Palestina: una causa, también, transfeminista – Por la Coordinadora transfeminista por Palestina, Sandía

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Palestina: una causa, también, transfeminista 

Por la Coordinadora transfeminista por Palestina – Sandía *

Este 25 de noviembre, nos encuentra presenciando uno de los genocidios más devastadores de la historia reciente. El pueblo palestino sigue enfrentando una masacre perpetuada por el proyecto sionista del Estado de Israel. Este apartheid en tiempo real nos desafía a preguntarnos: ¿Es posible mirar para otro lado? Sin dudas creemos que no, que las luchas transfeministas debemos encontrar en la causa palestina un terreno común, porque enfrentamos a un enemigo común y en ese transitar debemos recuperar la propia historia de genocidios de nuestros territorios y de nuestros cuerpos, que también son desechables para el poder global occidental, supremacista, misógino y LGTTBIQNB+odiante

Esto no empezó el 7 de octubre 

En nuestro país los medios hegemónicos intentan instalar un fuerte discurso en defensa del sionismo. No es un discurso sacado de la galera, es el libreto que reparte el Estado de Israel en el mundo. Un libreto basado en la deshumanización del pueblo palestino y sobre todo, el borramiento de su cultura y su historia, lo que se conoce como Genocidio cultural.

Es importante recordar que el Estado de Israel fue creado a fuerza de ocupación, con el objetivo de producir una limpieza étnica, para establecer y perpetuar un enclave del imperialismo en el mal llamado “Medio Oriente”. La Nakba, el primer gran desplazamiento y masacre al pueblo palestino, sucedió en 1948. Lo que hoy conocemos como Franja de Gaza y Cisjordania son los territorios a donde fueron desplazados y donde se refugiaron quienes eran originarios de toda la región. Muchas familias aún conservan la llave de su casa, de la que fueron expulsadas con lo puesto, como símbolo de resistencia y derecho al retorno. Desde ese entonces el pueblo palestino continúa sufriendo las peores formas de violencia, sin embargo continúa existiendo y resistiendo. Si Israel no ha podido terminar con la limpieza étnica es gracias a la resistencia del pueblo palestino y la solidaridad internacional

Mujeres y Queers Palestinas

A estas alturas, hay algo que se presenta como evidente, gracias a la maquinaria ideológica de propaganda cultural del norte occidental solo se conoce la imagen de la mujeres cis árabes vinculadas a la pasividad, la incapacidad de agencia y total sumisión  y a las personas queers como inexistentes.

Esta propaganda cala hondo en nuestra sociedad, incluso en nuestros propios espacios de militancia transfeminista, sin embargo, insistimos en que las mujeres y queers no solo enfrentan un genocidio sino que se organizan, generan espacios de resistencia y tienen una preocupación central: entienden que la fuerza colonial imperialista del sionismo es el mayor obstáculo para lograr su liberación y desarrollo pleno.

Cotidianamente enfrentan violencias, tanto  de colonos como del ejército israelí: muros, checkpoints, cárceles, abusos sexuales, falta de alimentos, de agua, de elementos de higiene personal, y podemos seguir.

El sionismo ha recurrido una y otra vez a utilizar a las mujeres como herramienta de quebrantamiento moral con el objetivo de desmovilizar la resistencia del pueblo palestino y destruir su rol fundamental en el sostenimineto de la vida de sus comunidades. Hay además un punto central del andamiaje del poder colonial sobre los cuerpos de las mujeres palestinas: el genocidio reproductivo, una práctica sistemática para controlar y aniquilar la capacidad de reproducción de la población, su identidad, su cultura y por lo tanto, su lucha.

Por su parte, la propaganda sionista que se difunde acerca de las personas queer presenta una visión muy oportunista, mostrándoles como absolutamente inexistente. Esta narrativa cumple un objetivo estratégico muy claro: desmovilizar a las organizaciones feministas y queer en Occidente, al generar una imagen de vulnerabilidad e invisibilidad que impide una respuesta activa y solidaria internacional. Una  estrategia que busca deslegitimar y fracturar el movimiento social, restando fuerza a sus luchas y a sus demandas . Además, por otro lado, el ejército israelí emplea tácticas de extorsión permanente a las personas queer para forzarlas a colaborar con información, amenazándoles de exponerles o sacarles del closet. Este mecanismo de presión coloca a las personas queer en una posición de extremo riesgo, donde la opresión se perpetúa no solo a través de la invisibilización mediática, sino también mediante la manipulación y la violencia sistemática.

Un año de la profundización del genocidio

Los números son impactantes: más de 43.600 personas han sido asesinadas en el último año, y les niñes son un gran porcentaje de ellas. Ciento de miles más están heridas de gravedad e incluso mutiladas. Otras cientos de miles mueren por desnutrición, deshidratación y enfermedades evitables producidas por el asedio al que somete a la población el Estado de Israel. En Gaza los muertos se cuentan por peso debido a la dificultad de reconstruir y reconocer los cadáveres despedazados por los bombardeos.

Muches nos preguntamos cuándo va a terminar esto. El panorama, por un lado, no es alentador: en los últimos meses, la ambición  sionista ha extendido el horror hacia otras zonas de la región, como Líbano, Yemen, Siria e Irán. Pero, a su vez, continúan creciendo las movilizaciones en apoyo al pueblo palestino. De hecho, la presión internacional ha logrado recientemente que la Corte Penal Internacional lance una orden de detención contra Netanyahu, primer ministro israelí, y su ex ministro de Defensa Gallant, condenándolos por delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra. Aún es muy pronto para saber qué implicancias tendrá esto ya que depende de que los países la ejecuten, pero definitivamente es un gran paso a favor para la pelea por el alto a este genocidio.

Por nuestro lado, como coordinadora insistimos en seguir organizándonos y poniendo sobre la mesa que tenemos la responsabilidad histórica de tomar una postura y que ningún genocidio puede contar con nuestro silencio.

Continuamos exigiendo tambien que en Argentina se rechacen los convenios firmados con Mekorot (empresa estatal de agua israelí) que ejerce un genocidio hídrico en Palestina y pretende administrar el agua en nuestros territorios beneficiando a las corporaciones extractivistas

Nuestras luchas deben ser internacionalistas porque los poderes que nos hambrean, nos despojan, nos oprimen, violentan y exterminan son pactos globales.

Viva Palestina libre!

*Coordinadora transfeminista por Palestina –  INSTAGRAM


 

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