Reunión del Mercosur termina sin acuerdo sobre la flexibilización y con un cruce entre los ministros de Economía de Argentina y Brasil

2.437

En «tensa» reunión, Uruguay instaló el tema de la flexibilización en el Mercosur

El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay aseguró que la reunión junto a los cancilleres y ministros de Economía del Mercosur fue «tensa pero buena». Los ministros de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, y de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, brindaron este lunes una conferencia de prensa luego de la reunión del Consejo del Mercado Común del Sur, donde se planteó una rebaja en el Arancel Externo Común (AEC) y la flexibilización del bloque para negociar con terceros.Bustillo se mostró «conforme» con lo ocurrido, y destacó que «por primera vez en 20 años» Uruguay logró «instalar el tema» de la flexibilización en el Mercosur para que sea objeto de consideración. De todas formas, reconoció que no se logró un consenso.

«La reunión fue buena. Tensa, pero buena al fin», dijo el canciller. Arbeleche complementó contando que hubo «momentos fuertes» durante el encuentro y que el país «no puede esperar 20 años más», en referencia a la flexibilización. Al no llegar a una definición, se dispuso que en mayo se realice una nueva reunión del Consejo del Mercado Común, es decir de todos los cancilleres y ministros de Economía, que será presencial en Buenos Aires.

«Intentaremos avanzar todos juntos en una fórmula de consenso que nos permita llegar a la ansiada flexibilización», dijo Bustillo sobre el encuentro pautado para el mes próximo. Con respecto a lo planteado por Uruguay, el canciller dijo que es una «muy buena propuesta que puede ser perfectible». Arbeleche declaró que se «incorporó el concepto de Plan de negociaciones», en el camino de encontrar beneficios para todos los países. Bustillo apuntó a encontrar la «sensibilidad y la realidad de cada país»: «Beneficios tenemos que tener todos».

A la par de Brasil

Ambos ministros indicaron en varias ocasiones que la propuesta que presentó este lunes Uruguay es producto de un acuerdo con Brasil. Según declaró el canciller, dentro del texto que firmó Uruguay estaba «implícita» la voluntad de Brasil, especialmente en el AEC.

Reacciones en Argentina y Paraguay

Del otro lado del Río de la Plata, el canciller Felipe Solá también brindó declaraciones luego de la reunión.

«Debemos pensar qué capacidades tienen distintos sectores de la economía para soportar una baja de distintas posiciones del arancel externo común, y qué implicancia tiene una rebaja unilateral frente a negociaciones externas», dijo el canciller según consignó AFP. En cuanto a la flexibilización, Argentina planteó que «al finalizar este semestre se elabore una propuesta de plan de negociaciones externas que identifique prioridades de la agenda externa del Mercosur y el plan de modalidades específicas de ofertas (comerciales) y de disciplinas, y se elabore un informe completo sobre el estado de situación de las diferentes negociaciones», según el comunicado.

En tanto, el viceministro de Relaciones Económicas e Integración de la Cancillería paraguaya, Raúl Cauno, expresó que su país coincidió con Argentina en que flexibilización y arancel «son dos instancias diferentes que no pueden estar en un mismo instrumento porque tienen particularidades e impactos diferentes». «Brasil y Uruguay dicen: ‘Señores, no estamos cumpliendo ese cometido de integrarnos al mundo y queremos que nos den la oportunidad de negociar de a 4, de a 3, de a 2 o individualmente…», refirió Cauno a la AFP. La propuesta uruguaya «no es la forma adecuada, porque ataca los fundamentos de una unión aduanera, que es el estadio previo para la conformación de lo que queremos lograr: un mercado común», añadió el funcionario.

Contempla a los cuatro países

Arbeleche explicó que si bien se trata de «una propuesta que fue trabajada conjuntamente con el gobierno brasileño», lo presentado toma en cuenta e incluye la intención de los países del bloque regional.

República


Fuerte cruce entre Martín Guzmán y el ministro de Economía de Brasil por la apertura comercial del Mercosur

Se especulaba con una cumbre de cancilleres de los países miembros del Mercosur donde se discutiría sobre la flexibilización comercial del bloque y rebajas en el Arancel Externo Común (AEC) para poder negociar en mejores condiciones con otros mercados del mundo en la que habría un fuerte nivel de discusiones y tensiones. Y lo que se preveía ocurrió.

