Luis Parra, presidente de la Asamblea Nacional: «No podemos permitir que cualquiera que quiera juramentarse en una plaza, o en una cancha, resuelva ser presidente»

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Por María Isabel Rueda

¿Usted le ha dado el golpe de gracia a Juan Guaidó?

No termina la discusión acerca de si el presidente de la Asamblea es usted o sigue siendo Juan Guaidó, a quien eligieron como tal en la sede del periódico El Nacional porque no lo dejaron entrar al hemiciclo…

Ganamos en una plancha de oposición. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece hora y fecha de esa elección. En el artículo 219 dice que el primer período de las sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional comenzará sin convocatoria previa el 5 de enero de cada año o el día seguido inmediatamente posible.

¿Ustedes asumen que Guaidó no se presentó a esa hora a la elección porque no tenía los votos?

Exacto. No tenía los votos. Prefirió irse a hacer el show mediático, 45 minutos después de que habíamos terminado el acto de instalación y juramentación. El quorum es de mínimo 84 diputados. Y había casi 105 diputados en el hemiciclo, porque se firma un acta antes de entrar y ahí quedó la constancia. Se nombró el director del debate, asumió el diputado electoral que designó a la secretaria accidental, y ella lo primero que hizo fue verificar el quorum reglamentario para instalar la sesión. Allí sometimos a consideración nuestra plancha y le pedimos al primer vicepresidente que postulara la de ellos con Juan Guaidó.

Es que todo indica que a Guaidó no lo dejaron entrar…

Todos tuvimos que sortear esos inconvenientes, que eran para garantizar la seguridad. Por eso, al primer vicepresidente le pedimos que pusiera en consideración la plancha y postularan a Guaidó. Si él tenía los votos, lo habríamos reconocido y posesionado.

Pero las cosas no fueron así de claras. Usted reclamó el triunfo. Y ahora hay dos presidentes del país, y dos presidentes de la Asamblea. ¿Quién decidirá cuáles son los titulares?

Lo dice la Constitución. No podemos permitir que cualquiera que quiera juramentarse en una plaza, o en una cancha, resuelva ser presidente de una o de otra cosa. Lo paradójico es que todo acto que se haga fuera del espacio legislativo, sobre todo en el acto de instalación, es írrito, de toda nulidad. La Constitución establece fecha, hora y lugar. Cuando verificaron el quorum, ellos podían haber pedido una verificación nominal. No la solicitaron. Y cuando postularon y sometieron a votación, ellos podían decir que querían esa votación nominal y no el resultado por mayoría evidente. Contabilizamos 81 personas y ellos ni siquiera se permitieron decir nada. Cuarenta y cinco minutos después, él trató de hacer el show mediático de guindarse una reja para dar el espectáculo mediático y victimizarse. Nosotros sesionamos normalmente el martes, cumplimos con el acto de instalación y la agenda parlamentaria, discutimos la crisis de la gasolina, los presos políticos, la dignificación del salario…

¿Existió la ‘operación alacrán’, consistente en comprar el voto a cambio de plata o plomo? Hasta se dice que hubo una operación ‘maletín verde’, mediante la cual repartieron hasta 700.000 dólares por voto contra Guaidó…

Ese es un cliché ya desgastado. Así se comporta el régimen de Nicolás Maduro, que acusa de corrupción, cuando ellos son los que administran el erario. Nosotros decidimos irrumpir con 30 diputados de las provincias, como lo establece la Constitución, con un voto visible de conciencia, sin coacción, y presentar una fórmula alternativa. ¿Qué ocurrió? Que para tratar de frenar esta rebelión, empezaron a inventarse una olla para enlodar nuestros nombres. Nosotros no manejamos recursos, subsidiamos nuestra labor parlamentaria. Maduro se inventó el desacato para desconocer nuestros beneficios y derechos parlamentarios.

¿Como presidente de la Asamblea aspira a realizar el mismo trámite de Guaidó y convertirse en presidente interino de Venezuela? ¿Buscará el apoyo de los casi 50 países que lo han apoyado a él?

