El día de hoy se llevó a cabo la sesión inaugural del “Seminario de Protección Social en tiempos del COVID-19 y otros riesgos socioambientales”, realizado por la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), en coordinación con el Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales (SURSA), del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El Seminario, del cual se llevarán a cabo varias sesiones, tiene el objetivo de concientizar sobre el riesgo de desastres (incluyendo las emergencias sanitarias) como un riesgo social que tiene impactos diferenciados en la población, principalmente en grupos vulnerables por ingresos, edad y condición migratoria en América Latina y el Caribe.
La investigadora de la CISS, Verhónica Zamudio, y autora del Protocolo de Desastres para instituciones de seguridad social en las Américas, fungió como moderadora en el diálogo que se llevó a cabo con expertas y expertos en este tema.
Naxhelli Ruiz Rivera, Investigadora Titular del Departamento de Geografía Social del Instituto de Geografía de la UNAM, aseguró que los riesgos socioambientales representan probabilidades de daños y/o pérdidas, íntimamente asociados a los tipos de limitaciones de los modelos de desarrollo de cada sociedad.
“En el enfoque normativo de la vulnerabilidad ante los desastres, la resiliencia se enfoca en la capacidad de afrontamiento y el bienestar se enfoca en las condiciones de garantías de acceso a los recursos necesarios para alcanzar los satisfactores adecuados. Es por ello que el papel de las instituciones de seguridad social es central y de largo alcance, pues deben pensar en cómo diseñar sus procesos de intervención, y en los elementos de reducciones de daños y de pérdidas”, explicó.
Enrique Provencio, Maestro en Economía por la Facultad de Economía de la UNAM, indicó que en el contexto de la pandemia del COVID-19 cambió el foro de las urgencias y las prioridades, y complejizó el panorama global y regional de los riesgos, mostrando con mayor crudeza la interconexión de los mismos.
“Las cuatro prioridades de acción son comprender el riesgo de desastres; generar una alianza de gobernanza del riesgo de desastres para gestionarlo; invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia y aumentar la preparación frente a desastres a fin de dar una respuesta eficaz”, dijo.
Y aseguró que, a pesar de la pandemia, se debe mantener e intensificar los esfuerzos nacionales y regionales para la gestión integral de riesgos; acelerar la adopción de enfoques innovadores, y elevar la prioridad de la gestión de riesgos de desastres, entre otros.
Rodolfo Beazley, investigador y consultor independiente especializado en protección social, explicó que la protección social tiene un esquema de preparación y uno de respuesta, el primero de ellos conlleva arreglos institucionales, elegibilidad y focalización, sistemas de información, coordinación, financiamiento y mecanismos de pago, mientras que el segundo se refiere a la expansión vertical, expansión horizontal y un respaldo.
“La expansión horizontal ha sido de gran ayuda ya que tiene un gran potencial para generar respuesta rápida y de gran alcance, sin embargo, hay pocas experiencias a nivel internacional, falta preparación y hay errores de inclusión potencialmente elevados”, señaló el experto.
Algunas de las lecciones de la pandemia es que casi todos los países del mundo han tenido respuestas de protección social, y se ha detectado un uso sin precedentes de los sistemas de información. La crisis demostró la necesidad de protección social en respuesta a choques pero también la importancia de preparar los sistemas de protección social y de protección civil”, enfatizó Beazley.