Bienvenida al Papa Chico – Por Frei Betto

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Querido papa Francisco, el pueblo brasileño le espera de brazos y corazón abiertos. Gracias a su elección el papado adquiere ahora un rostro más alegre.

Usted inyectó en todos nosotros renovadas esperanzas en la Iglesia Católica al adoptar actitudes más próximas al Evangelio de Jesús que las rúbricas monárquicas predominantes en el Vaticano: al ser elegido regresó personalmente al hotel de tres estrellas donde se había hospedado en Roma, para pagar la cuenta; en el Vaticano ha decidido vivir en la Casa Santa Marta, alojamiento para huéspedes, y no en la residencia pontificia, que es casi un palacio de príncipes; almuerza en el comedor de los funcionarios y no quiere un lugar determinado, variando cada día de mesa y de compañía; mandó detener al sacerdote director del Banco del Vaticano, envuelto en una operación dudosa de 20 millones de euros.

En Lampedusa, a donde llegan los emigrantes africanos que sobreviven a la travesía marítima (en la que ya han muerto más de veinte mil personas) y buscan mejores condiciones de vida en Europa, usted criticó la “globalización de la indiferencia

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