Maduro, Ortega y Díaz-Canel participan en el encuentro de líderes a 30 años del Foro de Sao Paulo

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El Miembro del Buró Político y Presidente de la República de Cuba, compañero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, participará en el Encuentro de Líderes por el 30 aniversario del Foro de Sao Paulo, que se celebrará de manera virtual hoy martes 28 de julio a partir de las 2:30 pm.

El Foro de Sao Paulo surge por iniciativa del líder histórico de la Revolución cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y del ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva. Constituye un espacio de diálogo, concertación y construcción de la unidad de las fuerzas políticas de izquierda y progresistas de América Latina y el Caribe.

El escenario internacional y regional era adverso para implementar cualquier iniciativa a favor de la unidad en Nuestra América. Se necesitó de la proyección estratégica de un hombre visionario como Fidel y un líder continental como Lula, para poder movilizar a las masas y crear conciencia de la necesidad de luchar articulados ante un enemigo sumamente poderoso.

De conjunto decidieron constituir un amplio foro de partidos y movimientos de izquierda para debatir sobre el difícil contexto internacional y las consecuencias del neoliberalismo, y buscar formas de integración para enfrentar la ofensiva imperialista y de las oligarquías nacionales.

De esta forma el Foro de Sao Paulo se convirtió en una alternativa de lucha de los pueblos latinoamericanos y caribeños. A sus eventos también asisten partidos y movimientos sociales de izquierda de otras regiones del mundo, como Europa, Asia y África. Desde 1990 casi todos los años se han reunido de forma ininterrumpida en varios países de la región, realizándose hasta la fecha 25 ediciones: Ciudad de México (1991), Managua (1992), La Habana (1993), Montevideo (1995), San Salvador (1996), Porto Alegre (1997), Ciudad de México (1998), Managua (2000), La Habana (2001), Ciudad de Guatemala (2002), Quito (2003), Sao Paulo (2005), San Salvador (2007), Montevideo (2008), Ciudad de México (2009), Buenos Aires (2010), Managua (2011), Caracas (2012), Sao Paulo (2013), La Paz (2014), Ciudad de México (2015), San Salvador (2016), Managua (2017), La Habana (2018) y Caracas (2019).

En La Habana se celebró el Foro de Sao Paulo por primera vez en 1993. El Jefe de la Revolución Cubana reiteró en aquella ocasión la importancia de lograr la integración e insistió en la necesidad de la preparación ideológica para poder materializar los sueños de los próceres latinoamericanos y caribeños.

Los foros no se quedaron únicamente en el debate y tuvieron importantes resultados, que se concretaron con la llegada al poder de gobiernos de izquierda y miembros de partidos que integran el Foro de Sao Paulo. Su primer exponente fue Hugo Chávez Frías, con la victoria electoral el 6 de diciembre de 1998 en Venezuela, al frente del Movimiento Quinta República (MVR). Con un sorprendente respaldo de masas, comenzó un singular proceso de profundas transformaciones sociales y políticas.

Esa realidad ha ido cambiando en los últimos años, como resultado de una ofensiva contrarrevolucionaria, que pretende liquidar las experiencias progresistas, barrer las transformaciones de la última década y destruir la CELAC. Ante ese escenario el Foro de Sao Paulo se erige como instrumento fundamental para consolidar la unidad de las fuerzas y organizaciones políticas y sociales en la región.

El destacado intelectual cubano Enrique Ubieta Gómez –quien por estos meses nos regala sus crónicas desde Turín, que narra las hazañas de los médicos cubanos para enfrentar la COVID-19 en Italia- ofreció una valoración vigente para los tiempos que corren en Nuestra América y el mundo:

“Cada país latinoamericano y caribeño avanza por senderos propios. Algunos procesos deben construir, consolidar o defender su consenso ideológico; en otros, es necesario ante todo un consenso político (lo ideológico pasa a un segundo plano). Pero en todos los casos la izquierda continental –me atrevería a afirmar: la izquierda mundial–, tiene dos enemigos fundamentales: la desunión y el imperialismo (cuya plataforma económica es hoy neoliberal). Creo que ese es el programa mínimo: unirnos en el combate contra el imperialismo y el neoliberalismo”. [1]

[1] Enrique Ubieta Gómez: Prólogo, en: Abel Enrique González Santamaría: El Consenso de Nuestra América: Construyendo la unidad desde el Foro de Sao Paulo, Editorial Ocean Sur, Australia, 2018, p. 5.

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¿Que no pueden ni podrán nunca perdonarle al Foro de Sao Paulo? – Por Bertha Mojena

Hace 30 años, cuando todo parecía desmoronarse y algunos aprovecharon para decretar —cual sabelotodos que se erigían tras las circunstancias— “el fin de la historia” y diría que, más que eso, el fin de las luchas de nuestros pueblos por el mundo mejor que soñamos, merecemos y debemos construir entre todos, surgía el Foro de Sao Paulo para demostrarnos que era posible y mas necesario que nunca, seguir luchando.

