Reforma previsional: Macri da marcha atrás con sacarla por decreto tras una jornada de tensión y represión

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Reforma previsional en Argentina: Macri da marcha atrás con sacarla por decreto tras una jornada de tensión y represión

El presidente Mauricio Macri tenía listo el DNU que para patear el tablero y transformar en ley la reforma previsional que el oficialismo no pudo ver aprobada en el Congreso este jueves, luego de una jornada teñida de la sangre de obreros, periodistas y legisladores opositores, reprimidos con balas de goma y gases por Gendarmería.

La frustrada sesión de la Cámara de Diputados enfureció al mandatario, que avaló sin embargo la feroz represión que la Gendarmería comandada por Patricia Bullrich ejecutó contra los manifestantes.

Caída la tarde, Macri tenía listo el decreto que implantaba la reforma previsional de prepo, con el agregado -previamente discutido con su Gabinete económico y social- de una «compensación» que pondría en cierto equilibrio el recorte que significaba a los aumentos futuros en las jubilaciones.

Mientras tanto, la Casa Rosada puso a rodar la versión del decreto a través de los periodistas del Grupo Clarín, que cantaron la exclusiva y la difundieron a través de los múltiples medios del monopolio.

El rechazo fue unánime, incluso entre algunos de los más jugados defensores del proceso cambiemista. Sin embargo, la que más fuerte cruzó la medida fue Elisa Carrió, quien apeló a su perfil de presunto republicanismo todoterreno para señalar que un DNU sería una violación a la Constitución.

Las alarmas se prendieron en Balcarce 50 y, según fuentes de Casa Rosada, a lo poco recomendable de exponerse a una revuelta social en un mes históricamente sensible a la convulsión política, se suma ahora la posibilidad de enfrentar problemas judiciales y motorizados desde el propio riñón.

Por esta acumulación de problemas posibles, el Presidente decidió volver a jugar la carta legislativa el próximo lunes. En el Poder Ejecutivo confían en que lograrán sacar la ley con los votos, principalmente. de las provincias.

Por esto mismo, hoy se reunirá con los mandatarios provinciales, que son su carta fuerte para vencer la resistencia del kirchnerismo, la izquierda y, según todo parece indicar, también los legisladores que responden a Sergio Massa.

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Mientras los diputados discutían en el Parlamento, las fuerzas de seguridad reprimieron brutalmente en los alrededores

Barrieron la plaza del Congreso con balas de goma y gases, durante seis horas. Le tiraron gas pimienta en los ojos a una diputada; dispararon a quemarropa con postas antidisturbios contra los fotógrafos que hacían su trabajo. El Gobierno respondió con un desorbitado operativo de represión la manifestación convocada en rechazo a la reforma previsional. La protesta, lanzada por las dos CTA y la Corriente Federal, con la adhesión de la CGT, había propuesto concentrarse en el lugar a las dos de la tarde para expresar el repudio al ajuste mientras los diputados trataban, en sesión especial, su aprobación. Sin embargo, la policía y la Gendarmería comenzaron a disparar sobre los manifestantes antes de que llegaran a confluir frente al Congreso. La marcha logró una respuesta masiva, y durante horas la gente volvió a la plaza a pesar de ser corrida, una y otra vez, hasta que, en medio de la represión, la sesión de Diputados cayó. Parecía que el día estaba terminado, pero los gases y los palos siguieron hasta la noche. Al cierre de esta edición había una treintena de detenidos. Entre ellos, un indigente que duerme hace años en la plaza.

¿Por qué se desató la represión? Para cualquiera que haya estado en el lugar fue evidente que había una orden de no dejar que los manifestantes se reunieran frente al Congreso. Los alrededores del edificio ya amanecieron vallados; el día anterior, la Gendarmería había dispersado con hidrantes y gases a los movimientos sociales que intentaron hacer una vigilia y ayer, las fuerzas de seguridad empezaron a tirar gases lacrimógenos apenas los primeros grupos se reunieron contra las vallas. Inmediatamente después salieron a “despejar” toda la plaza con más gases y balazos de goma. Escudos, hidrantes, policías montados en motos haciendo disparos: nada del despliegue represivo disponible se ahorró.

A esa hora –la una y media de la tarde– en la zona del Congreso había de todo un poco: más que nada trabajadores que se acercaban de a poco, con banderas de sus gremios, partidos de izquierda, organizaciones universitarias. Había también bastantes jubilados sueltos, ya que todavía era temprano y muchos se habían acercado por las suyas para expresarse contra el recorte. Había personas sentadas en los bares de la zona, que –todavía– no habían cerrado sus puertas.

