Argentina: organismos de DDHH piden la renuncia de la ministra de Seguridad por la represión y la desaparición de Santiago Maldonado

817

Organismos de DDHH: “Sólo se dedica a encubrir”

Luego de la multitudinaria movilización del viernes pasado, la brutal cacería que las fuerzas de seguridad desplegaron dos horas después en el microcentro que culminó con una treintena de detenidos con motivos inventados y de los resultados negativos del cotejo de ADN que descartó que Santiago Maldonado haya sido herido por un puestero días antes de la fecha de su desaparición, los organismos de derechos humanos pidieron la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Nos hacemos eco del pedido de la familia y del clamor popular para de que la ministra dé un paso al costado ya que demostró que solo se dedica a encubrir a la Gendarmería a través de la mentira”, postuló Adriana Taboada, de la Comisión Memoria, Verdad y Justicia, uno de los 12 organismos que exigió la salida de Bullrich. Otro fue la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, cuyo dirigente José Schullman completó: “El Gobierno construye escenas y viene fracasando. Bullrich no es ni nunca fue ministra de Seguridad porque nunca tuvo la capacidad de serlo, pero sí es una muy buena coordinadora de operaciones de mentiras y encubrimiento”.

La Liga y la comisión que integra Taboada, junto a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza, la Fundación Buena Memoria, Hijos Capital, la Línea Fundadora de Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas, entre otras entidades, habían emitido el sábado a última hora un comunicado en el que adelantaban el pedido contra la ministra de Seguridad e insistían en la necesidad de que se apartara también a su jefe de Gabinete, Pablo Noceti, quien estuvo a cargo del operativo represivo contra la comunidad mapuche de Cushamen durante el que desapareció Maldonado. Además, vuelven a exigir una reunión con el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Los organismos justificaron su pedido en la movilización del viernes, cuando a un mes de la desaparición forzada del joven tatuador “el pueblo se expresó con claridad meridiana”. “Todo el país fueron caja de resonancia de la pregunta que millones de argentinos y ciudadanos del mundo le hacemos al gobierno argentino: ¿Dónde está Santiago?”, sostuvieron, además de denunciar “el operativo represivo” desplegado por la Policía de la Ciudad y la Federal que “ha puesto a decenas de jóvenes en condición de detenidos incomunicados y sometidos al agravio de un Poder que se revela más y más autoritario y provocador”.

En diálogo con este diario, Schullman remarcó que “mientras el Gobierno sigue sosteniendo la mentira, vemos todos como el reclamo por la aparición con vida de Santiago crece y cada vez se hace más evidente que el Estado lo desapareció”. En ese marco, apuntó que Bullrich “debe renunciar porque no es ministra de Seguridad, no tiene ni nunca tuvo capacidad para serlo”. “Lo que sí es, y hasta que al Gobierno le convenga la sostendrá, es una coordinadora de operaciones y mentiras. Fue la primera defensora a ultranza de la Gendarmería sin ninguna prueba que desligara a la fuerza del hecho. Sostuvo la versión del puestero que ahora se cayó. ¿Y entonces?”, remarcó.

Al respecto, Taboada añadió que el resultado negativo del cotejo de ADN que descarta que Maldonado haya sido herido durante un supuesto ataque del grupo RAM a un puesto de seguridad “demuestra que Bullrich no sólo encubre a Gendarmería, sino que miente permanentemente. Cada línea de investigación que tienen alternativa a la responsabilidad de Gendarmería se va cayendo y aquí hay una sola verdad: que Noceti estuvo al frente de un operativo represivo, que el ministerio de Seguridad tuvo injerencia”.

Página 12


Macri y su respuesta sobre la feroz represión en Plaza de Mayo: «Lamento»

Es la primera vez que el presidente Mauricio Macri hizo referencia a la desaparición de Santiago Maldonado. Fue en un ejercicio de declaraciones al paso al ser consultado sobre el mes que se cumplió desde que se tuvieran noticias por última vez del artesano que desapareción en medio de un operativo represivo de Gendarmería en Chubut.

Según dijo, la Casa Rosada está «trabajando y colaborando con la justicia todo lo posible».

El mandatario también dijo poco y nada sobre la feroz represión de la Policía el viernes último, cuando efectivos de civil infiltrados en la manifestación que reunió a más de 200 mil personas terminaron como actores secundarios de golpizas que dejaron 20 heridos y una avanzada violenta en plena calle con 31 detenidos que pasaron casi tres noches encarcelados.

