G20: el financiamiento de las guerras impide el desarrollo – Por Juraima Almeida

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G20: El financiamiento de las guerras impide el desarrollo 

Juraima Almeida*

Como presidente de la alianza multilateral con las potencias económicas del mundo –que cuenta con la presencia de la Unión Africana y la Unión Europea-, Brasil solicitó al resto de los representantes abordar la reforma de los organismos internacionales como las Naciones Unidas, los bancos de financiamiento y el Consejo de Seguridad.

La cumbre del llamado Grupo de los 20 en Río de Janeiro, primera de alto nivel de este foro internacional que este año preside Brasil, tiene lugar en plena controversia por las declaraciones del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien acusó a Israel de cometer genocidio en la franja de Gaza durante su guerra contra los palestinos desde el pasado 7 de octubre y mientras el conflicto entre Rusia y Ucrania -apoyada por las fuerzaas occidentales- entra hoy en su tercer año.

Aunque el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, describe el G20 de las principales economías como el “foro con la mayor capacidad para influir positivamente en la agenda internacional”, las divisiones se acentúan.

El número y la gravedad de conflictos volvió al nivel de la Guerra Fría, lo que hace más urgente la reforma de los organismos multilaterales para prevenir nuevos conflictos y dejar de apagar fuegos. Pero será difícil obtener grandes acuerdos este año, debido a las elecciones en algunos países miembros, como Estados Unidos.

Las instituciones multilaterales no están debidamente equipadas para lidiar con los desafíos actuales, como demuestra la inaceptable parálisis del Consejo de Seguridad sobre Ucrania y Gaza, acusó el canciller brasileño, Mauro Vieira, ante sus pares al abrir el encuentro. Ese estado de inacción implica directamente la pérdida de vidas inocentes, denunció.

«Occidente debe dejar de llenar a Ucrania de armas». Incluso antes de llegar a la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores del G20, el jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, utilizó sus perfiles en las redes sociales y una entrevista con la Rede Globo  para dar voz a las posiciones de Moscú sobre la guerra en Ucrania, polarizando el ambiente de la cumbre de Río de Janeiro.

Las sombras ya desfilaban por la reunión, tras la crisis diplomática entre los gobiernos brasileño e israelí de Benjamín Netanyahu, con la figura del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, que en su reunión de hora y media con Lula, por la mañana en Brasilia, no dejó de expresar su decepción por las acusaciones de «genocidio»  y la comparación con el nazismo.

El canciller brasileño Mauro Viera, intentó calmar las tensiones en la apertura del encuentro, presentando el foro como un lugar «donde países con visiones opuestas pueden sentarse a una mesa para un diálogo fructífero»: un formato para buscar una solución política para la paz, porque es «inaceptable que el mundo supere el umbral de los dos mil millones de dólares en gastos militares, mientras que los destinados a luchar contra el cambio climático no alcanza los 100 mil millones de dólares al año».

Brasil criticó duramente la parálisis del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para resolver los conflictos en Ucrania y Palestina, debido a los vetos de Estados Unidos y Rusia, dos de sus cinco miembros permanentes y con derecho a aplicar esta medida. “No es de nuestro interés vivir en un mundo fracturado”, sostuvo  Mauro Vieira.

La intención de Brasil es llevar adelante un G20 inclusivo, con la participación de la sociedad civil y la realización de un G20 Social, anclado en la construcción de consensos y orientado a la obtención de resultados y soluciones concretas que beneficien a todas las personas, según el comunicadodifundido.

La voluntad de poner sobre la mesa una línea de «moderación y equilibrio, dentro de la firmeza de la posición atlántica», fue expresada por el viceministro de Exteriores de Italia, Edmondo Cirielli, quien pese a habere definido a Lavrov como servidor «de un tirano» que «intenta defender lo indefendible», se dijo dispuesto a «utilizar todas las capacidades de Italia para intentar calmar el clima».

En la diatriba contra Moscú en el mismo expediente de la guerra en Ucrania, el canciller del Reino Unido David Cameron recordó el sacrificio del activista anti-Kremlin Alexei Navalny. Cameron contó con el apoyo de colegas occidentales, como el francés Stéphane Séjourné y la alemana Annalena Baerbock.

Mientras que los BRICS, con el viceministro chino Ma Zhaoxu, el jefe de la diplomacia sudafricana Naledi Pandor, y el indio Vellamvelly Muraleedharan, no se quedaron a escucharlo.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, comentó que los países del G-20 deberían atraer a grandes asociaciones de integración del sur global para que participen plenamente en el trabajo del grupo y recordó que un año atrás, en Nueva Delhi, se acordó que el fortalecimiento de las instituciones globales debería realizarse por medio del aumento de la voz de los países en desarrollo.

“La Unión Africana se ha unido a nuestras filas. Creo que no debemos detenernos ahí y necesitamos hacer que las principales estructuras de integración de otras regiones del sur global participen con equidad en nuestro trabajo”, sostuvo Lavrov en la sesión plenaria.

*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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