Bolsonaro arranca su mandato reuniéndose con el secretario de Estado de EEUU

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Bolsonaro dedicará boa parte da manhã à política externa

O presidente Jair Bolsonaro terá úm dia bastante intenso hoje (2), pois há compromissos começando às 9h e seguindo até o final da tarde. Inicialmente, ele vai se dedicar à política externa, com reuniões com presidentes, chanceleres e representantes de governos estrangeiro. Em dois momentos, ele participa de cerimônias de transmissão de cargo de cinco ministros.

Às 10h, Bolsonaro se reúne com o secretário de Estado norte-americano, Mike Pompeo, e o ministro das Relações Exteriores, Ernesto Araújo. Em seguida, a conversa será com o presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.

Depois, ele se reúne com o primeiro-ministro da Hungria, Viktor Orban, e o vice-presidente do Parlamento da China, Ji Bingxuan.

O presidente participa da cerimônia de transmissão do cargo dos ministros Onyx Lorenzoni (Casa Civil), Gustavo Bebianno (Secretaria-Geral da Presidência), general Carlos Alberto dos Santos Cruz (Secretaria de Governo) e general Augusto Heleno (Segurança Institucional).

No final do dia, Bolsonaro também deve comparecer à solenidade de transmissão do cargo do ministro da Defesa, general Fernando Azevedo.

UOL


Com Pompeo, Bolsonaro deve conversar sobre relações com os EUA

Na conversa com o secretário de Estado norte-americano, Mike Pompeo, o presidente Jair Bolsonaro deve tratar desde as relações entre o Brasil e os Estados Unidos (EUA), assim como de preocupações com a Venezuela, Nicarágua e Cuba. Segundo Pompeo, esta era a pauta da reunião com Bolsonaro. A previsão é que os Estados Unidos, o Chile e Israe lsejam os primeiros países visitados pelo presidente.

Ontem (1º), Pompeo elogiou Bolsonaro e destacou a relevância do Brasil no cenário internacional. “Desejando ao recém-empossado presidente do Brasil, @jairbolsonaro, calorosas felicitações do povo dos Estados Unidos”, disse o secretário de Estado em sua conta no Twitter.

O secretário de Estado, ao chegar a Brasília, ressaltou sua satisfação em “testemunhar a transferência pacífica de poder em uma das democracias mais fortes da América Latina”. Nas redes sociais, postou uma foto ao lado de Bolsonaro já com a faixa presidencial, no Palácio do Planalto.

Preocupações

A Venezuela é foco de tensão com os Estados Unidos e de críticas de Bolsonaro. O presidente norte-americano, Donald Trump, e o brasileiro consideram o governo de Nicolás Maduro uma ditadura. A crise que atinge o país afeta não só a área política, mas também a econômica e social. Milhares de venezuelanos deixam suas cidades rumo a outros países.

Na Nicarágua, a crise se estende desde abril, quando eclodiram protestos em todo o país contra o presidente Daniel Ortega, a favor da liberdade política e de expressão, assim como reivindicações na área econômica. Os manifestantes foram duramente reprimidos. Organização internacionais denunciam assassinatos, torturas e prisões ilegais.

Cuba e os Estados Unidos têm uma relação tensa desde a revolução socialista cubana em 1959. A partir de 1960, o governo norte-americano impôs rígido embargo comercial, econômico e financeiro a Cuba. A sociedade cubana vive com restrições para compras e comércio. Há um fluxo intenso de imigrantes, principalmente para os Estados Unidos.

Recentemente, Bolsonaro fez severas críticas à presença de profissionais cubanos no programa Mais Médicos. Houve o rompimento de acordo com Cuba e profissionais do país retornaram. Para as vagas ocupadas por eles, o Ministério da Saúde fez seleção.

Agenda

O ministro Ernesto Araújo também terá agenda intensa. Além das reuniões com o presidente da República e representantes estrangeiros, está prevista uma série de conversas com chanceleres e enviados especiais de vários países.

Araújo terá conversas com os ministros das Relações Exteriores Manuel Domingos Augusto (Angola), Jacek Caputowicz (Polônia) e Maliki Osman (Cingapura), além dos enviados especiais Jeon Hae-cheol (Coreia do Sul), Yasuaki Yamaguchi (Japão) e Omar Alghabra (Canadá), assim como a ministra da Segurança Alimentar dos Emirados Árabes Unidos, Mariam al-Mehairi.

