Diferencias entre una Convención Constitucional y una Asamblea Constituyente Libre y Soberana
¿Qué diferencias hay entre una Convención Constitucional y una Asamblea Constituyente Libre y Soberana?
Ha iniciado la campaña del proceso constitucional emanado desde el «acuerdo por la paz y nueva constitución» del 15 de Noviembre, firmado por el Congreso y Piñera. ¿Resolverá de verdad las demandas, reivindicaciones y necesidades mas profundas de la población? ¿ O, será otra trampa para tranquilizar a las masas inquietas por cambiar las injusticias e inequidades del país, y nos entregará más migajas?
Las convenciones
En la medida que en el plebiscito del 26 de abril sea aprobada la Nueva Constitución, se podrá elegir entre: «Convención Constitucional», es decir, por ciudadanos elegidos 100% por la población en las elecciones de Octubre; o «Convención Mixta» compuesta por 50% de ciudadanos electos (en Octubre) y 50% de parlamentarios en ejercicio, elegidos por ellos mismos.
Veamos algunas claves de estas convenciones, y por qué son una trampa:
Primero, ambas se plantean con Sebastián Piñera como Presidente, donde podrá hacer uso del aparato estatal para limitar cualquier proceso que ponga en cuestión a su gobierno. El asesino Piñera, a cuya responsabilidad tiene 40 asesinatos, miles de heridos, más de 400 personas con ojos mutilados, miles de encarcelados, será quien firme la Nueva Constitución de desarrollarse todo bajo los términos del «acuerdo por la paz y nueva constitución» del 15 de noviembre.
Segundo, los jóvenes que por decisión y astucia propia iniciaron el estallido, las Convenciones los dejan fuera: no pueden votar los menores de 18 años, mucho menos ser electas/os. ¡Iniciaron la rebelión, y ni siquiera pueden participar!
Tercero, la regla del quórum de 2/3, donde la derecha podrá imponer su veto, limitará cualquier capacidad de decisión dado que, si de un 100% de votantes de ambas Convenciones, un 33% + 1 de votos serán necesarios para negar cualquier iniciativa que vote una mayoría, por lo que, si una mayoría votara eliminar las AFP’s, un sector minoritario que esté en contra de ésta idea podrá impedir que se logre la eliminación de las AFP. Y así será con cualquier tema que tomen ambas instancias constituyentes.
Cuarto, las Convenciones no puede modificar los tratados internacionales ni de libre comercio que están al servicio de «proteger inversiones extranjeras» sin garantías para el pueblo trabajador que termina recibiendo migajas. Con ello, no se podrán tocar a los grandes monopolios extranjeros, aliados a los grandes empresarios, que saquen el país y explotan al pueblo trabajador. No se podrán tocar sus inversiones en pensiones, salud, educación, recursos naturales y estratégicos, etc.
Quinto, tampoco puede ser libre ni soberana, pues no puede tomar ninguna decisión que involucren a los poderes «constituídos» actualmente, como el Presidente, el parlamento, la justicia. Sólo redactar una nueva constitución, mientras las instituciones del régimen heredero de la dictadura, rechazadas por la población, continúan ejerciendo sus atribuciones.
Sexto, en ambas convenciones, los representantes electos deberán acatar que funcionarán bajo la Ley de Partidos, por lo que usarán el mismo sistema de campañas electorales donde los partidos tradicionales poseen facilidades para sus campañas propias con financiamientos de empresarios y grupos económicos, mientras que los candidatos independientes o partidos menores deberán buscar por su cuenta la forma de darse a conocer. Esto sumado a que no tendran un espacio garantizado en televisión, lo que en conjunto hacen que las voces del pueblo casi no lleguen a ser escuchadas para una nueva constitución.
Séptimo, no está garantizada la paridad de género, como tampoco la participación de los pueblos originarios ni de los dirigentes sindicales y poblacionales, quienes han estado firmes en la lucha por sus derechos, y que nuevamente se ven muy dificultados para que sus intereses se tomen en cuenta para crear la nueva constitución.
