El machismo que frustra las carreras políticas de las mujeres – Por Riamny Méndez Féliz

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El machismo que frustra las carreras políticas de las mujeres – Por Riamny Méndez Féliz

Al menos 69 mujeres quedaron fuera de la boleta electoral por los obstáculos que pusieron los partidos y la JCE al cumplimiento de la paridad de género contemplada en la Ley 33-18

“¿Con quién fue que yo me metí, con los hijos del demonio?”, se pregunta Santa Cuevas Féliz, una de las mujeres que en las pasadas elecciones municipales se enfrentaron a estructuras partidarias y de instituciones gubernamentales, como la Junta Central Electoral (JCE), para que se le reconocieran las candidaturas que habían ganado en las urnas o en procesos internos de acuerdo con la Ley 33-18 de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos. Cuevas, miembro del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), dice que, aunque fue la candidata a vocal más votada en el distrito municipal de Fondo Negro, Barahona, su organización se negaba a entregarle el puesto.

Así que empezó una lucha que aún no para con el fin de que le sea reconocido su derecho. Se quejó ante su partido, gestionó el reconocimiento de su candidatura en la Junta Central Electoral e inició un proceso legal con un abogado que finalmente tiró la toalla. “A los diez días renunció, dijo que no podía con ese caso”, enfatizó. Pero ella continuó su lucha y logró su objetivo, aunque a medias. Explica que, luego de gestiones legales y administrativas, en la actualidad se desempeña como vocal, aunque la JCE no le ha dado el certificado.

Su caso no es excepcional. Unas 69 mujeres que aspiraban a diputaciones y decenas que aspiraban, como Cuevas, a regidoras o vocales vieron frustradas sus aspiraciones, y otras tuvieron que enfrentar largos y complejos procesos administrativos y judiciales, debido a trabas de los partidos y de la Junta para cumplir con la cuota de género o la paridad que establece la ley 33-18, explica la abogada Nataly Santana, quien ha defendido precandidatas en los tribunales.

En el párrafo I del artículo 53 de esta ley se establece que “La Junta Central Electoral y las juntas electorales no admitirán listas de candidaturas para cargos de elección popular que contengan menos del cuarenta por ciento (40 %) y más del sesenta por ciento (60 %) de hombres y mujeres”. Es decir, que siempre debe haber al menos un 40 % de mujeres o de hombres para que ninguno de los dos sexos esté subrepresentado.

Nataly Santana argumenta que en la Resolución 28-2019 de la Junta Central Electoral, emitida supuestamente para facilitar el cumplimiento de la ley, se hacen cálculos incorrectos: quedan por debajo del 40 % las candidaturas reservadas para garantizar la paridad. En este caso se afecta principalmente a las mujeres.

La abogada Patricia Santana, quien también ha defendido candidatas de diferentes partidos, explica que estos cálculos incorrectos afectaron a mujeres que perseguían candidaturas en los ayuntamientos y en el Congreso.

“En el segundo dispositivo de la referida resolución, la JCE dispone que respecto a las demarcaciones para las regidurías que cuentan con 11 escaños, los partidos deberán satisfacer la cuota con una distribución de 4 hombres/mujeres y 7 hombres/mujeres en la composición de sus boletas electorales, lo que corresponde al 36.36 % (4/11) y al 63.63 % (7/11) de las candidaturas, y para las demarcaciones de 13 escaños, deberán distribuirse entre 5 hombres/mujeres y 8 hombres/mujeres, lo que corresponde al 38.46 % (5/13) y 61.53 % (8/13) de las candidaturas”, explica Patricia Santana en una nota en la que se analiza la resolución de la Junta Central Electoral.

En su análisis, agrega que “en su cuarto dispositivo se evidencian errores en los cálculos porcentuales al distribuir las demarcaciones congresuales de 6 circunscripciones entre 2 (33.33 %) hombres/mujeres y 4 (66.66 %) hombres/mujeres, las de 8 entre 3 (37.5 %) hombres/mujeres y 5 (62.5 %) hombres/mujeres y las de 11 entre 4 (36.36 %) hombres/mujeres y 7 (63.63 %) hombres/mujeres”.

