Tercerización: Clientelismo y precarización en el Estado

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Por Percy Oyola Palomá *

El deterioro en la calidad del empleo público es algo que comenzó hace ya unas décadas en nuestro país. A finales de la década del 90 y principios del 2000 se produjo el fenómeno llamado “ajuste fiscal a las entidades territoriales”, que sólo trajo miles de despidos y la reducción del tamaño de las plantas de personal de las entidades territoriales, o sea, de los departamentos y municipios de Colombia.

En ese marco, desde el Estado nacional se firmaron convenios “de desempeño” con las entidades territoriales de reducir el tamaño de sus plantas. Y lo primero que hicieron fue eliminar todos los empleos de obreros que trabajaban en la construcción y el mantenimiento de las obras públicas y que trabajaban para empresas de carácter industrial y comercial del Estado. Se eliminaron todas las secretarías de obras públicas departamentales y nacionales. Y en nombre del supuesto saneamiento se redujeron áreas estratégicas de nuestro Estado.

Luego de reducir las plantas de personal al mínimo, llegó el proceso que nosotros llamamos de “tercerización”, un nuevo clientelismo que se aplica con contratos de prestación de servicios dentro de la administración pública, cuyo arrendamiento es la mano de obra y que no se paga con gastos de funcionamiento sino con gastos de inversión.

Así nacieron las llamadas plantas paralelas, que en algunos territorios duplican y hasta triplican al personal de planta, pero se trata de trabajadores y trabajadoras que ejercen las mismas funciones que sus compañeros de planta en todo el sector público.

Esta nueva modalidad puso en jaque la ley de la carrera administrativa, que permitía que a través del mérito uno pudiera ingresar a la administración pública, podía tener ascensos, podía mantenerse en el empleo.

Hoy en día, esta nueva forma de clientelismo hace que los alcaldes y gobernadores manejen los empleos como botín de la contienda electoral y entregan a sus partidarios un trabajo bajo este tipo de contratos.

Esas personas deben pagarse la seguridad social con sus ingresos como si fueran trabajadores independientes. Y no reciben, como los demás empleados, las primas de junio y diciembre y otros elementos de lo que se llama la carga prestacional que el Estado debe pagar a sus trabajadores.

Ésta ha sido, sin dudas, una estrategia de precarización del empleo en la mayoría de los casos, salvo algunas excepciones de los amigos del gobernador o el alcalde, que tienen sueldos enormes.

Los colombianos sabemos que esta práctica que se ha extendido por todo el continente. Y venimos oponiéndonos a todos estos planes, que sólo implican más ajuste y el despido de trabajadores. Por eso hemos iniciado acciones legales ante la Corte Constitucional, que ha fallado a nuestro favor diciendo que deben ampliarse los empleos de carácter permanente en las entidades nacionales. En su fallo, aplicó el principio de la primacía de la realidad sobre las formalidades en las relaciones de trabajo. Esto quiere decir que aunque la persona se llame contratista o el nombre que le quieran poner, en la práctica concreta se convierte en un trabajador de planta que cumple horarios y las mismas funciones que los demás.

Además, seguiremos exigiendo, en todos los ámbitos de la negociación colectiva, la necesidad de ampliar la planta de personal en todas las entidades del Estado, ya sea nacional o en los territorios. Cada año, las centrales sindicales de Colombia, la CGT, la CUT y la CTC, presentan su plan unificado de acciones y exigen la creación de nuevos empleos y que se amplíen las plantas de personal con los mismos derechos para todos y todas.

Gracias a la lucha de una de nuestras organizaciones, la que nuclea a los trabajadores del Sistema Penitenciario colombiano, se ha logrado el reconocimiento y ampliar el año próximo la planta de personal, tanto administrativo como guardianes, en 2900 cargos. Éste es sólo un ejemplo de lo que podemos lograr cuando nos proponemos luchar unidos en defensa de nuestro trabajo y nuestros derechos.

* Presidente de la Unión Nacional de Trabajadores del Estado y los Servicios Públicos de Colombia (UTRADEC) y Vicepresidente 3° de CLATE


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