Se abre un frente de conflicto entre Uruguay y Argentina por la construcción de una nueva pastera

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Gobierno a argentinos: «que se dediquen a sus pasteras»

Mientras que el gobierno de Argentina planteó (cuidadosamente) que Uruguay debería informarle sobre el proyecto de construcción de una nueva planta de pasta de celulosa, tres ministros uruguayos salieron raudos a responderles a los ambientalistas de Gualeguaychú que ya se están poniendo en pie de guerra contra la fábrica que por ahora existe solamente en los planes de UPM. Lo ocurrido evidencia que el gobierno está alerta y que está bien fresco el recuerdo del largo conflicto que generó la instalación de la primera planta en las cercanías de Fray Bentos, construida por Botnia y hoy propiedad de UPM.

El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, disparó que si los asambleístas argentinos tienen problema con las fábricas de celulosa, mejor que «miren sus pasteras y no que se dediquen a hablar de las que están en Uruguay».

«Como solamente están hablando, estamos oyendo. Después veremos. Pero que se dediquen a hablar de sus pasteras que tienen muchas más que nosotros», dijo el ministro.

Su colega de Industria, Carolina Cosse, tampoco anduvo con sutilezas. «El reclamo de los asambleístas de Gualeguaychú es como buscarle la quinta, la sexta pata al gato. Es un reclamo artificial. No dejo de sorprenderme. La verdad que (el reclamo) no tiene nada que ver. Es una planta en Uruguay, que es un país serio con vasta experiencia en temas medioambientales», señaló.

Y la ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Eneida de León, aseguró que «si fuera necesario por las características de la planta habrá que agregar otros controles».

Por su parte, el embajador uruguayo en Argentina, Héctor Lescano, consideró que los ambientalistas «se adelantan» porque todavía no se sabe el lugar exacto en que se instalaría la planta. «Hay que hacer de este tema causa nacional», pidió.

La nueva planta de UPM, la tercera de su tipo en Uruguay, estará sobre el río Negro en el centro del país en la zona de influencia de Paso de los Toros.

Planteo argentino

Ayer el embajador argentino, Guillermo Montenegro, planteó que por razones «de buena vecindad» Uruguay debería notificar a su país del proyecto. Explicó que si él fuera a construir una pared en su casa «por ahí le pregunto al vecino».

El representante del gobierno de Mauricio Macri señaló que, de todas formas, las relaciones bilaterales pasan un buen momento y que «entendemos la necesidad» que Uruguay tiene de puestos de trabajo.

Por su parte, la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, aseguró a Telenoche que su país deberá «trabajar profundamente» con Uruguay e inclusive con toda la comunidad de Gualeguaychú para poder llegar a un entendimiento. Pero envió un mensaje tranquilizador al señalar que «no es porque se instale la pastera (que) se va a ver afectada la población de Gualeguaychú».

El gobierno de Macri pretende conversar y llegar a un entendimiento para que Uruguay no se vea afectado y Argentina pueda «cuidar a su población», agregó Michetti

En Gualeguaychú ya comenzó la ofensiva. La municipalidad de esa localidad de Entre Ríos, controlada por el kirchnerismo opositor, emitió un comunicado en el que señala que «la instalación de esta nueva fábrica se hará en las orillas del río Negro, desembocando este en el río Uruguay, lo que afectaría, como lo hace la planta de UPM, de manera directa el ambiente y la salud de nuestros vecinos». Y pidió al gobierno argentino «que instrumente las acciones necesarias a través de la Cancillería, para repudiar esta decisión del gobierno uruguayo, y se lleven adelante las medidas necesarias para evitar la instalación de esta nueva planta».

El intendente de Gualeguaychú es el kirchnerista Esteban Piaggio que triunfó por escaso margen en las elecciones del año pasado. Los gobiernos argentinos de Cristina Fernández y, antes, el de su fallecido marido Néstor Kirchner, hostigaron varios años a Uruguay por la instalación de Botnia (hoy UPM) en Fray Bentos.

Martín Alazard, uno de los referentes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, dijo a El País que «por experiencia sabemos que Uruguay va a hacer lo que le diga Finlandia» y sostuvo que la fábrica actual de UPM «está en el peor lugar». Según Alazard, la actividad de la fábrica genera problemas respiratorios, en las mucosas y en la piel de quienes viven cerca de ella. «Hay mucha gente afectada», aseguró. Si se construyera una nueva fábrica, «sería exactamente igual pero en mayor magnitud porque podría procesar 2 millones de toneladas anuales» de pasta de celulosa.