Como podemos ver, estas alternativas constituyentes dejan fuera elementos necesarios para que una Nueva Constitución satisfaga las demandas de la mayoría, por lo que cumple la función de mantener los pilares de los últimos 30 años, pero que sería diferente si convocamos a una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana a través de la fuerza de la movilización y de la paralización efectiva de los puestos de trabajo, sobretodo en los sectores productivos y estratégicos del país, en donde el Gobierno y los parlamentarios tienen sus ganancias en alianza con los grandes empresarios.
Sobre la Asamblea Constituyente Libre y Soberana
La Asamblea Constituyente Libre y Soberana, se plantea desde que el voto debe ser democrático garantizando la voz de la juventud (con voto desde los 14 años) y también posibilidad de ser electos, también de los dirigentes sociales y sindicales, los pueblos originarios y las mujeres.
Los representantes serían elegidos 1 cada 20.000 electores y siendo revocables si es que así se decide democráticamente al traicionar a sus electores.
Al mismo tiempo, la Asamblea Constituyente puede decidir sobre cualquier tema o tratado con tal de asegurar la satisfacción de las demandas de manera completa, como la nacionalización del cobre y los recursos estratégicos para ponerlos al servicio del conjunto de la población trabajadora.
No tiene limitaciones de ningún organismo que niegue sus resoluciones. Debe ser sin Piñera, sin este régimen y sin ninguna limitación de las instituciones actuales. Podrá decidir sobre cualquier cosa por mayoría simple.
Estos objetivos pueden lograrse con unidad y la fuerza única de trabajadores, estudiantes, mujeres y pobladores en lucha, con paros efectivos convocados desde los Sindicatos y las grandes centrales como la CUT y la CONFECH, para avanzar hacia la Huelga General y conseguir la destitución de Piñera e imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, para romper con el régimen heredado de la Dictadura, acabar con la represión y conseguir integralmente todos nuestros Derechos y necesidades.
CUT penquista: “Debemos ganar el Plebiscito para una nueva Constitución por Chile y las nuevas generaciones”
Durante enero, la CUT Provincial de Concepción eligió nuevo presidente: Eloy Silva Inostroza, reemplazando a Sergio Gatica. El nuevo dirigente, de profesión actor, con un magíster en Gestión Pública de Desarrollo Local y Regional, recibe una colectividad activa en lo que respecta a las movilizaciones. Sus banderas se han visto flamear en las calles de Concepción, ciudad que ha sido protagonista de una “revolución” para terminar con la desigualdad social.
– ¿ Cómo evalúa la CUT su participación en las demandas sociales? Antes de que partiera el estallido, le hizo ver estas situaciones al intendente, que había problemas.
– Nosotros le entregamos peticiones de carácter regional al actual intendente, Sergio Giacaman. Se le entregó de forma escrita, le dijimos que había que priorizar cierto ejercicio del punto de vista de los derechos a los trabajadores, del tema de la desigualdad que había, de presentar un proyecto regional con los propios trabajadores. En el fondo, que la Estrategia Regional de Desarrollo también incluyera a los trabajadores. Respuesta que, hasta el día, aún no tenemos. Suscribimos a esto, por que en ese momento se estaban cerrando empresas, entre 14 a 15, especialmente orientadas al público, como restaurantes, empresa de calzado, entre otras. Le dijimos: mire señor intendente reciba esta petición, esta demanda de los trabajadores, ofreciéndole trabajar en conjunto. Eso significaba hacer una mesa donde estuviera el Gobierno, los empresarios, los trabajadores y que de alguna manera convergiéramos en criterios para poder manejar situaciones. Hasta el día de hoy, 27 de febrero, no hemos tenido respuesta.
