Trump II y América Latina: ¿la venganza? – Por Marco Consolo

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Trump II y América Latina: ¿la venganza?

Por Marco Consolo *

¿Cuáles son las implicaciones para América Latina y el Caribe de la elección de Trump II a la presidencia de Estados Unidos, en un mundo totalmente diferente al de 2016, año de su primera elección? ¿Esa victoria podría producir un nuevo mapa no solo en la política estadounidense, sino también en la geopolítica?

Como se sabe, además de la Presidencia, el Partido Republicano obtuvo la mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes. Casi seguramente tendrá también las presidencias de los influyentes Comités de Asuntos Exteriores del Parlamento. Hasta ahora, en el Senado la línea dura a favor del bloqueo contra Cuba y Venezuela la había llevado el reelegido halcón republicano Ted Cruz.

En cuanto al gobierno, los anuncios muestran un nido de halcones sin escrúpulos. Más que águilas competentes, son sobre todo leales y muy fieles, para evitar posibles deslices. Como muestras dos botones, que estarán estrechamente relacionados con el hemisferio.

El primero es Tom Homan, ex jefe del ICE (la policía antimigrantes y sus pesadilla) como «zar de las fronteras». Es el mismo que separó a los hijos de los inmigrantes de sus padres, con los niños encerrados en jaulas. El segundo es Marco Rubio, nuevo ministro de Relaciones Exteriores y ex miembro del Comité de Inteligence y Asuntos Exteriores del Senado. Se trata de otro halcón con estrechos vínculos con la mafia anticubana de Miami y los latinos republicanos. Un «premio» por el fuerte apoyo electoral que Trump recibió en Florida. El tono de su primera declaración en X no deja lugar a dudas: ‘Con el liderazgo del presidente Trump haremos la paz por la fuerza y pondremos siempre los intereses de EEUU por encima de todo‘.

A este panorama se suma la Corte Suprema, cuya mayoría coincide con la línea política de Trump gracias al nombramiento de tres jueces conservadores en su primer gobierno. Una Corte que seguramente estarà muy ocupada en los proximos años.

En este marco, a nivel institucional, para el millonario Presidente no será dificil llevar a cabo su plan de gobierno de halcones. Un gobierno fuertemente influenciado por las orientaciones de un conocido think-tank conservador, la Heritage Foundation, explicitadas tanto en su esclarecedor documento «Mandate for Leadership» [i]  como en el «2025: Presidential Transition Project» [ii]: deportación de inmigrantes, aranceles a la importación, retirada de protecciones medioambientales, recortes fiscales ad hoc, mano dura y represión de la disidencia politica en todas sus formas. Pero eso no es todo, ya que la democracia de baja intensidad de Estados Unidos está dominada y dirigida por poderes facticos y grupos de presión muy poderosos, con actores no democráticos y no elegidos.

MUSK, BANNON Y LA GUERRA COGNITIVA

A las políticas tradicionales del garrote (sin zanahoria), las cañoneras, los bombardeos y las redes de espionaje se suman ahora las enormes campañas psicológicas (Psy-Ops) preparadas por Spin Doctors a escala planetaria.

Entre ellos, en la victoria de Trump desempeñó un papel decisivo Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo. De origen sudafricano, Musk es propietario, entre otros, del sistema de satélites Starlink y de la plataforma X (antes Twitter). Desde octubre de 2022, ha normalizado la difusión de Fake News y de campañas de odio polarizador, en nombre de la libertad de expresión. Puso el sello de «misión cumplida» hacia Trump con una frase publicada en su plataforma X: «Ahora tú eres los medios de comunicación y nadie intentará silenciarte».

Además de Musk, hay otro gurú del uso de las plataformas mediáticas, Steve Bannon, antiguo estratega de la victoria de Trump en 2016, más tarde caído en desgracia. Sin embargo, como declaró recientemente al Corriere della Sera [iii], lleva años al servicio de la nueva Administración y ahora dirige el brazo mediático del movimiento Make America Great Again (Maga).

Según una estadística verificada por el New York Times, 30 canales conservadores han cosechado más de 47 millones de visitas en YouTube, con 286 vídeos que contienen desinformación sobre la campaña. Gracias a la polarización (amigo-enemigo) y al discurso de odio, ambos han sido decisivos en el proceso de construcción del enemigo y de transformación del adversario en enemigo, a través de los algoritmos claves para la victoria electoral.

