México: Una firma por Marichuy, una firma por la igualdad y la democracia – Por Cuauhtémoc Cárdenas

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Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy”, en su calidad de Portavoz del Concejo Indígena de Gobierno (CGI), ha estado hoy por primera vez en un importante encuentro público y político-electoral en nuestra capital, en la Ciudad Universitaria, promoviendo la recolección de firmas para registrarse ante la autoridad federal electoral como candidata no partidaria a Presidenta de la República.

Varios partidos políticos tienen ya candidato presidencial. Un buen número de ciudadanos han anunciado formalmente su intención de cubrir los requisitos para registrarse como candidatos no partidarios a la Presidencia de la República y realizan actividades para obtener las firmas de apoyo necesarias para ello; una ciudadana que hace ya trabajos en este sentido es María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy”. Constituye un hecho importante en la vida política nacional.

Se trata de una primera presencia conjunta de pueblos originarios y de una propuesta política electoral, inédita, en cierto modo inesperada, que surge de comunidades de muy diversas partes del país. Es una propuesta que unifica a grupos que en sus actividades públicas se habían presentado, por lo general, de manera individual o en agrupamientos regionales, que nunca, juntos, habían incursionado en una aventura electoral. Ahora lo hacen en una amplia convergencia.

El 1º de julio del año próximo, los ciudadanos ponderaremos a cuáles candidatos –a presidente, senadores, diputados, etc.- daremos nuestro voto, lo que no tenemos que decidir en este momento, pero considero que quienes nos ostentamos como demócratas y progresistas tenemos ahora una tarea urgente que cumplir: dar nuestra firma para apoyar el registro de “Marichuy” como candidata a Presidenta de la República, lo que de ninguna manera compromete nuestro voto.

¿Por qué este llamado? Porque no se trata simplemente de que una candidata más logre su registro para aparecer en las boletas electorales de julio del 2018. No se está llamado a darle el voto. Nada tiene que ver con eso. Cada quien decidirá a quien otorga su confianza el 1º de julio del 2018, reitero. Pero apoyar la recolección de firmas me parece una obligación prioritaria para quienes queremos un México de iguales.

El anuncio de la pretensión de obtener el registro y la campaña de recolección de firmas están dando ya sus primeros resultados: dan visibilidad a una problemática que no todos tienen presente: la de los pueblos originarios, las injusticias que por siglos se han cometido contra ellos; los conflictos no resueltos entre comunidades o los que enfrentan con propietarios limítrofes; las carencias de servicios educativos, de salud, comunicaciones, etc., en las regiones que habitan; los despojos de sus territorios y la explotación irracional de sus recursos naturales que sufren por parte de mineras transnacionales, coludidas con autoridades corruptas; la discriminación, exclusiones y marginaciones de que aun son objeto estos pueblos por parte de distintos grupos de la sociedad. Esa visibilidad está generando un llamado para que se levanten voces y se atiendan y resuelvan efectivamente los problemas de los pueblos originarios, que los coloquen en condiciones de igualdad con los grupos de población que llevan vida digna y gozan de oportunidades de progreso y bienestar.

La labor de recolección de firmas que realizan quienes trabajan con “Marichuy” y respaldan la iniciativa del Concejo Indígena de Gobierno, se está haciendo en condiciones de desigualdad, de desventaja, por la carencia de todo tipo de recursos –con dignidad y para mantener plena independencia, el CGI no acepta la escasa dádiva oficial- y la escasez empieza por mostrarse en el bajo número de teléfonos “inteligentes” de los que pueden disponer para la obtención de las firmas.

La recolección de firmas debe ser oportunidad para que la colectividad nacional visibilice estos problemas y perciba con mayor claridad que una sociedad democrática no puede desarrollarse y fortalecerse si se mantienen las condiciones de desatención y exclusión para grupos tan importantes y numerosos de la población, como son los pueblos originarios.

Estas son las razones por las que invito a apoyar la recolección de firmas a favor del registro de “Marichuy”. Mientras más firmas se obtengan, con mayor fuerza se estará logrando que la igualdad, valor fundamental de la democracia, empiece a ser una realidad para todos en México.

Animal Político

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