Panamá: hallan más de 70 restos humanos en una fosa común producto de la invasión de Estados Unidos en 1989

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Panamá encuentra decenas de restos humanos producto de la invasión de EE.UU. en 1989

Las autoridades panameñas han recuperado en una fosa común decenas de restos humanos pertenecientes a víctimas de la invasión estadounidense de 1989, que puso fin al régimen del exdictador Manuel Antonio Noriega, informó este jueves la Fiscalía.

«A la fecha se han ubicado más de 70 restos», de los cuales 16 han sido trasladados a la morgue judicial del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses «para su respectivo análisis», manifestó la Fiscalía.

Una fuente del ministerio público confirmó a la AFP que el número de sepulturas encontradas en la fosa común con restos de posibles víctimas es de 76.

Autoridades judiciales de Panamá iniciaron en enero de este año la exhumación de restos de víctimas enterradas en una fosa común del cementerio Jardín de Paz, ubicado en Ciudad de Panamá.

Las excavaciones se realizan tras la reapertura de 14 investigaciones inconclusas sobre civiles muertos durante la invasión. El objetivo es identificar los restos y determinar las causas de la muerte.

El 20 de diciembre de 1989, más de 27.000 soldados estadounidenses invadieron Panamá para derrocar a Noriega (1983-1989), reclamado por un tribunal de Miami por narcotráfico.

Noriega terminó entregándose al enemigo el 3 de enero de 1990 tras refugiarse en la Nunciatura. Posteriormente estuvo preso por narcotráfico, blanqueo de capitales y desaparición de opositores en Estados Unidos, Francia y Panamá, donde murió en 2017.

Oficialmente hubo unos 500 fallecidos, aunque algunas organizaciones aseguran que fueron miles.

Sorpresa en la fosa

Las exhumaciones se producen por petición de la Comisión del 20 de Diciembre de 1989, creada en 2016 por el gobierno del expresidente panameño, Juan Carlos Varela.

Los trabajos fueron suspendidos por las medidas tomadas por el gobierno para evitar la propagación del nuevo coronavirus, pero ahora se han retomado esta semana.

El objetivo de esta asociación es contabilizar e identificar las víctimas mortales de la invasión norteamericana, aunque con estas primeras excavaciones se han hallado varias sorpresas.

«Ahora al abrir las trincheras lo que se ha encontrado es que hay muchos cuerpos que no están debajo de sus lápidas, que están desubicados y hay otros que están en unos lugares donde ni siquiera hay una lápida», indicó a la AFP el secretario ejecutivo de la Comisión, José Luis Sosa.

«Después de los peritos hacer un estudio del terreno se han dado cuenta de que no coinciden las lápidas con los restos óseos que supuestamente deben estar ahí reposados, no concuerda» indicó a la AFP la fiscal de homicidios, Maribel Caballero.

Según Sosa, la Comisión tenía una lista preliminar con unos 300 nombres de posibles víctimas en todo el país. Pero en ese primer listado irán entrando o saliendo otros casos en función de las diferentes investigaciones.

Además, también se busca reabrir fosas en el cementerio de Monte Esperanza, en la provincia caribeña de Colón, a unos 50 km al norte de la capital panameña.

Mucho por analizar

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló en 2018 a Estados Unidos como responsable por las «violaciones de derechos humanos» y pidió a Washington «reparar integralmente» a las víctimas.

El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, dijo el año pasado durante el homenaje anual a las víctimas, que su gobierno estudiará la posibilidad de pedir a Washington algún tipo de indemnización.

Sin embargo, reconoció que su país tiene una relación «fluida» con Estados Unidos, su principal socio comercial y diplomático.

Los colectivos de víctimas exigen que Estados Unidos, quien se comprometió a colaborar en las investigaciones, reconozca la invasión, indemnice al país y diga dónde están las fosas comunes.

«Todavía están llegando familiares a solicitar reapertura de casos porque se han dado cuenta de que los planos del Jardín de Paz no están acorde con las lápidas de los familiares», dijo Caballero.

«Hace falta todavía mucho por analizar», sostuvo Sosa.

El Mundo


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