Argentina: cómo fueron los cierres de campaña y qué se juega en las primarias del domingo

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En Contexto
El 11 de agosto Argentina celebra elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) con nueve fórmulas presidenciales. En esta etapa los partidos políticos postulan candidaturas a la presidencia, al Congreso nacional y a las gobernaciones provinciales y locales en cada distrito para resolver sus propias internas. Los que superen el piso de 1,5% de los votos pasan a competir en las elecciones generales del 27 octubre.

«Lo único que ellos produjeron es pobreza»

Diez mil personas dentro del Orfeo Superdomo. Dos mil más afuera, frente a una pantalla gigante que se improvisó ya que no había más lugar dentro del estadio. La tarde gris y gélida mutó en cantos, color y bailes para esperar a Alberto Fernández, quien ayer encendió una luz de esperanza en Córdoba que tal vez vuelva a cambiar la historia el próximo domingo. “Esto anticipa el triunfo. Córdoba se pone de pie para cambiar la Argentina”, dijo el candidato del Frente de Todos feliz ante una multitud variopinta que cantó y bailó durante más de dos horas esperándolo.

A las siete y media subieron al escenario todos los candidatos a diputados, liderados por Eduardo Fernández, y seguidos por los invitados Victoria Donda y Felipe Solá. Sergio Massa y Alberto Fernández fueron recibidos con el bramido “Se siente, se siente, Alberto presidente” y el “vamos a volver”. Y los gritos de “¡Tiemblen gorilas!” que bajaban de las tribunas.

“Estamos aquí para construir un país integrado. Y Córdoba es parte de esa Argentina que todos queremos”, dijo Alberto, y se esforzó para despegarse de la declamada “discriminación” que se le atribuyó a los años de kirchnerismo. “Yo no estaba entonces, pero les aseguro que soy el más cordobés de los porteños –exageró-. Esta es la Córdoba docta, la enorme, donde nació la Reforma Universitaria. Donde las universidades públicas comenzaron a ser para los hijos de los obreros. Y que junto con Perón, dio al país la movilidad social que ha sido distintiva en todo el continente. Que todo obrero pudiera decir que tenía un hijo doctor”, memoró el candidato.

De allí a lo dicho por María Eugenia Vidal, la gobernadora bonaerense que aseguró que “los pobres no llegan a la universidad” y que mereció una atronadora silbatina; Alberto Fernández arguyó que “ése es el resultado de que ellos (los miembros del gobierno cambiemita) jamás entraron a una de esas universidades. No entraron. Y sí hay que hacer más universidades. Cuando voy a Catamarca o a La Rioja o a La Matanza, veo que el 90 por ciento de los chicos que estudian son la primera generación de su familia que pueden hacerlo”. Fernández siguió: “ellos explican que hay que ordenar el gasto. No entienden nada. Estamos invirtiendo (…) ¡Que viva la universidad, la educación pública!, arengó.

Didáctico, Fernández explicó que “ellos pensaban que bajando la demanda, bajaban la inflación. Y no es así. Yo le digo, ¡Aprenda presidente! El 70 por ciento de lo que producimos lo consumen los argentinos. ¡Aprenda!”, repitió.

Con un público que se comunicó con él todo el tiempo con aliento y cánticos, Fernández señaló que “lo único que ellos produjeron es pobreza. Cuatro millones y medio de nuevos pobres. Y dicen vamos a hacer lo mismo más rápido. Es como si pidieran que saltemos al precipicio. Tuvimos un país en el que fuimos felices. Ellos uno que abrió las importaciones y les sirve sólo a los amigos del poder. A los derechos les llaman privilegios. Y no es así –refutó- ¿Desde cuándo dar derechos a la gente es un retroceso? Cito algo que leí hace poco: la mayor muestra de decrepitud de una sociedad es cuando nos hacen discutir lo obvio”.

Prometió los remedios gratis para los jubilados, y aclaró. “Ellos replican que cómo lo vamos a hacer. Que de dónde sacaremos la plata. Y les decimos a ellos que son tan impúdicos que con 10 días de lelic, de los intereses que pagan, claro que podemos dar los medicamentos gratis. Ayer en Rosario pudimos firmar acuerdos con 19 gobernadores. Córdoba no estaba. Pero estará”, se esperanzó. Y pidió: “Cuando tengan que votar, piensen en cómo estaban hace 4 años. Nos quedan dos días para convencer al resto de Córdoba”.

