Carlos Rabascall, periodista ecuatoriano: “Cambiar dos vicepresidentes refleja la crisis del Ecuador”

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Entrevista a Carlos Rabascall, periodista ecuatoriano

Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL

Apenas habían pasado tres días del comienzo del 2018 cuando el presidente Lenín Moreno hizo el anuncio: Jorge Glas, su vicepresidente, estaba cesado de sus funciones según lo dispuesto por la Constitución del Ecuador. Su gobierno aún no cumplía el año, pero en esos pocos meses las confrontaciones con el expresidente Rafael Correa se hacían cada vez más visibles. Las acusaciones por corrupción contra Glas, también iban en aumento y los medios de comunicación se hacían eco de las investigaciones de la Fiscalía General. Pronto, la Asamblea Nacional eligió a la sucesora: para el 7 de enero de este año María Alejandra Vicuña ya había sido electa y posesionada. Tampoco llegó a cumplir el año. ¿Qué pasa en Ecuador? NODAL entrevistó al periodista Carlos Rabascall para comprender un poco más la realidad que atraviesa el país tras la asunción de un gobierno que suponía la continuidad política y económica del proyecto liderado por Rafael Correa.

¿Cómo se explica que en tan poco tiempo se hayan dejado de lado dos vicepresidentes?

Comprender que en un año y siete meses de gobierno de Lenín Moreno se haya cambiado dos veces de vicepresidente es complejo, pero es consecuencia de la crisis que el Ecuador está viviendo.

El país está viviendo momentos de incertidumbre por la falta de rumbo cierto en lo económico y por la distancia que Moreno tomó de la génesis del proyecto político de izquierda progresista que lo llevó al poder en las elecciones presidenciales del 2017 con el liderazgo de Rafael Correa.

Desde que asumió el poder, Moreno envió señales no solo de un cambio de estilo, sino también de cambios en el modelo económico que había trazado el gobierno del expresidente Correa. Estos cambios sustanciales en lo político como en lo económico provocaron la ruptura de las relaciones entre ambos y trajo como consecuencia la fragmentación del mayor bloque legislativo, Alianza País, entre morenistas y correistas. Esto puso en condiciones de debilidad la gestión de Moreno, por lo que buscó gobernar con mayorías legislativas móviles, construyendo alianzas fuertes con la derecha ecuatoriana, representada por Jaime Nebot del Partido Social Cristiano, sectores empresariales y medios de comunicación privados.

En paralelo a los acontecimientos anotados, Jorge Glas, quien había acompañado a Correa como vicepresidente desde el 2013 y que a solicitud de Moreno continuaba en la vicepresidencia al ganar las elecciones de abril de 2017, fue haciendo pública su discrepancia con Moreno por el abandono del proyecto político de los diez años de gobierno de Alianza País. Y desde la campaña electoral venía sufriendo denuncias públicas de parte de la derecha ecuatoriana y de los principales medios de comunicación por supuestos hechos de corrupción, que según estos tenían que ver con delitos tipificados como peculado y enriquecimiento ilícito, favoreciendo supuestamente  a su tío en negocios relacionados con Odebrecht.

Lo que desencadenó la ruptura finalfue una misiva pública que Glas dirigió a Moreno en la que indicaba la falta de lealtad a los principios ideológicos y al proyecto político y su preocupación del viraje del gobierno hacia la derecha. Esto provocó que Moreno le haya quitado las funciones de vicepresidente y casi de inmediato la Fiscalía inició un proceso de indagación contra Glas por los supuestos hechos de corrupción que los nuevos aliados de Moreno habían denunciado desde la campaña electoral. El juicio se llevó a cabo, lo sentenciaron por asociación de enriquecimiento ilícito y se lo privó de la libertad. Glas desde un principio defendió su inocencia, indicó que no abandonaría el país y que se quedaba a dar la cara defendiendo la honra de él y de su familia.

El proceso judicial contra Glas se desarrolló en medio de una campaña mediática sin precedentesque permitió construir una percepción que indica que todo lo proveniente de la izquierda progresista y del gobierno de Correa es corrupto. Esto le permitió a Moreno organizar y convocar una consulta popular, según él para darle un marco legal y constitucional que le permitiera luchar contra la corrupción y recuperar la institucionalidad del Estado. Si bien Glas fue sentenciado por enriquecimiento ilícito, dentro del proceso jamás se pudo comprobar la existencia de recursos económicos monetarios o de bienes con los que se haya beneficiado.

Lo que realmente pasóes que la consulta popular incluía preguntas que estaban orientadas a determinar la muerte política de Correa, ya que dos de ellas establecían la imposibilidad de mantener los derechos políticos de aquellos ciudadanos que tuvieran sentencia por actos de corrupción. El gobierno ganó la consulta popular con un 60 por ciento de votos, pero el “no” contra las preguntas de la consulta lideradas por el presidente Correa obtuvo entre el 35 por ciento y el 40. Si bien el gobierno ganó la consulta, este quedó preocupado por el evidente capital político de Correa.

Correa fue acusado por el gobierno de Moreno y por los medios de muchas cosas, que iban desde temas administrativos hasta peculado, nada de esto pudieron probar y se le inició un juicio por supuesto secuestro de un activista político sin relevancia en la vida política del Ecuador. En este proceso se le dictó prisión preventiva y se solicitó la alerta roja ante la Interpol para su ubicación, captura y extradición al país. La Interpol, finalmente, rechazó la solicitud.