Además de los cancilleres Felipe Solá (Argentina), Carlos Alberto Franco França (Brasil), Euclídes Acevedo (Paraguay) y Francisco Bustillo (Uruguay), participaron ministros de cada uno de los países. El momento de mayor tirantez del encuentro virtual se produjo cuando intervinieron los ministros de Economía de Argentina y de Brasil, Martín Guzmán y Paulo Guedes, respectivamente.

—“La mano invisible de Adam Smith es invisible porque no existe”, expresó el argentino tras escuchar la exposición de su colega que había ponderado al célebre economista escocés, considerado el padre de la economía moderna.

—“Nosotros conocemos muy bien a los economistas que cita el ministro Guzmán, pero más de la mitad de los premios Nobel los ganaron economistas de la Universidad de Chicago”, le respondió el funcionario de Jair Bolsonaro, de pensamiento liberal como los economistas que mencionó.

Por el lado argentino también participaron los responsables de las carteras de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y el de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, quienes estuvieron al lado de Guzmán y de Solá en la videoconferencia desde el Palacio San Martín, la sede de la Cancillería argentina. Junto a Solá, además de sus colegas del gabinete nacional, estuvieron el secretario de Relaciones Exteriores, Pablo Tettamanti; el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme; el jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves; la subsecretaria del Mercosur y Negociaciones Económicas Internacionales, Rossana Surballe y el subsecretario de Asuntos de América Latina, Juan Valle Raleigh.

En la cumbre quedaron expuestas más que nunca las diferencias políticas, ideológicas y económicas que reinan en el bloque en el contexto de la pandemia de coronavirus que afecta al mundo. Brasil y Uruguay son aliados en la propuesta de la apertura del mercado común a una mayor flexibilización comercial, mientras que Paraguay tiene una posición más moderada y Argentina, que ejerce hasta mayo la presidencia “pro témpore”, quiere que pase lo peor de la pandemia para adoptar medidas al respecto.

Desde el Gobierno argentino dejaron en claro que existe “un Mercosur dormido” y que se deben hacer algunas modificaciones con el objetivo de revitalizarlo. Para eso estiman que es necesaria una modernización y una adaptación de los países que lo conforman. “Estamos de acuerdo en que la integración es de fundamental importancia, pero la integración debe servir como medio y no como fin”, sostienen. El camino al desarrollo de la región debe incluir un dinamismo que permita aumentar la competitividad y la productividad. “El crecimiento de las exportaciones es una condición necesaria para que nuestros países cuenten con las condiciones para un crecimiento sostenible en las economías y en sus mercados internos”, sostuvo Guzmán en su alocución.

También desde el lado argentino apuntaron que “la agenda de desarrollo tiene que encarar el problema de la sustentabilidad ambiental”. El presidente Alberto Fernández junto al brasileño Jair Bolsonaro participaron el jueves de la Cumbre por el Cambio Climático a la que fueron invitados por el presidente estadounidense Joe Biden y en ese sentido Argentina destacó la importancia de estos aspectos.

“Hay un gran valor al trabajar como bloque, que requiere reconocer que hay asimetrías. Argentina reconoce las distintas situaciones que están experimentando los distintos países del bloque. Por eso es importante reconocer la necesidad de la flexibilidad para lidiar con esas situaciones. Pero también es fundamental no olvidar que a la integración la estamos pensando como un medio para el fin del desarrollo”, destacó el ministro de Economía argentino.

“Hemos presentado una propuesta de reducción promedio del Arancel Externo Común pero utilizando una metodología de segmentación del universo arancelario en productos agroindustriales, industriales, bienes de capital, de informática y telecomunicaciones, con cinco eslabones diferenciados entre sí por el grado de elaboración del producto en cada caso, y de allí sale una recomendación de mayores reducciones en insumos y materias primas, y menores reducciones en bienes finales”, afirmó el canciller Felipe Solá que presidió la XII Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercado Común convocada por Argentina.

Tanto el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, como sus pares de Brasil y Paraguay, Jair Bolsonaro y Mario Abdo Benítez, respectivamente, consideran que es necesario “flexibilizar” al Mercosur. Quieren cerrar acuerdos de manera individual con terceros países sin la necesidad del aval unánime de los otros socios del bloque regional. Se trata de una ecuación económica -con efectos geopolíticos- que Alberto Fernández no acepta en esta coyuntura histórica debido a la pandemia de coronavirus. Otra de las aristas importantes es la reducción del Arancel Externo Común (AEC), el impuesto que paga cada mercancía para ingresar al Mercosur. Una discusión que empezó hace dos años y que todavía no logró zanjarse.

