Jorge Taiana, ex canciller argentino y diputado electo del Parlasur: “Scioli es el candidato que representa las políticas basadas en el desarrollo” (Exclusiva Nodal Economía)

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Por Paola Bianco, de la redacción de Nodal Economía

Luego de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina, en las que también se eligieron representantes para el Parlamento del Mercosur – Parlasur-, Nodal Economía entrevistó a Jorge Taiana, quien además de haber sido canciller durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y actual legislador de la Ciudad de Buenos Aires, fue electo como diputado del Parlasur.

El dirigente peronista, especialista en Relaciones Internacionales, habla de las propuestas y proyectos que llevará al parlamento regional para promover avances en la integración económica del bloque, de los principales desafíos que tiene el Mercosur en materia económica y de que implicaría el triunfo de cada una de las dos alternativas que se dirimen en el ballottage del domingo, tanto para el país como para el proceso de integración regional.

Usted fue electo como diputado al Parlasur en las elecciones del 25 de octubre, en las que la fuerza que gobierna, el FpV, obtuvo la mayoría de votos, seguido del Frente Cambiemos. ¿Cuantas bancas obtuvieron finalmente?

Hemos sido electos 25 diputados del FpV como representantes del Parlasur. Ocho diputados nacionales y 17 por los distritos provinciales y los 43 diputados vamos a tener la mayoría absoluta.

¿Qué importancia tiene un parlamento del Mercosur?

Creo que hay una lógica que tiene tres pasos. Uno,¿es importante el desarrollo sustentable, que en este caso es una propuesta del candidato Daniel Scioli? Creo que sí. Segundo, ¿es posible el desarrollo sustentable sin integración regional? No creo que haya alguna posibilidad de desarrollo, ni para Argentina ni para Brasil, sin integración regional. Entonces, si es importante el desarrollo sustentable, si para que haya desarrollo sustentable tiene que haber integración, esta no es solo un proceso que hagan los ejecutivos de las empresas, es un proceso que deben realizar las sociedades. Si lo realizan las sociedades, entonces tiene que haber representación y una forma tradicional de representar a las sociedades es a través de su sistemas políticos. Por eso tiene sentido que exista el Parlasur y elegir directamente a sus miembros. Dentro de eso, está el tema de cómo pueden contribuir los parlamentarios a ese proceso.

¿Qué propuestas o proyectos llevará al Parlasur?

En general hay dos o tres áreas en donde podemos actuar los parlamentarios del Mercosur. Está todo el área de tipo económico general de funcionamiento del Mercosur y ahí lo que podemos hacer es ayudar a destrabar dificultades para exportar. Por ejemplo, en el caso de las manzanas y las peras de Río Negro. En junio, Brasil prohibió el ingreso de las manzanas y peras rionegrinas aduciendo casos de carpocapsa y eso fue un desastre para estas economías. Estoy seguro que con parlamentarios dedicados cien por ciento de su tiempo al tema, sin duda, el parlamentario provincial y los parlamentarios nacionales podríamos haber hecho no sólo gestiones sino que podríamos haber puesto estos temas en el centro del debate político.

¿Cual hubiera sido el resultado si se hubieran tratado estos temas en el Parlasur?

Creo hubiéramos logrado antes la reapertura del mercado de Brasil a las peras y manzanas de Río Negro. Este es un ejemplo del tipo de acción, es decir, los parlamentarios podemos tener iniciativas, podemos dialogar con sectores y, sobre todo, poner en el centro del debate ciertos temas y buscar remover dificultades, que hay muchas.

Creo que es mucho lo que pueden hacer los parlamentarios en relación a las economías regionales de Argentina, que están atravesando un momento difícil y que mucho de sus destinos son los países del Mercosur, sobre todo, Brasil. Si uno va a La Rioja, el principal problema es el precio de las aceitunas y está claro que hubo una mala producción el año pasado -no este año- y eso hizo que se perdiera parte de la participación en el mercado de aceite de oliva de Brasil, donde ocupó una parte más grande España. O sea, en muchas de estas cosas, como el caso de la cebolla y el ajo de Mendoza, la uva fresca, las pasas, los vinos, el maní de Córdoba, en todos los productos regionales hay mucho que se puede hacer para alentar, para favorecer, para poner en contacto, para superar dificultades.

