Guatemala y Noruega rompen lazos diplomáticos directos

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El 31 de agosto fue el último día en el que la embajada de Guatemala en Noruega abrió, una decisión tomada apenas dos meses antes por la Cancillería que se vio en la necesidad de analizar una conclusión a la sede diplomática en ese país, luego de que el 28 de junio la representación de aquella nación cesó operaciones aquí.

“El retiro de la embajada en Noruega se origina a partir del cierre de la sede noruega en Guatemala, es un acto de reciprocidad”, indicó Tekandi Paniagua, comunicador del Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala. Aunque, también aseguró, que la decisión se comenzó a analizar dos meses antes, no así como el Reino de Noruega que adelantó la salida de su embajada desde el año pasado para informar a quienes se vieran afectados.

Una fuente diplomática indicó que Jacobo Cuyún Salguero, quien fuera embajador guatemalteco en aquel país, fue visitado por representantes de la Cancillería dos semanas antes del cierre para informarle sobre la decisión. Una información por la que el embajador quedó sorprendido, pues no estaba en la planificación, aseguró la fuente.

Ambos países aún mantienen a un encargado de negocios, el noruego Pers Anders Nilsen, quien se encuentra en Guatemala hasta diciembre en la sede sueca, mientras que el encargado de negocios de nuestro país para Noruega se mantendrá en la sede guatemalteca en Suecia hasta los primeros meses del próximo año.

A partir de 2017 la cooperación y relaciones entre Noruega y Guatemala se manejarán desde la embajada de México.

Según Anders, el retiro diplomático de Noruega se estableció por reestructura y reorganización del servicio exterior. “Además de la de Guatemala, se está cerrando una embajada en Asia, otra en Europa y otras dos en África”, informó el diplomático.

En el caso de Guatemala, el cierre de la embajada en Noruega se aprovechará para abrir una sede en Marruecos, adelantó Paniagua, pues ese país ha mantenido una representación desde hace cinco años.

Un contexto difícil

Aunque los motivos oficiales para cerrar ambas embajadas son administrativos de parte de los dos países, la presencia de Noruega en Guatemala no ha sido aprobada por sectores conservadores que ven en aquella nación un enemigo externo que ha colaborado con la reivindicación de los Derechos Humanos de los habitantes más vulnerables.

Tanto a la representación noruega como a otras de los países nórdicos se les ha tildado de injerencia en las decisiones políticas del país. Incluso, el Congreso improbó una enmienda al Artículo 192 del Código de Migración que pretendía vedar cualquier participación extranjera.

La enmienda firmada por Fernando Linares Beltranena, diputado del Partido de Avanzada Nacional (PAN), y otros nueve parlamentarios expresaba: “Los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país, ni actividades que alteren el orden público”.

Al inicio de su administración, el presidente Jimmy Morales tomó una posición de rechazo al respecto de la representación diplomática estadounidense en el país.

“Agradeceré de manera especial que se apeguen al espíritu de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, en el sentido de no inmiscuirse en asuntos internos de nuestro país”, expresó el mandatario en marzo pasado.

Incluso, existió una carta al cuerpo diplomático con el objetivo de advertirles que no sería bienvenida una intromisión. “De ninguna manera autoriza que los agentes diplomáticos de algunos países y organismos internacionales indebidamente se arroguen el derecho de intervenir en los asuntos internos del país, lo que incluye abstenerse de discutir y emitir opiniones de censura al gobierno y otros actores de la vida nacional, en los medios de comunicación”, se puede leer en la misiva enviada en marzo.

Un gobierno rígido

El rumor que rondaba los pasillos gubernamentales en el primer trimestre del año sobre la petición del gobierno guatemalteco para retirar a Valerie Julliard, representante de la Organización de Naciones Unidas, y a Alberto Brunori, Alto Comisionado para los Derechos Humanos, se confirmó luego de la salida del país de ambos diplomáticos. El exrepresentante de la Ayuda de la Iglesia Noruega en Guatemala, Peter Skauen, declaró en la presentación del libro 40 años en Guatemala, que algunas organizaciones están realizando cabildeos y presentando firmas para retomar la sede noruega en este país.

El Periódico

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