«Lamento, lamento mucho», fue lo que atisbó a decir Macri, para luego plantear un tímido intento de moderación que resultó un tanto contradictoria: «Estamos en un momento en el cual lo que no queremos es violencia, pero hay que seguir trabajando juntos», señaló, poniendo un «pero» luego de decir que lo que no quiere el Gobierno es «violencia».

Infonews


Las maniobras del juez y la fiscal para diluir el rol de la Gendarmería y de Noceti

Los enviados de Tiempo Argentino llegaron a Esquel en coincidencia con la difusión del polémico informe elevado por la fiscal federal subrogante Silvina Ávila al Ministerio de Justicia para ser remitido a la ONU, donde asegura que aún no hay pruebas para sostener la hipótesis de la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Al respecto –y pese al secreto de sumario que pesa sobre la causa–, este diario constató en aquella ciudad una serie de omisiones y maniobras del juez federal Guido Otranto y de la propia fiscal para diluir la responsabilidad en el asunto de los uniformados y del funcionario ministerial Pablo Noceti.

En El Bolsón, mientras tanto, el jefe del Escuadrón 35 de Gendarmería, Fabián Méndez, atravesaba un estado anímico de imprevisibles consecuencias y que inquieta de sobremanera tanto a los altos mandos de la fuerza como a las más altas autoridades políticas.

Por su parte, tres referentes mapuches revelaron aspectos cruciales del operativo en el que fue capturado Santiago Maldonado. Datos que complican a Noceti, además de poner al descubierto el activo rol en los hechos del personal de Benetton.

La reconstrucción

Sobre la ruta 40, a la altura de la tranquera amarilla de la lof de Cushamen, el silencio sólo era atravesado por el filoso silbido del viento. En ese sitio ocurrió el 1º de agosto el ataque de la Gendarmería a la comunidad mapuche. Ahora, en un trapo colgado del alambre se podía leer: «Prohibido olvidar a Santiago». A 150 metros, en medio de una vegetación irregular con arbustos ralos, había una casilla de troncos y chapas; se trataba del puesto de guardia. Desde allí emergieron dos siluetas con caras encapuchadas. Poco después, junto a una fogata que mitigaba el frío andino, comenzó el diálogo con «M», tal como será llamado en esta crónica el vocero del lugar. Su pasamontañas dejaba apenas al descubierto una mirada vivaz. Y con palabras lentas y seguras, desgranó: «Cuando se hizo presente la gente de Gendarmería, nosotros inmediatamente tratamos de resistir allí en la ruta. Cuando ya despejamos el camino y nos obligaron a meternos dentro del territorio pensamos que la represión iba a ceder porque su objetivo ya estaba cumplido». Entonces hizo un largo silencio como si por su cerebro desfilaran las imágenes que estaba a punto de soltar.

Luego, prosiguió: «Las balas de los milicos siguieron sonando sin parar. Nosotros seguíamos resistiendo dentro del territorio. Porque era muy claro que ellos querían ingresar. Hasta que atraviesan un Unimog en la tranquera. Y allí alrededor de seis tiradores son los que se acuestan y empiezan a disparar hacia adentro. Nos disparan mientras uno arremetía con un escudo y lograba romper el candado con una patada. Ahí entran todos corriendo. Y gritan: ‘¡Agarren! ¡Agarren! ¡Tirale! ¡Tirale!’. Nosotros nos replegamos hacia al río.»

Santiago –aseguró– era uno de ellos. Después lo perdieron de vista. Y finalmente, ya desde la otra orilla, se escuchó un vozarrón: «¡Tenemos a uno! ¡Quieto! ¡Estás detenido!».

El encuentro con Soraya Maicoño y Andrea Millañanco –ambas de la comunidad mapuche de Cushamen– tuvo lugar en Esquel luego de que ellas visitaran al lonko Facundo Jonas Huala en la cárcel local.

La primera es la mujer a quien la Gendarmería detuvo entre las 11 de la mañana y el atardecer del 1° de agosto a bordo de un vehículo con otra lamien (hermana) en la ruta 40, a la altura de la tranquera del campo de Benetton. Así se convirtió en observadora privilegiada de la retaguardia del operativo.