La fábrica de Fray Bentos puede producir 1,3 millones de toneladas al año. «Si Uruguay tiene deseos de contaminar, tiene costa marítima y ríos que desaguan en el mar», agregó.

Según Alazard, si Uruguay autorizarse la nueva instalación incumpliría el fallo de la Corte Internacional de La Haya que le pidió que se abstuviera de nuevas decisiones que puedan agravar el diferendo que en su momento tuvo con Argentina.

El presidente de la delegación uruguaya en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), Gastón Silberman, no tiene claro si correspondería consultar a Argentina. De todas formas, comentó que en el caso de las empresas que cumplen la normativa no hay problemas con sus efluentes al río Uruguay. Y si bien la CARU ha tenido «dudas» sobre empresas a ambos lados del río Uruguay que han sido multadas, eso no ha ocurrido en el caso de UPM.

Cada seis meses se reúne una comisión de seguimiento de la situación del río.

Los países no pueden «vetar»

El presidente de la delegación uruguaya en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), Gastón Silberman, recordó que ninguna normativa vigente establece que Argentina o Uruguay tengan poder de veto sobre un proyecto industrial que reciba el país vecino. El diputado frenteamplista José Carlos Mahía escribió en Twitter que «parece que hay alguna alarma de lío desde Gualeguaychú con la anunciada tercera planta. Ojalá el gobierno argentino lo frene y no otra cosa». El ambientalista de Gualeguaychú, Martín Alazard, lamentó que hasta el momento el gobierno argentino «no dejó la inacción». Uruguay y Argentina acordaron dejar en suspenso la instalación de un laboratorio conjunto para monitorear a UPM Fray Bentos y utilizar las «capacidades existentes» para realizar esa tarea.

El País


Uruguay: la instalación de una nueva papelera generó fricciones con el Gobierno argentino

La decisión de Uruguay de avanzar en la instalación de otra planta papelera generó nuevos roces bilaterales, luego de que el Gobierno de Mauricio Macri señalara que, por una «cuestión de buena vecindad», debería existir un mecanismo de consulta previa a la Argentina.

Tras el anuncio del presidente Tabaré Vázquez sobre el avance de las gestiones con la empresa finlandesa UPM para la instalación de una nueva fábrica de pasta de celulosa sobre la cuenca del Río Negro, en el centro del país, el embajador argentino en Uruguay, Guillermo Montenegro, deslizó que Uruguay debería consultar a la Argentina y no actuar en forma unilateral en la aprobación del emprendimiento.

«Las consultas tienen que ver más con una cuestión de buena vecindad que por otras cuestiones. No debe haber ningún problema en que haya una consulta y que se lleve adelante entendimiento que sería para bueno para Uruguay. No veo una problemática en eso», manifestó Montenegro en declaraciones a Radio Montecarlo de Uruguay.

Pese al pedido de consulta a las autoridades uruguayas, Montenegro aclaró que «en ningún momento la Argentina va a tener una posición que tenga que ver con tratar de generar una problemática extra» al país vecino, «sino todo lo contrario».

«Esto Uruguay lo tiene absolutamente claro, con lo cual tener la posibilidad de tener un diálogo permanente, hasta en cosas que se hacen en un país pero que pueden afectar al otro, habla de la buena relación que tenemos que tener como vecinos», subrayó el embajador mientras participaba en Montevideo del acto que conmemoró los 186 años de la Jura de la Constitución de 1830, que se llevó a cabo en el Palacio Legislativo uruguayo.

En tanto, el Municipio de Gualeguaychú, fronterizo con Uruguay, sumó este lunes su rechazo ante la posibilidad de que se asiente en ese país una nueva planta de pasta de celulosa como la que desde 2007 opera en Fray Bentos, frente a la localidad argentina, y que generó un largo conflicto bilateral y el corte ininterrumpido del puente internacional General San Martín durante tres años y siete meses.

La nueva planta de la firma forestal finlandesa UPM se emplazaría en el centro del país uruguayo, en las cercanías de la cuenca del Río Negro, y según informó Vázquez representaría una inversión por 5.000 millones de dólares, algo que «no tiene antecedentes en la historia económica del país».

«Ante el anuncio realizado por el Presidente del hermano país de Uruguay sobre la construcción de una nueva planta productora de pasta de celulosa, con mayor capacidad de producción que UPM (exBotnia), el gobierno municipal de Gualeguaychú manifiesta su rechazo ante esta posibilidad», manifestó el comunicado de la Intendencia de Esteban Piaggio (FPV).