FUERA LOS INMIGRANTES «ILEGALES»

Uno de los temas centrales de la campaña electoral de Trump ha sido su declarada voluntad de deportar a millones de inmigrantes ‘ilegales’ (casi 7 millones de ingresos en la era Biden [iv]), principalmente latinos, que “nos han invadido” y que “envenan la sangre del país”. Una política que cuenta además con el creciente y decidido apoyo de aquellos inmigrantes latinos que han obtenido la residencia o la ciudadanía, y que ahora se sienten más gringos que los últimos en llegar, así como “amenazados” por los últimos en la escala social del America first. Hay que agregar también el anuncio de Trump de eliminar la ciudadanía estadounidense por nacimiento para los hijos de inmigrantes “ilegales”, aunque sea inconstitucional y provocará largas batallas legales.

En su anterior Gobierno, Trump había iniciado la construcción de un largo muro en la frontera con México, país por el que pasa el grueso de la inmigración “no regular”. El “ombligo de la luna” [v] estaba gobernado entonces por Andrés Manuel López Obrador, presidente progresista (2018-2024) al que acaba de suceder Claudia Sheinbaum, de su mismo partido, Morena. No faltaron entonces roces y tensiones entre ambos presidentes, en un tema que seguirá candente en las relaciones entre Estados Unidos de America y Estados Unidos Mexicanos [vi].

Sin embargo, la cuestión migratoria es igualmente vital para los países centroamericanos del llamado “Triángulo Norte” (Honduras, El Salvador y Guatemala), así como para muchas islas del Caribe. En el caso de Haití (uno de los “países de mierda” según el nuevo mandatario), hay mucha preocupación por las amenazas republicanas de cancelar el «estatus de protección temporal», con probables deportaciones masivas a la nación más empobrecida de todo el hemisferio. Para contener la presión migratoria del Sur, Trump podrá contar con la ayuda del Gobierno conservador de José Raúl Mulino en Panamá, que ha prometido endurecer los controles en la selva del Darién, un infierno atravesado cada año por miles de migrantes latinoamericanos y caribeños que, en condiciones dramáticas, intentan cruzar la frontera que les separa del American Dream.

En cuanto a la economía, México depende recíprocamente, pero asimétricamente, de la de Estados Unidos también en virtud de los «Tratados de Libre Comercio», primero el NAFTA-TLCAN (con la aparición de la insurgencia zapatista), luego renegociado en 2020 con las siglas T-MEC. Hace unos días, el Secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, advirtió que si Donald Trump, decidiera imponer un arancel de 25 % a los productos mexicanos, su país respondería con una medida idéntica, lo que resultaría altamente perjudicial para la economía estadounidense [vii]. Lo que es cierto, es que la renegociación del T-MEC, que dependerá del nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum y de un proteccionista como Trump en 2026, no seràn un jardin de rosas.

En las relaciones con México, queda grabada en la historia la propuesta de Trump de bombardear el territorio mexicano para combatir a los cárteles del narcotráfico…

¿FUERA DE UCRANIA? CON TODO HACIA AMÉRICA LATINA…

Como el apóstol Tomás, “si no lo veo, no lo creo”. Pero, suponiendo que Trump inicie una desvinculación parcial o total de la guerra en Ucrania, esto significará una renovada atención y presión sobre América Latina, considerada el «patio trasero» por EEUU. De hecho, nunca ha cesado el ‘tira y afloja’ entre su concepción monroísta de la dominación (que ya tiene 201 años) y la voluntad de independencia y soberanía popular que representan los procesos de cambio. En ese mismo siglo, el corolario de la Doctrina Monroe fue la doctrina del «Destino Manifiesto», según la cual la Providencia divina asignaba a Estados Unidos el destino de extender sus valores de «Libertad y Democracia», justificando así su expansión territorial. Una concepción a la que, en 1829, el libertador Simón Bolívar respondía, con lúcida visión premonitoria: «Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar América de miseria en nombre de la libertad».

