La batalla cultural de Milei contra la universidad pública
Por Cinthia Wanschelbaum *
El proyecto político ultraliberal y (neo)fascista de Javier Milei busca destruir la universidad pública en Argentina. Es un objetivo central en su batalla cultural. Las universidades son calificadas como “antros marxistas” y lxs universitarixs somos consideradxs como “la casta”.
A lo largo de la historia argentina, existieron grandes ofensivas contra las universidades, pero lo que estamos viviendo actualmente es inédito, sin precedentes, y trasciende el recetario neoliberal de ajuste. Se inscribe en una estrategia de transformación cultural que pretende modificar profundamente las estructuras mismas de pensamiento en la sociedad.
Esta ofensiva se caracteriza por un ejercicio de poder fascista, que construye enemigos. En su discurso inaugural en el Foro de Madrid, Milei afirmó: “La casta también son los supuestos científicos e intelectuales, que creen que tener una titulación académica los vuelve seres superiores y por ende todos debemos subsidiarles la vocación”. Como señala Alberto Kornblihtt —uno de los científicos más reconocidos del país—: “Nos ha tomado como chivos expiatorios de los males que aquejan a nuestro pueblo. Tal como los nazis hicieron con los judíos, los gitanos, los homosexuales, los comunistas y los discapacitados, nos considera población sobrante y quiere eliminarnos del mapa, para lo cual debe convencer al resto de la población de que la culpa de sus penares es nuestra”.
El sistema universitario argentino está compuesto por más de dos millones y medio de estudiantes. Desde 1983 hasta 2022, la matrícula universitaria en Argentina aumentó un 500%. Entre el 2012 y 2021, casi se duplicó el ingreso de nuevxs estudiantes. Según estadísticas oficiales creció de 423.920 a 710.699. El 80% estudia en las 57 universidades públicas nacionales y 6 provinciales que se encuentran diseminadas por todo el país. Además, la mayoría de estxs estudiantes —un 80%— es la primera generación de su familia en acceder a estudios universitarios.
Desde que asumió este gobierno perverso, cruel, sádico y psicotizante —al decir de Carbone (2024)—, está generando efectos devastadores en las universidades. En lo que va del gobierno de Milei, el presupuesto se redujo en un 23,1% para el funcionamiento, los salarios docentes cayeron un 30,4% y lxs no docentes un 26,7%.
Ante esta situación, el Congreso de la Nación aprobó una Ley de Financiamiento Universitario con el objetivo de recomponer los salarios. El presidente amenazó con vetarla el mismo día que se encuentra convocada una movilización.
El proyecto de Presupuesto 2025 solo prevé un aumento del 28% para el presupuesto universitario, equivalente a una asignación anual de solo $3,8 billones, mientras que el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) solicitó $7,2 billones. Además, el Presupuesto 2025 suspende los pisos de financiamiento establecidos en la Ley 27.614 de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Esto implica una brutal reducción de los presupuestos de los organismos de ciencia y tecnología del país.
De todas formas, es importante analizar estas decisiones presupuestarias, políticas, desde una perspectiva relacional. Mientras el gobierno de Milei produce este ajuste en las universidades y no aumenta las jubilaciones bajo los mantras de “no hay plata” y “déficit 0”, el proyecto de Presupuesto 2025 contempla un incremento del 94% para la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), duplicando su presupuesto actual. Esto ocurre después de que el Senado rechazara un decreto que otorgaba a la SIDE $100.000 millones para gastos reservados. Además, los recortes al sistema universitario son equivalentes a los beneficios impositivos del nuevo impuesto a los Bienes Personales, que favorece a los sectores privilegiados.
Estas decisiones políticas evidencian claramente el proyecto represivo de Milei, su intención de reconfigurar el Estado en beneficio de los privilegiados de siempre y su guerra contra la educación pública.
En abril, se realizó una multitudinaria movilización que congregó a más de un millón de personas en todo el país. Milei desestimó la protesta, calificándola de “lágrimas de los zurdos”, una expresión que suele utilizar con frecuencia. Mañana saldremos nuevamente a las calles a defender nuestro derecho a la educación. Será otro día en el que haremos historia. Porque diremos ¡basta! y nos echaremos a andar. Y esta marcha de gigantes ya no se detendrá.
*Doctora de la Universidad de Buenos Aires en el área Ciencias de la Educación y Licenciada en Ciencias de la Educación, por la misma Universidad. Investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) con sede en el Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación (IICE) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Investiga temáticas vinculadas a la teoría, política e historia de la educación.