Lo que no había era manifestantes violentos. Contra el cordón de la Gendarmería de la avenida Callao al 100, por ejemplo, la máxima expresión de violencia era una señora mayor que, vestida con un batón que le tapaba las rodillas, increpaba a la efectivos a través de las vallas, mientras cinco o seis jóvenes, cada tanto, se desprendían de un grupo mayor de manifestantes para agitarlas: nada que no sea parte de lo que se ve en cualquier protesta.

Una cuadra más adelante, en Montevideo y Rivadavia, toda la violencia que había era grupos de personas que, con pancartas y bombos, entraban a la plaza. Todos fueron gaseados antes de dar menos de veinte pasos.

El gas obligó a la mayoría a volver sobre sus pasos. Ojos llorosos, personas que pasaban ahogadas. Gente con vómitos. En las corridas, más de un jubilado perdió su cartel escrito a mano. Pronto hubo contenedores de basura ardiendo en medio de la calle: el humo ayuda a dispersar el gas. A las barricadas también fueron a parar sillas de los bares, pallets, todo lo estuviera a mano y pudiera arder. Cada tanto, los policías en moto aparecían disparando más gases, asomándose a las calles laterales.

La diputada Mayra Mendoza se acercó a una de las vallas junto a otros compañeros de bancada para reclamar contra el operativo. Uno de los efectivos le tiró gas pimienta en la cara. La legisladora tenía su credencial de diputada en la mano, visible.

También fue agredido el diputado por Tierra del Fuego Matías Rodríguez, al que la Gendarmería le dio un golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente, tirado en el piso.

En la manifestación se vieron sectores sociales muy diversos; pero lo realmente notable fue que había personas de todas las edades.

Una escena: tras una corrida, un grupo con banderas del Sindicato Único de Publicidad se reagrupa en una esquina. Escuchan a un compañero de mayor edad, ya en sus sesenta. Clase exprés de cómo actuar en la emergencia:

–Si la cana avanza, hay que replegarse. Y cuando la cana se retira, hay que volver –explica el referente–. Tenemos que mantener vivo el conflicto, pero no confrontar. Este es el principio básico: cuando la cana retrocede, nosotros volvemos. No nos acercamos, pero no nos vamos. Nos quedamos y sostenemos y todo el mundo se cuida. Eso es lo básico. A esto ya lo hacía el hombre de las cavernas: cuando venía el rinoceronte se escondía, y cuando el rinoceronte se iba volvía a salir y lo corría de atrás.

Había una voluntad muy clara de quedarse en la plaza o por lo menos cerca. Mientras la represión seguía, en oleadas, columnas con varias cuadras de manifestantes se mantuvieron sobre la Avenida de Mayo y la 9 de Julio. Bancarios, Suteba (docentes), la UOM (metalúrgicos), Canillitas, Descamisados, La Cámpora, la CTD Aníbal Verón, el movimiento Milagro Sala, entre muchos otros. Sobre la avenida Rivadavia, más tarde se ubicaron los partidos del FIT y otras fuerzas de izquierda.

Escena dos: en la avenida Rivadavia, con el aire cargado de gases. Muchos manifestantes lograron volver a entrar, de fondo sigue sonando el ruido continuo de disparos. Gente con los ojos rojos, tapándose la boca con la remera, escupiendo por el ardor de garganta, buscando una franja de sombra para resguardarse del sol, moviéndose para alejarse y moviéndose de nuevo para volver a acercarse a las vallas. Salido de no se sabe dónde, y con toda la tranquilidad del mundo, un hombre de overol con una llave inglesa en la mano se acuclilla en la vereda. Abre la tapa de una toma de agua, mete la llave, convierte la toma de agua en un improvisado surtidor. Lo repite en cada toma, a lo largo de la avenida, para que los demás puedan refrescarse. No quiere contestar preguntas ni explicar nada. “El truco no se cuenta. Eso queda para la memoria de la resistencia popular”.

Finalmente, la sesión de la Cámara de Diputados cae. La noticia corre muy rápido en la plaza. Hay festejos que ni que fuese el Mundial. Aplausos, saltos, cantitos. Uno anotado al azar: “vos siempre fuiste un inútil, lo dice hasta tu papá / te veo en un helicóptero a Panamá”.