Durante la cumbre virtual de presidentes del Mercosur que se había realizado el 26 de marzo a 30 años de su creación, hubo un duro cruce entre Lacalle Pou y Alberto Fernández. El uruguayo afirmó en esa ocasión no estar conforme con las condiciones actuales en las que funciona el mercado común y dijo que le generaba “frustración” la imposibilidad de avanzar en acuerdos extrarregionales. Sus palabras más potentes fueron cuando manifestó que esos límites representaban “un lastre” y “un corsé” para el desarrollo de su país. Notoriamente incómodo el jefe de Estado argentino le contestó que el Mercosur no debía transformarse en “una carga o un lastre para nadie” e invitó a quienes se sintieran disconformes a “tomar otro barco”. Ese episodio pareció diluirse con el correr de los días pero desnudó las rispideces que conviven entre sus miembros.

“La pandemia es un shock sin precedentes en la historia del capitalismo moderno. Nos deja un manto de incertidumbre muy grande. Por eso tenemos que hacer política económica, comercial y como bloque, entendiendo que esa incertidumbre está presente y que para dar pasos más firmes hay que ir construyendo con una audacia responsable y equilibrada, poniendo énfasis en los puntos en los que hay acuerdo”, expresó el titular de la cartera económica del gobierno argentino.

Uruguay, más que Brasil y Paraguay, propicia la flexibilización del Mercosur, principalmente por su comercio bilateral con China. Lacalle Pou habló con los otros tres presidentes del bloque para convencerlos de la necesidad de incrementar su volumen de exportaciones locales si articula también acuerdos estratégicos con Estados Unidos y ciertos países de Europa. El mandatario uruguayo afirma que tanto las economías de Argentina como la de Brasil se estancaron. Pone como ejemplo que hace diez años, Brasil adquiría el 24 por ciento de las exportaciones uruguayas y China apenas rozaba el 5 por ciento. En 2020, como promedio, Beijing compró el 28 por ciento de las exportaciones de Uruguay y Brasil apenas el 14 por ciento.

“La posición argentina tiene similitudes y diferencias con los demás miembros del bloque, pero busca construir equilibrios que den condiciones de mayor prosperidad e impulsen comportamientos responsables. Consideramos que no avanzar y no hacer nada sería contraproducente. Vemos las diferencias, pero vemos que hay puntos de acuerdo, y lo importante es avanzar sobre esos puntos de acuerdo para ir construyendo un Mercosur más moderno y adaptado a la necesidad del desarrollo de nuestras naciones”, indicó Guzmán.

Solá, por su parte, puntualizó: “Debemos pensar qué capacidades tienen distintos sectores de la economía para soportar una baja de distintas posiciones del arancel externo común (AEC), y qué implicancia tiene una rebaja unilateral del AEC frente a negociaciones externas -algunas se han iniciado pero no se han concretado-, que el Mercosur tiene con siete grupos que implican 36 países, pero además tenemos negociaciones con Corea, Singapur, Canadá, Israel, y pensamos que la rebaja del AEC debe hacerse mientras dure la negociación y como producto de la negociación”.

Si las condiciones de la pandemia en la región mejoran, durante el mes de mayo en Buenos Aires habrá un nuevo encuentro de los cancilleres y de los ministros de Economía del bloque, aunque en ese caso, se intentará que sea de manera presencial.

Infobae


Argentina propuso a sus socios del Mercosur una reducción del Arancel Externo Común

Argentina presentó este lunes formalmente en la cumbre de cancilleres del Mercosur una propuesta de reducción del Arancel Externo Común (AEC) y ratificó su postura a favor de llevar adelante de manera conjunta el relacionamiento con terceros países, en base a las prioridades comerciales existentes en el bloque regional.

Al inaugurar la XII Reunión Extraordinaria del Consejo del Mercado Común, el canciller Felipe Solá señaló que se presentó «una propuesta de reducción promedio del AEC, pero utilizando una metodología de segmentación del universo arancelario en productos agroindustriales, industriales, bienes de capital, de informática y telecomunicaciones».

La iniciativa tiene «cinco eslabones diferenciados entre sí por el grado de elaboración del producto en cada caso y de allí sale una recomendación de mayores reducciones en insumos y materias primas, y menores reducciones en bienes finales», agregó Solá.

El Arancel Externo Común es la alícuota que deben tributar los productos de terceros países para ingresar al mercado regional.