No se puede analizar la situación del exvicepresidente Glas haciendo abstracción de la situación del expresidente Correa, pues Glas se ha constituido en el emblema de la supuesta corrupción del gobierno de Correa que la derecha, el actual gobierno y los medios pretenden demostrar.

Si bien se dieron y están vigentes procesos legales, la transparencia de estos, como la independencia y autonomía de la Poder Judicial está en duda, por lo que es legítimo preguntarsesi esta agenda del gobierno y de la Justicia responde a una estrategia de persecución política en contra de Correa y Glas para evitar una eventual participación electoral a futuro, o responde a una estrategia de la geopolítica regional para liquidar a la izquierda progresista.

¿Y cómo es la situación en el caso de Vicuña?

El caso de la exvicepresidenta María Alejandra Vicuña es diametralmente distinto al caso de Glas. Este caso responde a un tema legal producto de una acusación de un excolaborador que denunció haberle entregado “diezmos” -contribuciones económicas- mientras ella ejercía como legisladora para mantenerlo en el cargo, y a un tema de conflictividad al interior del gobierno, donde su presencia incomodaba al sector más cercano del presidente y a sus principales aliados políticos, como es el Partido Social Cristiano y ciertos sectores de la derecha ecuatoriana.Vicuña ha aceptado haber recibido dichas transferencias argumentando que estos valores respondían a contribuciones a su organización política y que esto respondía a una práctica normal en todas las organizaciones políticas. El problema es que no es una organización formalizada y reconocida por el organismo electoral del Ecuador.  En consecuencia, la exvicepresidenta durante el proceso deberá sustentar la razón por la cual recibió estos dineros y la utilización de estos fondos.

Si bien este hecho es de carácter legal, no es menos cierto que la presencia de la exvicepresidenta incomodaba al interior del gobierno, sobre todo al sector más cercano al presidente Moreno y a sus aliados políticos, especialmente al Partido Social Cristiano y a ciertos sectores de la derecha, hoy afines a la política económica del actual régimen. Esta incomodidad surge por la especulación en cuanto a la salud del presidente y la eventual sucesión de la Vicuña en caso que Moreno tenga abandonar el poder por temas de salud. No es la primera vez que se especula sobre la salud del presidente y, esta contingencia, en caso de presentarse, venía poniendo muy nerviosos a sus aliados de derecha, en especial al abogado Jaime Nebot, actual alcalde de Guayaquil y director del Partido Social Cristiano, quien a la fecha sería el mejor posicionado para ser el candidato de la derecha ecuatoriana que suceda en un proceso electoral a Lenín Moreno. Por tal razón, se hubiese aprovechado el momento político más cuando el gobierno estaba sufriendo una importante afectación en su credibilidad por denuncias contra el secretario general de la presidencia, Eduardo Jurado, por haber supuestamente beneficiado a empresas donde sería uno de los principales accionistas de débitos bancarios no autorizados en cuentas de ciudadanos por concepto de servicios de asistenciales. En otras palabras, la estrategia del gobierno fue la de matar varios pájaros de un solo tiro.  Por un lado desvió la atención de la ciudadanía, con la renuncia de Jurado, pero además y, este fue el golpe fuerte, con el escándalo de la exvicepresidenta, que si bien era parte del gobierno de Moreno, los medios privados la asociaron más al gobierno anterior, siguiendo con la estrategia de posicionamiento que todo lo proveniente del gobierno de Correa es corrupto.

¿Es esa la situación que genera la crisis en el país? ¿Esto afecta a la institucionalidad?

La institucionalidad del Ecuador siempre ha sido frágil y siempre ha estado en un ambiente de crisis. Mientras los ecuatorianos no comprendamos que los diferentes poderes del Estado deben existir para que funcionen de forma independiente y que la esencia de su existencia se debe para garantizar el desarrollo de un orden democrático, no alcanzaremos a tener instituciones fuertes que contribuyan a la construcción y fortalecimientos de los principales pilares de una nación democrática. Tenemos que cambiar y trabajar en los principios y valores democráticos para empoderar a la ciudadanía.

¿Cuál es su opinión sobre los tres candidatos ternados para la vicepresidencia? ¿Considera que alguno de ellos puede sacar al país de la crisis?

La terna ha sorprendido al país. El primero es Otto Sonnenholzner, de 35 años, un joven empresario profesional guayaquileño economista, con un perfil académicocon estudios en Alemania. Ha sido presidente de la Asociación Ecuatoriana de Radiodifusión.  Es una personaequilibrada y centrada, sin experiencia política. Daría laimpresión de que tiene el apoyo de los diferentes bloques en la Asamblea Nacional. Ha representado a losmedios de comunicación y el gobierno parecería buscar gobernabilidad a través deestas alianzas, por eso, seguramente el primer candidato tendrá que responder a estos objetivos. La segunda candidata es Nancy Vasco de Maldonado y ha estado relacionada con tema de organizaciones sociales en trabajos de discapacidad, por lo tanto, es muy cercana a esta visión y política del presidente Moreno. Debería concluir que es una persona de confianza del presidente Moreno. El tercer candidato, Agustín Albán Maldonado, es una sorpresa porque no ha vivido en el Ecuador, ahora está en México y el propio Moreno ha dicho que no lo conoce, entoncesno hay una respuesta clara. La designación lo único que va a permitir es sustituir al anterior, fortalecer la relación con los medios, pero eso no significa que la situación del país vaya amejorar. De acuerdo con los procedimientos legislativos se tendría 15 días para su elección, pero parecería que su designación se daría antes de la Navidad.


 

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