Gobierno mexicano militariza la frontera sur y sigue negociando con EEUU por nuevos aranceles

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México frena paso de migrantes en la frontera sur y militariza centros de control

Por Ángeles Mariscal

Chiapas. Las amenazas recientes del presidente de Estados Unidos, Donald Trump para que México detenga la “invasión” de migrantes bajo penas de cargas arancelarias, despertaron de nuevo el discurso humanitario por parte del gobierno de este país. “Todos los migrantes merecen nuestro respeto, nuestra admiración y nuestra mano fraterna”, respondió el presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, en un recorrido por la frontera sur salta a la vista otra realidad.

La contención y control migratorio pega todos los días. De ello pueden dar cuenta más de 1,600 migrantes de África y Haití que se encuentran detenidos en una estación migratoria provisional, en condiciones que semejan a un campo de refugiados, donde no tienen la opción de salir y comunicarse, porque su pasaporte y teléfono fueron requisados.

También lo pueden atestiguar otros cientos de personas que habilitaron chozas en las calles de Tapachula, con cartones, láminas y plástico. Tienen la intención de regularizar su estatus migratorio, pero han esperado semanas enteras sin ser recibidos por personal del Instituto Nacional de Migración (INM).

O quienes quedaron atrapados en municipios fronterizos porque únicamente lograron conseguir “tarjetas de visitantes regionales”, que les impiden avanzar en su ruta rumbo a Estados Unidos; y los cientos que están siendo víctimas de operativos de cateo en hoteles, transportes y calles.

Escapar, intentar avanzar rumbo al norte, es hoy un riesgo que se multiplica. En tan sólo 150 kilómetros que van de la frontera del Suchiate al municipio de Mapastepec, elementos de la Policía militar que integran un sector de la Guardia Nacional, se sumaron a agentes de migración en al menos ocho puntos de contención. Cerrarles el paso a los migrantes es la consigna.

Militares, con permiso para intervenir

El pasado 20 de mayo una centena de policías militares y elementos de la Secretaría de Marina bajaron con escudos antimotines y armas largas en mano, frente a la Estación Migratoria Siglo XXI. Instalaron un campamento. Luego fueron extendiendo su presencia a lo largo de la frontera, en puestos de control que también se fueron multiplicando en la región.

El INM dijo que formaban parte de la Guardia Nacional y que apoyarían en el resguardo de estos lugares.

Una semana después, el 27 de mayo, en el Diario Oficial de la Federación se publicó la Ley de la Guardia Nacional, instancia que según el artículo 9, entre sus atribuciones tiene el que “actuará en aduanas, recintos fiscales, secciones aduaneras, garitas o puntos de revisión aduaneros, en auxilio y coordinación con las autoridades responsables (…) Realizará en coordinación con el Instituto Nacional de Migración la inspección de los documentos migratorios de personas extranjeras a fin de verificar su estancia regular”.

Es decir, “ahora habrá una persona con una arma intimidatoria que le podrá preguntar a los migrantes de dónde vienen, a dónde van, cuáles son sus documentos, una situación que hasta el momento no se había visto”, explica Fernando Ríos, integrante de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas y Todos” (Red TDTT).

Alethia Fernandez, especialista del Seminario Universitario de Desplazamiento Interno Migración, Exilio y Repatriación (SUDIMER), y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Autónoma de México (UNAM), detalla que esta medida refleja “una enorme incongruencia en el discurso que hemos escuchado constantemente de que México es un país que no reprime, que México es un país con una política migratoria con un enfoque en derechos humanos”.

Ríos y Fernández forman parte de las y los representantes de más de 100 organizaciones de la sociedad civil de México, Centroamérica y Estados Unidos, académicos de la UNAM, UNACH y Universidad Iberoamericana, observadores de derechos humanos -entre ellos el Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano, el Grupo Impulsor Contra la Detención Migratoria y la Tortura, el Grupo de Trabajo sobre Política Migratoria, la Red Jesuita con Migrantes Centroamérica y Norteamérica, y la Red TDTT- y periodistas, quienes entre el 29 y 31 de mayo realizaron un recorrido desde la frontera que inicia en el río Suchiate, hasta los municipios que migrantes recorren en su ruta.

Fue en ese recorrido de observación cuando se disparó de nuevo el debate verbal entre los presidentes de Estados Unidos y México, por el tema de la migración. La verificación en campo no dio lugar a dudas sobre cómo viven las personas migrantes, más allá de los discursos políticos.