Para defenderse de lo que consideran una violación de sus derechos, Ylsis Cruz, candidata a diputada del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y su compañera de partido y aspirante a regidora, Dilenia Santos Muñoz, ambas políticas de Santiago, interpusieron una acción de amparo de extrema urgencia contra la Junta Central Electoral (JCE), su presidente y sus miembros para que se modifique la Resolución No. 028-2019. Finalmente, luego de meses en procesos legales, lograron que las incluyeran en las boletas.
Contexto jurídico

Según la nota explicativa de la abogada Patricia Santana, el 26 de diciembre de 2019, la Tercera Sala del Tribunal Superior Administrativo dictó la Sentencia 0030-04-2019-SSEN-00506, que acoge la acción de amparo y ordena a la JCE que modifique la resolución No. 028/2019 en un plazo de 1 día. Agrega Santana que ese Tribunal consideró que, con su acto, la JCE vulnera los artículos 39 numeral 5 y 22 numeral 1 de la Constitución sobre el derecho a la participación política de la mujer en condiciones de igualdad e igual criterio tuvo el Tribunal Superior Electoral en su sentencia TSE-199-2020 del 17 de enero de 2020, en la que declaró inaplicable la resolución de la JCE.

La sentencia del TSA fue notificada a la JCE, su presidente y demás miembros, el 27 de diciembre de 2019, de acuerdo con la nota explicativa de Santana, quien indica que la JCE no ha cumplido con el mandato.
Enfrentar el sistema

La candidatura de Dilenia Muñoz entró a la boleta electoral mediante la decisión del TSE, que según Patricia Santana entendió que el cálculo de la JCE era inconstitucional. “Esa decisión la impugnaron y hasta febrero ella no sabía si iba a estar incluida en la boleta” explica Patricia Santana.

El reconocimiento de su derecho a la candidatura llegó tan tarde, a menos de dos meses de las elecciones municipales, que según su abogada pudo hacer poca campaña, ya que la contienda municipal se desarrolló el 15 de marzo, después de que se abortara el proceso electoral del 16 de febrero.

En tanto que Ylsys Cruz, también beneficiada por la sentencia del TSE, cuenta que fue la segunda mujer más votada en su circunscripción en la convención del Partido Revolucionario Moderno (PRM), y aun así tuvo que iniciar un proceso legal para defender su candidatura. “Cuando vinieron de Santo Domingo a presentar a los candidatos y candidatas resultó que no estaba en la lista porque la JCE había resuelto, contrario a la ley, que irían 4 y 2. ¿Por qué siendo yo la más votada quedaba fuera de la boleta? Porque a la única alianza de diputados se le pidió que colocara a una mujer”, dice.

Aunque con estos casos se sentó un precedente al garantizar el cumplimiento de la ley, el hecho de que la Junta no haya modificado la resolución ha afectado a las candidaturas femeninas: “Muchas mujeres, decenas de mujeres van a quedar fuera de la boleta de julio porque esa resolución no fue modificada y habrá mujeres que no saben o no conocen que se produjo un cambio, como consecuencia de las acciones que nosotras iniciamos”, dice Patricia Santana.

Nataly Santana explica que cuatro mujeres que ha acompañado en los tribunales han obtenido ganancia de causa. “Es que tienen el derecho, la razón”, enfatiza.

Pero la razón y el derecho no bastan. La cuota de género o sistema de paridad establecido en la ley no impulsó el avance de la representación femenina en las alcaldías y las regidurías. El porcentaje de alcaldesas se mantuvo prácticamente igual que en 2016: solo un 12 % de las alcaldías son ocupadas por mujeres.

En las regidurías incluso hubo un retroceso: en 2016 el 32 % fueron obtenidas por mujeres, y en estas elecciones solo el 30 % fueron ganadas por candidaturas femeninas, de acuerdo con datos de la Plataforma Conoce tu candidata (conocetucandidata.com), que analizó los resultados de las pasadas elecciones municipales y el “Estudio sobre la participación política y el acceso a la justicia contenciosa electoral de las mujeres en las elecciones generales de República Dominicana del 2016”, realizado por Rosario Espinal y Sergia Galván para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 2018.