A cerimônia de transmissão de cargo do chanceler está marcada para as 18h.

EBC


Asumió Bolsonaro y la pesadilla se hace realidad

Por Dario Pignotti

La democracia parece haber quedado atrás. Sin la presencia de la bancada del Partido de los Trabajadores (PT), la principal de Diputados, Jair Bolsonaro juró en el Palacio Legislativo como 38º presidente de Brasil prometiendo combatir la “ideología”, en escuelas y universidades, defendiendo la portación de armas y agradeciendo a Dios por haber sobrevivido al ataque sufrido durante la campaña electoral. Brasilia fue blindada y los periodistas sometidos a maltratos de los que no se tenía memoria en ninguno de los gobiernos civiles de derecha o izquierda que se sucedieron a partir de 1985.

En su discurso ante miles de seguidores desde el  Palacio del Planalto el excapitán estrenó su primera “fake news” de Estado, al prometer que Brasil no volverá a vivir bajo el yugo del “socialismo”, un sistema político jamás aplicado en esta nación que fue la última de América en abolir la esclavitud y cuya dictadura fue una de las más prolongadas de Latinoamérica. Tanto fue así que al retirarse del gobierno en 1985 los militares mantuvieron la tutela de la transición, que no llevó al pais hacia el socialismo imaginado en la alocución de ayer. “No podemos permitir que ideologías nefastas vengan a dividir a los brasileños, ideologías que destruyen nuestros valores y tradiciones, y a nuestras familias, que son la base de nuestra sociedad, los convido a iniciar un movimiento en este sentido”.

El flamante mandatario pidió ante los parlamentarios y las autoridades del Poder Judicial la aprobación de una legislación que garantice la impunidad de los policías acusados de matar a sospechosos y aseguró que inaugurará una nueva era diplomática sin “sesgo ideológico”.

“La política externa retomará su papel en la defensa de la soberanía, en la construcción de la grandeza y en desarrollo”.

El nuevo signo de esa política externa quedó retratado en la lista de presentes y ausentes en los fastos de ayer. Las estrellas de los actos en el Congreso y el Planalto, y el cóctel nocturno en la Cancillería, fueron el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo y el premier israelí Benjamin Netanyahu.

No quedan dudas sobre el alineamiento casi automático con Washington, a partir de fundamentos que rompen con la tradición construida durante décadas por los cuadros del Palacio Itamaraty, donde no predomina la izquierda.

En uno de los pocos tuits publicados ayer Bolsonaro agradeció a Donald Trump los elogios sobre su discurso en el Congreso y anunció que “juntos, bajo la protección de Dios, traeremos más prosperidad a nuestros pueblos”.

El presidente recibe hoy a Mike Pompeo con quien hablará sobre la política conjunta frente a Venezuela, Cuba y Nicaragua, según fue anticipado oficialmente. No se descarta que durante el encuentro se formalice un convite para una visita a Washington durante el primer semestre del año.

También estuvieron en la toma de posesión el presidente chileno Sebastián Piñera y el neofascista Viktor Orbán, jefe de gobierno en Hungría país donde la proyección de poder brasileña es cero, pero hay una creciente afinidad ideológica.

No estuvo Mauricio Macri, una ausencia que alimentó dudas sobre la relación que mantendrán los dos principales socios del Mercosur. También faltó el mexicano Andrés Manuel López Obrador, el presidente de la segunda potencia regional y faro del progresismo antineolberal, pero estuvo el mandatario boliviano Evo Morales, un viejo amigo de Luiz Inácio Lula da Silva.

Desde Curitiba, donde está preso, Lula prometió que “2019 será un año de mucha resistencia para impedir que nuestro pueblo sea más castigado de lo que ya fue”.

Cientos de militantes se reunieron a metros de la Superintendencia de la Policía Federal curitibana para desearle feliz año y cantar el himno de los partisanos Bella Ciao.

En Brasilia Lula fue hostilizado por los “bolsominions” concentrados en la Plaza de los Tres Poderes ubicada frente al Palacio del Planalto, que reunió bastante menos gente que las 500 personas mil previstas por los organizadores. En su mayoría blancos, muchos vestidos con la camista de Brasil, los adictos al bolsonarismo llegaron al delirio, incluso al llanto, cuando el “mito” apareció en el balcón presidencial.

