Incendios arrasan con tierras indígenas, reservas y áreas protegidas de Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia

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Los incendios devoran las tierras indígenas de Brasil en medio de los recortes

Por Bianca Muniz, Bruno Fonseca y Raphaela Ribeiro

En Brasil, solo en septiembre hubo 164 focos de incendios que avanzaron en tierras indígenas de la región del Pantanal, la llanura aluvial más grande del planeta. En agosto, hubo más de 200. Casi la mitad de las áreas indígenas de la región regularizadas ante el Estado ya han sufrido incendios que han rodeado aldeas, destruido casas y cultivos y provocado hospitalizaciones de personas por problemas respiratorios.

Las conclusiones son el resultado de una investigación de Agência Pública a partir de datos tomados por satélite del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). La investigación ha analizado todos los focos de incendios registrados en el Pantanal en 2020 y ha concluido que el número de incendios comenzó a aumentar a finales de julio, pero alcanzó el pico en agosto y septiembre: el 72% de los focos de incendio de este año ocurrió solo en esos dos meses.

Los datos también revelan que, en algunos de los lugares que más sufrieron surgieron focos de incendios y se extendieron primero en propiedades privadas para luego saltar a las tierras indígenas. Además, parte de los incendios se iniciaron en áreas de reserva legal y bosque nativo de propiedad de terratenientes. Ambas tipologías están protegidas por ley y deben ser preservadas.

En total, Agência Pública ha encontrado focos de incendio en cinco territorios indígenas regularizados en los municipios de el Pantanal –en toda la región hay 11–. La zona indígena con más focos de incendio es también la más grande, el terreno indígena Kadiwéu. En esta zona, se produjeron 176 focos desde mayo de este año y la mayoría tuvo lugar en agosto.

Además, en todo el Pantanal existen registros de incendios en tres parques estatales, en un parque nacional, en un área de protección ambiental, en dos reservas privadas y en una estación ecológica.

Todos los municipios de la región del Pantanal registraron incendios entre julio y septiembre. Poconé y Barão de Melgaço, en Mato Grosso, fueron los que registraron mayor cantidad. El Parque Estatal Encontro das Águas se encuentra en estos dos municipios.

«Todo se está acabando»

«El fuego comenzó fuera de las tierras indígenas. Cuando llegó, llegó con todo, entró de repente», señala el educador indígena Estêvão Bororo, conocido como Estevinho y presente en el territorio Tereza Cristina, del pueblo bororo. «La tierra está dividida por el río San Lorenzo: la orilla izquierda del río se incendió, rodeó dos pueblos y quemó un puente. Luego, el fuego avanzó hacia la aldea Córrego Grande, que fue la más impactada. Llegó con todo, incluso rodeó las casas. A pesar de no incendiar las casas, nuestro líder tuvo que ir al municipio de Rondonópolis porque había inhalado mucho humo. Tenemos ancianos, embarazadas, mujeres recién paridas y niños».

 

La situación también es grave en Baía dos Guató, tierra del pueblo guató, en el municipio de Barão de Melgaço. Los datos del INPE registraron en esta zona 57 incendios en septiembre y 85 en agosto. Casi toda la extensión del territorio ha sufrido incendios.

«Los incendios destruyeron jardines, quemaron casas, destruyeron gran parte de nuestro territorio, muchos árboles, animales, aves, dañaron nuestra fauna y flora y nuestra seguridad alimentaria. Estamos muy preocupados por nuestros bosques porque de ellos tomamos nuestro sustento, nuestros medicamentos tradicionales. Con los incendios, todo esto se ha visto comprometido. Ya no encontramos muchas de las hierbas que utilizamos para tratar enfermedades y tampoco la palma acuri, que usamos para cubrir casas tradicionales y algunos utensilios, y para hacer chicha, una bebida tradicional. Todo está siendo arrasado», comenta Alessandra Guató.