“Hay una contradicción del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando asegura que hay condiciones dignas para los migrantes, mientras opera todo un sistema para perseguirlos, para controlarlos, para condicionarlos, para meterlos en estaciones migratorias que son entornos torturantes”, subrayó Fernando Ríos, al analizar la acción de agentes militares y la estructura militar que está fortaleciendo la estrategia de contención a la migración.

Lo que pareciera únicamente una presencia disuatoria, “eventualmente tiene un impacto en el actuar cotidiano del funcionario de migración, al aumentar los niveles de maltrato, criminalización, porque está trabajando al lado de un militar. Esto genera un enfoque muy diferente de lo que era un enfoque administrativo (quienes ingresan sin documentar su estancia en México cometen, según la ley, una falta administrativa), a un proceso de criminalización”, acotó la especialista de la UNAM.

La llegada de militares para hacer trabajos de contención a la migración tomó por sorpresa no sólo a la población en tránsito, sino a los militares mismos. Así lo manifestó un coronel asignado al centro de control de Huehuetán.

“Ustedes tienen claro su trabajo, lo que tienen que hacer. Nosotros no. Nosotros fuimos entrenados para obedecer en situaciones extraordinarias. Acá no sabemos cuál es nuestro papel aquí”, confió, molesto, el uniformado a una de las integrantes del grupo de observación.

La espera en campos de refugiados

En 2018, poco más de 18 mil migrantes solicitaron refugio en México. En los primeros cuatro meses de 2019, la cifra ya alcanza 16 mil, según información de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar). El refugio, es uno de los recursos a los que tienen acceso migrantes que huyen de sus países para escapar de la guerra, la violencia, la persecución.

El refugio es una alternativa para quienes entran a México provenientes de países como El Congo, Camerún, Nigeria, Angola, La India o Haití. Pero México no es propiamente un país hospitalario. Estadísticamente ocupa el lugar 123 a nivel mundial en recibir a refugiados. En 2018 solo se dio refugio al 8 por ciento de las personas que lo solicitaron, según datos estadísticos de la Secretaría de Gobernación. La Comar tenía pendiente resolver a 7 de cada 10 solicitudes, bajo el argumento de que estaban rebasados en su capacidad de respuesta.

Cada uno de los días de este año, decenas de personas solictantes de refugio hacen fila afuera de las oficinas de la Comar de la ciudad de Tapachula. En el contexto de emergencia humanitaria que se vive en la frontera sur de México, quienes realizan la solicitud pueden considerarse afortunados. No es el caso de los miles de migrantes originarios de Africa, Asia y Haití, quienes durante más de tres meses esperaron, día y noche, afuera de la estación migratoria Siglo XXI, para iniciar sus solicitudes. Poco lo han logrado.

Con la llegada de la Guardia Nacional al lugar, fueron “persuadidos” para que se trasladaran a hacer la espera en el interior de las instalaciones de la Feria Mesoamericana.

Bajo cinco inmensas galeras de techo de lámina, el gobierno mexicano colocó colchonetas de 180 x 65 centímetros, una junto a la otra, como único espacio propio al que migrantes pueden acceder en este lugar.

Aniska nació en este lugar. Ella y su madre, Enite, durmen en una de esas pequeña colchonetas, al lado otros hombres y mujeres quienes apenas se conocen entre si. La única norma que medianamente se respeta en este lugar, es la agruparse por contienente o nacionalidad. Los más privilegiados se hicieron de una silla para sentarse, otros de pequeñas casas de campaña que pueden darles un poco de intimidad.

Enite habla algo de inglés y así logra explicar que lo prioritario para ella en este momento es tratar de comer algo de fruta porque la dieta a base de atún y arroz que le dan en este lugar, le impide a su cuerpo generar leche suficiente para amamantar a la recien nacida.

Junto a Aniska, una niña de unos 3 años se rasca intensamente las piernas y la cabeza. Para los 1,600 migrantes sólo hay disponible dos docenas de baños y unos 10 lavaderos. Hay miles de niños y niñas en estos centros de detención, con graves problemas sanitarios y en condiciones que fomentan que enfermen y propaguen enfermedades. El hacinamiento, altas temperaturas y lluvias, son una constante.

Salir de aquí parece lejano, más si no se tiene acceso a un traductor que les explique el procedimiento que tienen que llevar, si ni siquiera les permiten acercarse a los agentes del INM. Guardias privados fueron contratados para cuidar el interior del recinto.