Multitud

Sergio, un obrero de Surbac que ayudó a PáginaI12 a ingresar en medio de la marea humana que cubrió el puente que une un mega shopping con el estadio, disfrutó del “apretuje compañero” que se produjo y en el que no hubo cara que no sonriera: “Somos un montón. El acto de Macri ayer fue un veloriazo al lado de esto”, bromeó “seguro” de que “vamos a volver». «La gente le va a a decir basta al hambre, a la falta de laburo. Estos tipos se tienen que ir”, imaginó.

Adentro, la banda de su gremio, vestidos con su uniforme verde y negro, le dieron duro a los tambores y a las trompetas y fueron los teloneros hasta la entrada del candidato. La marcha peronista, Matador, y el “hit” del verano, le sumaron energía a una multitud que bailó casi sin parar con los dedos en V. “¡Viva Perón, carajo!”, se escuchó una y otra vez en una Córdoba que ayer, entre las cinco y las 20,15 de la noche, fue feliz reconociéndose en los rostros esperanzados. “No sabés lo que esto me hace –le dijo Rosa “Cho” a este diario. Me llena de esperanza. Salgo nueva de acá”. A su lado, la médica Andrea, de 57 años, coincidió con ella. Sentadas en las gradas, Andrea contó que trabaja en el hospital Rawson (de Infectología), y que “en estos últimos años ha sido tremendo. De nuevo gente sin obra social, gente que pierde su trabajo y, encima, rebrote de enfermedades como la tuberculosis. Por el hambre”. ¿El hambre? «Es que la falta de comida, de proteínas, hace que a la gente se le caigan las defensas y la persona se enferme. Otra es que se nos está acabando el stock de remedios contra el HIV. La situación es de un retroceso que duele, que no puede seguir».

Carolina, una piba que se tomó dos colectivos “el 61 y el 14” para llegar con sus cuatro hijos de 8 a 2 años, no paró de festejar: “No sabés, no sabés… Esto es un sueño después de tanta tristeza, tanta necesidad”. Por los altoparlantes, Quesito, el cantante de “La banda de Carlitos”, repetía “Si te querí í, ite/ pero a mí no me vengás con tanto agite”. A lo que le seguía el Mmlpqtp, cada vez más atronador.

Quien estuvo presente en el cierre cordobés de Macri, repleto de la nada de su falta de argumentación, de sus ruegos para que lo voten porque sí, por la camiseta; tuvo ayer en la vastedad del discurso de Alberto Fernández, la contracara exacta. Y que la historia Argentina puede volver a ser lo que fue. Tan inclusiva como digna.

Página 12


Macri remarcó la polarización en su cierre: «El país que queremos está en el futuro, no en el pasado»

El presidente Mauricio Macri encabezó el acto de cierre de campaña de Juntos por el Cambio, donde aprovechó para pedir una vez más al electorado el voto de cara a las PASO que se desarrollarán este domingo. En este marco, enfatizó en el escenario de polarización al señalar: “El país que queremos está en el futuro, no en el pasado”.

Rodeado por la tropa oficialista, el primer mandatario brindó su último discurso antes del comienzo de la veda electoral, en el que volvió a apostar por contener al votante de 2015 y a reconquistar a aquellos que lo llevaron a la presidencia pero ahora dudan, tal como se propuso el partido en la última convención en Parque Norte. Sus palabras en el Centro Asturiano De Vicente López, sede del acto, bien pueden dividirse en tres momentos.

En el primero de ellos, Mauricio Macri dedicó unos minutos a recuperar los votos de la provincia de Buenos Aires que, según las últimas encuestas, María Eugenia Vidal perdería en manos de Axel Kicillof. Para esto, el Presidente pidió a los bonaerenses que “no se pierdan a esta mujer”, señalando a la gobernadora en medio de lágrimas.

En un segundo momento, contrapuso el presente del país con la gestión del anterior gobierno. En este punto Macri realizó la única autocrítica de la noche. “Esto no es en vano, estamos construyendo bases para el futuro”, dijo reconociendo (aunque evitando detalles) una coyuntura con estadísticas económicas a la baja, pero pidiendo aguantar los trapos.

“Les pido que estén y que sigan poniendo, porque esto lo hacemos entre todos”, señaló Macri dando paso a la tercera y última etapa de su discurso, que fue, al igual que el resto de los precandidatos, pedir el voto.

A diferencia de 2015, en el discurso oficial de la campaña actual no hay promesas. Atrás quedó el “Pobreza 0”, el “unir a los argentinos” o “no vas a perder nada de lo que ya tenés”. La esencia de las palabras que se escucharon en Vicente López fueron la puesta en riesgo de todos los “logros” de los últimos cuatro años. Como se instaló desde un principio en Casa Rosada, la idea de que lo puesto en riesgo en estas elecciones es mayor aun que los magros alcances de los últimos cuatro años.

Pero Mauricio Macri no fue el único que habló en el cierre de campaña. Quien presentó al Presidente fue la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Sin duda una de las más ovacionadas por el público, la mandataria apeló a un tono maternal y comparó a los habitantes de la provincia con sus hijos, y les pidió a los bonaerenses que sigan “sosteniendo” su mano.

“Si no bajamos los brazos después de tantos años de abandono, desastre y soledad, no lo podemos hacer ahora”, dijo la gobernadora. Una vez más el pedido directo al electorado.

Además de la oratoria de Macri y Vidal, quienes también emitieron un discurso fueron el primer candidato a diputado, Cristian Ritondo, y el vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador. El primero, como era de preeverse, hizo hincapié en las políticas oficiales contra el narcotráfico y en materia de seguridad. El radical, en tanto, vivió a los orígenes del discurso oficial y pidió “no volver al populismo”.

Leonas, gatos, y gatitos

Más allá de las lágrimas del Presidente la velada a la que, según voceros oficiales asistieron cerca de mil personas, no perdió nunca el tono festivo. El reggeaton no faltó en la musicalización, que fue variando con temas de Londra y Agapornis. También sonó la canción dedica a Vidal bajo la pista de la cumbia “Me vas a extrañar”, que se sabía todo el Club Asturiano. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, ingresó al club junto al precandidato a la vicepresidencia, Miguel Ángel Pichetto, de la mano y al ritmo de La Cobra, de Jimena Barón.

Esta vez no hubo globos. Banderas, sólo se vio una: la de Argentina con la leyenda “Si se puede”, agitada por una señora de ovacionó durante todo el acto.

Tampoco faltaron los guiños de los oradores. El propio Presidente dijo que su sensibilidad se debía que era el “Día Mundial del Gato”. El intendente local, Jorge Macri, también apeló al recurso de la boleta completa de una particular manera. “Es acá, es ahora. Es con el gato, con la leona y con el gatito”, dijo señalándose a sí mismo al decir la última palabra.

El ranking de aplausos lo encabezaron sin duda Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, seguidos por el intendente local y, en tercer lugar, Peña y Pichetto. En todo momento, el público PRO aplaudió a Pichetto cada vez que era mencionado, dándole la bienvenida al espacio. Habrá que ver si alcanza.

A la caza del voto joven

Antes de encabezar el acto de cierre de campaña, el mandatario estuvo en la Casa Rosada y se cruzó a un grupo de jóvenes a quienes instó a que «vayan a votar, porque es importante participar», al tiempo que destacó que «son el futuro del país» y que todo lo que está haciendo el Gobierno «es para ellos».

En su llegada a Balcarce 50, el jefe de Estado conversó con un grupo de alumnos de 5to año de Economía del Colegio Martín Güemes, del partido bonaerense de Berazategui, a quienes saludó a instó a que concurran a votar el próximo domingo en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Ámbito


PASO: las cinco variables decisivas del primer test nacional de 2019

Con la campaña electoral de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del próximo domingo en tiempo de descuento, los pronósticos de la primera prueba nacional de 2019 comenzaron a girar en torno a un puñado de variables tan decisivas como impredecibles. Se trata de cinco indicadores que resultan inasibles para las investigaciones sociales –incluso las más profesionales- y acumulan antecedentes por su capacidad de operar cambios en el diagrama entre las PASO –la instancia que este domingo definirá candidatos- y los comicios generales.

En los campamentos de las dos fuerzas que polarizan la disputa de las presidenciales de este año –el oficialista Juntos por el Cambio y el opositor Frente de Todos- hicieron foco en esos elementos para ajustar el mensaje de los últimos días de actividad proselitista. La foto que arrojen los resultados del domingo obligará a echar nuevamente las cartas.

PARTICIPACIÓN. Aunque votar en las PASO es obligatorio, la historia reciente señala que la participación en los comicios que definen candidaturas fue en franco retroceso: entre el 2011 y el 2017 el número de electores que concurrió a sufragar en Primarias cayó un 6 por ciento.

Las estadísticas también señalan que los votantes aumentan entre esa primera ronda y los comicios nacionales. En 2015, el nivel de participación en las PASO fue del 74,91 por ciento, pero el indicador trepó al 81,07 por ciento en las elecciones generales. Esos dos millones de ciudadanos que evitaron ir a las urnas en el primer round suelen ser identificados por encuestadores y analistas como parte de sectores desencantados con los partidos políticos y poco atentos al derrotero de la oferta electoral. En el tramo final de la campaña, el Gobierno redobló esfuerzos para seducirlos. “El domingo 11 de agosto te pido por favor que nos acompañes con tu voto. Ahora más que nunca”, ruega el presidente Mauricio Macri en uno de los últimos spots del oficialismo que circuló por medios de comunicación y redes sociales.

En la Casa Rosada dan por descontado que ese universo es refractario a la propuesta del peronismo –y en especial a la figura de CFK- y apuestan a que pueda inclinar la balanza a su favor sobre el cierre. En un escenario hiperpolarizado, la meta es convencerlos de la necesidad de participar de una elección “que no define nada”.

INDECISOS. La mayoría de los sondeos coinciden en que los indecisos suman entre un 10 y un 15 por ciento del padrón. Son aquellos electores que no están motivados para participar de la elección, pueden llegar a decidir su voto el mismo domingo en el cuarto oscuro o, directamente, pegar el faltazo.

Ese segmento no se siente representado por ninguna de las dos fuerzas mayoritarias que polarizan la elección. Los más informados tampoco logran ser cautivados por una ´tercera vía´ -las precandidaturas de Roberto Lavagna y José Luis Espert- que, al menos en este período, no logró acumular un volumen competitivo. “Los indecisos están concentrados en la clase media-media. Están golpeados por la economía de los últimos tres años que redujo su poder adquisitivo, pero tienen resistencia a la vuelta de CFK”, razonó el analista Raúl Timerman en un informe publicado por Tiempo. En ese universo manda la apatía: “Son ciudadanos que no saben sin irán a votar o no, o si lo harán en blanco. Observan a las PASO como un movimiento electoral para elegir a ninguna persona para ningún cargo”, completó.

VOTO EN BLANCO. Un sobre vacío o con un papel de cualquier color que no contenga inscripciones, leyendas o fotos es considerado un voto en blanco. Esa expresión forma parte de los votos denominados válidos, junto con el sufragio afirmativo (cuando un elector elige cualquier de las opciones electorales en sus posibles y múltiples combinaciones).

Además de actuar como un filtro de selección de candidatos en diferentes categorías, las PASO establecen un piso –el 1,5 por ciento de los votos válidos emitidos- para que una fuerza política quede en carrera y pueda competir en las elecciones generales. De ese modo, los votos en blanco se incluyen en el recuento total sobre el que se calcula el porcentaje obtenido por cada fuerza política.

En los comicios generales, en cambio, sólo se computan los votos afirmativos.

JÓVENES VS MAYORES. Las variables “indecisos” y participación” se rozan con otra categoría de la dinámica electoral que desvela a los estrategas electorales. Los analistas coinciden en que existe una clara línea divisoria entre las preferencias electorales de los más jóvenes –más cercanos al Frente de Todos- y los adultos mayores –identificados con el macrismo-.

En ambos casos, el objetivo es lograr que esos segmentos vayan a votar: en el primer grupo las tácticas apuntan especialmente a los jóvenes de entre 16 a 18. Aunque el voto es optativo para esa franja etaria, los comandos de campaña visualizan con interés un universo de 1.033.297 electores habilitados (el 3,1 por ciento del padrón nacional).

El sufragio es obligatorio de los 18 a los 70 años. El oficialismo apuntó especialmente en la recta final a que el sector de los adultos mayores concurra a las urnas. En las últimas elecciones presidenciales ese segmento se alineó con el macrismo y los estudios de opinión persisten en mostrar un apoyo de ese sector a la oferta de Juntos por el Cambio.

Con todo, el precandidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, hilvanó durante la campaña un eje discursivo dirigido a los adultos mayores con la promesa de ampliar la cobertura de salud de PAMI que también sufrió recortes y ajustes durante la gestión de Cambiemos.

DIFERENCIA y CORTE. La campaña que arrancó tras la oficialización de las precandidaturas el 22 de junio pasado estuvo en parte moderada por las encuestas de opinión pública y su uso mediático derivado.

El frente de unidad peronista-kirchnerista -con la estratégica inclusión de Sergio Massa- se mantuvo al frente durante las seis semanas posteriores. Sin embargo, en el mismo período también circularon sondeos que dieron cuenta de una ¿recuperación? de Mauricio Macri y un virtual empate entre las fuerzas. Las encuestas también tendrán este domingo su prueba del ácido.

Los cálculos electores están puestos ahora en el “peso” de la diferencia que puedan marcar las dos principales fuerzas. Y en el duelo por el tercer lugar entre Lavagna y Espert.

“Nosotros estuvimos casi nueve puntos abajo en el 2015, cualquier resultado inferior a ese, cualquier diferencia inferior a esa, es un buen resultado. Por supuesto que si es menos de 5 puntos va a ser algo visto de manera muy exitosa, sobre todo para los mercados, que también juegan su partido en esto», evaluó en una entrevista con Perfil el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

En el Frente de Todos también existe un foco de los pronósticos en la diferencia que pueda descontarse del oficialismo y, en especial, del desafío de traspasar la barrera de los 40 puntos. Si cumple esa meta, especulan en las oficinas del barrio de San Telmo, Fernández comenzará a transitar el camino hacia las generales con la posibilidad de imponerse en primera vuelta.

La provincia de Buenos Aires, primer distrito electoral del país que concentra el 37 por ciento del padrón nacional, concentra uno de los principales enigmas.
Las encuestas que manejan en Todos y en la Casa Rosada señalan una ventaja de la fórmula Fernández-Fernández, pero al mismo tiempo indican que esa distancia se achica cuando los votantes son consultados por la categoría gobernador, el duelo que protagonizan Axel Kicillof y la actual mandataria y aspirante su reelección, María Eugenia Vidal. La diferencia es un dilema para los analistas: ¿Habrá corte de boleta?, ¿cuánto pesará la táctica de ´ocultar´ al Presidente en los distritos adversos? ¿La fórmula presidencial de Todos empujará la boleta de Kicillof hacia arriba? ¿Macri empujará hacia abajo a Vidal?

Como en la Provincia no hay segunda vuelta electoral, el bosquejo que señalen los bonaerenses el domingo será decisivo para el plan reeleccionista de Vidal.

Faltan apenas cinco días para que los votos configuren una primera respuesta ´real´ a los pronósticos y cálculos aritmético-electorales.

Tiempo Argentino


Comenzará la veda electoral: qué harán los principales candidatos hasta las elecciones

Pasadas las 8 de la mañana de este viernes 9 de agosto, ya rige oficialmente la veda electoral para las PASO del domingo.

Uno de sus aspectos más salientes implica que los distintos partidos políticos que se disponen a competir en los comicios tienen prohibido realizar actos de campaña (con excepción de las redes sociales, donde está permitido continuar).

Ya jugadas todas sus fichas, los candidatos ahora deben abandonar el ojo público y esperar que los votantes decidan el domingo como quedará dispuesto el tablero electoral de cara a los comicios generales del 27 de octubre.

No obstante, el domingo todavía se encuentra lejos. Y los referentes de los principales frentes electorales tienen planeado pasar las horas restantes de distintas maneras.

Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta -quienes buscan la reelección a la presidencia, la gobernación de la provincia de Buenos Aires y la jefatura de gobierno de la ciudad- tendrán reuniones con sus respectivos equipos de gestión.

Macri pasará al menos la mañana en la Quinta de Olivos con el jefe de Gabinete Marcos Peña; Vidal, por su parte, llevará a cabo una reunión de equipo en las oficinas que tiene en el Museo Ferroviario de Retiro, sobre la Avenida del Libertador; y Rodríguez Larreta tendrá una agenda similar a la de la gobernadora.

Más allá de que el viernes los encuentre separados, sus campañas estuvieron estrechamente entrelazadas. Los tres se mostraron juntos en inauguraciones de obras públicas en la capital y la provincia, así como en los distintos actos de campaña llevados a cabo en los dos distritos.

Uno de los objetivos fue apuntalar la gesta presidencial. El jefe de Gobierno buscó destacar la gestión de Macri como su predecesor, asegurando que durante sus dos períodos al frente de la Ciudad (2007-2015) colocó los cimientos que le permitieron encarar su proyecto desde una base sólida.

En tanto, Vidal, al ser la dirigente política con mejor imagen del país, llevó a cabo la tarea de arrastrar para arriba a Macri, cuya ponderación negativa se manifiesta sobre todo en el territorio más populoso del país.

Los sondeos de opinión y análisis políticos así lo han descrito en numerosas ocasiones: si las elecciones a gobernador no acompañaran a las presidenciales, Vidal no tendría problemas en vencer a su oponente del Frente de Todos, Axel Kicillof.

Sin embargo, al estar la gobernadora acompañada en la boleta por Macri, y su contendiente por la ex presidente Cristina Kirchner, el escenario se vuelve desfavorable: teniendo en cuenta que, en contraste con la imagen de su sucesor, la ex presidente goza de una mejor ponderación en la provincia -y sobre todo en el conurbano- Vidal lucha contra ambos efectos en una elección que se presenta más complicada porque no tiene segunda vuelta.

Por eso, de alguna manera el test electoral del domingo tiene un peso especial en la provincia: ayudará a determinar cuan factibles son las chances de la gobernadora de retener el territorio en octubre.

Los rivales de Macri y Vidal, Alberto Fernández y Kiciloff, también tendrán sendas reuniones de trabajo durante el viernes. El precandidato presidencial volvió de Córdoba el jueves por la noche, luego de cerrar allí la campaña. Imbuido de ánimo por lo que considera una «sensación de ola», planea intercalar reuniones de trabajo con otras más informales.

Kicillof, por su parte, también planea trabajar durante el último día hábil de la semana. No obstante, el sábado se lo dedicará a su familia. La ex presidente, luego de acompañar a Kicillof en su cierre de campaña en Merlo, voló a Santa Cruz para emitir su voto el domingo. Lo hará en la escuela 19 ‘Comandante Luis Piedrabuena’, ubicada en la calle Magallanes y la avenida Néstor Kirchner.

La ex mandataria regresará el lunes por la mañana ya que no hay vuelos para regresar el domingo por la tarde o la noche. Por esa razón no estará el domingo en el centro de campaña de su compañero de fórmula.

A pesar de que encararon los últimos actos por separado -Cristina con Kicillof y Fernández con Sergio Massa en Córdoba- todos los candidatos del Frente de Todos buscaron dar un mensaje de unidad el miércoles con un multitudinario acto en Rosario.

Durante su discurso, Fernández le agradeció a la ex presidenta por haberlo elegido para ser candidato y afirmó: «Nunca más me voy a pelear con Cristina porque vamos a hacer la Argentina que todos merecen». De la partida también fueron una decena de gobernadores peronistas y los mandatarios que ya fueron electos, además de Kicillof, Massa y el candidato a jefe de Gobierno, Matías Lammens.

«La tarea de todos nosotros debe ser hablar, persuadir y seguir construyendo. Los argentinos necesitamos imperiosamente otro gobierno a partir del 10 de diciembre. Necesitamos que haya otro gobierno en Argentina y ese tiene que ser con Alberto presidente», dijo Kirchner durante su discurso en Rosario.

Lammens, por su parte, estará abocado a su actual gestión: la de presidente de San Lorenzo. Acompañado por su vice, Marcelo Tinelli, presentará a los hermanos Ángel y Oscar Romero como los flamantes refuerzos del ciclón.

De los tres candidatos del Frente de Todos en la Nación, provincia y ciudad de Buenos Aires, es Lammens quien enfrenta un panorama más complejo. La ciudad es el histórico bastión del PRO y las distintas encuestas se preguntan si Rodríguez Larreta logrará sacar más de la mitad de los sufragios en primera vuelta, más que si Lammens cuenta con posibilidades tangibles de disputarle el Poder Ejecutivo.

Por su parte, Roberto Lavagna partirá este viernes a su chacra en la localidad bonaerense de Cañuelas. Allí se quedará hasta el sábado a la tarde, para luego volver a la ciudad para emitir su voto el domingo por la mañana.

El precandidato de Consenso Federal busca no ser engullido por la polarización entre los dos partidos principales, y así lo dejó de manifiesto en su cierre de campaña.

«Tuvimos que eludir mentiras, insultos y agravios. Pero les decimos no a los malos de antes y a los de ahora. Han decepcionado al pueblo argentino», dijo durante el acto que se realizó en un salón ubicado en la localidad bonaerense de San Martín y en el que estuvo acompañado por los principales candidatos de la fuerza política: Juan Manuel Urtubey, Graciela Camaño, Alejandro «Topo» Rodríguez, Eduardo «Bali» Bucca, Matías Tombolini y Miguel Lifschitz. No estuvo Margarita Stolbizer, quien quedó enemistada con Lavagna luego del cierre de listas, en el que el economista decidió elegir a Camaño como primera candidata a diputada en vez de a ella, se corrió de la campaña y decidió ausentarse este jueves.

Los candidatos están bajo el paraguas de la veda hasta el domingo a las 21 horas, cuando se empiecen a difundir los resultados iniciales. Desde sus búnkeres de campaña reaccionarán a ellos y comenzarán a delinear sus estrategias para el test de octubre, donde todo puede definirse.

Infobae


Lavagna cerró su campaña: pidió un «no a los malos de antes y a los malos de ahora»

El precandidato presidencial de Consenso Federal, Roberto Lavagna, cerró su campaña antes de las PASO del próximo domingo y pidió a los votantes que les digan «no a los malos de antes y a los malos de ahora».

Lavagna realizó un acto en el Centro Migueletes, de San Martín, y dijo que lo único que lo «inspira es darle una mano al país».

«No nos quieren porque luchamos en contra de la grieta, hubo que eludir zancadillas, ninguneos, aislamiento y mentiras, pero aquí estamos», dijo.

Estuvo junto a Juan Manuel Urtubey, con quien integra la fórmula presidencial. Agregó que es necesario «poner dinero en el bolsillo de la gente».

Agregó que «el país está en un peligroso quiebre político donde el paso que hay entre ser alternativa, posición o enemigo es muy estrecho».

Sostuvo que Argentina se encuentra «hace tiempo en una dolorosa recesión económica que le ha sacado lágrimas al pueblo» y «un período de estancamiento que lleva ya 8 años».

«Frente a esta realidad, Consenso Federal está dispuesto a trabajar en tres planos: en lo político-institucional, en lo económico y en lo social», remarcó el dirigente.

Urtubey dijo que «en esta Argentina, que está acostumbrada a que los dirigentes digan una cosa y hagan otra, que se llaman ´Juntos´ y separan, que se llaman ´Todos´ y son una parte, nosotros queremos el consenso de todos juntos».

Del acto también participaron Eduardo «Bali» Bucca, -candidato a gobernador bonaerense-, Matías Tombolini, que busca convertirse en -jefe de Gobierno porteño-, José Luis Ramón, precandidato a gobernador de Mendoza; Graciela Camaño, quien encabeza la lista a diputados nacionales en la provincia de Buenos Aires, y Marco Lavagna, quien hace lo propio en la Capital Federal.

También estuvieron el saliente gobernador santafesino, Miguel Lifschitz; Hugo Benitez, secretario general de las 62 organizaciones peronistas, y Humberto Tumini, entre otros dirigentes.

Infonews

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