Ecuador, sus esperanzas en una sábana – Por Nela Cedeño

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Ecuador, sus esperanzas en una sábana

Por: Nela Cedeño*

Los últimos meses han sido realmente duros para Ecuador: crisis política, eléctrica, económica, de seguridad, migratoria, de violencia, a donde miremos o vayamos crisis, crisis, y más crisis.

Ante esta situación, la única esperanza que se alberga son las elecciones presidenciales a realizarse en 2025, donde la mayoría de las y los ecuatorianos asistirán a las urnas a decidir un nuevo capítulo para el país y de eso, la política tradicional está consciente.

Muchos son los actores políticos que vienen proponiendo salidas a la crisis, y que en redes se manifiestan ante la inseguridad y la debacle estatal, empezando a posicionarse en el tablero electoral como los “mesías” llamados a resolver, pero pocos son los que realmente representan una esperanza, un refrescamiento y las soluciones reales e inmediatas que el pueblo ecuatoriano viene pidiendo a gritos.

Al día de hoy, son 17 los precandidatos a la Presidencia del Ecuador, una sábana de posibilidades, para algunos, pero un despropósito para otros.

Los intentos de la izquierda por unirse y presentar en conjunto una sola propuesta de salida a la grave situación, son complicados. A pesar de los varios llamados realizados y la voluntad demostrada para sentarse en una mesa a conversar, no termina de solidificarse una propuesta representada por una o un solo candidato, y eso se refleja en las precandidaturas lanzadas en los últimos días, donde los personajes más importantes de la izquierda, ya cuentan con un partido propio y un binomio, cada quien por su lado.

En la derecha, contrario a lo que se pensaba, ha pasado casi lo mismo, si bien no hay un llamado a una propuesta de acción conjunta, se repite la intención de candidatearse por separado. Meses atrás, se creyó que iba a organizarse un solo bloque de respaldo a un candidato que represente a todos o a Daniel Noboa, el presidente actual.

Sobre este último, mucho hay para decir; su candidatura representó una alternativa a quienes estaban hastiados de lo que consideraban la política tradicional, y con una campaña “fresca” hablando de lo nuevo y “despidiendo” lo viejo, logró ganar los votos suficientes para convertirse en presidente, el sueño frustrado de su padre, Álvaro Noboa, conocido no solo por su trayectoria empresarial (bastante cuestionable en lo que concierne a derechos laborales), sino también por ser cinco veces candidato a la presidencia por los partidos PRE y PRIAN.

Con esos antecedentes, se esperaba que Noboa como presidente fuese coherente con lo que había prometido en campaña, sobre todo con aquellas promesas que lo hicieron despuntar en el debate: una política sin odios y romper con la polaridad correísmo vs anticorreísmo. Sin embargo, en las primeras semanas de su Gobierno, sus arrebatos bastante característicos de niños ricos berrinchudos, fueron escalando más y más, burlándose abiertamente en redes sociales del expresidente Rafael Correa; generando un conflicto diplomático con México; desterrando a su vicepresidenta (aún en funciones) a Israel; y usando su poder para acosar judicialmente a su exesposa.

Sus actitudes y decisiones lo han cercado en cuanto a posibilidades de alianzas, puesto que Noboa ha demostrado, incluso a sus más cercanos, ideológicamente hablando, que solo gobierna para los intereses de sí mismo y su popular familia de empresarios.

Como si el camino a la reelección no fuera ya complicado para Noboa, en la última semana se anunció la candidatura de Jan Topic, un candidato relativamente joven, que tanto Noboa como el resto del país, tienen claro que se convertirá en la piedra de su zapato en estas elecciones.

Mientras tanto, el pueblo ecuatoriano se sume en la desesperación, con la peor crisis de inseguridad en su historia contemporánea, donde las extorsiones, los asesinatos y los cruces entre bandas criminales, son el pan de cada día; los niños abandonan las escuelas porque las posibilidades económicas para continuar sus estudios se han visto reducidas; y las familias se vuelven a romper por un éxodo migratorio alarmante, como si regresaramos a 1999.

Las esperanzas de un mejor Ecuador, que supere la crisis profunda en la que está sumido se resumen en 17 precandidatos a la presidencia, graficados en una extensa papeleta, bautizada desde ya como la “sábana”, donde el refrito es el plato fuerte.

Nuevamente, los egos de algunos políticos tradicionales logran complicar aún más la situación del país, poniendo a las y los ecuatorianos en una encrucijada.

Hoy, el Ecuador está en terapia intensiva, y en ese profundo estado de coma en el que se encuentra, se vislumbra el cambio que hemos tenido como sociedad, dejando atrás lo que conocíamos y abriendo paso a nuevas formas y realidades por acostumbrarnos, y a las que los precandidatos en su mayoría no están respondiendo y a las que sin duda, pocos sabrán enfrentarse. Es así como esa frase de Antonio Gramsci, “el viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”, se acerca bastante a nuestra realidad.

*Joven abogada ecuatoriana, activista política y militante de izquierda. Ganadora del Premio Nacional Tránsito Amaguaña 2017 por construir espacios de liderazgo comunitario y participación de las mujeres. Becaria graduada por la Universidad de Arizona, Estados Unidos, en el Programa Study Of The US Institutes. 

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