El problema no es seguir la ruta del fracaso. Si quieres resultados distintos, tienes que hacer cosas distintas. Este es un resultado que fracasó. Tenemos que volver a la Constitución y no seguir estafando la esperanza del pueblo. Este período que comenzamos en 2020 tiene un calendario ahí con una elección parlamentaria definida. Estratégicamente hay que asumir lo que está ahí y exigir elecciones limpias. Estas cúpulas están encerradas en la preservación del poder y los privilegios y no quieren dejarse contar, como dice la Constitución. De manera que no vamos a cometer el error del 2005, cuando le regalaron el Parlamento al presidente Chávez y a todo el madurismo. Nuestra ruta está clara. Queremos un planteamiento nacionalista en nuestra lucha. No aceptamos tutelaje de Rusia, de Cuba, que pretenda cuestionar y desconocer las decisiones legítimas del Poder Legislativo, respaldadas por 14 millones de ciudadanos.

A usted lo conocen con el apodo del diputado Clap, en alusión a las cajitas de comida que distribuye gratis el régimen, y dicen que en ello es socio del colombiano Álex Saab, a quien señalan como el testaferro de Maduro. ¿Usted conoce a Saab?

Nosotros denunciamos la corrupción, venga de donde venga. Obviamente tratan de meternos en esa olla. No conozco a Saab. Desde que llegué al Parlamento, lo hice a la Comisión de Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático. Hasta el día 5 de enero, cuando sumé la presidencia de la Asamblea Nacional. Hago un llamado a la prensa libre, seria, responsable, a que no se comporten como operadores mediáticos con parcialidad política. A mí me denunció el portal Armando.info. Les solicité que probaran mi vinculación, los pagos que demuestren mis supuestos hechos de corrupción. No manejo recursos. Eso lo hace el Gobierno, y los que manejan los otros recursos son a los que han denunciado por los escándalos del ‘Cúcutazo’ o por la ayuda de cooperación de EE. UU. y por toda esa trama de la ayuda humanitaria.

¿Existe la posibilidad de que con esta posición menos extrema que la de Guaidó, que usted lidera, se estaría negociando su cabeza para que Maduro acepte separarse del poder mediante un proceso gradual y sin traumatismos?

Ese no es planteamiento nuestro. Nuestra postura es que tenemos que volver a la normalidad en el Parlamento y en el país. Los venezolanos añoran soluciones. Esta política que decidimos llevar adelante no va tutelada por ninguna organización del país ni por un gobierno extranjero. Con esta política queremos bajar la polarización, que tenía secuestrado al Parlamento. Una vía de entendimiento, de manos abiertas, de volver al respeto de la Constitución. Hay que acabar con la confrontación, que ha llevado a 21 años de fracasos políticos. En esta oportunidad vamos por la vía electoral a desmontar a Nicolás Maduro y por la vía constitucional a sacarlo del poder. Están convocados los venezolanos que quieran trabajar por una Venezuela unida y feliz. Y hay que acabar la confrontación entre los poderes.

¿Cree que usted y la facción de la oposición que preside le dieron el golpe de gracia final a Juan Guaidó?

El golpe de gracia se lo dio él cuando le mintió a la gente y estafó la esperanza del pueblo venezolano. No se lo dio Luis Parra. Guaidó ya es el pasado. Nosotros somos el futuro. Trabajamos para abrirle la puerta del futuro a una Venezuela unida y feliz. Ese es un camino en favor de todos, no un camino en contra de nadie. Guaidó puede seguir ejerciendo su labor como parlamentario e incorporarse a su curul como diputado normal.

¿Ya habló con el presidente colombiano, Iván Duque?

No he hablado con ningún presidente, estoy dedicado al esfuerzo de la normalización, desde el despacho de la presidencia de la Asamblea Nacional, ejerciendo mis labores administrativas. Como producto de la confrontación hay víctimas, como, por ejemplo, más de 4.000 trabajadores que han dejado de cobrar sus reivindicaciones, porque tienen a un Parlamento en desacato. No es posible que mientras la gente padece, sufre, la pelea sea por quién tiene el control del poder. No participaremos más ni haremos la comparsa de esta disparidad política. No entraremos de ninguna forma en esa confrontación entre poderes ni entre venezolanos. Nuestro propósito es reconciliar y reencontrar al país.

El Tiempo

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