Chile | Avanza en el Congreso la restitución del voto obligatorio de cara a las presidenciales de noviembre

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Por Mónica Garrido

Este miércoles, el Senado continuó la tramitación del proyecto en mociones refundidas que busca restablecer el voto obligatorio. Una moción refundida-presentada en enero de 2020- que está en su segundo trámite constitucional y que, según ha señalado una de las impulsoras del proyecto, Joanna Pérez, se pretende aplicar a partir de los comicios del 21 de noviembre.

Tal objetivo dio un nuevo paso luego que la sesión en Sala que se llevó a cabo el día de hoy aprobara el proyecto en general por 25 votos a favor, 14 en contra y 1 abstención, cumpliendo con los 3/5 de senadores en ejercicio que requería para avanzar.

La propuesta de reforma constitucional fue despachada para su discusión en particular a la Comisión de Constitución y se estableció el día 7 de octubre como plazo para presentar indicaciones.

Entre las principales críticas al proyecto figuran ‘falencias’ como la falta de sanciones en caso de no cumplirse con la concurrencia a sufragar, la ‘inconsistencia’ al mantener la inscripción automática y no contar con un mecanismo de desinscripción ante la obligatoriedad de votar.

Un antecedente que significó un revés para esta tramitación fue que el proyecto de desinscripción voluntaria y temporal fue rechazado el pasado martes por la Cámara Baja. “Era una de las patas de la mesa para fortalecer el voto obligatorio. Creo que se le ha propinado un golpe a la obligatoriedad del sufragio”, afirmó la diputada PPD Andrea Parra, una de las autoras de la iniciativa.

Debate en Sala

La Presidenta del Senado, Ximena Rincón (DC), señaló durante la discusión que “nuestro país vive profundos cambios, la ciudadanía exige mayor participación y atención, y no podemos perder el foco en aquello (…) Como soy convencida de que al voto hay que darle doble carácter, voto a favor de la restitución de la obligatoriedad”.

Por su parte, Rodrigo Galilea (RN), quien votó en contra del proyecto junto a la mayoría de los senadores de Chile Vamos, manifestó que “ la calidad de democracia y los esfuerzos que deben hacer Chile deben ir orientados a otros mecanismos que hagan más sustantiva la participación civil en todo orden de cosas”.

Carlos Montes (PS), en tanto, apuntó a que el abstencionismo “es una de la señales de la crisis de la democracia, ya que sienten que su voto no sirve”.

Yasna Provoste (DC), candidata presidencial de Nuevo Pacto Social, para justificar su aprobación del proyecto dijo que “la vida se compone de derechos, pero también de obligaciones. Lo colectivo no es un cortapisa al desarrollo personal, ni hay desarrollo personal sin lo colectivo. (…) Voto a favor porque quiero más democracia y a las grandes mayorías decidiendo”.

Alejandro García Huidobro (UDI) dijo creer que “esta obligatoriedad, la mayoría del país no la comparte. Faltan incentivos para que la ciudadanía se sienta de alguna manera motiva a votar. (…) Este proyecto no va en el camino correcto, creo que en la libertad de las personas con los incentivos suficientes”.

Ximena Órdenes (PPD), argumentó que “es momento de reponer el voto obligatorio, ya que en momentos en que las instituciones se están transformando, necesitamos la participación de todos los ciudadanos”.

Juan Pablo Letelier (PS), dijo que “frente a este problema donde tenemos un diagnóstico grave de legitimidad, debemos cuestionarnos qué es un derecho y un deber. Se deben cumplir los deberes para dar legitimidad al sistema”.

Para Jaime Quintana (PS), “lo ideal es tener una participación amplia y equilibrada. Hay que refutar una idea mal implantada en la opinión pública, ya que antes de 2012 no había un real voto obligatorio porque no habían reales sanciones”

Francisco Chahuán (RN), quien fue el único voto de abstención en la Sala, señaló que “estoy de acuerdo con la restitución del voto obligatorio, pero no es un proyecto perfecto, porque falta poner foco en un mecanismo de desinscripción voluntaria”.

Guido Girardi (PPD), argumentó que “ya adscribimos a la lógica neoliberal y al mercado. Un modelo de democracia que tiene que ver con el consumo, no con las decisiones (…) Lo que construye el voto voluntario, es parte de un mundo de consumidores, donde la política se consume o no”.

Una dilatada tramitación

Su discusión en la Sala de la Cámara Alta comenzó el pasado jueves 26 de agosto, oportunidad en la que intervinieron 10 senadores -Coloma, Insulza, Moreira, Allende, Ebensperger, Bianchi, Alvarado, Lagos Weber, García Ruminot y Pizarro. Si bien 14 parlamentarios se inscribieron para intervenir en la sesión del pasado miércoles 1 de septiembre, solo cinco hicieron uso de la palabra.

El senador Francisco Huenchumilla (DC) manifestó: “Tenemos que tomar una medida que haga que la sociedad, en su conjunto, sea dueña y responsable de su destino, y de esa manera las instituciones van a tener legitimidad al tomar decisiones obligatorias, como son las leyes”.

Carmen Gloria Aravena (Evópoli), argumentó que “si bien la decisión de adoptar el voto voluntario tuvo un amplio respaldo, el tiempo demostró que nuestra sociedad no estaba preparada para ello y en poco tiempo el distanciamiento con la representación política se fue acrecentando a niveles impensados”.

Por su parte, el senador Rabindranath Quinteros (PS) expresó que “se requiere el voto obligatorio. Votar es un derecho, pero también es un deber. Si cada vez votan menos personas, el voto se terminará convirtiendo en un instrumento elitista”.

El senador y expresidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, enfatizó que se exige “un esfuerzo mínimo”, que es concurrir a votar. “Considero que se debe reincorporar el voto obligatorio, pero con la inscripción automática”, afirmó entre los senadores que tomaron la palabra.

Los motivos tras el restablecimiento del voto obligatorio

El sistema de sufragio obligatorio en el país estuvo vigente hasta el 31 de enero de 2012, cuando comenzó a regir la ley N° 20.568 de inscripción automática y voto voluntario durante el primer gobierno del Presidente Sebastián Piñera. Esto también eliminó la sanción aparejada al incumplimiento de la obligación de votar.

Sin embargo, la ley que debutó ese año durante las elecciones municipales, mostró una alta abstención: 57%. La tendencia se mantuvo en los comicios posteriores: 50,8% de abstención en la elección presidencial de 2013, 65,1% en las municipales de 2016 y un 51% en la segunda vuelta presidencial en 2017.

Las cifras motivaron a algunos parlamentarios a plantear que la baja convocatoria en las urnas podría generar un problema de legitimidad, por lo que comenzó a instalarse paulatinamente la idea de retornar a la obligatoriedad. De hecho, en enero de este año, al no alcanzar el quórum requerido, la Cámara de Diputados rechazó un proyecto similar para retornar a la votación obligatoria, el que fue impulsado por la oposición.

Esta reforma que avanza en el Congreso, detalla en su texto que en la ley será sustituida la palabra “voluntario” por “obligatorio”. Se precisará, además, que el sufragio en elecciones primarias será siempre de carácter voluntario, y que “será el Estado quien arbitrará las acciones necesarias para informar, facilitar e incentivar el ejercicio del derecho a sufragio”. La obligatoriedad del sufragio, además, no correría para elecciones primarias, que serán de carácter voluntario.

La Tercera


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