Entrevista a la expresidenta Dilma Roussef – Por Bia Abramo

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Una conversación franca, más que una entrevista, fue lo que sucedió en el encuentro entre la presidenta Dilma Rousseff y el rapero Mano Brown a finales de abril. Ella fue la protagonista de uno de los episodios del podcast “Mano a Mano”* después del parón de espectáculos provocado por la pandemia. En la primera temporada, en 2021, el podcast ocupó el segundo lugar en el ranking de los más escuchados en la plataforma Spotify. Brown hizo entrevistas memorables con enorme audiencia, con Lula, fue incluso, su segundo episodio y ocupó el primer lugar en la lista de los más oídos en 2021. Otra fue la entrevista con el médico Drauzio Varella, que quedó cuarto entre los más escuchados.

En 2022, en una rueda de prensa realizada en marzo antes del estreno de la segunda temporada, el líder de los Racionais ya había prometido un episodio con Dilma, “una de las mujeres más agraviadas en la historia de Brasil”. Mezclando nombres de la cultura negra, afro urbana y de la periferia con personalidades políticas vinculadas a la lucha antirracista o por la democracia, el podcast ha causado pequeños sismos en la prensa tradicional por sus entrevistas más largas, con profundidad y bien producidas.

La entrevista con la expresidenta Dilma Rousseff fue una lección sobre los varios “brasiles” que viven en un mismo territorio llamado Brasil. Dura una hora y 39 minutos. De generaciones y clases sociales diferentes, trayectorias educacionales y profesionales distintas, la economista y el artista supieron encontrar puntos en común para tener un diálogo en el que esas diferencias no restan sino que suman. En una especie de calentamiento al comienzo del podcast, Brown preguntó sobre su infancia y adolescencia, lo que hizo que Dilma contara historias de una vida tierna y privilegiada de clase media, con acceso a buenas escuelas públicas, un padre inmigrante búlgaro y una madre católica en los años cincuenta del siglo pasado en Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais.

El hielo inicial se rompió —y Dilma no rehuyó marcar sus respuestas a Brown con sus “querido”, “cariño”, “mi hijo” y “mi amor”. El gran tema de la injusticia, vivido tanto por el entrevistador como por la entrevistada aunque desde perspectivas completamente distintas, permeó los principales temas abordados a lo largo del episodio. Temas duros como impeachment, racismo, misoginia y la necesidad de invertir en educación y adoptar políticas compensatorias en el país fueron abordados por una Dilma que fue al grano. A continuación, se presenta un resumen de las principales declaraciones.

Infancia
“Nací en una familia con un fuerte componente mineiro [del estado de Minas Gerais]. Aunque mi padre era búlgaro, mi madre era mineira y encima del interior. Nos fuimos a vivir a un barrio de Belo Horizonte llamado Funcionários, un barrio de clase media. Mi infancia fue muy feliz. Una de las cosas más importantes de mi infancia fue el haber estudiado en una escuela pública. Cuando empecé, la escuela pública era muy buena. El colegio privado era PPP. – ¿Sabes que era eso?: ‘Papá paga y pasas’ (risas)».

Desigualdad
“Estudié en un colegio de monjas en Belo Horizonte al comienzo de mi niñez. Ellas efectuaban una obra social en el cerro cercano a casa. Y aquello me conmovió. Hubo incluso un hecho divertido. En aquella época, la gente pedía de comer en la puerta de nuestras casas. Yo tenía unos 7 años. Y apareció un niño en la puerta de la casa. Y pidió. Me puse a hablar con el niño. Y yo tenía un billete. Y me gustó mucho el niño. Tanto es que rasgué el billete por la mitad, le di una mitad y me quedé con la otra parte. Mi padre reía tanto que se partía… Le pareció que era un gesto muy generoso de mi parte, un sentido de justicia. Y mi mamá decía: ‘esta niña es tonta… Cómo es que le da la mitad de un billete’”.

Racismo
“Me mueven los temas sociales, raciales y de la mujer, que están íntimamente ligados. La dificultad para acceder a la educación en el país interesa a la élite ignorante, que tiene una tradición absolutamente esclavista. Lo que me parece lo más absurdo en Brasil es la absoluta insensibilidad de la élite brasileña por el destino de su propio pueblo. Esto es imperdonable”.

Elecciones
“No quiero compromiso electoral porque quiero poder decir las cosas en las que creo. El balón corre, yo participo, puedo ayudar de muchas formas”.

Edad
“¡Ya no soy jovencita, eh no! Una persona de 74 años es todo menos joven. Estoy en esa etapa donde la retirada es realmente una retirada hijo mío. No me engaño, no”.

Mujeres brasileñas
“Son ellas las que más me defienden y son ellas las más críticas con este gobierno. Todas las encuestas de opinión muestran que el 60% de las mujeres consider que este gobierno no es bueno para Brasil. A diferencia de los hombres, que es menos, un 42% si no me equivoco. Así que estoy muy orgullosa. La mujer sabe cosas, es crítica”.

Golpe de estado de 2016
“Me siento víctima de un golpe dado por el hecho de haber defendido un proyecto. Intentaron lo mismo con Lula, alegando que era un obrero sin condiciones. Eso incluso se les ocurrió, pero se detuvieron porque quedó claro cuál era la opinión del mundo sobre Lula. Lo que digo es que fui objeto del machismo y la misoginia. Pero esa no fue la única razón del golpe en mi contra. El golpe vino porque yo representaba un proyecto más grande”.

Prensa
“Nunca he visto a nadie de Globo, de Folha de São Paulo, del Estadão defender a la primera presidenta mujer elegida de este tipo de tratamiento. Puede que este tratamiento sea aceptado por mujeres que, como yo, escapan del patrón ‘bonita, recatada y hogareña’ y se atreven a entrar en la esfera masculina, la del poder”.

Mi casa, Mi Vida
“No un programa más Mi Mansión, Mi Vida, sino un programa para los más pobres, familias encabezadas por mujeres, con niños”.

Más Médicos
“Como no había médicos en el interior del país y en las periferias de las grandes ciudades, fuimos a buscar los mejores médicos para la salud pública en Cuba. Todo iba muy bien, los médicos iban a la casa de la gente como debe ser, la población decía que el médico cubano examinaba de cerca, conversaba… Creamos cursos de medicina en las universidades federales, pero lleva tiempo para formar. Pero esos médicos que hicieron un trabajo decente fueron expulsados. Llegó la pandemia y murieron más de 650 mil brasileños. La salud de Brasil estaba desarmada, sin médicos, sin puestos de salud”.

* El episodio de Mano a Mano, con Dilma Rousseff, así como todos los de la primera temporada, están disponibles en la plataforma Spotify.

Traducción: Mila Frati

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