“Hay más gente todo el día, más gente todo el día. Algunos días ellos (agentes del INM) llaman 20 africanos, 20 haitianos, 20 de la India. Hay mujeres africanas, niños africanos, mujeres embarazadas. Cuando muchas personas entran juntas no saben qué va a pasar. Así las cosas nos dejaron a nosotros aquí, no sabemos cuando vamos a salir. Nosotros no tenemos acceso a nada, se quitan los teléfonos, se quita el pasaporte” al entrar, explica Jordan, originario de Haití.

Él llegó a la frontera sur de México el 28 de marzo y aún espera realizar su solicitud de refugio, como otros miles que se sumarán a las largas lista de la Comar. Los días transcurren uno tras otro en este lugar que en los hechos es un campo de refugiados habitado por migrantes que no han podido hacer una solictud para regularizar su estancia en el país. En la espera nada cambia salvo el estado de ánimo que se deteriora cada día.

Daniella Burgi, de la organización Latinamerica Working Group, ubica claramente estos obstáculos burocráticos que complican y alargan los proceso de espera, como parte de una estrategia de desgaste y contención que disuadir a las personas migrantes para que desistan.

“Esto es doblemente grave porque las personas ya vienen de un contexto de trauma y de violencia en sus países (…) las autoridades han manifestado sentirse rebasadas, sin recursos económicos, y esa falta de recursos suficientes se toma como pretexto para permitir las actuales situaciones en las que se encuentra la población migrante”, advierte.

Inmovilizados

Afuera la espera no parece ser diferente porque en los hechos, salvo que se tomen rutas de extravio por lugares controlados por la delincuencia organizada, las personas migrantes están atrapadas en la región, de una u otra forma.

Josué es cubano. El 23 de marzo se integró a la caravana de migrantes de El Caribe y Centroamerica. Fue la primera en donde la población migrante de Cuba tomó un papel protagónico. Cansados de largas esperas en las oficinas migratorias, un día decidieron protestar; la respuesta de las autoridades fue la cancelación de los trámites de regularización. Por ello unas 3 mil personas emprendieron la marcha rumbo al norte, a pie.

No avanzaron más de 150 kilómetros cuando fueron interceptados y obligados a permanecer en un albergue provisional instalado en un campo deportivo del municipio llamado Mapastepec. También ahí tuvieron que esperar varias semanas hasta que intentaron nuevamente avanzar, entonces vinieron las detenciones masivas. A partir de ese momento más de medio millar de migrantes cubanos han sido detenidos y deportados.

Josué y unas 80 de sus compatriotas optaron por aceptar recibir tarjetas de visitantes regionales, documento que les permiten trabajar, pero los confinan a permanecer en el estado de Chiapas. Si salen del estado serán deportados.

La amenaza los ha inmovilizado. Se sienten atrapados física y psicológicamente en el pequeño poblado de apenas una veintena de calles. Cada día, explica Josué, él y un grupo de jóvenes migrantes se acerca a las instalaciones deportivas donde ahora solo hay una carpa rasgada que colocó la UNICEF, y unos techados de palma donde cuelga un cartel que dice “migrante”.

“Vengo para ver si pasa algo, si alguien viene (…) a nosotros nos dijeron que nos iban a dar la tarjeta de visitante por razones humanitarias y con esa sí podemos seguir el camino. Yo ví las tarjetas, sí nos la iban a dar pero después las cambiaron. A lo mejor si decimos que nos las dieron y las perdimos, las podamos obtener”, dice como para si mismo. De momento la ilusión de que esa tarjeta haya existido y en algún momento pueda acceder a ella, es el único escape que tiene.

Los impactos emocionales no se perciben pero forman parte de esa otra forma de control que busca inmovilizar a la población migrante. La incertidumbre, el caos, la inseguridad de dar un paso que lleve a la deportación, acompaña no sólo la percepciones sino la cotidianidad de cada migrante varado en la frontera sur.

Kenout, su esposa y su bebé de meses, originarios de África, ya habían conseguido que el gobierno mexicano les diera un pase de salida del país con vigencia de 20 días. Este documento les ordena abandonar México por cualquiera de sus fronteras. Es un recurso utilizado por la población migrante para llegar hasta la frontera norte sin ser detenidos, y pedir asilo en Estados Unidos.

