Colombia: las Farc entran en la recta final para convertirse en un partido político el 1° de septiembre

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Todo listo para que las Farc den su salto como partido político

Las Farc ya entraron en la etapa final para convertirse en un partido político. A la dejación de las armas en manos de las Naciones Unidas se suma ahora la decisión de que a partir del primero de septiembre entrarán a la arena política convertidos en una organización legal, en un partido.

El Congreso aprobó ya hace varios meses una ley, vía fast track, que fijó las reglas para el funcionamiento del partido de las Farc. Esa norma dice, por ejemplo, que las Farc tendrán 5 curules en Senado y 5 en Cámara, hasta el 2026, y determinó, además, que esa organización recibirá el promedio de lo que los demás partidos políticos obtienen como financiación estatal (más de 3.000 millones de pesos por año).

Según Iván Márquez, líder de la organización, el primero de septiembre, con un acto público en la plaza de Bolívar, se lanzará oficialmente el nuevo partido político que surge del acuerdo de La Habana.

Las Farc tienen ya toda una agenda sobre las discusiones que se van a dar en ese encuentro. En el capítulo sexto de un documento titulado ‘Tesis de abril’, que contiene 61 planteamientos, las Farc insisten en su idea de un “gobierno de transición como necesidad de la transición política”.

El congreso se realizará en Bogotá del 26 de agosto al primero de septiembre y allí se definirá la estrategia política del nuevo partido.

También se definirán el nombre, los estatutos y las reglas del juego. Paralelo al tema de mecánica política, las Farc van a hablar de la implementación y la verificación del acuerdo final.

A este encuentro se espera que asistan por lo menos mil personas entre excombatientes e invitados.

Precisamente, las Farc han dicho que su paso a la política se basará en una convergencia nacional que incluirá a varios sectores políticos que apoyen el proceso de paz.

El movimiento que creen las Farc deberá ser inscrito ante el Consejo Nacional Electoral, con lo cual se entenderá que formalmente dejan de ser un grupo armado para convertirse en una organización política.

Por ahora, lo más seguro es que no lleven candidato propio a las presidenciales del 2018.

A lo que sí le apostarán, según dijo Andrés París, uno de sus líderes, será a un candidato ya existente o a impulsar una aspiración que “pueda aparecer” de un movimiento social.

En el encuentro se definirán también los miembros de las Farc que irán a las curules del Congreso de la República, contempladas en el acuerdo de La Habana (cinco en Senado y cinco en Cámara).

El primero de septiembre será, sin duda, una fecha histórica para las Farc, pues exactamente un mes después de haber culminado el proceso de dejación y extracción del armamento por parte de Naciones Unidas y de que se hayan terminado las zonas veredales, la organización guerrillera hará, en pleno, su transición a la política.

El Tiempo


Farc y ‘paras’, la paz no se hace entre amigos

Por primera vez frente a frente, sin que hubiera balas cruzando de lado a lado, los enemigos, de toda la vida, se encontraron para hablar del pasado que compartieron en el campo de batalla, cada uno desde su orilla, exparamilitares y exguerrilleros, y también del futuro, el perdón y la verdad.

No se dieron la mano. Se presentaron aunque ya se conocían, algunos se encontraron en combates, los que no, ya habían visto las caras de quien había sido su antagonista.

“Jesús Santrich”, “Iván Márquez” y “Pablo Catatumbo”, excomandantes de las Farc, se sentaron a un lado de la mesa, también estuvieron Diego Martínez y Álvaro Leyva Durán, asesores jurídicos de esa insurgencia; en el centro estuvo el sacerdote jesuita Francisco de Roux, anfitrión del encuentro; del otro lado estuvieron Iván Roberto Duque, conocido como “Ernesto Báez”; Eduar Cobos Téllez, “Diego Vecino”, y Freddy Rendón Herrera, “el Alemán”.

Hablaron de los dolores de la guerra, de cómo las autodefensas armaron cacería contra los familiares de los guerrilleros. “Los exparamilitares pidieron excusas por eso, y reconocieron que las Farc nunca tocaron a sus familiares”, relató el abogado Martínez.

“Pablo Catatumbo”, por ejemplo, habló de su “secuestro”, de cómo fue llevado a una brigada del Ejército y cómo a ese mismo lugar llegó Pablo Escobar, del Cartel de Medellín, en un helicóptero.

Sin embargo, las partes aseguraron que ya no hay odios entre ellos, que el conflicto es cruel, despiadado, pero que lo dejaron atrás, contó el padre De Roux: “Hablaron de sacar al país de la guerra, de las retaliaciones, de las venganzas”.

Ese fue el primer punto de la conversación, tal vez el más largo: la reconciliación. También conversaron sobre las víctimas, con una gran sensibilidad ante el dolor humano, anotó el sacerdote.

¿Cómo surgió?

La idea de reunir a los comandantes de ambas fuerzas extintas fue de Álvaro Leyva, el exministro conservador que ha asesorado a las Farc en la salida negociada, y de otros dos ciudadanos de quienes no han querido decir su nombre pero apoyaron la iniciativa.

Los excombatientes de las autodefensas ya habían manifestado su interés de reunirse con los líderes de las Farc. Desde el 2013 enviaron una carta a La Habana en la que manifestaron su agrado con los diálogos que estaban en marcha, decían, entonces, que sí creían que estaban dadas las condiciones para llegar a un acuerdo.

Y entonces salió otro tema, el más trascendental, el de la verdad. Los exmiembros de las autodefensas reconocieron que en Justicia y Paz, mecanismo por el cual se sometieron a la justicia, no se ha dicho toda la verdad, y que a Colombia le faltan cosas por saber. De Roux dijo que los vio desprovistos de mala voluntad y que aunque la verdad los pusiera en evidencia, lo importante, era que todo se supiera.

Leyva explicó que “las revelaciones van a ser absolutamente sensacionales, porque no se conoce la verdad y todo el mundo va a tener que hacer cola para contar lo que le corresponde”.

De acuerdo con el exministro, ¿por qué se combatió?, ¿por quién o quiénes?, ¿con quién? y si valió o no la pena, serán las preguntas que deberán responder las partes implicadas en el conflicto.

Finalmente, hicieron un pacto por la no repetición, se comprometieron a sacar las armas de la política y ayudar a que no haya nuevas víctimas.

Tres horas y media después del saludo, por fin, estrecharon sus manos y sonrieron. Posaron para algunas fotografías y prometieron que volverían a encontrarse por la paz del país.

CONTEXTO DE LA NOTICIA

¿FALTARON LOS MILITARES?

Aunque no era el tema principal, para las partes fue imposible no hablar de la participación de la Fuerza Pública en el conflicto armado. El sacerdote De Roux, espera que en algún momento la reserva, los retirados y los militares activos puedan reunirse con exparamilitares y exguerrilleros: “Las condiciones aún no están dadas pero hay que darlas”. EL COLOMBIANO habló con el general (r) Jaime Ruiz, presidente de Acore, quien manifestó que de ninguna manera se reunirían con los excombatientes, porque “nosotros no hacemos migas con el enemigo”, además aseguró que este encuentro es solo una asamblea de socios interesados en las economías ilegales.

El Colombiano

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