La tierra de los guató se encuentra cerca del Parque Estatal Encontro das Águas, uno de los refugios de jaguares más grandes del mundo, que también se ha visto afectado por los incendios: tan solo en agosto y septiembre hubo 456 incendios. Según un reportaje de G1, los incendios destruyeron el 85% del área del parque.

 

El territorio de los guató es un ejemplo de cómo los focos de incendio pueden comenzar en propiedades privadas y luego llegar a terrenos indígenas y zonas protegidas. A principios de agosto, apenas hubo incendios en el norte de la tierra de Guató. A medida que pasaban los días comenzaron a registrarse incendios en áreas de reservas legales y bosques dentro de propiedades privadas al norte del área indígena. Luego hubo incendios dentro de las tierras indígenas. A finales de agosto ya había brotes en casi todo el territorio indígena y se registraron 36 en solo un día.

 

Los recortes obstaculizan la lucha contra el fuego

Agência Pública ha hablado con un agente de PrevFogo, del Sistema Nacional de Prevención y Combate de Incendios Forestales, quien no quiso ser identificado por temor a represalias. Según este trabajador, el seguimiento meteorológico ya apuntaba a la intensificación de los incendios en 2020, con temperaturas por encima y lluvias por debajo de la media.

Según él, la planificación estratégica de la agencia incluía anticipar la contratación de brigadistas para trabajar en la prevención de incendios. Sin embargo, el anuncio del contrato, que suele publicarse a mediados de abril, no se abrió hasta el 23 de junio.

Para el trabajador, el retraso en la contratación ha dificultado las acciones preventivas de la agencia. «Creemos que esto ha afectado gravemente a nuestro trabajo. Nuestra previsión era trabajar en la prevención en el mes de junio y que así la gente pudiese tener una temporada mejor que la que estamos teniendo», informa.

El 20 de agosto, el presidente Jair Bolsonaro admitió en un comunicado que la situación es grave, pero argumentó que las dificultades impuestas por el tamaño de la región y «cuestiones ideológicas», como la prohibición del ganado suelto, han empeorado el panorama. «Hacemos lo que podemos, pero la oposición seguirá echándome la culpa del fuego en la Amazonia y el Pantanal. Como si nunca se hubiera incendiado esta región». El 15 de septiembre, el Ministro de Medioambiente, Ricardo Salles, dijo que el fuego en el Pantanal «tomó proporciones gigantescas».

Además de verse afectados por el incendio que avanza en Pantanal, los indígenas forman parte de la fuerza que intenta impedir la destrucción de sus territorios. Según el último decreto del Instituto Brasileño de Medioambiente y Recursos Naturales Renovables (IBAMA) para los brigadistas en Mato Grosso do Sul, de las cinco brigadas en el estado, cuatro son indígenas.

Para Eliane Bakairi, de la Federación de Pueblos Indígenas de Mato Grosso (FEPOIMT), el número de brigadas es insuficiente, en especial en los territorios más afectados, como Baía dos Guató y Perigara, en Barão de Melgaço. Además, dice que los recortes presupuestarios en PrevFogo están afectando al trabajo.

Las brigadas forman parte del Programa de Brigadas Federales PrevFogo de IBAMA, que se encarga de controlar, prevenir y combatir los incendios forestales. Sin embargo, según una información de Deutsche Welle, entre 2019 y 2020 el Gobierno federal redujo el presupuesto del centro en un 58%, un recorte de 13.790.000 reales (2.000.000 de euros), lo que afectó de manera negativa a la contratación de brigadistas para prevenir y controlar los incendios forestales.

Cada vez menos sanciones

Con el Gobierno de Bolsonaro, IBAMA ha puesto menos multas en todo Brasil y la situación se extiende también al Pantanal. Según datos recogidos por Agência Pública, en el primer año del mandato presidencial se redujo en un 71% el monto de las multas relacionadas con la flora en el Pantanal, en comparación con el año anterior. Las multas en esta categoría incluyen violaciones de deforestación e incendios ilegales, por ejemplo.