– ¿Ni un cara a cara?, ¿nada?, ¿ ni de hacer una bajada de Gobierno sobre lo ocurrido?
– Para hacer acuerdos y que tenga cierto debate de por medio, con cierta conclusión y que en esa conclusión hayan resultados, para ello, primero, debemos ponernos de acuerdo.
– Y no lo estamos, claramente.
– Nuestras prioridades son desigualdad salarial, en que queremos que el salario mínimo sea de $450 mil. Antes era una utopía, hoy casi es una realidad. Lo otro, ver cómo se aborda la seguridad laboral. Igualmente, discutir proyectos relevantes para nosotros: el nuevo dique de Asmar, el tema acerero, el nuevo complejo forestal que se está instalando en Arauco. Es decir, tenemos que ver todo el espectro macro. Decir que aquí estamos los trabajadores y estamos dispuestos a trabajar. Tenemos tres cosas: Vamos a apelar a las circunstancias que tenemos hoy día, vamos a denunciar aquellos elementos que sean negativos y, tercero, vamos a estar dentro de las protestas de carácter regional.
– ¿Por qué cree usted que el intendente no quiere la participación de los trabajadores en un instrumento como la Planificación de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD)?
– La aprehensión mía es que siempre los trabajadores son considerados como partes soportantes de complementos de una gestión. No de integración, desarrollo, responsabilidad y compromiso de los trabajadores en una Estrategia Regional de Desarrollo. Nosotros tenemos la capacidad técnica y profesional para brindar. Al interior de la CUT hay gente que son abogado, que son ingenieros comerciales, que son expertos en temas. Yo mismo soy experto en Gobierno Regional, tengo un magíster. Lo que pasa es que aquí hay una carga política y una carga ideológica. En la política, partamos por la democracia, llegando a un acuerdo y que cada uno tenga sus responsabilidades y compromisos. La carga ideológica la podemos discutir después. Si las demandas han sido desmedidas, desproporcionadas, que si se plantea es utopía.
– El gobierno tiene una poca credibilidad de lo que plantea, poco apoyo porcentual en encuestas, ¿no logran entender lo que ocurre?
– No voy a entrar en calificarlo. En el mérito que uno hace es reconocido. Por ejemplo, si hay un trabajo virtuoso que dará beneficios compartidos, que de alguna u otra manera entre todos estamos comprometidos, los resultados serían mejores.
– ¿Este llamado a la unidad qué le parece?
– Por algo se debe empezar. Uno debe respetar los acuerdos que permitan una fortaleza de la democracia, de tener prioridad de diálogo, para en conjunto velar por lo que viene el 26 de abril.
– ¿El rol de los políticos ha estado a la altura de la demanda de los trabajadores?
– En el Congreso existen las Comisiones de Trabajo y Previsión Social. El problema, quizás, es que no se han dado en profundidad ver el déficit de marginalidad de tener a los trabajadores presentes. Los trabajadores quieren seguridad social, un trato digno, un sueldo digno y pensiones dignas.
– Hace poco, acá el subsecretario de Previsión Social me dijo que los ciudadanos no es que estén en contra de las AFP, sino que se buscan mejores pensiones. Pero la demanda en la calles es literal: NO+AFP.
– El NO+AFP no es sólo un discurso simbólico. Tiene una propuesta tripartita, que parte sea del Gobierno, de los trabajadores y empresarios. Nosotros no vivimos de símbolos y eslóganes, aunque algunos lo manifiesten continuamente. Más allá de la apelación, de la denuncia, hay una propuesta y la propuesta la tienen los trabajadores y se consolidó el día 24 y 25 de enero en el Congreso de la CUT Nacional en el Estadio Víctor Jara, con un homenaje a él, con la entrega de medallas a los líderes sindicales. Tú lo que tienes que recuperar primero es el estado anímico de la gente, hacerle ver que la demanda social es soñadora, pero viable. Además, la confianza necesaria que con una unidad de conjunto, con otras organizaciones, nosotros podemos hacer eso.