Y a nivel de funcionamiento general del Mercosur, ¿qué pueden hacer los parlamentarios para contribuir a profundizar la integración económica?

Un tema es favorecer la integración en el marco del desarrollo de cadenas productivas a nivel regional y de poner valor agregado a la producción. Este es un tema central y es el salto que hay que dar en la integración. Es un salto complejo, pero no hay duda que los parlamentarios podemos contribuir desde el punto de vista económico a integrar cadenas de valor, cadenas productivas regionales que contemplen distintos actores productivos, sobre todo en un momento como el actual donde el proceso de integración está amesetado.

¿Qué otros desafíos tiene el Mercosur en relación a la economía regional?

Bueno, hay que tener en cuenta que se está incorporando Bolivia y éste es un elemento importante, que le da mucho más valor al componente energético del bloque. Venezuela es un gran exportador de hidrocarburos. Bolivia también, sobre todo de gas. Los otros dos países, Brasil y Argentina, son productores medianos, pero son los países que tienen dos grandes desafíos. Brasil con el Presal y nosotros con la explotación de los “no convencionales”. O sea que, si unimos además la riqueza hidroeléctrica de Brasil, Argentina y Paraguay, hay un componente energético muy grande. Hay que ver entonces cómo se integra el sector energético.

Por otro lado, hay medidas de política global que podemos alentar los parlasureños. Por ejemplo, podemos alentar que lo que hizo Argentina respecto de transformar los nueve principios sobre la reestructuración de deuda soberana de Naciones Unidas se transforme en ley en todos los países del Mercosur. Todos los países apoyaron la resolución de la ONU, pero una cosa es apoyar estos principios que impulsó Argentina y otra cosa es transformarlos en un marco de legislación interna que oriente los procesos de reestructuración de deuda.

En tercer lugar, podemos hacer cosas vinculadas a los fondos especulativos. La Argentina ha tenido una política restrictiva para los fondos especulativos, de exigir determinada cantidad de tiempo de estar acá por ejemplo, que no han tenido otros países. Brasil ha sufrido bastante la salida de fondos especulativos. Entonces, quizás podamos trabajar en algo en relación a este problema.

Podemos coordinar también medidas en respuesta a la crisis económica mundial. Esto no es fácil, pero lo que está claro es que un mejor diálogo o un mejor debate a partir de los parlamentarios es útil y es bueno.

¿Los diputados del FPV llevarán una agenda común?

Hay varias iniciativas que se han conversado -aún no convertidas en proyectos de ley-, que dieron lugar a la elaboración de las propuestas que están en la plataforma de campaña del FpV. Está lo de los fondos buitre, lo de los fondos especulativos y también hay temas vinculados al medio ambiente. De hecho, en el Mercosur tenemos el Acuífero Guaraní, entre otras cuestiones, que tiene una declaración de los estados miembro que señala su importancia y lo protege. Pero creo que tenemos que aspirar a más, a que haya un tratado de los países del Mercosur, porque todo el mundo sabe que las fuentes de agua dulce tienen una importancia destacada en el siglo XXI y el cuidado del Acuífero Guaraní no es un tema que -valga la redundancia- podemos cuidar; exige un marco legislativo especial, requiere de una protección especial en un marco en que los Estados se hagan responsables de esa protección.

