Brasil | Aloizio Mercadante, exministro de Educación: “En más de un año y medio, Bolsonaro deja tierra arrasada en educación”

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Entrevista a Aloizio Mercadante, exministro de Educación, presidente de la Fundación Perseu Abramo y miembro fundador del Grupo de Puebla

El 18 de junio de 2020 el ministro de Educación de Brasil Abraham Weintraub renunció a su cargo 14 meses después de su asunción tras una serie de cuestionamientos, críticas y polémicas que le valieron un entrecruce diplomático con China. Una de sus últimas acciones fue revocar la cuota que incentivaba la inclusión de la población negra, indígena y discapacitada en cursos de formación de posgrado. Esta medida, reconocida en América Latina y el Caribe por la inclusión que significó, fue creada en 2012 durante la presidencia de Dilma Rousseff con Aloizio Mercadante como ministro de Educación.

NODAL dialogó con el exministro y miembro fundador del Grupo de Puebla para conocer en profundidad las consecuencias de la medida adoptada por el gobierno de Jair Bolsonaro.

¿Qué implica la decisión adoptada por Abraham Weintraub antes de su salida del Ministerio de Educación?

El gobierno de Bolsonaro vuelve a demostrar su total falta de compromiso para combatir las históricas desigualdades raciales y la discriminación que afectan al pueblo brasileño. Esta vez, a la luz tenue de su trágica administración en el Ministerio de Educación, Abraham Weintraub revocó una ordenanza que regulaba la creación de Comisiones para alentar la inclusión de negros, indígenas y personas con discapacidad en programas de posgrado (maestría, maestría profesional y doctorado) de instituciones federales de educación superior, respetando su autonomía.

Ni siquiera el éxito inequívoco de la política de cuotas, aprobada durante mi mandato como Ministro de Educación en 2012, precedida por un largo debate en el Congreso Nacional y aprobada por el Tribunal Federal Supremo, pudo convencer al oscurantismo bolsonarista de que las políticas afirmativas son fundamentales para superar nuestro triste pasado de discriminación y exclusión educativa.

¿Cuál era el objetivo de la política fijada durante el gobierno de Dilma Rousseff?

La política de cuotas ataca dos dimensiones fundamentales del problema: la desigualdad social y el racismo, ya que la política prevé un recorte en el ingreso y el acceso, favorecido por los negros y los indígenas, proporcional a sus pesos demográficos de la raza en cada unidad de la federación.

La ordenanza que continuó esta política en la escuela de posgrado, ahora revocada por Bolsonaro, también se firmó en mi administración, en 2016, y se lanzó el 13 de mayo de ese mismo año, como un gesto simbólico de la lucha por la igualdad racial y lucha contra el racismo. Fue la política de cuotas, lograda después de superar la fuerte resistencia de la élite conservadora en el Senado Federal y la prensa, lo que nos permitió aumentar la presencia de negros en un 267% en la educación superior en nuestros gobiernos. En 2018, la primera vez en la historia, el número de estudiantes negros superó al de blancos en las universidades públicas brasileñas.

Sectores conservadores alegaban que la inclusión de negros, indígenas y personas con discapacidad disminuiría la calidad académica. ¿Cuál es el rol del Ministerio de Educación y las universidades públicas respecto a las minorías existentes en Brasil?

Contrariamente a lo que alegan los críticos de las cuotas, la inclusión de negros, indígenas, pobres y, en este caso, también personas con discapacidad no comprometió la calidad. La investigación académica apunta al excelente desempeño de los estudiantes beneficiados por la política de cuotas. La inclusión por cuotas no comprometió la excelencia de los cursos, pero terminó un largo ciclo elitista y abrió nuevas oportunidades para los estudiantes de secundaria públicos, y con esta ordenanza también en el ámbito de la postgrado, quienes nunca tuvieron la oportunidad de ingresar a la enseñanza de educación superior o acceso a cursos de posgrado, que han tenido una expansión extraordinaria en los gobiernos del PT. La fortaleza de la política de cuotas adquiere aún más relevancia cuando observamos que el 35% de los graduados, que participaron en Enade en 2015, fueron los primeros en la familia en recibir un diploma de educación superior, un profundo cambio intergeneracional. Desafortunadamente, esta trayectoria de éxito en nuestras universidades, que también evolucionó en la escuela de posgrado, fue interrumpida por el gobierno de Bolsonaro.

En más de un año y medio de gobierno, Bolsonaro deja una tierra realmente devastada en la educación. Pero estoy seguro de que, después de que la pandemia disminuya, toda esta demanda reprimida contra Bolsonaro saldrá a las calles con toda su fuerza, en un movimiento amplio, plural y democrático contra todo este revés que existe.


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