– Se viene marzo, ¿podría ocurrir otro estallido social?
– A ver, si uno mira la historia, estallidos sociales siempre han habido. Algunos hablan que se saltaron los torniquetes del metro, otros que fueron $30 años y no $30 pesos. Otros hablan de 200 años. Chile siempre ha tenido convulsiones sociales, desde 1903, 1925, 1973, siempre han habido convulsiones. Aquí hay un ente que participan ellos, que son los trabajadores, el pueblo, a quienes convierten en víctimas.
– ¿Cuál sería el mensaje para el gobierno de turno, el empresariado y para los trabajadores de cara a marzo?
– El primer mensaje es para el mundo que yo represento. La unidad de los trabajadores. Haré una agenda de visitas a sindicatos muy importantes: Enap, Huachipato, Inchalam, el mundo forestal. Lo primero que tienen que hacer los trabajadores es unirse. Lo dijo Clotario Blest, lo dijo Manuel Bustos y hoy lo hace la CUT: sentándonos en la mesa, con propuesta concretas, podemos desarrollar una utopía para Chile. Quiero un Chile justo, digno, respetado, que tenga una relación con el pueblo, bien administrado y de amor.
– ¿Y el 26 de abril qué va a pasar?
– Todo depende del trabajo que estamos haciendo. Hemos estado en infinidad de talleres y de conversatorios. Hicimos uno en San Pedro de la Paz y conllevamos a un ejercicio de ganar el 26 de abril. Y este 26 de abril hay que ganar el Plebiscito para una nueva Constitución por Chile y las nuevas generaciones. Por la historia.
«Plebiscito y Nueva Constitución»: organizaciones políticas y sociales debaten en Antofagasta
Este jueves 27, en la ciudad de Antofagasta, se realizó un interesante debate entre organizaciones políticas y sociales respecto al debate sobre el «proceso constituyente», el plebiscito y la Asamblea Constituyente. ¿Es un proceso democrático? ¿Tiene trampas y engaños? ¿Podremos acabar con la herencia de la dictadura a través del plebiscito?
Daniela Barrios, Unidad Social; Lester Calderón, Partido de Trabajadores Revolucionarios; Benjamín Olivares, Convergencia Social; Gabriela Carrasco, Movimiento Independientes del Norte; y Pablo Iriarte, Partido Comunista, fueron las y los expositores que participaron del debate «Plebiscito y Nueva Constitución: Debate sobre la Convención y la Asamblea Constituyente».
La actividad se realizó este jueves 27 de febrero y abordó un interesante debate sobre el «proceso constituyente», el plebiscito y la Asamblea Constituyente. ¿Es un proceso democrático? ¿Tiene trampas y engaños? ¿Podremos acabar con la herencia de la dictadura a través del plebiscito? Estas fueron algunas de las preguntas que fueron respondiendo las y los participantes.
Lo que se abrió tras el 18 de octubre y la rebelión en Chile
El primero en comenzar fue Benjamín Olivares, de Convergencia Social (Frente Amplio), quien manifestó que «el 18 de octubre marcó un antes y un después en Chile, un momento histórico, que tiene como conclusión avanzar hacia el plebiscito (…) se abre un nuevo ciclo político que tenemos que enfrentar con firmeza, comenzamos a tomarnos los espacios públicos y empezamos a subvertir la mentalidad neoliberal», afirmó el joven.
«Debemos activar agentes de cambios frente al «apruebo», frente a la convención constitucional», continuó planteando Olivares, agregando que para el Frente Amplio una convención constitucional «es lo mismo» que una asamblea constituyente y que solo «cambian las palabras». De acuerdo al representante de Convergencia Social, con el proceso constituyente podría garantizar cuestiones como la redistribución de la riqueza, redistribución del poder, aumentar impuestos a los súper ricos, entre otras.