En un salto de dos siglos, en 2013, John Kerry, Secretario de Estado del «demócrata» Barack Obama, había anunciado el fin de la era de la Doctrina Monroe [viii]. Pero, en un continente históricamente en disputa, Estados Unidos nunca ha renunciado a su papel autoasignado de gendarme hemisférico. Un papel revitalizado por el ascenso global del gigante asiatico chino en el continente. Tanto para los demócratas como para los republicanos, el principal objetivo de la estrategia continental ha sido durante mucho tiempo mantener el dominio hemisférico y contrarrestar la creciente influencia de China y Rusia. Así lo demostraron incluso durante la administración Biden las frecuentes visitas del Secretario de Estado, Antony Blinken. Así como aquellas, quizá más agresivas, de la general Laura Richardson, pragmática mastín de la injerencia estadounidense, antigua jefa del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de barras y estrellas.

Para contrarrestar la presencia y el apoyo financiero de China a la región, desde 2016 primero el Gobierno de Trump y luego el de Biden han utilizado diversos instrumentos legislativos y financieros. Iniciativas como el «Crecimiento en las Américas» de Trump [ix] o la «Ley de Competencia Estratégica» de Biden [x]  tienen múltiples objetivos: facilitar la inversión del sector privado estadounidense en proyectos energéticos y de infraestructuras, reforzar la competitividad empresarial, eliminar barreras al sector privado, ampliar y reforzar la seguridad, luchar contra la corrupción, etc. También han reconocido la «vulnerabilidad» de los Estados de la región ante los préstamos chinos, por lo que impidieron a los países latinoamericanos acceder a créditos bilaterales «adicionales» del gigante asiático. Concretamente, a través de la financiación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ha incrementado los créditos desde 2018, alcanzando la cifra récord de 23.400 millones de dólares en financiación aprobada y movilización de recursos para 2021 [xi] y de la US International Development Finance Corporation (DFC) [xii], creada a finales de 2019.

DEL MONROÍSMO AL «AMERICA FIRST» DEL PRIMER GOBIERNO DE TRUMP (2016-2020)

En términos políticos, la Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto siguen siendo los pilares históricos, el frame (marco) en el que se mueve la política exterior de Casablanca hacia la región.

En 2018, Rex Tillerson, Secretario de Estado de Trump (y ex Director General de la petrolera Exxon Mobil), reivindicó plenamente la Doctrina Monroe como «más relevante hoy que cuando fue escrita». Y que la “autoridad” de Estados Unidos no permitiría que la región mantuviera relaciones con China.

Desde el primer momento, el gobierno de Trump apunta a Cuba, Venezuela y Nicaragua, a la que el “halcón” John Bolton, su ex “Asesor de Seguridad Nacional”, llamó la “troika de la tiranía”, el “triángulo del terror”, la “causa de inmensos sufrimientos, impulso de una enorme inestabilidad regional y sórdida cuna del comunismo” [xiii].

En 2018, Estados Unidos, utilizando las múltiples contradicciones y aprovechando innegables problemas internos, organizó y financió la «protesta social» en Nicaragua. Más de seis meses de violencia sacudieron el país, sin otro resultado que la destrucción de bienes públicos y privados, grandes pérdidas económicas y decenas de víctimas.

Estrangular a Venezuela

Respecto a Venezuela, en 2017-18 Trump aprueba nuevas medidas coercitivas unilaterales (mal llamadas ‘sanciones’). Estas nuevas medidas tienen impactos dramáticos, sobretodo en el sector de la salud, provocando la muerte de centenares de personas por la imposibilidad de curarlas. Como en la epoca de Nixon contra el Chile de Allende, se trata de “hacer chillar la economía”, de estrangular la economía venezolana. Así, los ataques se concentran contra la industria petrolera (PDVSA), para golpear el principal ingreso del país y, al mismo tiempo, impedir el envío de combustible a Cuba. Además de la multiplicación de amenazas (e intentos) de una invasión militar, en 2017 el país es sometido a seis meses de sabotajes y de violencia callejera por parte de la oposición escuadrista, seguidos de un intento de asesinato del presidente Nicolás Maduro en agosto de 2018.

Enero de 2019 marca un nuevo salto cualitativo, con el intento de montar un “gobierno paralelo” y la grotesca farsa del autoproclamado “presidente interino” Juan Guaidó, recibido con todos los honores bipartisan en Estados Unidos. En febrero, Washington organiza el “show mediático” para forzar la entrada de “ayuda humanitaria” desde la frontera con Colombia. Unos meses después, Trump acusa al Gobierno cubano de “controlar Venezuela”: amenaza endurecer el bloqueo y exige echar a los miles de asesores cubanos en educación, salud, agricultura, etc., acusándolos de ser militares disfrazados.