La reducción se mantuvo en 2020. A finales de agosto, se registraron 21 multas en los municipios de el Pantanal, el menor número de multas de la década, comparando los mismos meses. En el año anterior, esa cifra fue más del doble, con 54 multas impuestas en la región entre enero y agosto de 2019.

De los 16 municipios que forman parte de el Pantanal, 10 tuvieron menos multas en 2019 con respecto a 2018. Entre ellos se encuentra Corumbá, la ciudad con mayor número de focos de incendios registrados esta temporada y donde se investiga un posible inicio criminal de los incendios en Mato Grosso do Sul.

«La gente acaba sintiéndose libre de poder cometer delitos ambientales y esto ha sido reforzado por el propio presidente», denuncia un brigadista de IBAMA que prefiere no revelar su nombre. Según él, la agencia ha tenido dificultades para apoderarse de propiedades y destruir la maquinaria utilizada en infracciones ambientales, lo que compromete la investigación.

En agosto, Agência Pública reveló una situación similar en la Amazonía, donde las multas disminuyeron en regiones con mayor deforestación. IBAMA y la Fundación Nacional del Indio (Funai) no han hecho declaraciones para esta información.

El Diario


Argentina | Los incendios ya afectan a 13 provincias y el Gobierno envió aviones hidrantes y brigadistas para contener el fuego

El último reporte oficial del Sistema Nacional del Manejo del Fuego (SNMF) fue contundente: 11 provincias del centro y norte del país registran “focos activos” y son 13 las que continuaban afectadas por los incendios forestales.

Según detalló el organismo, en Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, San Luis, Jujuy, Tucumán, Salta, Catamarca, Corrientes, Misiones y Chaco las llamas continúan provocando numerosos daños desde hace semanas.

Las autoridades del Consejo Federal de Medio Ambiente detallaron que “trabajan con las provincias para que puedan fortalecer sus estructuras de manejo del fuego” y se destacó que la presencia nacional se mantendrá “hasta que haga falta ya que ese es el compromiso asumido”.

Es por ello que a cada uno de estos lugares se los incluyó en un plan de despliegue para enviar personal capacitado junto a numerosas herramientas que permitan combatir estos focos.

Entre las acciones del Gobierno se destaca el envío a Córdoba de siete aviones -cinco en el mes de agosto y otros dos en septiembre- y el despliegue de 70 brigadistas nacionales que llegaron a la provincia para ponerse a disposición del gobernador Juan Schiaretti.

En Córdoba la situación es dramática: pesar de la intensa labor de los bomberos desde hace 12 días, al menos diez focos de incendio se mantienen activos este sábado. La zona más afectada está ubicada en el departamento Cruz del Eje, entre las localidades de Candelaria, Cruz de Caña, Cabeza de Novillo y la estancia Represa de Morales, en el noroeste provincial. Allí los bomberos están combatiendo al fuego los aviones hidrantes.

“La zona que se está quemando está entre los diez lugares del mundo de mayor dificultad con el fuego, al nivel de California, España, Portugal, Australia, por citar algunos, que tienen realmente incendios muy complicados también”, afirmó el titular de Defensa Civil de la provincia, Diego Concha, en declaraciones a medios locales.

Los otros focos activos están ubicados en la zona sur, en el departamento de Río Cuarto, en unas plantaciones de pinares entre Alpa Corral, Achiras y Lagunilla.

“Hoy tenemos una situación más tranquila con respecto a la jornada de ayer, pero aún tenemos entre ocho y diez puntos calientes en donde estamos trabajando con 520 bomberos”, precisó Concha.

A la provincia de San Luis se envió un avión hidrante y 80 brigadistas que se movilizan desde distintos puntos del país, en tanto que a Tucumán fue enviado otro avión hidrante y una brigada de la Policía Federal Argentina (PFA).

A Jujuy dos aeronaves del SNMF y otra a Corrientes, una. También se informó que a las provincias de Santa Fe y Entre Ríos llegaron dos aviones hidrantes y un avión vigía del SNMF, un helicóptero, 14 brigadistas forestales de la PFA y 22 brigadistas nacionales.

Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el cual encabeza Juan Cabandié, remarcaron que en la zona del Delta se está trabajando hace seis meses. “Insistimos en la necesidad de tipificar el desmonte como un delito penal y prohibir que las tierras quemadas puedan ser utilizadas en 60 años”, sostuvo Cabandié en las últimas horas.

Desde su cartera consideraron como urgente “la adecuada implementación de la ley de Manejo de Fuego, asignándole un presupuesto acorde a las funciones asignadas al SNMF».

Y remarcaron: ”El 95 % de los fuegos son intencionales. Las condiciones de sequía prolongada no colaboran, es un problema agregado. Es un llamado a reflexionar sobre qué estamos haciendo con el planeta y que necesitamos generar cambios domésticos, productivos», concluyen las fuentes.

Durante la jornada del viernes, el presidente del bloque de Diputados del Frente de Todos (FdT), Máximo Kirchner, junto a los jefes de los bloques provinciales, presentó un proyecto de ley de protección de ecosistemas que puedan ser víctimas de incendios provocados o intencionales, para evitar la especulación financiera e inmobiliaria de las tierras.

Infobae


Argentina | Incendios: los especialistas advierten sobre las consecuencias ambientales 

Los incendios forestales avanzan en todo el país y en lo que va del año ya arrasaron más de 430 mil hectáreas en todo el país. De las nueve provincias con focos activos, las más afectadas al día de hoy son Córdoba y San Luis, adonde viajó este domingo el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, para acompañar la llegada de dos aviones hidrantes y 76 brigadistas que se movilizaron desde distintos puntos del país. Además de señalar a la especulación inmobiliaria y a productores agropecuarios como responsables del fuego, los especialistas advierten sobre las consecuencias acumulativas del desastre ambiental. Sostienen que las sequías son producto de la deforestación de años anteriores y trazan un pronóstico desolador: los incendios provocarán nuevas sequías que a su vez realimentarán el ciclo de catástrofes naturales.

«Se habla de las sequías que posibilitan los incendios como si fueran un agente exógeno, como si no hubiera causas detrás de ellas. Cuando el año pasado en Brasil se incendió el Amazonas los especialistas ya decían que iba a haber consecuencias directas en toda la región y el aumento de sequías era una de ellas», aseguró en diálogo con Página 12 Guillermo Folguera, doctor en Ciencias Biológicas por la UBA e investigador del Conicet. Es que, para los especialistas, uno de los puntos más importantes a la hora de analizar las causas y consecuencias de los desastres ambientales se centra en comprender la conexión que existe entre los distintos fenómenos que ocurren a lo largo de los años en toda la región.

«Hay una cuestión preocupante y es que cada presidente se ocupa de su país, cada gobernador de su provincia, cada intendente de su municipio, pero en términos ambientales todo está conectado: cuando se incendia el Amazonas impacta en Argentina», agregó Folguera. Por su parte, Roberto Bo, licenciado en Ciencias Biológicas por la UBA y director del Grupo de Investigación en Ecología de Humedales de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, explicó que «los efectos son acumulativos, la ocurrencia de un disturbio como la sequía potencia las posibilidades de que ocurra otro disturbio como el incendio. Con la sequía, por ejemplo, los árboles ya no tenían agua y ahora además los prenden fuego. No tenemos que potenciar los efectos negativos de la seca con malos manejos. En el Delta, si se observa cómo fueron apareciendo los focos queda claro que no fue la naturaleza».

Según el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), los incendios son producidos por intervenciones humanas en el 95 por ciento de los casos. En su visita a San Luis, el ministro Cabandié aseguró que «los Estados apagamos los incendios pero, como sucede muchas veces, luego se vuelven a encender. Ahí es la justicia la que tiene que actuar”. Además, el funcionario detalló que «hay distintas situaciones, a veces es lo ganadero, lo agrícola o lo inmobiliario, en la mayoría de los casos hay intencionalidad». En este sentido, el funcionario celebró el proyecto de ley presentado en el Cogreso por el diputado Máximo Kirchner que apunta a prohibir modificaciones en la utilización de los suelos en los bosques nativos afectados por incendios.