Otro, de cajón: “Qué boludos / qué boludos/ la reforma se la meten en el culo”. Las columnas que habían esperado más alejadas de la represión, sobre la avenida de Mayo, lograron entrar a la plaza.

Frases sueltas escuchadas de las conversaciones en la marcha: “No les importa nada”. “Dan ganas de matarlos”. “No pueden ser tan guanacos!” “El neoliberalismo no se sostiene sin palos”. “Tengo 63 años y nunca vi una cosa así”. “Hasta la victoria siempre”.

Se suponía que no había más que hacer, pero no. En ese clima de festejo, la Gendarmería y la Policía Federal reanudaron la represión, hasta entrada la noche. Para el cierre, las detenciones. Anoche, los abogados de las organizaciones de derechos humanos confeccionaban un listado de los arrestados. La Correpi contabilizaba 37 personas. Al cierre de esta edición, aún se desconocía el paradero de 17.

Página 12


Revés para Macri: en medio de un escándalo, se levantó la sesión en Diputados y trabó reforma previsional

La coalición oficialista Cambiemos debió levantar este jueves la sesión especial para debatir la reforma previsional en la Cámara de Diputados debido al nivel de violencia que se suscitó dentro del recinto de sesiones, cuando los opositores interrumpieron a los gritos la deliberación con el argumento que no se había llegado al quórum.

En ese contexto, algunos legisladores del interbloque Argentina Federal, que habían dado quórum y que responden a gobernadores peronistas, decidieron retirarse del recinto. Así, Cambiemos se quedó sin el piso necesario de 129 bancas para abrir la deliberación.

En medio de los gritos de los opositores parados al lado de sus bancas, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, dijo que «lo peor que se puede hacer es sesionar en medio de este ambiente de violencia, y la violencia se opone a la Constitución». Y propuso levantar la sesión.

Previo a que el presidente del cuerpo, Emilio Monzó, anunciara que se había logrado reunir los 129 legisladores para sesionar, el titular del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, ya había pedido que «se levante la sesión porque se vence el plazo de media hora establecido en el reglamento». La sesión había sido convocada para las 14.

El pedido de Rossi fue rechazado en ese momento por Carrió, quien se dirigió a Rossi y le recordó «que con el kirchnerismo muchas veces esperamos más de una hora y media hasta que se reunió el quórum».

Carrió fue entonces interrumpida a los gritos por la diputada de Libres del Sur Victoria Donda, que ayer apareció en muletas debido a que este miércoles sufrió golpes en los incidentes que hubo con fuerzas de seguridad en las inmediaciones del Congreso.

Pero cuando parecía que la sesión iba a comenzar, los camporistas Horacio Pietragalla, Andrés Larroque y Máximo Kirchner se fueron encima de Monzó y comenzaron a increparlo, al tiempo que el recinto se transformaba en un griterío y en un escándalo, como no se vio en los últimos años en la Cámara.

En uno de los momentos más tensos, asistentes de la Presidencia de la Cámara baja tuvieron que contener físicamente a Monzó, que se levantó de su asiento y lanzó un manotazo al aire y en dirección al ahora kirchnerista Leopoldo Moreau, que lo había tratado reiteradamente de «pelotudo» y de «hijo de puta», desde pocos centímetros de distancia.

Posteriormente, la presidenta del bloque del Frente Renovador, Graciela Camaño, planteó que no se podía sesionar «con un Congreso «militarizado y con la represión que hay en calle», y le pidió a Monzó que «no le dé vuelta al reglamento, que aquí no hubo quórum».

Tras la propuesta de Carrió, Monzó levantó la sesión a las 15.09, lo que motivo un desbordante festejo con abrazos incluidos entre kirchneristas, massistas, progresistas e izquierdistas.

Al término de la reunión, desde Cambiemos aclararon que, más allá del levantamiento de la sesión, reunieron el quórum de 129 diputados (aunque sólo por siete segundos), con la presencia de legisladores propios, de los diputados del bloque de Martín Lousteau y de representantes de gobernadores opositores.

En ese sentido, desde Cambiemos negaron que para conseguir quórum el oficialismo haya apelado a legisladores que aún no han jurado: «No es cierto que haya habido dos diputados que no han jurado todavía. Nunca se sentaron en la banca, estaban esperando que se los citara», explicaron voceros del interbloque.

La decisión de levantar la sesión obedeció en gran parte a lo que sucedía en los alrededores del Congreso, donde se registraban quema de contenedores de basura, piedrazos y corridas.