En cuanto al relacionamiento con terceros países o bloques, Solá instruyó «a los coordinadores del Grupo de Mercado Común para que, al finalizar este semestre, elaboren una propuesta de plan de negociaciones externas que identifique prioridades de la agenda externa del Mercosur».

Además, pidió contemplar modalidades específicas de ofertas y de disciplinas y realizar un informe completo sobre el estado de situación de las diferentes negociaciones.

Argentina aspira a converger en las propuestas de los Estados partes en la revisión del AEC y en el sistema de relacionamiento externo durante este semestre, según informaron a Télam fuentes de Cancillería.

En la ocasión, finalmente Uruguay presentó formalmente su iniciativa para «flexibilizar» el AEC y la política de relacionamiento con terceros países o bloques.

En concreto, Uruguay plantea que para «explorar» nuevas negociaciones de acuerdos comerciales con países extrabloque deje de ser necesaria la participación conjunta de todos los integrantes del Mercosur.

En lo legal, esto implicaría modificar la Decisión 32 del Consejo del Mercado Común (CMC) del año 2000 que, en su artículo 1, reafirmó «el compromiso de los Estados Partes del Mercosur de negociar en forma conjunta acuerdos de naturaleza comercial con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen preferencias arancelarias».

En tanto, en lo político-institucional podría significar una nueva configuración del Mercosur.

A través de su cuenta en red social Twitter, la Cancillería uruguaya sostuvo que la iniciativa presentada este lunes «sobre flexibilización y arancel externo común», cuenta «con el apoyo total de Brasil».

El ministro de Economía de Brasil, Pablo Guedes, avaló la propuesta uruguaya pero en el ministerio de Relaciones Exteriores brasileño fueron más cautos, según confiaron las fuentes de la Cancillería.

Brasil también impulsa una rebaja del AEC más profunda que la de Argentina.

En la reunión de este lunes Solá insistió en que «Argentina tiene la voluntad de lograr consensos».

La propuesta argentina, que fue anticipada de manera general hace un par de semanas, contempla la reducción del Arancel Externo Común sobre un total de 1.900 productos insumos, así como para bienes de capital y accesorios, desde el 2% actual al 0%.

La iniciativa uruguaya, por su parte, contempla una reducción de todos los aranceles en alrededor de 10% este año y un porcentaje similar en 2022. Además, postula que el relacionamiento externo puede ser llevado adelante por cada país de manera individual, sin la necesidad de contar con el aval de la totalidad del bloque.

En su intervención en la reunión celebrada este lunes, el ministro de Economía, Martín Guzmán, reconoció que si bien existen diferencias entre los países que integran el bloque regional, «también vemos que hay puntos de acuerdo, y lo importante es avanzar sobre esos puntos para ir construyendo un Mercosur más moderno y adaptado a la necesidad del desarrollo de nuestras naciones».

«Estamos de acuerdo en que la integración es de fundamental importancia, pero la integración como medio y no como fin», dijo el ministro.

Aseguró Guzmán que «como bloque nos debemos una discusión más profunda sobre el camino propicio para la prosperidad de nuestros pueblos».

«La prosperidad, para nosotros, es un camino al desarrollo que incluya un dinamismo productivo; mayor competitividad y mayor productividad. Pero fundamentalmente, que de ello se beneficien todos los integrantes de nuestra población. Es decir, que el crecimiento económico sea inclusivo, que venga acompañado de una equidad sobre cómo se distribuyen los beneficios de ese crecimiento», sostuvo.

De esta forma, las negociaciones continuarán en mayo próximo con una nueva reunión de coordinadores del Grupo Mercado Común y con un encuentro presencial de Cancilleres a celebrarse en la ciudad de Buenos Aires, ya que Argentina ejerce la presidencia pro témpore del bloque.

En la jornada, también estuvieron presentes los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra.

El contrapunto respecto a estas cuestiones -arancel externo común y relacionamiento externo- cobró fuerza el año pasado, cuando Brasil y Uruguay postularon la idea de avanzar rápidamente en acuerdos de libre comercio con países como Corea del Sur, Canadá, India, Singapur y Líbano.

Como respuesta, Argentina consideró necesario «detener la marcha» en las negociaciones por «la incertidumbre internacional y la propia situación de nuestra economía».

Sin embargo, las discusiones sobre el relacionamiento externo y las posiciones arancelarias del bloque no representan una novedad histórica ya que han tenido varios episodios desde su fundación el 26 de marzo de 1991.

Télam

Más notas sobre el tema