Esta escasa representación de las mujeres tiene consecuencias importantes para el desarrollo democrático. En el estudio sobre participación política de Espinal y Galván se afirma: “La representación igualitaria por género no es la única variable que puede promover la democracia, pero es imposible impulsar un proyecto político democrático sin que las mujeres se incorporen de manera decisiva en los procesos políticos y de toma de decisión”.

Pero para hacer carrera política las mujeres deben enfrentar el sistema patriarcal y las trabas de sus propios partidos, situación que resulta dolorosa, frustrante y puede quitarles sus aliados internos, explica Nataly Santana.

“No quería que fuera así por un notario público, hacer un reclamo, quería que fuera el partido que reconociera esa mujer que duró 23 años trabajando con nosotros, desde que el PLD empezó con tres personas en Fondo Negro, es justo que fuera así”, lamenta Cuevas, la vocal que enfrentó al sistema.

El Caribe


Elecciones presidenciales en RD vuelven a estar en manos de hombres – Por Yudelka Domínguez

Luego de que las elecciones presidenciales del 2016 contarán por primera vez en la historia de República Dominicana con alguna mujer como candidata a la presidencia del país, con la participación de Minou Tavárez Mirabal y Soraya Aquino como aspirantes a ese cargo, el 2020 vuelve a colocar la contienda electoral solo en manos de los hombres.

En ese entonces aspiraban ocho candidatos, seis hombres y dos mujeres, lo que marcaba un hito histórico, ya que las mujeres a pesar de no puntuarse como ganadores se perfilaron y se convirtieron en las primeras que en la historia electoral del país asumían ese reto.

Sus propuestas y participación en los debates electorales les convirtieron en las preferidas de más de 21 mil dominicanos que acudieron a las urnas y marcaron sus rostros.

La posición de la mujer volvió a estar rezagada como figura vicepresidencial, usada por los partidos para “promover la equidad de género”, sin embargo algunos candidatos a la presidencia se acompañan de otros hombres.

De los seis candidatos que aspiran este año, tres decidieron acompañarse por mujeres y tres por hombres.

Gonzalo Castillo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) presentó a Margarita Cedeño como su compañera de boleta; Luis Abinader del Partido Revolucionario Moderno (PRM) a la empresaria Raquel Peña y Leonel Fernández de Fuerza del Pueblo a Sergia Elena de Selimán.

Mientras que Guillermo Moreno de Alianza País tiene como compañero de boleta a Agustín González Morel; Juan Cohen Sander del Partido Nacional Voluntad Ciudadana (PNVC) a Hugo McFarlane Kaluche e Ismael Reyes del Partido Demócrata Institucional (PDI), tiene como compañero a Frank Troncoso Haché.

Listin Diario


Más mujeres, más candidatas este 5 de julio – Por Janet Camilo

¿Por dónde empezamos? ¿Qué les puedo decir que ustedes no sepan?

Las mujeres hemos demostrado que ganamos elecciones, que hacemos un buen ejercicio de la gobernanza, que eficientizamos la inversión, manejamos con mayor transparencia los recursos, pero aun así, en la arena electoral ganar elecciones sigue siendo un desafío para las que participamos en el ejercicio político partidista.

A 78 años de lograr el derecho constitucional de elegir y ser elegidas, las dominicanas seguimos viviendo una subrepresentación en los espacios de elección popular, que no se corresponde con los datos demográficos.

En las pasadas elecciones municipales, estrenamos la ley de partidos y ley electoral, que abrazan de manera explícita el principio de la igualdad expresado en el artículo 39 de la Constitución, al establecer ambas que la representatividad para hombres y mujeres se verificará conel mínimo del 40% y la máxima del 60% en las listas que los partidos han de presentar en las posiciones de elección plurinominales.

Pero, aun vigentes ambas legislaciones, se repite lo que siempre he afirmado: una cuota o una ley que contenga una medida afirmativa a favor de las mujeres no es la zona de confort.

