La política oceánica y la cooperación con Chile – Por Josefina Bunge

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Por Josefina Bunge *

El destino común entre la Argentina y Chile no solo está marcado por compartir una de las fronteras terrestres más extensas del mundo. Aunque tradicionalmente ha sido menos aparente, los dos países también coinciden en su vocación oceánica y antártica, que se deriva de la proyección natural de su geografía austral y sudamericana. Esta dimensión está presente a través de múltiples espacios de cooperación e iniciativas conjuntas cuya profundización es un requisito indispensable para consolidar presencia en los océanos australes.

Los espacios marítimos de la Argentina y de Chile son, por diversos motivos, zonas estratégicas para cada uno de los países y por ende para la relación bilateral. Poseen un acceso privilegiado a las rutas marítimas tanto en el Atlántico como en el Pacífico Sur y son la vía natural de contacto con la Antártida. Son además ricos en biodiversidad y abundantes en recursos pesqueros.

La política oceánica y el Atlántico Sur son cuestiones prioritarias para la Argentina. La importancia económica de sus recursos, la consolidación de su posicionamiento en el sistema antártico, y  la existencia de la disputa de soberanía con el Reino Unido  sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes requieren la generación de políticas que aseguren una presencia constante. En ese marco, el desarrollo de una agenda común y positiva con Chile mutuamente beneficiosa, se concibe como uno de los pilares para el desarrollo y el afianzamiento de la soberanía de la Argentina en esos espacios.

El cambio de paradigma que se produjo en las últimas décadas en la relación bilateral en este campo es evidente: de la rivalidad y la competencia en épocas de dictadura, consecuencia del predominio de los intereses extra continentales en la agenda política y diplomática de ambos países, pasamos a un marco de entendimiento y cooperación, en el cual el Tratado de Paz y Amistad de 1984 constituye un hito principal.

Dentro de esta agenda compartida se pueden destacar algunos aspectos centrales que giran en torno a la preservación del ambiente, la investigación científica marina, la presencia en la Antártida y al manejo de áreas costeras y marítimas.

La Argentina y Chile no sólo comparten la Isla de Tierra del Fuego, sino también la condición de ser las puertas de ingreso a la Antártida. Ya desde comienzos del siglo XX ambos países coincidieron en sus intereses en la región  en contraposición a los de las potencias extrarregionales con pretensiones en el área. Para fines de la Primera Guerra Mundial los dos países trabajaron en contrarrestar los intentos del Reino Unido de apropiarse de la Antártida.

Desde ese entonces la Argentina y Chile han conseguido un acercamiento en la coordinación de posiciones y demostrado su capacidad de trabajo conjunto. La creación en el año 2012 del Comité ad-hoc Argentina Chile sobre Coordinación Política en Materias Antárticas para reflexionar y promover posiciones conjuntas en los diferentes foros y regímenes del Sistema del Tratado Antártico es un ejemplo de coordinación de posiciones en los foros más relevantes del citado Sistema. Otra muestra de trabajo eficiente y exitoso lo constituye la Patrulla Antártica Naval Combinada.

Desde 2012 Argentina y Chile trabajan en una propuesta de creación de un área Marina Protegida (AMP) en la península Antártica para la conservación de la biodiversidad marina en el marco de la Comisión de Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA).La propuesta es el resultado de más de cinco años de trabajo técnico del más alto nivel internacional encarado por los dos países. En la Argentina el trabajo estuvo a cargo del Instituto Antártico Argentino (IAA) y del Programa de Gestión Ambiental de la Dirección Nacional del Antártico. La contraparte chilena estuvo a cargo del Instituto Antártico Chileno (INACH). Por su parte, las áreas diplomáticas de ambos países (en la Argentina la Dirección Nacional de Política Exterior Antártica) contribuyeron a canalizar y articular este arduo trabajo, procurando los apoyos políticos necesarios para lograr los respaldos necesarios para su aprobación.

La iniciativa, que está siendo considerada por la CCRVMA, comprende un área al oeste de la Península Antártica y sur del Arco del Scotia, una de las regiones más productivas de los océanos australes. Además, en este sector sujeto a presiones de cambio climático, turismo y pesquería de krilse encuentran durante los veranos y otoños australes grandes cantidades de aves, focas y ballenas que se alimentan de krill, pesquería relevante en sí misma.

Otras posibilidades de cooperación antártica pueden darse en base a un criterio de complementación y trabajo conjunto en el uso de infraestructura. Recordemos que la Argentina cuenta con una flota marítima encabezada por el Buque Rompehielos ARA Almirante Irízar que puede operar todo el año calendario, y una serie de buques de apoyo para el desarrollo de sus actividades antárticas.

Como parte de una visión que se gestó en 2014, en 2018 se constituyó la Comisión Bilateral de Cooperación en Investigación Científica Marina Austral entre Argentina y Chile, como foro político para fortalecer la cooperación bilateral permanente de ambos países y avanzar en una agenda científica común orientada a obtener un mayor conocimiento de los respectivos espacios marítimos. La Comisión tiene como objetivo contribuir a la conservación de los recursos naturales del Canal de Beagle y de los mares australes y al combate contra los efectos del cambio climático.

El ámbito espacial de la Comisión se circunscribe, inicialmente, al espacio estipulado en el Tratado de Paz y Amistad de 1984, pero puede ser ampliado conforme lo requieran los avances en los procesos de investigación conjunta. Coordinan la Comisión Binacional las respectivas Cancillerías, con participación interministerial y de las instituciones científicas de ambos países

A fines de 2019 se llevó a cabo el primer crucero científico conjunto Argentina-Chile en el Canal Beagle en el buque de investigación pesquera BIP Víctor Angelescu del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), con el objetivo de investigar los efectos del cambio climático en las aguas y los recursos vivos marinos del Canal Beagle y Pasaje Drake.

Dar continuidad a este trabajo y ampliar la agenda de la Comisión Binacional generará un círculo virtuoso de interacción, cooperación y coordinación en los niveles técnico, científico y político diplomático. La visibilización del trabajo conjunto en diferentes ámbitos multilaterales internacionales tales como la Conferencia de Océanos de las Naciones Unidas o la Reunión de las Partes de Cambio Climático contribuirá a consolidar la posición de ambos países en temas oceánicos y en sus proyecciones antárticas.

La realización de investigaciones en torno la conectividad del Atlántico Sur y el Pacífico Sur, la meteorología y la generación de planes de contingencia son algunas de las cuestiones para seguir avanzando en conjunto,

La creación de las AMPs Yaganes por la Argentina y Paso Drake-Diego Ramírez por Chile en sus extremos australes presenta una oportunidad adicional de colaboración orientada a la protección de la inmensa riqueza natural, acción que no se agota en la conservación y la ciencia. La importancia que esas zonas tienen para la conectividad, la navegación y la pesca no hacen más que evidenciar la necesidad de acciones coordinadas e intercambio de experiencias entre los dos países. En ese sentido, resultaría interesante la priorización de líneas de investigación en Yaganes, en el marco del Programa Pampa Azul argentino.

La cooperación con Chile debe ser parte de una política de generación de alianzas en los océanos que tenga como horizonte afianzar soberanía, promover el desarrollo económico, la preservación del medio ambiente y el avance de las ciencias. Esta estrategia debe ir acompañada de acciones coordinadas entre todos los actores nacionales, de una mayor presencia en el mar y de un fuerte trabajo político diplomático en el ámbito regional e internacional.

* Diplomática. Coordinadora de Política Oceánica y Atlántico Sur. Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.


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