Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.
Rudecindo Vega Carreazo *
Las organizaciones criminales que gobiernan el Perú, a través de sus “partidos”, desde el congreso y ejecutivo, poderes e instituciones estatales y, gobiernos regionales y locales, vienen organizando su ilegal reelección y continuidad gubernamental con reformas inconstitucionales e ilegales, intervención del sistema judicial y electoral y, alianzas perversas contra los intereses del país.
No es una reelección presidencial inconstitucional con “interpretaciones auténticas como las del fujimorismo, es algo más dañino y perverso, es la prepotente e inconstitucional reelección de un régimen de mafias para seguir delinquiendo. Vivimos la “crónica anunciada” de un fraude electoral planificado, organizado y en ejecución. La democracia peruana es, lamentablemente, el gobierno del crimen, por el crimen y para el crimen. Es nuestra desgracia actual y futura.
No importarán los resultados electorales presidenciales y congresales del domingo 11 de abril del 2026, tampoco los regionales y locales del 10 de octubre del 2026, el fraude no necesitará ser un cambio de votos o resultados, que también podría ser, ya han alterado y adulterado las reglas políticas electorales y copado las instituciones para garantizar su triunfo, ser reelegidos ilegalmente, criminalmente, para garantizar su continuidad delictiva. Lamentablemente, nuestros líderes y políticos, poco o nada dicen y hacen al respecto; al contrario, ajenos, ciegos, ebrios en su ego, celebran, jaranean al ritmo que les han puesto, “el baile de los que sobran”.
La reelección criminal
Las organizaciones criminales que gobiernan desde la sombra, mediante el congreso y Dina Boluarte, han propiciado varias reformas inconstitucionales e ilegales, políticas y electorales, en su directo beneficio: reelección de los congresistas, creación de la cámara de senadores donde pueden postular sin restricción alguna los actuales congresistas así no cumplan los requisitos para serlo, eliminación de las PASO, nuevas reglas para constituir partidos, determinación de plazos para ser militantes candidatos que no existían, arrinconamiento a líderes y movimientos regionales mediante la amenaza de su eliminación como organizaciones políticas regionales, promoción de la reelección de gobernadores regionales y alcaldes, permisividad para permitir candidaturas de sentenciados y acusados por delitos contra la vida, corrupción y otros. Además, están las normas en favor de las organizaciones criminales, flexibilizan la criminalidad, y reinterpretan los delitos de lesa humanidad, que les benefician directamente. Todas normas en beneficio propio y contra sus adversarios, nada pensando en el Perú. Esa legislación está hecha para favorecer a sus candidaturas y “partidos”; y, eliminar o limitar a sus adversarios.
Esas organizaciones criminales gobernantes han logrado, además, desde el congreso y el ejecutivo, mediante un largo y vergonzoso proceso de destrucción democrática, copar a los organismos del sistema judicial y sistema electoral, la independencia funcional de ambas, esta minimizada, controlada. Hace años venimos insistiendo que el control del sistema judicial (Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Junta Nacional de Justicia, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo) les permitirá librarse ilegalmente de sus juicios, salir en libertad, trabar sus procesos y; eliminar, perseguir, neutralizar y encarcelar a sus adversarios. En el caso del sistema electoral (JNE, ONPE y RENIEC), sus jefes ya están controlados, amenazados, maniatados; obedecen y obedecerán ordenes de quienes controlan su cargo, designación y destitución, facilitarán y permitirán las candidaturas de los criminales así sean tachados y evitarán y excluirán las de los adversarios con tachas creadas sin justificación.
Hoy, los principales acusados de estas mafias gubernamentales han sido excarcelados y van siendo liberados, sus adversarios serán procesados, encarcelados y eliminados de las futuras contiendas electorales. Es una práctica conocida, cantada, anunciada. Acaban de excluir, en primera instancia, por hartos motivos personales antidemocráticos a Antauro Humala y su partido; van por Francisco Sagasti con una acusación constitucional ad hoc en el congreso y; hay expedientes armados, también ad hoc, contra Alfonso López Chau. Quien levante cabeza, como en la dictadura fujimorista (Belmont, Andrade, Castañeda), hoy, durante el fujidinismo, será descabezado. Nada que amenace su reelección criminal será permitido.
“El baile de los que sobran”
En el Perú existe oposición, pero está vencida, desganada, arrinconada, vive con el eterno remordimiento tanguero de la “vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser”; expresa su voz y se conforma con la pisoteada en su ilegal derrota. La otra oposición, la de la protesta social masiva, ha sido violentamente enfrentada (hay decenas de asesinatos y miles de heridos esperando justicia), dividida, aislada, terruqueada y despreciada; está y seguirá estando sin exitoso resultado; su lucha política es ninguneada por un gobierno que ataca criminalmente. La inmensa mayoría nacional, ese 93% que rechaza al gobierno y al congreso y no quiere delincuentes que lo gobiernen, aún no ha encontrado el “click” que convierta su desprecio en protesta, su rechazo en cambio de gobierno. Los numerosos nuevos partidos inscritos, más del triple de los antes existentes, en su pulverización y desorientación política nada lograrán: unos aspiran ser parte del régimen criminal y otros gozan cual comparsa multicolor al ritmo del baile de los que sobran.
La clave del Perú, su futuro, está ahí, en que su reserva democrática decida bailar contenta, desatenta o embriagada en los egos de sus líderes, el baile de los que sobran, tocado por la mafiosa coalición autoritaria que gobierna y viene ejecutado su ilegal reelección criminal; o, se empodera e impulsa una campaña para detenerla; articula, pluralmente, una estrategia amplia que permita vencerlos, incluso, con sus propias reglas aprobadas. Ingenuo dirán, quizás; pero más ingenuo gozar y celebrar, al ritmo de los que sobran, la reelección y continuidad gubernamental del crimen.
Necesitamos una amplia plataforma democrática que impulse alianzas electorales democráticas de derecha, centro e izquierda que permita recuperar nuestra democracia, reactivación y crecimiento económico, e independizarnos del crimen. Necesitamos líderes, políticos, ciudadanos, empresarios, dirigentes, gremios, organizaciones de toda tendencia; jóvenes, adultos y viejos; hombres y mujeres; comprometidos en recuperar y dirigir el país y no dejarlo a merced del crimen.
Siempre será mejor un gobierno democrático de derecha, centro o izquierda que un gobierno criminal, mafioso y autoritario. En nosotros esta no permitir la reelección criminal ni dejarnos embriagar por el baile de los que sobran. Necesitamos reaccionar, rearticularnos, porque “Somos tus hijos y nos uniremos / Y así triunfaremos contigo Perú” y culminar, al unísono, con el “tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz”.
*Abogado y político peruano. Fue ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento en el gobierno de Alejandro Toledo, así como Ministro de Trabajo y Promoción del Empleo en el gobierno de Ollanta Humala.