Sin embargo, el viernes 24 de mayo, cuando juntaban recursos económicos para avanzar, su esposa fue recluida en las instalaciones de la Feria Mesoamericana. La falta de un traductor hizo imposible que ella explicara que ya tenía el pase de salida.

Kenout quedó en la calle con su bebe lactante, quien no para de llorar por la falta de alimento. A sus 26 años, los ojos de este joven migrante también se tornan acuosos por el llanto cuando con ayuda de una misionera logra explicar su situación a una integrante de la Red Jesuita con Migrantes.

A Velky Berotera se le quiebra la voz cuando explica que la mañana del 31 de mayo su esposo Gerald Zavala y sus hijos de 8 y 10 años, fueron bajados del transporte público en la ciudad de Tapachula, y recluidos en el interior de la estación migratoria Siglo XXI.

La familia hondureña compuesta por cinco miembros tiene iniciada ante la Comar una solicitud de refugio, y ello los faculta para transitar en la región libremente. Eso no importó a los agentes migratorios y policías que los detuvieron cuando se dirigían al centro de la ciudad.

La situación de Kenout, Velky no son una excepción sino la regla. El discurso oficial haciendo llamados para que migrantes entren al país de forma documentada se confronta con la cotidianidad que cada día viven miles de personas en tránsito.

Basta detenerse unos minutos afuera de las estaciones y oficinas migratorias para dar cuenta de decenas de personas que intentan ser migrantes regulares y son nuevamente vulnerados en sus derechos. La regla es entonces el caos, la incertidumbre, el miedo que inmoviliza. De una u otra manera, el gobierno mexicano busca frena el paso de migrantes en la frontera sur.

Organismos humanitarios que recorrieron la zona, hicieron un llamado al Estado mexicano para transitar de una política migratoria basada en seguridad nacional como está siendo ahora; a una centrada en la seguridad humana, que respete los derechos de las personas que migran, y que no coloque a las personas en tránsito como moneda de cambio de acuerdos económicos.

Aristegui Noticias


Militares de la Guardia Nacional y agentes policiacos frenan caravana migrante en Chiapas

Por Ángeles Mariscal

Chiapas.- Integrantes de la Policía Militar, que forman parte de la Guardia Nacional, desplegaron un operativo de contención y detención de medio millar de migrantes que entraron a México esta mañana por la frontera del río Suchiate.

Esta es la primera vez que participan elementos de la Policía Militar en la detención masiva de migrantes que entran en caravana al país, con la intención de cruzarlo para llegar a Estados Unidos.

El operativo se dio sobre la carretera Panamericana, a la altura del municipio Metapa de Domínguez, ubicado a unos 20 kilómetros carretera adentro. Elementos de la Policía Militar se colocaron en la retaguardia, mientras integrantes de la Policía Federal, estatal, y agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) acorralaron a los migrantes para obligarlos a subir en camiones y camionetas, a fin de trasladarlos a la Estación Migratoria Siglo XXI.

Al ver el operativo, los migrantes -la mayoría de ellos centroamericanos, pero también personas originarias de África y Haití, con decenas de niños, muchos de ellos de brazos- colocaron camisetas y trapos blancos en palo de madera a fin de utilizarlas como bandera y símbolo de que estaban entrando de manera pacífica al territorio mexicano.

“Por favor déjenos pasar, nosotros no somos personas malas, solo estamos entrando para buscar trabajo porque en nuestros países ya no podemos vivir”, dijeron algunos migrantes a los uniformados.

Otros se sentaron sobre la carretera para tratar de impedir que los subieran a los transportes. Finalmente los elementos de la Guardia Nacional los cercaron y llevaron a la estación migratoria, donde actualmente hay unos 2 mil migrantes.

Los migrantes tienen derecho a solicitar la regulación de su estancia en el país a través del otorgamiento de visas humanitarias, de trabajo o de refugio. Sin embargo el 85 por ciento de los migrantes que son llevados a las estaciones migratorias, son deportados a sus países de origen.

Desde el pasado 20 de mayo, policías militares que forman parte de la Guardia Nacional, se instalaron afuera de la estación migratoria Siglo XXI, y en una docena de retenes de control de la migración habilitados en el estado de Chiapas.

El día 27 de mayo se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley de la Guardia Nacional, en donde se faculta a esta institución para actuar en aduanas, recintos fiscales, garitas o puntos de revisión: “Realizará en coordinación con el Instituto Nacional de Migración la inspección de los documentos migratorios de personas extranjeras a fin de verificar su estancia regular”, señala la normatividad.