Grupos de manifestantes, en su mayoría portando banderas del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), del Partido Socialista de los Trabajadores (PTS) y del Polo Obrero, intentaron derribar vallados para impedir el tratamiento de la reforma previsional en la Cámara de Diputados.

El operativo de seguridad montado desde las primeras horas de la mañana en la zona del Congreso nacional, que incluyó el cierre del tránsito por completo en las avenidas Entre Ríos y Callao, y sobre las calles Rivadavia, Combate de los Pozos e Hipólito Yrigoyen, enardeció a los militantes, que reclamaban poder llegar a las puertas del Parlamento.

Cerca de las 14, hubo incluso forcejeos con diputados del Frente para la Victoria que denunciaban que los alrededores del Congreso se habían «militarizado».

Desde Cambiemos, el propio jefe de la bancada del PRO, Nicolás Massot, salió a las puerta de la Cámara baja para tratar de apaciguar los ánimos y pedir que el debate se diera en el recinto y no en las puertas del Congreso.

Ya suspendida la sesión, agentes de la Policía Federal y de la Gendarmería desalojaron, pasadas las 16.25, al grueso de los manifestantes que estaban apostados en la Plaza de los Dos Congresos e intentaban derribar los vallados.

Esa acción conjunta incluyó el avance de una brigada de motociclistas y el disparo de balas de goma y gases lacrimógenos.

Sobre los incidentes, el jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, aseguró que en la Cámara baja había una voluntad mayoritaria de sesionar para respaldar el tratamiento de la reforma y acusó a diputados opositores de actuar como «piqueteros» en el recinto para impedir su debate.

«Hubo diputados de la oposición que hoy se convirtieron en verdaderos piqueteros e impidieron que se sesionara. Había una voluntad mayoritaria de tratar el proyecto porque lo querían acompañar. Al punto de que hubo quórum en dos oportunidades en el recinto», señaló Peña en una rueda de prensa en Casa de Gobierno.

También volvió a respaldar la iniciativa del oficialismo y anticipó que no habrá cambios en el proyecto porque «sería muy triste para la democracia que la extorsión de los violentos modifique un diálogo y un debate».

Ámbito


El jefe de Gabinete Marcos Peña acusó a la oposición de «minoría violenta»

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, acusó a la oposición de apelar a la “violencia” para frustrar la sesión especial para debatir el proyecto de reforma previsional que impulsa el gobierno y aseguró que el Ejecutivo insistirá con el tratamiento de la iniciativa. “Los piqueteros del recinto impidieron el debate”, subrayó Peña durante una conferencia de prensa en la Casa Rosada. El contacto con la prensa se desarrolló mientras continuaba el operativo represivo en las inmediaciones del Congreso de la Nación.

El funcionario subrayó que la administración de Mauricio Macri está convencida de que el proyecto es “bueno”, destacó el aval de la mayoría de los gobernadores, y advirtió que, en el diagnóstico del gobierno, “no se tiene que modificar el debate por una minoría violenta”. En ese sentido, afirmó que el quórum para habilitar la fallida sesión en la Cámara de Diputados “se alcanzó dos veces”, una línea argumental que una hora antes había formulado un grupo de diputados de Cambiemos en el Parlamento.

Tras afirmar que “la paz social está garantizada”, el jefe de Gabinete insistió en acusar a los partidos de la oposición de generar incidentes y justificó el operativo de seguridad y represivo montado desde las primeras horas de este miércoles en el Congreso Nacional. “Vamos a trabajar para ver cuándo es el mejor momento para buscar un consenso para dar previsibilidad y sustentabilidad al sistema jubilatorio. Se dijeron muchas mentiras sobre esta ley. Nosotros no creemos que vaya a bajar los salarios de los jubilados”, puntualizó.

En esa línea, recordó que la mayoría de los gobernadores aprobaron la iniciativa que ya consiguió media sanción de la Cámara de Senadores y obtuvo dictamen de comisión en Diputados. “Ahí empezamos a ver una acción deliberada de violencia, de bloqueo de una institución. Vimos las agresiones a los funcionarios y vimos también la búsqueda clara, primero desde la calle, y después desde en el propio recinto de cruzar una raya, convirtiéndose en piqueteros del recinto. No quisieron debatir”, argumentó.

Y agregó: “Representan una minoría y por eso optaron por la violencia. Tienen que tener la dignidad de sentarse y debatir y la dignidad de perder cuando no representan una mayoría”.