En mi lucha por la igualdad de género, hace un tiempo entendí que no basta con lograr reformas a las leyes pues el sistema legal estructurado es una mesa de tres patas donde la reforma es una, la cultura es otra, y las personas que administran los procesos conforman la otra. Hasta que la mesa no tenga las tres patas al mismo nivel, las aristas de las desigualdades en vez de cerrar, se abren más en el tiempo.

Todos los partidos del sistema han intentado burlar las disposiciones legales en este proceso. Iniciaron poniéndole en el congreso un rabo mal pegado al artículo 36 de la ley electoral; esgrimieron banales argumentos tradicionales como la fábula de que no hay mujeres para ocupar tantas posiciones, alegaron que las mujeres no tienen condiciones, y hasta llegaron a decir que la igualdad perjudicaría las boletas de los partidos.

Al final tuvo una mujer, anónima como las tantas valientes y atrevidas que luchan por sus derechos, decidió elevar una instancia al Tribunal Superior Electoral solicitando que se le resguardaran sus derechos como precandidata. Gracias a ella el TSE decidió que el 40-60 debería aplicarse territorialmente, beneficiando a todas las demás candidatas, y aun así, si revisan la publicación de la JCE, verán que los partidos en algunas circunscripciones no cumplen la representatividad del 40-60.

Hoy tenemos dos boletas, senatorial y de diputados, para elegir y en ellas hay 22 partidos que presentan a 764 mujeres candidatas, que conforman la representación de la participación femenina a cargos de elección popular. No importa a qué parcela política pertenezcan, sus barreras, limitaciones y obstáculos son los mismos en la carrera electoral.

Cada provincia tiene sus candidatas que han construido sus caminos y depositado sus sueños en la esperanza de un ejercicio político diferenciado, más cercano a la gente, más solidario y con mejor capacidad de resiliencia, un espacio donde se feminiza la política con valores basados en la solidaridad, el respeto, la rendición de cuentas y, por qué no decirlo, un ejercicio político basado en el AMOR, para construir una cultura de paz e igualdad para todos y todas.

Ganar esas curules es su meta el 5 de julio, y no es un camino fácil cuando vivimos en un sistema clientelar, donde la cultura del “dame lo mío” es la que prima en la voluntad de muchos votantes, por lo que ejercer el sagrado derecho a elegir y ser elegida es un reto mayor para las mujeres dominicanas, que reciben menos financiamiento y apoyos para su logística de campaña.

Los partidos políticos, instituciones dirigidas mayoritariamente por hombres, manejan recursos económicos que distribuyen de manera inequitativa, pues apuestan y apoyan más a sus congéneres que a las mujeres candidatas, y en este proceso vuelve a ponerse de manifiesto la desigualdad.

Con creatividad, ellas generan su propio sistema de financiamiento y en la actual coyuntura la “covidianidad” les golpea, pues limita su ejercicio de tratar cara a cara con sus electores o de buscar la sororidad necesaria para encadenar votos para el día D.

Es importante destacar que los tres principales partidos llevan mujeres como candidatas a la vicepresidencia, lo cual se está asumiendo como parte de la cultura nacional por la carrera electoral a la presidencia. Y es un buen referente, pues va allanando el camino para vencer el gran desafío de que pronto una mujer sea candidata a la presidencia por uno de esos partidos mayoritarios.

Definitivamente que el proceso de reclutamiento, selección y nominación dentro de las organizaciones políticas es primordial para asegurar contiendas electorales balanceadas en términos de género. La manera en que cada partido establece sus mecanismos de postulación y, al mismo tiempo, cumple con los requerimientos legales establecidos, determina en gran medida la brecha de género entre las candidaturas.

En este contexto, los partidos determinan la oferta electoral que presentarán a la ciudadanía y, consecuentemente, son instrumentales para definir el mapa de la participación y representación de las mujeres.

Soy una convencida de que la estrategia para lograr que más mujeres ocupen posiciones de poder es PARTICIPAR, por eso quiero hacer un reconocimiento público a esas 764 mujeres que se han atrevido a presentarse como candidatas a Senadoras y Diputadas, su coraje, su decisión y su compromiso político las hace merecedoras de recibir el apoyo de las mujeres que simpatizan o militan en sus respectivos partidos políticos y de la sociedad toda.

Acento


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