Esta medida alertó a organizaciones defensoras de los derechos humanos, quienes consideran que la participación directa de los militares en la contención de migrantes, , “eventualmente tiene un impacto en el actuar cotidiano del funcionario de migración, al aumentar los niveles de maltrato y criminalización”, señalaron el pasado fin de semana.

Aristegui Noticias


Operativo en frontera, para detener a criminales no a migrantes: Encinas

El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, dijo que el operativo desplegado en la frontera sur no es para detener a migrantes sino para controlar a las bandas dedicadas al tráfico de droga y personas, ante la diversificación de migrantes.

Explicó que antes sólo pasaban por México centroamericanos y ahora hay ciudadanos de por lo menos 25 nacionales como Congo, Angola, Camerún, la India, Pakistán o Mauritania.

“No sólo se han diversificado y fortalecido las mafias del tráfico de personas a nivel internacional sino que también han fijado como un objetivo de transito a México. Y de ahí el incremento tan significativo, por eso estamos combatiendo a los grupos delictivos que se dedican al tráfico y a la trata de personas, que es los que se está haciendo, la labor de investigación y seguimiento, porque mucho de este incremento tiene que ver con las nuevas rutas que no necesariamente es la frontera sur para poder contener a los grupos delictivos no a los migrantes”.

Hace unas horas, personal del Instituto Nacional de Migración en coordinación con elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Policía Federal (PF) implementan un operativo en Chiapas.

Encinas señaló que es tanta la diversificación y el incremento de la migración que “es un fenómeno internacional que llegó para quedarse” y que debe atenderse con soluciones integrales y de fondo.

“Podrá haber muchos muros en la frontera norte, podremos tener políticas restrictivas, pero este flujo migratorio tiene que tener un tratamiento distinto. Hoy la migración no puede disociarse del tema de desarrollo sino con la integración y ya se están integrando a nuestro país núcleos importantes de migrantes de distintas nacionalidades”.

Dijo que las caravanas son una expresión muy pequeña del flujo migratorio que pasó de ser de hombres y mujeres mayores a jóvenes, niños y familias completas, lo que insistió, requiere un tratamiento distinto.

Milenio


México vive la peor crisis con EU en décadas; aguarda, expectante, la segunda cita en Washington

La delegación mexicana que busca impedir que Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, aplique el próximo lunes un arancel de 5 por ciento a todos los productos de México, iniciará este jueves una segunda ronda de conversaciones con altos funcionarios de la Casa Blanca, en el marco de la peor crisis que hayan vivido ambas naciones en décadas, a contrarreloj y entre el nerviosismo de los mercados financieros.

Ayer, justo antes de que los negociadores se levantaran de la mesa, las calificadoras Moody’s y Fitch Ratings ajustaron a la baja sus calificaciones de riesgo y sus perspectivas para el Gobierno de México, lo que provocó que el tipo de cambio tocara los 19.83 pesos por cada billete, pese a que se mantuvo la mayor parte de la sesión cotizando cerca de 19.50 pesos por dólar.

Minutos después, a las 5:30 de la tarde, el peso recortó sus pérdidas y el dólar bajó a los 19.75, luego de la conferencia de prensa del Canciller Marcelo Ebrard Casaubón, en donde anunció que este jueves se redoblarán esfuerzos en temas ya definidos para encontrar así una solución al conflicto.

El equipo negociador estadounidense, encabezado por el Vicepresidente Mike Pence, centró el primer diálogo en el tema migratorio y en la exigencia de que México frene “de inmediato” el flujo de personas que buscan llegar a Estados Unidos desde Centroamérica, mientras que la delegación mexicana, que lidera Marcelo Ebrard Casaubón, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), planteó un plan migratorio con prontas acciones, pero también pensando en el largo plazo y en la cooperación conjunta.

Este jueves, añadió el Canciller mexicano, ambos bandos trabajarán varias horas para explorar cómo acercar sus aún distantes posiciones. “No está fácil, pero hay que ser optimistas”, reiteró Ebrard Casaubón.

Las insistencia del Presidente Trump de aplicar aranceles a los productos mexicanos a partir del próximo 10 de junio encendió además una enorme polémica en Estados Unidos, donde la mayoría de los medios de comunicación, empresarios, ex embajadores, economistas e incluso los senadores republicanos –los del partido del mandatario estadounidense– expresaron su rechazo al empresario neoyorquino que hoy es el principal inquilino en la Casa Blanca.