Peña insistió en culpar a los legisladores opositores de incitar a la violencia y se preguntó “dónde hubiera concluido todo si no estaban las vallas”, en una clara defensa del inédito operativo de seguridad montado en las inmediaciones del Congreso. “Lo que se vio en la calle es una intención de algunos diputados de ir a hacer tierra liberada en la zona del Congreso. Se dieron ejemplos vergonzosos, ¿qué quedaba para los encapuchados?”, señaló.

Tiempo Argentino


Gremios y movimientos sociales a la expectativa de lo que haga Macri

Centrales de trabajadores, sindicatos y organizaciones sociales se mantienen en estado de alerta y movilización tras la masiva manifestación de ayer, que derivó en una brutal represión y en la caída de la sesión para tratar la ley de precarización jubilatoria. “Si hay decreto, hay paro”, anunciaron las dos CTA anoche, tras la conferencia de prensa de la CGT. El secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, informó que al encuentro de la multisectorial federal, que incluye a la CTA Autónoma de Pablo Micheli y a la Corriente Sindical Federal del bancario Sergio Palazzo, intentarán sumar también a la CGT. “Es el principio del fin de las políticas neoliberales en este país”, se esperanzó el secretario de Suteba, Roberto Baradel. Desde la CTA Perón, una escisión del sector que conduce Micheli, su secretario Ricardo Peidró informó la decisión unánime de su congreso bonaerense de parar hoy, en una jornada que comenzará a las ocho de la mañana con un corte del Puente Pueyrredón. La Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), por su parte, informó que “los Movimientos Populares estamos en estado de alerta y movilización a fin de determinar el plan de lucha a seguir”.

“Ganamos el tiempo que hace falta y sobre todo demostramos que no todo se resuelve con prepotencia y con la frialdad de los que quieren aplicar el mandato del Fondo Monetario como si fuese la Biblia”, afirmó el diputado Yasky tras la caída de la sesión en el Congreso. “Vamos a reunir a la multisectorial federal, que somos las dos CTA y la Corriente Sindical Federal, y vamos a intentar también que la CGT sea parte de esta convocatoria para discutir juntos cómo continuar en la perspectiva de lo que está pasando”, anunció el secretario de la CTA.

“Continuamos en estado de alerta y movilización ante cualquier intento de avance respecto a esta reforma previsional nefasta, que significará un recorte de derechos y de medidas que afectarán al pueblo argentino”, anunció Suteba, que ayer se movilizó en el marco de un paro nacional convocado por CTA y Ctera. “Macri es el principal responsable de la represión a los trabajadores y el pueblo. La unidad, la lucha y la movilización popular hicieron caer la sesión. Hoy es el principio del fin de las políticas neoliberales en este país”, escribió Baradel en Twitter. “Vamos a seguir, vamos a continuar mas allá que repriman, vamos a estar movilizándonos defendiendo nuestros derechos”, afirmó más temprano.

“Sepamos que por ahí mañana (por hoy), por ahí el martes o el miércoles, vamos a tener que volver al Congreso, vamos a tener que volver a hacer lo que hicimos hoy, y seguramente, porque no especulamos, porque queremos nuestro sindicato, porque vivimos en una argentina distinta, porque estamos convencidos del proyecto nacional y popular, hay que volver a ganar las calles como hoy”, arengó Daniel Catalano, secretario de ATE Capital.

El secretariado de la Asociación Bancaria (AB) que lidera Palazzo ratificó el estado de alerta y movilización ante la posibilidad de que el debate se reanude algún día de la próxima. El gremio exigió “el retiro de ese proyecto y de las iniciativas de reformas laboral y tributaria”. La Bancaria, el principal sindicato de la Corriente Federal de Trabajadores, también ratificó el estado de movilización en el Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro), en cuyas sucursales los trabajadores cumplieron ayer un paro general hasta la medianoche.

“A pesar de la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad, se logró una derrota legislativa del Gobierno y sus legisladores aliados con unidad en la lucha de los movimientos sociales, las centrales sindicales y los legisladores opositores que se negaron a votar un nuevo saqueo a los jubilados”, celebró la CTEP. También informó que el fiscal federal Gabriel De Vedia dictaminó a favor del amparo presentado por sus abogados pidiendo la suspensión de la sesión por considerar inconstitucional el cambio de la fórmula para actualizar los haberes previsionales. “Los movimientos populares estamos en estado de alerta y movilización a fin de determinar el plan de lucha a seguir ante el avance del Ejecutivo Nacional y el Congreso sobre los derechos del Pueblo Trabajador”, anunció.

Página 12

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