Los observadores electorales españoles en Venezuela certifican la limpieza del proceso

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Antes de que se celebrasen, tanto EEUU como la Unión Europea habían anunciado que desoirían los resultados de las elecciones regionales venezolanas (a gobernadores de los 23 Estados del país), celebradas este domingo y en las que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, chavista) obtuvo la victoria en 18 contiendas, frente a las cinco gobernadurías que consiguió la oposición de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

Tras los comicios, el Departamento de Estado norteamericano emitió un comunicado afirmando que esas elecciones no fueron «libres ni justas» y que en el proceso electoral se produjeron supuestas irregularidades que las invalidan. Al mismo tiempo, la UE debatía incluso la posibilidad de imponer sanciones contra Venezuela, a propuesta de España.

En vista de esos pronunciamientos de los dos actores internacionales más poderosos de la comunidad internacional, en contra de las conclusiones alcanzadas por los dos equipos de observadores internacionales presentes en los comicios –el Consejo de Expertos Electorales en Latinoamérica (CEELA) y otro equipo de medio centenar de «acompañantes» procedentes de diferentes países europeos y americanos–, los españoles que participaron en esta última misión han emitido una declaración dirigida al Gobierno y a la ciudadanía de España:

La oposición ha participado y avalado todo el proceso

Ante la postura tomada por la Unión Europea y EEUU, desconociendo de antemano los resultados de las elecciones regionales celebradas este domingo en Venezuela, y las preocupantes informaciones sobre la propuesta del Gobierno de España a la Unión Europea para que imponga sanciones contra ese país, los observadores españoles que hemos participado en una de las dos misiones internacionales de verificación del proceso electoral queremos constatar los siguientes hechos comprobados in situ por nosotros mismos:

1) El proceso electoral de estas regionales ha cumplido todos los requisitos y garantías de limpieza y transparencia exigibles a unos comicios: libertad de campaña y propaganda de los partidos y candidatos –incluidos los de la oposición, que ha participado plenamente en todos los procedimientos–; derecho de voto universal, libre, secreto y directo; control de todas esas garantías mediante 15 auditorías de todas las fases del proceso y escrutinio –avaladas por los representantes, testigos e interventores de la oposición, que han suscrito las actas–, y plenas facilidades a los electores para ejercer el voto, incluida la asistencia a los votantes que lo requiriesen.

2) La oposición ha contado con medios y libertad más que suficientes para desarrollar su campaña, incluyendo el control de grandes medios de comunicación en prensa y televisión, pese a sus afirmaciones de que Venezuela es “una dictadura”, hasta el punto de que el titular de un importante diario venezolano en la jornada de reflexión del sábado (parte del periodo de veda de campaña de 72 horas previas a la votación) proclamaba a toda portada: “Votar contra la dictadura”.

3) Los partidos opositores contaron con testigos (interventores) en todas las mesas electorales y pudieron verificar paso a paso la limpieza de cada una de las fases del voto, en un sistema con cinco etapas de ejecución que hacen prácticamente imposible su manipulación: control de la identidad comprobada biométricamente mediante verificación informática del documento y de la huella dactilar; selección electrónica del elegido en una pantalla táctil con la imagen de cada candidato y partido; impresión del justificante del candidato elegido e inserción de ese voto en urna cerrada y opaca; segunda verificación del votante mediante firma e impresión de la huella dactilar en el listado del censo; y auditoría ciudadana final (efectuada en la misma noche electoral en el 54% de las mesas pero que se va a ampliar en breve al 100% de estas) verificando la coincidencia de todos esos controles.

4) En el examen aleatorio de unas 120 mesas electorales repartidas en diferentes zonas del país, incluido el crucial Estado de Miranda en torno a la capital, estos observadores han sido testigos de la plena libertad de los votantes, sin presiones ni proselitismo previo a la hora de votar, así como de la eficaz asistencia prestada por los funcionarios del Consejo Nacional Electoral (CNE) para que comprendiesen plenamente el funcionamiento de las máquinas empleadas y de las distintas fases del voto. Respetando al mismo tiempo el secreto absoluto de su elección, que era imposible de apreciar tras la pantalla/biombo instalada a tal efecto. Las personas (familiares o voluntarios) que asistían a ancianos o discapacitados sólo podían hacerlo para una sola persona.

5) El proceso está totalmente informatizado y la seguridad de las transmisiones encriptadas hacia la sede central del CNE es total, además de quedar confirmado en todos los casos por la posterior verificación manual –ante testigos de todos los partidos y en un procedimiento presencial al que pueden asistir todos los votantes que lo deseen– de la coincidencia entre los datos aportados al sistema informático, los controles biométricos y las papeletas impresas depositadas en la urna.

6) Por supuesto que se produjeron pequeños incidentes, como la apertura tardía de algunas mesas por el retraso en llegar de los integrantes, averías iniciales de algunas máquinas –que los operadores resolvieron en plazos breves– y otros habituales en cualquier consulta electoral. En su conjunto no fueron más importantes que los que suelen ocurrir durante una jornada electoral en los países democráticos más avanzados del mundo y que no afectaron de ninguna manera a los resultados finales de estas elecciones.

7) Por todo ello, estos observadores consideran que el sistema electoral venezolano es uno de los mejores –si no el mejor– del mundo, incomparablemente más seguro, e invulnerable a toda interferencia, que el que está en práctica actualmente en España y otros países europeos. Por tanto, no entendemos que las autoridades de los países de la UE, además de EEUU, asuman de antemano, sin pruebas ni verificación alguna, las acusaciones de fraude vertidas por la oposición venezolana.

8) En consecuencia, estos acompañantes españoles del proceso electoral quieren manifestar su total confianza en la validez de los resultados ofrecidos por el CNE. También expresan su preocupación ante la irresponsabilidad que supone desautorizarlos, actitud que puede incitar a la violencia a la que están llamando los partidos opositores cuando convocan movilizaciones callejeras, en vez de presentar las reclamaciones judiciales previstas en la legislación electoral.

Los observadores españoles que firman esta declaración y han formado parte del equipo de «acompañantes electorales» de la comunidad internacional son: Javier Couso, europarlamentario de Izquierda Unida; Sara Vilà, senadora por En Comú Podem; Eva Solla, vicepresidenta segunda del Parlamento de Galicia por En Marea, y Carlos Enrique Bayo, periodista de Público.

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