Uno de los cánticos escuchados en la plaza fue “la bandera brasileña nunca será roja”, en alusión a la frase que dijo ayer Bolsonaro. Entre los personajes venerados en la concentración amarilla estuvo el fallecido coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, el torturador más emblemático de la dictadura.

Hubo amenazas contra los periodistas, y una reportera de la TV Globo fue impedida de hacer un despacho. Pero la verdadera intimidación provino de las autoridades que obstruyeron el trabajo periodístico con el pretexto de aplicar medidas de seguridad nunca vistas.

La presidenta de la Federación Nacional de Periodistas, Maria José Braga teme que se avecinen días “difíciles” para la prensa (ver recuadro). La Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo criticó el trato “antidemocrático” dado a los comunicadores “confinados” en salas de donde se les prohibió salir. Cuatro periodistas extranjeros optaron por irse de la Cancillería porque fueron obligados a permanecer en una habitación virtualmente encerrados.

En la concepción de los ideólogos del nuevo orden a ser implantado por el gobierno cívico-militar la prensa, tanto la independiente como la dominante, es uno de los objetivos a ser alcanzados en la “guerra” cultural en curso. “Los periodistas son los más grandes enemigos del pueblo sea en Estados Unidos o Brasil”, dijo hace una semana Olavo Carvalho, que es  considerado la eminencia parda que está por detrás de los nombramientos del canciller Ernesto Araújo y el titular de Educación Ricardo Vélez Rodriguez.

Mentor de aseveraciones como que Obama fue financiado por Bin Laden o que el Foro de San Pablo es una logia que gobierna la región, Carvalho también ejerce influencia en el clan Bolsonaro del que son parte sus tres hijos y la nueva primera dama Michelle.

Ayer la bonita evangélica de 38 años, 24 menos que su marido, hizo su lanzamiento político durante la ceremonia en el Palacio del Planalto cuando alterando el protocolo se dirigió al público y millones de televidentes con un discurso en lenguaje de señas para sordomudos.

“Agradezco a Dios poder ayudar a los que más lo necesitan, como primera dama voy a poder ayudar a todos los brasileños”, dijo Michelle con un vestido que prometió donar el cual fue realizado por una de las diseñadoras más solicitadas de Rio que dijo haberse inspirado en los vestidos de Grece Kelly y Jaqueline Kennedy.

El lado menos angelical de Michelle saltó hace un mes cuando se descubrió que un ex policía, sospechado de vínculos con las “milicias” parapoliciales, depositó dinero en su cuenta.

El “clan” de los Bolsonaro surge como uno de los polos de poder del nuevo régimen: los otros son Fuerzas Armadas y los superministros Sergio Moro, de Justicia y Paulo Guedes de Economía. La convivencia entre estas facciones no ha sido armoniosa desde la creación del gobierno de transición y nada indica que lo será de aquí en más.

El diputado Eduardo Bolsonaro, el más votado del país, es el miembro más notorio del grupo de poder familia. Además de ser un devoto del gurú Carvalho se mueve como un operador todoterreno de su padre, especialmente en la agenda internacional. A poco de la victoria presidencial de octubre Eduardo inició una gira por Estados Unidos, Colombia y Chile, y fue el anfitrión de un encuentro de agrupaciones de ultraderecha en Foz de Iguazú.

El otro miembro destacado de la familia presidencial es el concejal Carlos Bolsonaro, a quien se atribuye un talento especial para lanzar ataques y formular campañas sucias a través de las redes sociales, en las que su padre se maneja como pez en el agua.

Carlos ocupó ayer el asiento trasero del Rolls Royce en el que su padre y su madrastra desfilaron por la avenida principal de Brasilia.

Ese lugar de privilegio de Carlos Bolsonaro en el vehículo descapotado se prestó a varias interpretaciones, una de las cuales sostiene que pese a no ocupar ningún cargo en el nuevo gobierno será uno de los consejeros del jefe de Estado posiblemente en la política de medios donde el objetivo es formar un nuevo imperio junto a la cadena evangélica Record, para eclipsar al grupo Globo que es el dominante.

Se trata de un proyecto central para la fundación de un nuevo orden ultraconservador que acabe con lo “políticamente correcto”, como dijo ayer el presidente en su discurso desde el Planalto con la bandera brasileña entre las manos.