Como en los días de la conquista del Far West, en 2020 los sheriffs del Departamento de Estado ofrecen una recompensa de 15 millones de dólares por “información que conduzca a la detención del presidente Maduro”. Sólo faltaba la foto y las palabras «Wanted dead or alive» (Se busca vivo o muerto).

Llegado el final de su mandato, Trump lamentaba públicamente no haber podido “terminar el trabajo”, para adueñarse del país con las mayores reservas petroleras acertadas del planeta (a cuatro días de navegación de las refinerías de la costa oeste de EE.UU.), con gas, oro, tierras raras, agua, bio-diversidad, etc..

Y hace unos días, pocas horas después de la elección de Trump II, por su parte, el presidente Maduro lanza un mensaje diplomático y aperturista: ‘Se abre una oportunidad de oro para establecer relaciones de respeto y diálogo con América Latina e incluso pacificar el mundo…’.

Máxima presión sobre Cuba

El caso del bloqueo contra Cuba es quizás el más conocido. Tras las tímidas aperturas de Obama, comienza la política de «máxima presión» de Trump. Como recuerda Francisco Dominguez [xiv], el bloqueo se endurece aún más, con mayores dificultades en las transacciones financieras y comerciales con la isla. Debido al endurecimiento del bloqueo, entre abril de 2019 y marzo de 2020, por primera vez su coste anual para la isla superó los 5.000 millones de dólares (un 20% más que el año anterior). Al mismo tiempo, aumenta de 40 millones de dólares la financiación a 54 grupos opositores para organizar y sabotajes disturbios, siguiendo el guión ya visto en Venezuela, Bolivia y Nicaragua. En el medio de la pandemia de Covid19, la Casablanca lanza una cínica campaña de desprestigio de la cooperación médica cubana. Una campaña que hasta en Italia ha tenido sus patéticos megáfonos, a pesar de las brigadas medicas que ayudaron a salvar muchas vidas en el país europeo duramente golpeado por la pandemia.

Y a pocos días de dejar la presidencia, Trump lanza la última albóndiga envenenada, con la inclusión de Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo. Una medida que paraliza muchas empresas internacionales (entre ellas 75 europeas) y que aumenta aún más las dificultades para conseguir alimentos, medicinas, combustible,etc.. Para evitar dudas, hay que señalar que el «demócrata» Biden no ha eliminado ninguna de las medidas impuestas por su predecesor.

Como recordaba el escritor uruguayo, Eduardo Galeano, “Lo que molesta de Cuba no son los errores de la Revolución, que los hubo y los hay. Lo que realmente no pueden soportar es que un país tan pobre y chiquito no se doblegue ante el imperio”.

Un golpe llamado litio

En 2019, last but not least, por último, pero no por ello menos importante, el golpe en Bolivia contra el legítimo presidente Evo Morales. Un golpe orquestado y financiado como siempre por Washington y cocinado sobre la marcha por su embajada y la derecha fascista boliviana. En la represión golpista hubo decenas de muertos y heridos, que aún esperan justicia. Como se sabe, Elon Musk es muy aficionado al litio (del que Bolivia es rica) para las baterías de sus coches eléctricos Tesla y, en esa ocasión, uno de sus tweet se hizo famoso: «Daremos golpes de Estado contra quien c…. queramos. Supérenlo» [xv].

De sus recientes declaraciones se desprende que a Trump le gustaría “terminar el trabajo”, al menos en Cuba, Venezuela y Bolivia. Y el inefable Elon Musk (que será el encargado de desmantelar el Estado), en uno de sus recientes tweet ha declarado: «Trump y yo desbancaremos de sus tronos a los dictadores comunistas, genocidas, asesinos, secuestradores y opresores. Los enderezaremos y, créanme, sucederá».