Le siguió Pablo Iriarte, del Partido Comunista, quien afirmó que existe una contradicción entre democracia y neoliberalismo, y que los derechos sociales que exige la población «deberían ser garantizados por el Estado». Para el PC lo que abrió el 18 de octubre es una «crítica al modelo», y lo que existe actualmente es una discusión sobre «si el modelo lo vamos a ajustar o lo vamos a cambiar.
De acuerdo a Iriarte, «la correlación de fuerzas estaba» y «era el pueblo el que debía decidir», refiriéndose a que actualmente la «correlación de fuerzas» está centrada en los partidos políticos y en las opciones de rechazo o apruebo una convención constitucional, pero que esta «no es lo mismo que una asamblea constituyente».
El PC afirmó que de todas maneras ellos «no se van a restar» y que votarán por el apruebo y por la opción de convención constitucional, marcando asamblea constituyente.
La tercera en exponer fue Daniela Barrios, de Unidad Social, quien puso énfasis en la necesidad de «entregar información y explicar» qué es una convención constitucional y qué es una convención mixta. La joven también señaló que el Estado actualmente «no es un garante de derechos sociales».
Barrios manifestó que en Unidad Social no están de acuerdo con «cómo se gestó el Acuerdo» y la idea del proceso constituyente, pero que el «plebiscito ya está, nos guste como es o no», y que debemos hacer que este «camine hacia lo que nos gusta». Aseguró que votarían también por la convención constituyente.
Luego fue el turno de Lester Calderón, del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR), quien partió asegurando que el programa por el cual luchar ya existe porque «lo dijo la calle», y que este consta de las demandas de no + AFP, no más educación y salud de mercado, no más precarización laboral y bajos sueldos; pero que, además de discutir el programa, «este proceso de movilizaciones también abrió el cuestionamiento a la «cocina parlamentaria» de estos 30 años del binominal, de los 30 años de arreglos entre los partidos de la derecha y de la ex Concertación, actualmente Nueva Mayoría, es decir, de todos esos años de arreglos entre empresarios y estos partidos», denunció el dirigente sindical.
En el caso de Gabriela Carrasco, del Movimiento Independientes del Norte, dio énfasis en que «la movilidad social, que es un discurso usado por la derecha, es inexistente en este país», y que para salir de la pobreza a una familia le cuesta 180 años, según datos de la OCDE mencionados por la joven.
Carrasco denunció que Chile tiene un sistema inhumano y corrupto, y sobre la discusión del voto en el plebiscito manifestó que «queremos llevar esas solicitudes de la calle a una eventual constituyente, porque, si bien, la convención constituyente no es asamblea constituyente, sí es un hito histórico del cual debemos participar».
Principales debates: las trampas del proceso, política de huelga general y «ley antisaqueos»
Calderón hizo una dura crítica a los partidos políticos presentes en la instancia, especialmente a Convergencia Social del FA y al Partido Comunista, pues no señalan con claridad que «este proceso constituyente es amañado y es una farsa», por ende, según el dirigente sindical, les estarían mintiendo al pueblo trabajador, a la juventud, y a toda la gente que salió a movilizarse.
«La convención mixta y la convención constituyente son procesos que ya están constituidos, porque tiene intervención el parlamento, tiene intervención los 2/3, ya se estableció que no se podrán tocar los tratados internacionales, por ende, no se podrá modificar nada de las AFP, de la salud, educación superior, entre otros aspectos, como, por ejemplo, que este proceso se dará sin la juventud que inició este proceso en Chile», denunció el trabajador, develando las trampas y engaños que contiene este proceso y que no son esclarecidas por el conjunto de los partidos del régimen. Este fue el primer punto clave del debate.