A San Luis, donde se registran focos activos en Papagayo, El Morro y Carpintería, este domingo llegaron 76 brigadistas nacionales y 2 aviones hidrantes. Además de San Luis, hay otras ocho provincias con incendios: Córdoba, Jujuy, Catamarca, Misiones, Salta, Tucumán, Formosa y Chaco. En Córdoba, donde la situación es crítica desde hace más de una semana, hay focos en las serranías del noroeste provincial, entre el Valle de Punilla y Cruz del Eje, y también en los montes del sur en el departamento de Río Cuarto. Este domingo las condiciones climáticas fueron más favorables. Según un comunicado oficial del Gobierno de Córdoba, hubo un “alto porcentaje de humedad, cielo parcialmente nublado y un marcado descenso de la temperatura”.

El registro del SNMF indica que desde enero hasta el 15 de septiembre de este año, es decir, sin contar los grandes incendios de las últimas semanas, en Argentina se quemaron 434.975 hectáreas en 22 provincias. «En los últimos treinta años Argentina pasó a estar entre los diez países del mundo que más desforestó», señaló Folguera y agregó que «en términos ambientales nada bueno puede surgir de esto. La consecuencia más directa es la perdida de biodiversidad, pero también genera efectos a mediano y largo plazo».

Para el especialista lo que se vive es un «espiral» de destrucción ambiental: «De golpe entramos en un espiral. La destrucción ambiental produce nuevos desgastes que lo único que hacen es intensificar los desastres. Ahora mismo hay un mapa de sequías que a su vez predice inundaciones en unos meses. En uno, dos, cinco años todo esto se intensificará».

En este sentido, Folguera cree que habrá «un incremento productivista, algunos sectores ven estas cuestiones como oportunidades, es muy probable que los territorios quemados tomen forma de soja, vacas o negocios inmobiliarios». A su vez, el doctor en Ciencias Biológicas explicó que este proceso también repercutirá en los «procesos demográficos, hay políticas de despoblamiento porque cada vez es más difícil vivir en pequeños poblados».

Del total de hectáreas quemadas a lo largo del año, la zona de las islas del Delta del Paraná fue las más afectada y solo en el territorio entrerriano se incendiaron 165.108 hectáreas. Según informó el Ministerio de Ambiente este domingo, ya no hay focos activos en las islas. Sin embargo, durante el año los incendios en esta zona se han apagado más de una vez y siempre se volvieron a encender.

«En el Delta lo primero que necesitamos es que llueva y las perspectivas vienen mal, se está formando un ambiente más seco porque las perspectivas de recuperación de la cuenca del Paraná son lentas», explicó Bo, especialista en Ecología de Humedales, y agregó que «si viniera una creciente, el Paraná trae semillas y el sistema se recicla, pero si eso no pasa va a tardar mucho en recuperarse».

Además, el especialista detalló que «la magnitud y la duración de los fuegos hace que la situación sea muy problemática. Un pajonal quemado en el Delta se recupera en función de cuánto duró el fuego y cuán intenso fue. Si el fuego estuvo mucho tiempo y actuó constantemente se puede quemar la materia orgánica del suelo y la capacidad de recuperarse es menor. Este año las llamas llevan una duración enorme, hace diez meses que hay fuego en las islas y hay lugares que se quemaron más de una vez. Veo complicada la recuperación porque hay sectores en que se destruyó toda la capa orgánica».

En cuanto a la situación de Córdoba, el especialista aseguró que «se quemaron áreas que antes no se quemaban y no es lo mismo recuperar un bosque que un pajonal». En este sentido, Bo explicó que, en los bosques con mucha biodiversidad, «cuando se quema aparecen arboles exóticos y volvés a tener un bosque pero distinto, con componentes que no son naturales ni originales» y añadió que «para ver el típico paisaje del bosquecito de Córdoba o recuperar un bosque ribereño en el Paraná van a pasar años».