Además, creo que este tema para Argentina tiene una especial importancia en relación a Malvinas. Nosotros vamos a trabajar, tal como lo dijimos en nuestra campaña, para que efectivamente haya una política del Mercosur más avanzada respecto de Malvinas. Malvinas es obviamente un reclamo argentino que el Mercosur ha apoyado, no sólo el restablecimiento de las negociaciones que plantea Naciones Unidas, sino que el Mercosur siempre ha dicho que las Islas Malvinas son argentinas; es decir, ha ido más lejos que la ONU y que la OEA, que lo que dicen es: “tienen que sentarse a negociar sobre sus derechos”. Bueno, nosotros pensamos que pueden contribuir un poco más y que la legislación que tiene Argentina, que penaliza a las empresas que siguen desconociendo la soberanía argentina cuando realizan actividades de exploración o explotación en las islas sobre los recursos naturales no renovables como los renovables, se extienda a los otros países del Mercosur. Evo Morales demostró cierto interés y dijo que iba avanzar en esto.

En una perspectiva más amplia, obviamente que hay que fortalecer el impulso a todo lo que sea integración física, donde ha habido muchos pasos, pero obviamente el atraso en infraestructura que tienen nuestros países es de medio siglo por lo menos. Acá hay mucho por hacer, los corredores por ejemplo, y para eso hay que trabajar en conjunto.

Después hay mucho que hacer no sólo en relación al movimiento de los bienes, sino para facilitar la libertad de movimiento de personas, sobre todo de los profesionales. Hay otras preocupaciones o problemas, que tienen un carácter transfronterizo, como la trata de personas en sus dos formas principales o más preocupantes. Una, la trata de personas en condiciones de servidumbre, como en los talleres -textiles- clandestinos, que funcionan incluso en nuestra Capital. Bueno, sobre esto podemos trabajar porque muchos de estos movimientos son transfronterizos, mucho es información y mucho es coordinar la legislación.

Con respecto a la lucha contra el narcotráfico, ¿piensan en algún tipo de instrumento?  

Si, se piensa. En esa misma línea. Como uno puede abarcar trata, también tiene que abarcar delitos vinculados al tráfico de sustancias ilícitas y puede también abarcar lavado, todas cosas donde hay redes delictivas que son transfronterizas. Me parece que lo mejor es que lo hagamos nosotros en nuestras instituciones. Pero eso implica trabajar, coordinar, intercambiar información, buscar homogeneizar buenas prácticas, compartirlas y también pensar en homogeneizar legislación.

El domingo que viene se dirimirá en Argentina el ballottage presidencial entre Daniel Scioli, del FpV y Mauricio Macri, de Cambiemos. ¿Qué implicaría para el país y para la integración latinoamericana el triunfo de cada una de estas alternativas?

Es distinta una u otra, no es lo mismo. Los que creen que es lo mismo que gane Macri o que gane Scioli tienen una confusión o un “daltonismo” evidente. El amarillo no es lo mismo que el naranja. Claramente Scioli es el candidato que representa políticamente un grado de continuidad importante con las principales políticas de estos años, unas políticas basadas en el desarrollo, la ampliación del aparato productivo, el incremento del nivel de ingresos de la población, la redistribución de la riqueza, la recuperación del rol del Estado como regulador de la economía, la recuperación del tejido societario y del tejido industrial y la integración regional. Esto está claro.

En cambio, el proyecto de Macri es claramente –cómo se da en el resto de la región- un proyecto de restauración conservadora mucho más ligado a quitar los mecanismos regulatorios del Estado, a apostar las leyes de la oferta y la demanda con mucha menor regulación, a apostar a la apertura externa. Desde el punto de vista regional, me parece que no va a favorecer un avance en la integración regional, sino que va a volver a plantear las políticas de acercamiento y de relacionamiento dependiente con Estados Unidos. O sea que los resultados para la integración son bastante distintos, porque no estamos en un mundo fácil. El mundo de la segunda década del siglo XXI es más difícil para América Latina que el mundo de la primera década. En este mundo, la necesidad de aprovechar oportunidades y de integrarse es más urgente y no es lo mismo hacerlo ahora que intentarlo en cuatro años. Es decir, la pérdida de tiempo en la integración que significa un gobierno de Macri o, el retroceso del proceso de integración, sería severo y no fácilmente recuperable.

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