Brasil | La economía bolsonarista en tiempos carnavalescos – Por Florencia Urbani, especial para NODAL

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.Por Florencia Urbani *

Brasil canceló por primera vez en la historia los festejos de Carnaval. En un intento por evitar las aglomeraciones y contener los riesgos de contagio por COVID19, las autoridades estaduales y municipales han prohibido las fiestas tradicionales este año desencadenando un severo impacto económico, especialmente en la clase trabajadora.

Desde el vendedor ambulante de cervezas hasta los bailarines de las escuelas de samba, la decisión de cancelar el Carnaval afecta a varios segmentos de la población y de la economía. Las cifras publicadas por la Confederación Nacional de Comercio de Bienes, Servicios y Turismo (CNC) en referencia a 2020, indican que por lo menos $8 mil millones de reales dejarán de circular en la economía brasileña debido a la cancelación de los festejos.

En este escenario, el turismo se verá particularmente impactado, de acuerdo con CNC. “El Carnaval es considerado como la Navidad del sector turístico” reconoce FábioBentes, economista de CNC. Según Bentes, el Carnaval es tradicionalmente responsable del 30% de todos los ingresos del turismo en febrero. En Río de Janeiro, alrededor de 10 millones de turistas movilizaron el año pasado unos 4 mil millones de reales durante el Carnaval.

La institución prevé que cerca de 25 mil empleos temporarios no serán creados para la ocupación. Consultado por el periódico brasilero Folha do São Paulo, el coordinador de economía de FGV, JoelsonSampaio, señala que los profesionales responsables de la viabilidad del evento comenzaron a sufrir las consecuencias incluso antes del Carnaval.

La media de ocupación hotelera en la capital carioca era hasta la semana pasada del 41% en comparación con un 78% durante el 2020, apunta la Asociación Brasilera de Industria de Hoteles. De modo tal que este año no habrá contratación de trabajadores temporarios, lo que suele ser un 5% más del personal efectivo.

Los vendedores ambulantes se han volcado al trabajo informal. Cada año se inscriben alrededor de 16 mil vendedores para trabajar durante el Carnaval y la mitad de ellos consiguen la licencia. «Para el Carnaval de este año, la ciudad no abrió esta inscripción. Con la crisis, tenemos muchas más personas en la calle trabajando sin estar registradas como vendedores ambulantes”, señala la coordinadora de Muca (Movimiento Unido de Vendedores Ambulantes), Maria dos Camelôs.

El Carnaval es una de las tantas actividades suspendidas durante los meses de la pandemia que ha dejado a más de 4 millones de personas desempleadas con una tasa de trabajo informal de 34,5%, según el Instituto Brasilero de Geografía y Estadística. Hasta fin del año pasado, los trabajadores informales contaban con un subsidio llamado “Auxilio Emergencia”, aprobado los primeros meses de pandemia para afrontar la parálisis de las actividades económicas.

La extensión del subsidio fue objeto de presión para Bolsonaro en enero por parte de los nuevos líderes parlamentarios, Arthur Lira -Diputados- y Rodrigo Pacheco – Senado- cuya postura es mantenerlo. Si bien Bolsonaro y su equipo económico han rechazado categóricamente la medida, las nuevas figuras en el escenario político y una carrera presidencial en vista, han cambiado su postura. El presidente confirmó la semana pasada que retomará la ayuda financiera en marzo por cuatro meses sin esclarecer el monto.

El Carnaval se enmarca en una situación económica erosionada por un gobierno reticente a aumentar el gasto público y una inflación del 4,52%, muy por encima de la prevista por el gobierno de 1,5%. «En 2021, la pérdida acaba siendo aún mayor porque el sector ya viene perdiendo ingresos desde principios del año pasado”, señala Bentes.

Brasil atraviesa una de sus peores recesiones económicas de la historia, con una contracción del 6% del Producto Bruto Interno, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Durante el segundo trimestre de 2020, el país registró su peor caída en 11 años debido a las medidas de confinamiento que frenaron la actividad económica.

* Politóloga y periodista argentina residente en Río de Janeiro. 


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