El miércoles, por ejemplo, siete ex embajadores de Estados Unidos en México, tanto demócratas como republicanos, rechazaron las amenazas de Trump y calificaron la aplicación de aranceles como un camino “peligroso” para ambas naciones, especialmente para los productores y consumidores estadounidenses.

John Negroponte, James Jones, Jeffrey Davidow, Antonio Garza, Carlos Pascual, Earl Anthony Wayne y Roberta Jacobson, todos conocedores de México, publicaron un posicionamiento en el que llaman al Gobierno de Estados Unidos a desvincular el comercio y la migración, y encontrar vías para abordar los problemas reales relacionados con la migración centroamericana. “De lo contrario, nos enfrentamos a perder-perder”, plantearon.

LA EXIGENCIA DE TRUMP ES PARAR A MIGRANTES

El influyente The Washington Post reportó, luego de la primera cita de altos funcionarios de México y EU, que “con el tiempo agotándose antes de que entre en vigor el primer conjunto de aranceles”, está latente el alza en el costo de una amplia gama de productos, desde autos hasta verduras.

El diario destacó que funcionarios de la Casa Blanca describieron la reunión entre el Vicepresidente Mike Pence y el Canciller mexicano Marcelo Ebrard como productiva; los representantes mexicanos sugirieron una serie de cambios útiles, pero el Presidente Trump quiere ver más acciones urgentes del Gobierno mexicano, planteó.

Además, en otra parte de su cobertura, el Post dijo que en las negociaciones arancelarias, los funcionarios mexicanos no sólo temen que esta crisis con EU se haga aún más grande, sino que impacte el ánimo político en México. El Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador quiere negociar con delicadeza el tema, pero muchos temen que sus conversaciones con Trump puedan romperse, provocando así una reacción violenta y un daño a largo plazo a la relación bilateral, estableció el diario de la capital estadounidense.

Los funcionarios mexicanos, destacó, están ansiosos por llegar a un acuerdo y les preocupa que los aranceles anunciados por Trump “puedan desacelerar aún más la letárgica economía del país y al mismo tiempo perjudicar a empresas y consumidores de Estados Unidos”; al mismo tiempo, añadió, deben lidiar con la mayoría de los ciudadanos mexicanos que están irritados por lo que consideran “el acoso de Estados Unidos”.

The Washington Post citó una encuesta del diario mexicano El Financiero que da “idea del camino estrecho que los líderes mexicanos están recorriendo”. Por un lado, el 84 por ciento dijo que la Nación debe apoyar el impulso diplomático de López Obrador, pero sólo el 40 por ciento está de acuerdo en que México corte el flujo migratorio tal y como lo exige Trump.

El diario expuso que los funcionarios han evitado la discusión sobre las represalias que podrían tomar de imponerse los aranceles y agregó que aunque la Casa Blanca no ha dicho exactamente lo que espera de México, altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional han filtrado que quiere que el vecino del sur fortalezca su frontera con Guatemala e intensifique su investigación de las redes de contrabando, que son las que transportan a la mayoría de los migrantes por el territorio mexicano.

La agencia de noticias Bloomberg destacó también que la Casa Blanca ha sido vaga acerca de lo que Trump espera que México haga para evitar los aranceles. Sin embargo, Peter Navarro, asesor Comercial de la Casa Blanca, dijo que es posible que los aranceles se detengan si México puede cumplir con tres condiciones, que incluyen mantener en su territorio a los solicitantes de asilo.

“Lo más importante es que el Gobierno mexicano se lleve a los solicitantes de asilo”, dijo Navarro a Bloomberg TV.

LA CASA BLANCA GENERA FUERTES CRÍTICAS

The New York Times, en tanto, reportó que no hubo indicios de que Trump estuviera satisfecho con nada que no fuera evidencia directa de que México se comprometiera a terminar completamente el flujo de migración a través de su país.

Sin embargo, el diario neoyorquino destacó que el Presidente estadounidense también enfrenta una intensa oposición a su táctica de usar aranceles como palanca para el tema de la inmigración, no sólo por parte de los demócratas, sino también de los empresarios, economistas y miembros de su propio partido.