Según advirtió, la nueva planta afectaría «de manera directa el ambiente y la salud» de los vecinos de Gualeguaychú ya que el Río Negro desemboca en el Río Uruguay, por lo que exhortó al Gobierno de Mauricio Macri a que instrumente «las acciones necesarias» a través de la Cancillería para «repudiar esta decisión del Gobierno uruguayo» y «evitar la instalación».

Por su parte, la ministra de Industria, Energía y Minería de Uruguay, Carolina Cosse, salió al cruce de las críticas y enfatizó que el proyecto para la construcción de una tercera papelera en Uruguay «no tiene nada que ver con la Argentina».

«Esto no tiene nada que ver con la Argentina. Esta es una planta en Uruguay. No dejo de sorprenderme. La verdad es que no tiene nada que ver con esto», indicó, al tiempo que garantizó que Uruguay va a implementar «todos los controles y protocolos» para proteger el medio ambiente.

El cortocircuito se produce luego de los gobiernos de Argentina y Uruguay buscaran dar vuelta la página al duro conflicto bilateral, que tuvo su peor momento durante la primera Presidencia de Vázquez y de Néstor Kirchner.

El enfrentamiento fue escalando hasta que en 2010 llegó a la Corte de La Haya por la denuncia de la Argentina sobre la presunta violación del Tratado del Río Uruguay: el máximo tribunal de la ONU finalmente determinó que la planta (exBotnia) podía continuar funcionando pero recomendó un seguimiento bilateral del impacto ambiental.

Durante la Presidencia de José Mujica, el Gobierno de Uruguay habilitó un aumento de la producción de celulosa de UPM-Botnia, lo que generó malestar en la entonces mandataria argentina Cristina Kirchner, quien amenazó con volver a recurrir a La Haya, lo que finalmente no sucedió.

El Cronista


Gualeguaychú pide al gobierno argentino que «repudie» la planta

Luego de conocida la decisión y las negociaciones iniciadas por el gobierno uruguayo, el municipio de Gualeguaychú se pronunció en contra de la instalación de una tercera planta de celulosa en Uruguay y solicitó al gobierno Argentino que «repudie» la decisión porque entiende que inclumple el fallo de la Corte Internacional de la Haya.

De acuerdo con el comunicado emitido por el municipio, se considera que con esta decisión Uruguay «incumple una vez más el fallo de la Corte Internacional de La Haya, que establece que el conflicto no se agrave y recomendó no volver a actuar de mala fe». Asimismo, el municipio solicitó al gobierno argentino que «instrumente las acciones necesarias para repudiar esta decisión del gobierno uruguayo, y se lleven adelante las medidas necesarias para evitar la instalación de esta nueva planta».

Ante este panorama, los ambientalistas comenzarán a definir los pasos a seguir en Argentina. Al mismo tiempo, en Uruguay. el grupo Mesa Ecológica convocó a otras organizaciones a participar este martes de una reunión para abordar el tema.

Integrantes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú dijeron a El País que con la instalación de la planta en el río Negro también será contaminado su afluente, el río Uruguay.
Asombro

Las acusaciones tomaron por sorpresa a buena parte del gabinete ministerial del gobierno uruguayo que en declaraciones a la prensa reafirmaron que la decisión de instalar la planta compete solo al gobierno nacional.

«En general pienso que va a haber reclamos. A mí me desvelan un poco más los reclamos de Uruguay, a los cuales nosotros atendemos», sostuvo la ministra de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Eneida de León, a la salida del acto conmemorativo de la Jura de la Constitución realizado este lunes.

La ministra de Industria, Carolina Cosse, se manifestó en el mismo sentido. «No dejo de sorprenderme. La verdad es que no tiene nada que ver con esto. Esto es una planta en Uruguay. Además, Uruguay es un país serio, con vasta experiencia en temas de medio ambiente, reconocido a nivel mundial. Me parece buscarle la quinta, sexta pata al gato», agregó .

Consultado por las medidas de seguridad a tomar ante eventuales bloqueos en la frontera, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo que al momento no hay un protocolo. «Sería bueno que tuvieran problemas con sus pasteras y no que se dediquen a hablar de las uruguayas. Como solamente están hablando, estamos oyendo», puntualizó.

Esperan respuesta

Mientras tanto, el embajador argentino, Guillermo Montenegro, consideró oportuno que el gobierno uruguayo dé una respuesta a los reclamos para mantener la «buena relación» entre ambos países.
«Creo que cada uno defiende lo que cree que es justo y esto hay que entenderlo, escucharlo y darle una buena respuesta a todos los reclamos, sobre todo entendiendo que esos reclamos pueden llegar a ser explicados», concluyó.

El Observador

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