Página 12


Bolsonaro tem encontro fora da agenda com Netanyahu no Itamaraty

Fora de sua agenda oficial de posse, o presidente Jair Bolsonaro (PSL) manteve encontro com o primeiro-ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, no início da noite desta terça-feira, 1º, no gabinete do ministro das Relações Exteriores, Ernesto Araújo. O recém-empossado chefe de Estado reuniu-se também com líderes de outros países e com o secretário de Estado americano, Mike Pompeo, antes de assumir a função de anfitrião do coquetel aos convidados especiais para sua posse.

Bolsonaro ingressou no Itamaraty pela porta principal às 19h10. Mas, em vez de seguir para o coquetel servido na Sala Brasília, no 3º andar do Palácio dos Arcos, dirigiu-se ao segundo andar, para a sala do chanceler e, depois, rumou para a Sala Rio de Janeiro, onde se dava uma festa mais privativa para convidados especiais. Os que estavam na sala maior não chegaram a ver Bolsonaro com a faixa presidencial.

Netanyahu foi um dos primeiros convidados ilustres para a posse a chegar no Itamaraty. Enquanto esperava a chegada de Bolsonaro, manteve uma reunião bilateral com o presidente do Chile, Sebastián Piñera, também de direita, como o israelense. Piñera já se preparava para retirar-se quando o novo presidente brasileiro chegou. Voltou atrás, ficou mais alguns minutos no Ministério e depois foi embora.

O teor da conversa entre Bolsonaro, Araújo e Netanyahu não foi divulgado. Mas o primeiro-ministro israelense passou cinco dias no Brasil e foi convencido a não cancelar sua presença nas cerimônias desta terça-feira em Brasília, como havia sido anunciado por seu gabinete na semana passada.

A mudança da embaixada do Brasil em Israel de Tel Aviv para Jerusalém tornou-se uma bandeira da aproximação bilateral apregoada por Bolsonaro – mesmo com a resistência dos generais de seu governo. Araújo, entretanto, receberá nesta quarta-feira a ministra de Segurança Alimentar dos Emirados Árabes Unidos, Marian Mehairi, a representante de seu país na posse. Assim como o Egito e a Liga Árabe, os Emirados deverão expressar sua insatisfação com a possível transferência da embaixada brasileira.

Nesta quarta-feira, Bolsonaro vai se reunir com Mike Pompeo no Palácio do Planalto, com quem antes o chanceler Ernesto Araújo terá um encontro bilateral no Itamaraty. O Departamento de Estado divulgou que, na agenda de Pompeu, estão a restrição do avanço do investimento da China no Brasil, o tratamento do governo de Bolsonaro à crise da Venezuela e possíveis alinhamentos de Washington e Brasília em relação a organismos internacionais.

Em uma primeira prova de fogo na área externa, Bolsonaro também receberá o representante do presidente da China, Xi Jinping, em sua posse. trata-se do vice-presidente do Comitê Permanente da Assembleia Popular Nacional chinesa, Ji Bingxuan. O brasileiro fez críticas duras aos investimentos da China e chegou a declarar que esse país não “comprará” o Brasil.

Também receberá o presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, e com o polêmico primeiro-ministro da Hungria, Viktor Orbán, de extrema-direita. Opositor contumaz às políticas europeias de imigração e refúgio, Orbán foi um dos primeiros a cumprimentar Bolsonaro por sua eleição, em outubro, e pretende estabelecer com o líder brasileiro uma relação especial.

O chanceler Araújo acompanhará esses encontros. No Itamaraty, antes de seu discurso de posse, receberá os ministros das Relações Exteriores de Angola, Manuel Domingos Augusto, e da Polônia, Jacek Caputowicz.

Bem servido

Na Sala Brasília, a maior para recepções do Itamaraty, dava-se um coquetel “sóbrio, mas bem servido”, como comentou um dos convidados. A imprensa credenciada foi proibida de circular e mantida nos limites de um cercadinho posicionado na entrada do Palácio dos Arcos. Garçons serviam volumes consideráveis de champanhe, vinhos, uísque e canapés. Em uma mesa de buffet, porções de pasta, escondidinho e escalope estavam dispostas em cuias pequenas. Mas os convidados podiam se servir de quantas quisessem.

Mas, curiosamente, na Sala Rio de Janeiro, uma recepção privada era comandada pelo general de Exército Hamilton Mourão, vice-presidente da República, e por Carlos Bolsonaro, filho do presidente. Bolsonaro se juntou a eles depois de sua conversa com Benjamin Netanyahu. De vez em quando, mandava um assessor pinçar um convidado da Sala Brasília e, minutos depois, o despachava de volta.

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