículo no se había registrado ningún incidente violento. En horas de la mañana la policía disuadió pequeñas protestas en algunos ejes carreteros y en algunos sectores se han desarrollado movilizaciones pacíficas, que han concluido sin ninguna consecuencia negativa.

El despliegue policial y militar ha incomodado a la población, que considera dicha acción como un acto de provocación del gobierno para impedir la protesta social.

Criterio


Las heridas siguen abiertas a diez años del golpe de Estado en Honduras

“Mi general, el señor Presidente ya salió de Casa Presidencial… Va para su casa en Tres Caminos, antes de irse le ordenó al comisionado Osorio que capture a Roberto Micheletti donde lo vea”, le alertó un infiltrado que el general Romeo Vásquez Velásquez tenía en Casa Presidencial.

Era la medianoche del 27 de junio de 2009 y al gobernante Manuel Zelaya Rosales solo le faltaban seis horas como Presidente de la República.

El espía que tenía el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF AA) era nada menos que el director de Inteligencia, según lo relata el mismo Vásquez Velásquez en su libro “Ambiciones peligrosas: las tentaciones del poder”.

Hoy se cumplen diez años de aquel hecho histórico que marcó un antes y un después en la democracia hondureña, que dejó muertos, heridos, daños a la economía, aislamiento del país ante la comunidad internacional y una división de la sociedad de la que todavía hay rescoldos.

El tema que dio origen a aquella crisis política fue la reelección. Zelaya pretendía consultarle al pueblo: “¿Está usted de acuerdo que en las elecciones generales del 2009 se instale una Cuarta Urna en la cual el pueblo decida la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente?”.

La Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Supremo Electoral, el Ministerio Público, las FF AA y los sectores políticos, económicos y las iglesias se opusieron porque sospechaban que Zelaya pretendía una Constituyente para posibilitar la reelección para su beneficio. Otros aseguraban que, tras la consulta, el jefe del gobierno iba a disolver los poderes del Estado y se quedaría en el poder.

Lo curioso es que el mismo tema de la reelección es el que mantiene hoy en confrontación al país y con un ambiente nebuloso porque aún no se logran los consensos para aprobar la totalidad de las reformas electorales.

La crisis de 2009 fue tal que quienes lo promovieron hablaban de una “sucesión constitucional”, pero luego la Comisión de la Verdad despejó las dudas al calificar la salida abrupta de Zelaya como un “golpe de Estado al Ejecutivo”.

Ese golpe generó muchas consecuencias y hay quienes hablan de otra década perdida como la de los ochenta. “Las coyunturas acumuladas en estos últimos diez años representan un agravamiento sistémico con implicaciones devastadoras en distintos órdenes”, según el analista e historiador Mario Argueta.

Para el analista Víctor Meza, el golpe de Estado “aceleró el retroceso político e institucional de Honduras”.

El Heraldo


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