Y durante la entrevista efectuó el siguiente relato: «A las 13:30 frenó una camioneta blanca que venía de la Lof con Noceti a bordo. Entonces se bajó, le dio la mano a los milicos. Y a mí me dijo: ‘Soy jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad. Si quiero, te puedo tener acá por seis horas.’ Después se fue en dirección a Esquel. A las 17:30 apareció otra vez.» Fue en ese instante cuando fue fotografiado allí al lado de un gendarme.

Soraya también describió la constante circulación entre aquel lugar y la Lof de camionetas con personal de la estancia que, al parecer, hacían tareas de apoyo al operativo.

Al respecto, la otra mujer se refirió a la participación del administrador Ronald Mc Donald, en incursiones anteriores de Gendarmería a la Lof. «Aquel tipo –dijo– fue quien en el ataque del 10 de enero comandó el robo de ocho caballos y una vaca de los pobladores.»

Ellas volcarán el lunes esta suma de circunstancias ante el juez Otranto.

Vericuetos judiciales

Lo cierto es que el juzgado federal de Esquel se ha transformado en otro frente de tormenta. El motivo: la benevolencia de su titular hacia Noceti. Una fuente próxima a su despacho confió a Tiempo que Otranto –amparado en el secreto sumarial– se negó a cruzar las llamadas del funcionario con los oficiales de todas las unidades de Gendarmería en la región y también con sus centrales de inteligencia. La excusa fue: «Tal trámite no se vincula con la investigación.»

También desestimó un pedido de allanamiento a la base logística de esa fuerza en el casco de la estancia de Leleque –luego de que este diario revelara su existencia– con el argumento de que la información periodística «resultaba insuficiente» para acreditar eso. Sin embargo –según aquella misma fuente– él conoce ese lugar, puesto que aguardó precisamente allí la finalización de los rastrillajes en los días posteriores a la desaparición de Santiago.

A su vez la subrogante Ávila tendría como tal las horas contadas por haber desautorizado la línea jerárquica del ministerio público al negarse a pedir la intervención telefónica de los gendarmes.

Mientras tanto, una sensación de alarma atraviesa las oficinas oficiales: el comandante Méndez estaría dispuesto a hablar. El 12 de agosto, después de confiarle a un funcionario de Río Negro que el operativo contra los mapuches «estuvo a cargo de Chubut», un oportuno piedrazo en una ventana de su hogar hizo que la superioridad lo alejara de su familia, aislándolo a él en la sede del Escuadrón bajo la custodia de diez uniformados. Y no por seguridad sino por su silencio. Dicen que ese hombre ahora está muy nervioso. Y que su mutismo es en realidad una bomba de tiempo. «

Tiempo Argentino


Denuncian que la policía filmó desnuda a una detenida tras la marcha por Santiago

Una joven que fue detenida este viernes en las inmediaciones de la Plaza de Mayo y liberada en las últimas horas denunció condiciones «infrahumanas» de cautiverio.

La joven, identificada como Ada Luz, afirmó que «una de las chicas en la Comuna 12 fue obligada a entrar a su celda, desnudarse y desde la puerta un policía la filmó desnuda».

«Fue una situación que sobrepasa todos los límites, otras chicas fueron obligadas a desnudarse completamente», explicó la joven en declaraciones a Radio 10.

Explicó que los detenidos estuvieron «hacinados, en lugares incómodos y molestos» y calificó de «infrahumanas» esas condiciones.

«Era inhumano lo que estaban haciendo, el lugar era muy frío, todo era muy violento», dijo Ada Luz, quien relató que durante un extenso período de tiempo no se permitió el contacto con abogados por parte de los detenidos.

Precisó que fue detenida en momentos en que estaba «alejada completamente de lo que era la barricada policial».

«Había muchísimos policías de civil que se iban poniendo chalecos bordó y aparecieron de repente en el medio de la gente», explicó, al tiempo que relató: «Me tiraron al piso, me patearon, entre tres me levantaron, me pusieron los precintos y me detuvieron».

Señaló que los detenidos eran «gente muy joven que no integra ningún partido» y que estaban «muy asustados» en el período en que estuvieron privados de su libertad entre el viernes y el domingo pasados.

«No nos traían lo que nuestros familiares nos dejaban», agregó, al tiempo que indicó: «Las provisiones: alimentos y elementos de higiene no fueron entregadas a nosotros».

También relató que las autoridades le quitaron pertenencias, entre ellas las llaves de su domicilio.

Minuto Uno

Más notas sobre el tema