CON LA DERECHA CAMBIA LA MÚSICA… Y LOS CENTRISTAS NO SABEN BAILAR

La música cambia completamente en los países gobernados por la derecha o con fuerte presencia derechista. Milei en Argentina, Noboa en Ecuador, Bukele en El Salvador y Lacalle Pou en Uruguay recibieron con entusiasmo la victoria de Trump. Junto con el brasileño Bolsonaro y el pinochetista chileno José Antonio Kast que esperan llegar al gobierno. No hay duda de que su engorrosa presencia en el “Despacho Oval” fortalece a las fuerzas más reaccionarias y fascistas de la región, en semi-hibernación desde la política contrainsurgente del Plan Cóndor. No es casualidad que Trump, Milei, Bolsonaro, Bukele y el chileno Kast sean asiduos a las reuniones de la Conservative Political Action Conference (CPAC), la internacional reaccionaria fundada por Reagan en 1974, en la que también ha participado la entusiasta Giorgia Meloni.

Por el contrario, la mayoría de los países del continente con gobiernos que oscilan entre el centro-derecha y el centro-izquierda han evitado grandes muestras de entusiasmo o decepción, esperando con cautela los próximos movimientos del Gobierno de Trump II.

ESTADO PROFUNDO Y CAMBIOS EN LA CONTINUIDAD

En América Latina y el Caribe, los cambios son esperables sobre la base de la continuidad, como fue el caso entre las últimas administraciones Trump y Biden.

En sus líneas básicas, la política exterior estadounidense es una política de Estado y no una decisión gubernamental cambiante. En este ámbito, domina el “Deep State” el Estado profundo. Y mas allà de la retorica anti-sistema, parece dificil que Trump, aunque se sienta envalentonado, pueda lanzar una purga del Estado Profundo sin serios contratiempos. Para seguir sus directrices más claras, hay que fijarse tanto en el Departamento de Estado como en los sectores de seguridad, defensa e inteligence, como el Comando Sur o la misma CIA, que pasean de manera permanente y regular en la región desde la reactivación de la Cuarta Flota en 2008.

El objetivo a largo plazo de los poderes fácticos, del establishment, es resguardar América Latina y el Caribe como reserva de recursos estratégicos, en particular petróleo, gas, litio, tierras raras, agua y la abundante e incalculable biodiversidad. Desde los tiempos de la Doctrina Monroe y la del Destino Manifiesto, el hemisferio ha sido considerado casi como un área de seguridad interna. Una posible retaguardia para un eventual repliegue estratégico del imperio estadounidense, más aún en un escenario mundial de evidente transición hegemónica.

Con estos antecedentes, definitivamente la elección de Trump no es una buena noticia para los pueblos del continente.

*Periodista italiano, residente en Chile. Licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad Federico II de Nápoles y encargado de proyectos de cooperación sobre medios de comunicación comunitarios en América Latina

Marco Consolo


[i]

 https://static.project2025.org/2025_MandateForLeadership_FULL.pdf

[ii] https://www.heritage.org/conservatism/commentary/project-2025

[iii] https://www.corriere.it/esteri/24_novembre_12/steve-bannon-intervista-2d23940b-fcc7-4a21-b4f8-baf68b67bxlk.shtml

[iv] https://drive.google.com/file/d/1diht631ttHWHUe1WKc4zY2tYsFYJeg2V/view

[v] Mēxihco nella lingua náhuatl

[vi] https://www.telesurtv.net/mexico-redujo-flujos-migratorios-irregulares-hacia-estados-unidos/

[vii] https://actualidad.rt.com/actualidad/530103-mexico-responder-aranceles-trump

[viii] https://www.oas.org/en/centro-news/communicado-prensa.asp?sCodigo C-441/13

[ix] https://2017-2021.state.gov/growth-in-the-americas/

[x] https://www.congress.gov/bill/117th-congress/senate-bill/1169

[xi] https://www.iadb.org/es/noticias/bid-alcanza-record-de-us23400-millones-en-financiamiento-y-movilizacion-para-el-2021

[xii] https://www.dfc.gov/

[xiii] https://www.washingtonpost.com/opinions/global-opinions/bolton-promises-to-confront-latin-americas-troika-of-tyranny/2018/11/01/df57d3d2-ddf5-11e8-85df-7a6b4d25cfbb_story.html

[xiv] https://morningstaronline.co.uk/article/cuba-buckle-trump-elected-us-president

[xv] https://peoplesdispatch.org/2020/07/28/we-will-coup-whoever-we-want-elon-musk-and-the-overthrow-of-democracy-in-bolivia/

 

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