Se trataba de una lucha sin tregua, en la cual no había espacio para el cansancio donde el optimismo y la unidad debían ser, por encima de todo, la guía principal para enfrentar los desafíos presentes y futuros. Lula y Fidel siempre lo tuvieron claro, y por eso desde sus inicios, nos legaron una inquebrantable fe en la victoria y una importante vanguardia política dentro de la región latinoamericana que abrazaría, con el tiempo, a lideres de la izquierda mundial, a activistas y movimientos sociales.

Al llegar a sus 30 años, el FSP esta más firme que nunca, pero contra el se ciernen, por parte de la derecha neoliberal y proimperialista – sobre todo en el ámbito mediático – una feroz guerra sin cuartel y se le acusa de forma desenfrenada, hasta de intentar y promover manifestaciones y acciones violentas para derrocar gobiernos. Cabría entonces preguntarse: Por qué esta arremetida contra el FSP? ¿Qué no pueden ni podrá perdonarle nunca la derecha imperial? Señalemos apenas algunos de los argumentos que nos permiten responder estas interrogantes.

La unidad y la integración son los principios fundacionales del Foro de Sao Paulo y por tanto, mantienen su vigencia para las luchas antimperialistas de emancipación de América Latina y el Caribe y lo que estas representan a nivel mundial, “sin socialismo, o con socialismo”, como diría Fidel. Además, desde su surgimiento, demostró que eran factibles sus objetivos de lucha relacionados con construir una sociedad más justa y con igualdad de oportunidades para todos y por tanto, se convirtió en el principal espacio de diálogo, concertación y construcción de la unidad de las fuerzas de izquierda y progresistas en América Latina y el Caribe.

Por otro lado, al nutrirse del legado antimperialista y de unidad de los próceres y líderes de Nuestra América desde Simón Bolívar hasta Fidel Castro y Hugo Chávez, a el se han integrado fuerzas políticas muy diversas que sobre la base del respeto, han permitido acumular un caudal de experiencias y de conocimiento político que no tiene precedentes y en los últimos años, ha priorizado la articulación de sus miembros con los movimientos y activistas sociales en la búsqueda de la unidad necesaria para la victoria.

Otra de sus banderas de lucha y principio básico de las fuerzas de izquierda, ha sido la solidaridad con las causas justas; de ahí que en estos 30 años el Foro ha condenado el bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los EEUU contra Cuba y la escalada de agresiones de la Casa Blanca contra la Revolución Cubana, ha estado al lado de la Revolución Bolivariana y su legítimo presidente Nicolás Maduro y ha rechazado y denunciado las medidas coercitivas unilaterales de Washington contra Caracas, y todo intento de injerencia en los asuntos internos de Venezuela por parte del imperio del Norte y sus lacayos de la región.

El Foro de Sao Paulo se ha solidarizado también con la Revolución Sandinista y condena las sanciones impuestas por Estados Unidos contra Nicaragua, las que atentan contra el derecho a la paz, la soberanía y la autodeterminación de los nicaragüenses, a la vez que ha rechazado enérgicamente los Golpes de Estado llevados a cabo en la región para derrocar a gobiernos progresistas, la implacable persecución política contra los líderes de la izquierda latinoamericana y el asesinato de líderes y activistas sociales.

Desde su fundación ha condenado además, todo tipo de colonialismo, exigiendo la descolonización del continente con la independencia de Puerto Rico, la devolución de la Base Naval de Guantánamo y la restitución de la soberanía de las Islas Malvinas a la República Argentina, defendiendo la paz como objetivo común para Nuestra América, respaldado por la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz y por tanto, los acuerdos de Paz de Colombia y ha exigido su respeto y estricto cumplimiento.

A los pequeños estados insulares del Caribe se le ha dado total respaldo en su demanda de indemnización por siglos de colonización y esclavitud y la importancia de acceder a recursos que permitan su resiliencia frente al Cambio climático, un tema en el que se deberá trabajar en conjunto pues afecta ya a todos de una u otra forma.

Tampoco podrán comprender nunca, los enemigos de los pueblos a los que solo interesa el capital, cómo el FSP, con el objetivo de fortalecer la comunicación con las fuerzas de izquierda y progresistas de otras regiones del mundo, mantiene y estrecha hoy sus relaciones con el Partido de la Izquierda Europea y con movimientos y organizaciones regionales de otros continentes con los que ha compartido los valores y principios contenidos en el documento Consenso de Nuestra América, así como los principales objetivos de luchas de las fuerzas políticas y progresistas de la región.

El ímpetu y la madurez política del Foro de Sao Paulo son indiscutibles hoy. Por eso, todo intento del gobierno de los EEUU por restablecer en la región la Doctrina Monroe y el marcartismo, encontrarán en el a una vanguardia política organizada y militante, comprometida y decidida, con mucho camino por andar, muchos obstáculos que cruzar, pero más que todo, con mucha fe en la victoria, mucho compromiso con los pueblos a quienes representa y con la unidad como bandera.

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