Informe: Santiago Brunetto

Página 12


Paraguay | Más de 3.000 hectáreas afectadas en zona de la reserva San Rafael, Itapúa

Los bomberos voluntarios aún trabajaban ayer en la zona de la reserva de la cordillera San Rafael para combatir los focos de incendio existentes desde el jueves último. El siniestro hasta ayer afectó un área de 3.000 hectáreas en total, según los datos preliminares.

Son diferentes sectores afectados, donde los focos se extendieron debido al calor, los vientos y la abundante hojarasca seca existente en el terreno. Las zonas más afectadas son las compañías Tacuapi, Taguató, Amistad, Arroyo Claro, en los distritos de Itapúa Poty y Alto Verá, pero también se registraron incendios en colonia Aurora, entre otras, en el distrito de Tomás Romero Pereira, donde se observó la quema de parcelas de trigo, según explicó Edilberto Ruiz Díaz, responsable de una base de monitoreo del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) en esta localidad.

Bomberos Promotores Forestales del San Rafael, de la organización ambientalista Procosara, y reservistas de las Fuerzas Armadas de la Agrupación Capitán Bozzano, de Encarnación, se sumaron a los bomberos del Mades a la compleja tarea de combatir los focos de incendio en zonas de difícil acceso debido a las condiciones del terreno.

La tarea se hace difícil, porque la única forma de llegar a los focos de incendio es a pie, abriéndose camino con machete entre la maleza, cargando mochilas con agua. A cada momento se debe regresar a las camionetas para reabastecerse del líquido.

Esto implica un gran desgaste de fuerzas y de tiempo, pues en la mayoría de los casos se realiza un largo trayecto para llegar al lugar donde queda el vehículo con el agua.

Ruiz Díaz expresó que los días de intenso calor, la falta de lluvias y la gran cantidad de hojas secas en el suelo, sumado a la sequedad del ambiente y los vientos favorecen que el fuego se expanda con facilidad. A veces incluso un foco que se había apagado vuelve a brotar, debido a que queda el terreno caliente, y esto facilita la combustión, señaló.

La tarea continúa, a la espera de una gran lluvia que permita extinguir por completo los focos de incendio dentro de la reserva.

ABC Color


Dos gobernaciones bolivianas en emergencia por incendios forestales

Las gobernaciones bolivianas de Santa Cruz (este) y Chuquisaca (sudeste) se declararon este sábado en “situación de desastre” ante el avance de los incendios forestales que amenazan áreas protegidas y demandaron ayuda urgente del gobierno central.

“Hoy declaramos desastre departamental para que el nivel nacional pueda participar de manera inmediata (…) y realizar las acciones en este sector”, señaló en rueda de prensa Efraín Balderas, gobernador de Chuquisaca.

Previamente, su par de Santa Cruz, Rubén Costas, aprobó la declaratoria de desastre departamental para “proteger la vida e integridad de las personas, el patrimonio natural, la salud y seguridad alimenticia y económica”.

La declaratoria de emergencia permite que el gobierno central habilite recursos económicos, humanos y logísticos extraordinarios.

En Chuquisaca, los incendios forestales afectan a cinco municipios en la serranía del Aguaragüe y en el área protegida del Iñao, donde el acceso es muy dificultoso.

Por su parte, la gobernación de Santa Cruz reportó 38 incendios activos en 21 municipios. Los sitios donde la situación es más crítica son Postrervalle, San Ignacio de Velasco y la reserva de Copaib, detalló la director de Recursos Naturales Yandery Kempff.

Los incendios forestales se registran en distintas regiones del este y noreste del país, debido sobre todo a la quema de pastizales con el fin de ampliar la frontera agrícola.

Contribuyeron a avivar los fuegos las prolongadas sequías que afectan a buena parte del territorio boliviano y las altas temperaturas que se presentaron en esas zonas.

Los incendios han quemado hasta el momento 2,3 millones de hectáreas de bosques y pastizales.

ABC Color


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