El dirigente del PTR también hizo una dura crítica al representante del PC, preguntándole por qué no siguieron impulsando la huelga general posterior al 12 de noviembre si, supuestamente, están por implementar una asamblea constituyente y- tal como manifestó Iriarte- «estaba la correlación de fuerzas» para hacerlo. Esto lo planteó considerando que el PC dirige la principal central sindical, que es la CUT, además de importantes sindicatos, como en la minería. El joven interpeló al PC por haber «abandonado la demanda de fuera Piñera y de huelga general», lo que, en palabras del trabajador, podría haber cambiado la situación. Acá se dio el segundo eje de la discusión.
«Si vamos a cuestionar el modelo, hagámoslo de verdad», manifestó Calderón, pues según él «una convención constitucional no nos va a garantizar las demandas de la calle, incluso una asamblea constituyente si es sin la movilización del pueblo trabajador, la juventud, de las masas, tampoco lo hará porque los poderes constituidos, como las Fuerzas Armadas o la policía, no van a dejar que nuestras demandas se conquisten como si nada. Ya vimos lo que pasó en dictadura o actualmente con los militares en las calles, con los muertos y mutilados», continuó el joven.
Para Calderón, debemos luchar «por una verdadera Asamblea Constituyente Libre y Soberana, donde no haya ningún poder constituido por sobre ella y ninguna atadura con el actual régimen político de Chile; que el proceso sea democrático, es decir, puedan participar, por ejemplo, los dirigentes sindicales o los menores de 18 años; soberana y libre, es decir, donde podamos discutir todo lo que queramos y decidir lo mejor según nuestras necesidades, sin importar las ganancias empresariales. Esto debe ser en base a la movilización y autoorganización, para enfrentar a los poderes constituidos que se opondrán a cualquier mejora nuestra», propuso el trabajador.
Respecto a la postura del PTR ante el proceso, Calderón manifestó que como organización comparten el sentimiento de millones de personas de querer acabar con esta constitución de la dictadura y que podrían participar votando por el «apruebo», como forma también de acompañar esta experiencia, «pero siempre diciéndole la verdad a la gente sobre los engaños y trampas, y buscando utilizar instancia como el plebiscito para llevar esa energía y participación hacia la movilización por nuestras demandas y hacia la conquista de una asamblea constituyente verdadera; es decir, como una tribuna para hablarle a millones de personas, pero donde nuestra opción sería pelear por una asamblea constituyente libre y soberana, sin caer en las trampas de las convenciones».
El dirigente del PTR finalizó su intervención emplazando al expositor del PC sobre la necesidad de levantar un «comando que fiscalice y contabilice los votos en la región de Antofagasta que tiendan a expresa descontento y desconfianza ante este proceso constituyente, y que señalen la opción de asamblea constituyente. Si ustedes dicen que van por esta política, entonces impulsemos esto en común», señaló el trabajador.
Un último debate fue la actual «ley antisaqueos»- que lo cierto es que es una ley que criminaliza las manifestaciones sociales-, donde hubo una pregunta de un estudiante secundario que emplazó al expositor del Frente Amplio porque su partido y conglomerado votaron a favor «en general» de este represivo proyecto, y en el caso del Partido Comunista se abstuvieron. El resultado es que actualmente existe una normativa sumamente criminalizadora y que entrega mayores facultades a Carabineros para detener y violentar a manifestantes, y más facilidades a la Justicia para encarcelar y establecer penas por movilizarse.
Olivares del FA se excusó afirmando que como partido «vieron el error y sacamos un comunicado público» expresando el arrepentimiento, y en el caso de Iriarte del PC, tras desviar la discusión terminó planteando que la derecha engañó porque un mismo proyecto que tenía carácter represivo, «también contemplaba el resguardo, por ejemplo, a los bomberos», generando diversas «pifias» por parte del público.
Este debate entre diversas organizaciones políticas y sociales fue el primero en realizarse en la ciudad de Antofagasta, relacionado al proceso constituyente, el plebiscito y la discusión de una asamblea constituyente.
Revisa el video completo acá: