¿Cuál es el “principal problema” que el Paraguay tiene para renegociar Itaipu con Brasil? – Por Gustavo Codas

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¿Cuál es el “principal problema” que el Paraguay tiene para renegociar Itaipu con Brasil?

Por Gustavo Codas

Desde que la campaña electoral de 2008 de Fernando Lugo propuso seriamente la renegociación de Itaipu, y desde que Lula aceptó en abril de ese año abrir una mesa con la agenda de seis puntos propuestos por Paraguay, surge periódicamente la discusión sobre “cuál es el principal problema” que deberá enfrentar nuestro país en esa negociación.

En el comienzo del gobierno Lugo hubo quien propuso contratar negociadores extranjeros. Ahora, el presidente Abdo ya consiguió uno de gran prestigio internacional, según fue informado.

Hay quienes dicen que lo que define en esa negociación es “patriotismo” Vs. “traición a la patria”, “50 Herz” Vs. “60 Herz” (metafóricamente, la frecuencia de la electricidad que se usa en Paraguay Vs. la que se usa en Brasil), nacionalismo o colonia brasileña.

Otros creen que el problema es que nuestros negociadores son sobornados. Negocian no por el país sino por ventajas personales. Habría que tener personas honestas en nuestra representación, entonces.

Muchos descuentan que el principal problema será nuestra contraparte, el Brasil, y sus negociadores. Que nos habrían quitado ventaja a lo largo de 50 años – para no hablar de conflictos más graves, aún anteriores.

La tesis que defiendo es que “el principal problema” del Paraguay es otro en la renegociación de Itaipu. Para enunciarlo voy a recurrir a un hecho anecdótico. En las primeras reuniones de negociación, ocurridas en la Usina de Itaipu, en el último trimestre del 2008, la delegación paraguaya estuvo presidida por el vice-canciller Jorge Lara Castro y la del Brasil por el ministro de Minas y Energia Edson Lobão.

Los que lideran las negociaciones abren las reuniones cada uno marcando pautas. En una de ellas, Lara Castro comenzó diciendo – cito de memoria – que los brasileños debían entender que estaban frente a un equipo paraguayo diferente de los que habían negociado hasta entonces. Que la conducción de la política paraguaya había cambiado radicalmente en el 2008, en términos políticos, éticos y de proyecto de nación etc.. La trayectoria del equipo negociador – la gran mayoría formada por gente crítica al Tratado de Itaipu de 1973 y a la dictadura de Stroessner – abonaba esa tesis.

En respuesta, el ministro Lobão en su turno dijo enfático: “Pues yo quiero que Uds. entiendan que ¡la política brasileña es la misma hace 500 años!”. Era un anuncio de negociaciones durísimas, y así fueron en ese período.

De hecho, en la ronda de negociación que hubo em Brasília en enero del 2009 el Brasil “de los 500 años” presentó su contra-propuesta. No atendía para nada los seis puntos paraguayos, pero apuntaba a otros beneficios (reales o supuestos) en la relación bilateral . Hay que decir que esa propuesta tuvo eco positivo en el lado paraguayo en gente que no estaba em el equipo negociador.

Cuatro días después el presidente Lugo en conversación directa con el presidente Lula en Belem do Pará, reencauzó la negociación hacia la agenda propuesta por nuestro país.

El principal problema – no el único – que el Paraguay tiene para la negociación de Itaipu está en el Paraguay. Y es ¿cuál proyecto de país tenemos los paraguayos? ¿Un país de inclusión social, con reforma agraria e industrialización, donde se respete la democracia política y se fortalezca la soberanía nacional con integración regional, o un país al servicio de una minoria que no duda de defender sus intereses en vez de los de la nación? ¿Quienes están sentados a la mesa en representación del Paraguay expresan cuál proyecto de país? De eso dependerá en gran parte la negociación y sus resultados.

Lo que hizo diferente la negociación de 2008-9 a las anteriores fue eso. El gobierno expresaba otra visión de Paraguay. Y los resultados conseguidos en el acuerdo del 25 de julio del 2009 mostraron el potencial que tiene ese proyecto de país que se animó en abril del 2008 y se frustró en junio del 2012.

Post-Data. Una estudiante de post graduación de Brasil elaboró una estadística sobre las publicaciones de la prensa paraguaya en la primera década y media de este siglo en relación a Itaipu. Su conclusión fue  que esos grupos empresariales de la comunicación eran ardientes defensores del nacionalismo paraguayo con fuertes posiciones de rechazo al imperialismo brasileño. Lástima que ella no hiciera igual relevamiento sobre la posición editorial en relación al tema de la lucha de lo campesinos paraguayos para revertir la tenencia ilegal de la tierra en manos de grandes propietarios extranjeros – en gran parte brasileños. Su conclusión sería otra, totalmente. Lo mismo algunas agremiaciones empresariales hacen declaraciones “patrióticas” en relación a Itaipu, pero cuando en octubre del 2011 la asesoría jurídica de la presidencia del gobierno Lugo redactó el decreto reglamentario de la ley de fronteras – que crea una faja de seguridad donde los extranjeros no pueden ser propietarios – aprobada en el gobierno Nicanor, esos mismos gremios hicieron gran escándalo como si se tratara de un ataque al derecho a la propiedad privada.   En ambos casos, se trata de un “patriotismo” con comillas, solo se aplica cuando los  intereses de la nación coinciden con los intereses privados de esos “patriotas”.

Gustavo Codas


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