Preocupación por Venezuela – La Nación, Argentina

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

El corriente año se cierra con una fuerte preocupación regional: la grave situación que atraviesa Venezuela. Ese país se encuentra a las puertas de una crisis humanitaria inédita. Sus habitantes carecen desde hace ya tiempo de los más necesarios insumos para atender su alimentación, su higiene y su salud. La inflación está desbocada. Y el presidente Nicolás Maduro se muestra cada vez más autoritario.

A la catástrofe en la que Maduro ha sumido a Venezuela suma un atropello humanitario y político tras otro: dice haberse impuesto en las recientes elecciones para gobernadores e intendentes, sospechadas de todo tipo de ardides y de juegos espurios para beneficiarse.

Además, el presidente venezolano sigue consolidando su cada vez más íntima relación con los militares, a varios de cuyos jefes acaba de nombrar en altos cargos, por ejemplo en Pdvsa, la enorme empresa petrolera estatal.

En ese escenario, Maduro se prepara para conseguir ser reelegido el año próximo. Nada lo detiene en esa misión, incluyendo la posibilidad, ya anunciada, de impedir arbitrariamente a la oposición participar de esos comicios.

El pueblo venezolano ha sido y sigue siendo testigo de las más fraudulentas estrategias electorales de las que tenga memoria. Por su parte, la oposición pierde peso en Venezuela: está fracturada y, desde hace ya mucho tiempo, no consigue unificarse, lo cual alienta las prácticas totalitarias del actual jefe de Estado. Lamentablemente, ese estado de cosas no permite vislumbrar que ocurra algún cambio en lo inmediato.

Maduro juega de manera arbitraria y tramposa, violando las normas que rigen los procesos electorales. Y ha ido mucho más allá, incluso, encarcelando a opositores que puedan llegar a significarle una amenaza en su derrotero dictatorial.

Es sabida la participación que en todo esto tiene el gobierno de Cuba, a través de sus servicios de inteligencia, que operan activamente en Venezuela, a las órdenes del gobierno de Maduro, de quien depende hoy la supervivencia económica de aquel país.

Además de las vergonzosas cuestiones políticas, Venezuela enfrenta otra crisis significativa, que afecta a su endeudamiento externo: algunas de las series de bonos ya emitidos están en situación de incumplimiento. La moneda nacional se evapora velozmente. En sólo un mes, ha perdido la mitad de su valor. Con la inflación en disparada, los salarios no permiten a los trabajadores venezolanos cubrir sus necesidades elementales. Pero, aunque pudieran, es tal la escasez de alimentos, medicamentos y productos de todo tipo que tampoco estarían en condiciones de adquirirlos. El mínimo salario mensual no llega a cinco dólares.

Si los venezolanos no derrotan electoralmente a Maduro en los comicios nacionales que se acercan, el futuro del país se encamina a ser el retrato vivo de Cuba: con los niveles de vida más bajos de la región y la pérdida de libertades.

La Nación

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