“A medida que se acerca la fecha límite del lunes, los senadores republicanos se están movilizando para evitar que la Casa Blanca siga adelante con los aranceles, advirtiendo a Trump que se oponen de manera casi uniforma a sus planes de gravar las importaciones mexicanas”, documentó el Times.

La agencia Associated Press también destacó “el enfrentamiento poco común” que los republicanos declararon al Presidente Trump con su oposición a los aranceles a México. En una larga reunión en privado en el Capitolio, los senadores advirtieron a los asesores de Trump que podría haber problemas si el Senado, con mayoría republicana, vota a favor de desaprobar los aranceles, detalló AP.

Los senadores republicanos enviaron ayer un duro mensaje a la Casa Blanca advirtiendo que se oponen casi uniformemente a los planes de Donald Trump de imponer aranceles a las importaciones mexicanas. Su mensaje fue enviado apenas unas horas después de que el Presidente dijera en su gira por Inglaterra que los legisladores serían “tontos” si trataban de detenerlo.

Los senadores republicanos salieron de un almuerzo a puerta cerrada en el Capitolio, enojados por la información recibida de un abogado adjunto de la Casa Blanca y un asistente del Fiscal General sobre la base legal con la que Trump intenta imponer nuevas tarifas: declarar una emergencia nacional en la frontera sur.

“Quiero que le envíe un mensaje” a la Casa Blanca, dijo a los abogados el Senador Ted Cruz, republicano de Texas, de acuerdo con personas familiarizadas con la reunión citadas por The New York Times.

Cruz advirtió que “usted no escuchó un solo sí” de la conferencia republicana a su intento de castigar a México. Llamó a las tarifas propuestas un aumento de impuestos de 30 mil millones para los texanos.

Y EN MÉXICO, OPOSITORES SACAN RAJA

En México, el ex Presidente mexicano Felipe Calderón publicó en Twitter sobre la crisis inédita que vive el país con las amenazas de Donald Trump, y no tuvo empacho en ironizar sobre el resultado del primer día de negociaciones de la delegación que encabeza Marcelo Ebrard en Washington.

Citó incluso una frase recurrente del Presidente Andrés Manuel López Obrador: “Yo tengo otros datos”, dijo. “Perdieron”. Luego criticó: “Les impusieron la agenda migratoria a pesar de la ilegalidad de los aranceles de Donald Trump”.

Calderón Hinojosa y su esposa, Margarita Zavala, son adversarios del Presidente López Obrador. Zavala se postuló en 2018 para la Presidencia, pero perdió antes de competir en las urnas: renunció por la baja intención de voto.

Calderón dice haber ganado las elecciones de 2006 frente a López Obrador, aunque el entonces Presidente Vicente Fox Quesada reconoció públicamente que intervino en el proceso, algo que es ilegal de acuerdo con las leyes mexicanas. Desde entonces, se mantiene una rivalidad entre AMLO y Calderón.

Pero Calderón no es el único que ha seguido de cerca las negociaciones de Washington con un mal ánimo.

En la vorágine desatada por Trump y sus posibles consecuencias negativas sobre México, un grupo de opositores del actual Gobierno mexicano desató una estrategia desde las redes sociales, principalmente en Twitter, para exhibir la supuesta debilidad de Marcelo Ebrard, también ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Entre las acciones de ese grupo de mexicanos destaca la difusión de varios tuits que Ebrard publicó en 2016, en el marco del periodo electoral estadounidense y en los consideró a Trump como un peligro para México.

La dinámica de esos usuarios –también férreos opositores a Andrés Manuel López Obrador– comenzó con decenas de retuits simultáneos desde varias cuentas que reproducen los mensajes de Marcelo Ebrard en contra de Trump e incluso los etiquetaron en las cuentas oficiales del Presidente de Estados Unidos, con lo que el alcance de las críticas fue aún mayor.

Uno de los tuits que más polémica levantó fue el publicado el 31 de octubre de 2016 por el hoy titular de la SRE y líder de la delegación mexicana que negocia la crisis de los aranceles, apenas ocho días antes de que Trump obtuviera el triunfo en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre.

En esta tendencia sobresalió la percepción negativa y una posible intención por demeritar la labor del Canciller como negociador frente al Gobierno estadounidense, así como la generación de incertidumbre sobre los resultados que podría obtener Ebrard en las negociaciones que sostiene en Washington, DC, para evitar el aumento de aranceles a los productos mexicanos.

Sin Embargo


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